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Guerra comercial: debacle económica y política asegurada

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Si algo quedó claro tras el primer mandato de Donald Trump en la Casa Blanca es que hay que tomar su programa electoral de forma literal y, en especial, lo referente a política económica y comercial. Además, tras la elección de dirigentes para los diferentes departamentos, podemos observar como el Trump de 2025 va a ser un Trump mucho más reforzado en sus ideas y dispuesto a llevar a cabo las áreas más radicales de su programa.

Dentro de dicho programa, la política comercial siempre ha sido una de las áreas focales principales de Trump y el proteccionismo una de sus principales banderas, tal y como demostró durante su primer mandato. En este sentido, como bien sabrán la mayoría de los lectores de esta columna, la principal propuesta en política comercial de Trump para la nueva legislatura es la imposición de un arancel mínimo del 60% sobre todos los bienes y servicios procedentes de China y uno de entre el 10% y 20% para el resto de los países del mundo.

Con ello, Trump cree que logrará acabar con uno de sus mayores fantasmas: el déficit de la balanza comercial. Sin embargo, lo más probable es no solo que no consiga dicho cometido, sino que, además, dispare la inflación, comience un conflicto con la Fed e incluso pueda hacer que disminuya la confianza en el dólar como reserva de valor global.

Balanza comercial y ahorros

Vayamos por partes. Si algo está claro es que los productos que exporta EE.UU. requieren de multitud de insumos que, en la gran mayoría de los casos, proceden de terceros. Por lo tanto, unos aranceles masivos como los propuestos solo causarán que el primer efecto sea un encarecimiento de la producción norteamericana y la consecuente reducción de sus exportaciones que, al tener una demanda de carácter mucho más elástico que sus importaciones, contribuirá probablemente a un empeoramiento del déficit de la balanza comercial.

Más en profundidad, para entender de manera un poco más precisa los efectos que tendría sobre la balanza comercial, conviene conocer las dinámicas propias de esta. En cualquier curso de macroeconomía enseñan una básica que es que la balanza comercial es igual a los ingresos agregados de un país menos el gasto total, o lo que sería su equivalente matemático, el ahorro menos la inversión agregados de un país durante un determinado periodo de tiempo. Tomando estas ecuaciones como ciertas, cabe resaltar que, durante la mayor parte de las últimas décadas, EE.UU. ha registrado un gasto total mucho mayor que sus ingresos. La oferta agregada de ahorro extranjero durante los últimos 3 años ha promediado un 3.9% del PIB, lo que, tal y como muestra la ecuación de la balanza comercial, significa que la economía nacional debe haber registrado déficits muy significativos.

Más gastos, menos impuestos

Lo que llama la atención, llegados a este punto, es que si miramos los datos de empresas y familias, veremos que, en dicho periodo de tiempo, las familias registraron un superávit de ahorro sobre gasto/inversión del 2.3% del PIB y las empresas del 0.5%. Por lo tanto, la explicación del déficit comercial americano se encuentra en el gigante déficit público que, en ese mismo tiempo, promedió un 6.7% del PIB, siendo muy superior al superávit de ahorro de empresas y familias y siendo el factor principal de la situación actual de la balanza comercial norteamericana. Por lo tanto, si se desea mejorar la balanza comercial norteamericana, el primer paso que se debe dar es hacia la estabilización fiscal a través de un incremento del ahorro y una reducción significativa del gasto público.

La principal política fiscal de Trump se centra en una reducción significativa de impuestos (incremento de deducciones para impuestos estatales y locales, reducción del impuesto de sociedades, etc.) y un mantenimiento e incluso incremento de las principales partidas de gasto público, contribuyendo de manera clara y directa a un incremento del déficit público (como ya se demostró de hecho en su pasado mandato).

El incremento masivo de aranceles y déficit público será probablemente una bomba inflacionaria en EE.UU., ya que contribuirá a una reducción de la oferta agregada acompañada de un incremento similar de la demanda agregada. En este escenario, si la Fed se ve en necesidad de subir los tipos para frenar la tendencia inflacionaria, esto podría generar una gran tensión entre el gobierno americano y el banco central, algo nada bueno para la estabilidad económica global.

Efectos sobre la balanza comercial

Queda claro, por lo tanto, que la política de Trump de imponer un arancel mínimo del 60% sobre las importaciones chinas y de un 10-20% sobre el resto de países, unido a su política fiscal, no solo contribuiría a no eliminar el déficit de la balanza comercial, sino incluso a incrementarlo. De hecho, estos aranceles ni siquiera pararían las importaciones de China, ya que estos productos se exportarían desde otros países con barreras arancelarias menores o se modificarían las cadenas de ensamblaje para clasificar de otra manera.

Si bien es cierto, Trump y su equipo han propuesto introducir un mayor número de reglas de origen a la hora de imponer aranceles, pero diseñar tantas que aplicaran a todas las posibles casuísticas resultaría casi imposible, porque por algún agujero se terminarían colando las importaciones. Todo ello, sin contar con la retaliación asegurada por parte de muchos socios comerciales de EE.UU., contribuyendo a empeorar el tablero del comercio internacional.

Algunas principales estimaciones como la del NIESR de Reino Unido señalan que los efectos de la política comercial de Trump podrían dejar el PIB americano hasta un 4% por debajo del PIB potencial correspondiente al final de su mandato. Todo ello, además, sin contar con el resto de efectos posibles de la descrita política fiscal y sin ni siquiera lograr la reducción del déficit de la balanza comercial. Por lo tanto, lo único que posiblemente traiga sea una debacle económica y política.

5 Comentarios

  1. Mi querido y preferido articulista; veo que eres incapaz de ver más allá de tus órganos olfativos; veamos :

    1) Una cosa es lo que Trump crea que va a conseguir (tu incurres en ese error) y otra muy distinta son sus efectos.
    2) pasa exactamente lo mismo con tus prejuicios ( doxa o simples opiniones acientificas).
    3) Procura en tu lenguaje habitual, no usar el término probabilidad cuando hables de acciones humanas; usa el término, verosimilitud.
    4) Yo si fuera Trump (pero no lo soy), cosa que no va a hacer, pero su política arancelaria va en ese sentido es permitir todas las importaciones de China y que paguen los productores Chinos; necesita recursos.
    5) A ver?; a quien perjudican los aranceles? Tu, como eres Keynesiano, piensas que el perjuicio es para los consumidores de EEUU.
    6) Pues no!: quienes salen perjudicados en el corto plazo son los productores Chinos, que son los que van a pagar los aranceles; si no fuese así, Por que los Chinos iban a protestar?; estos saben perfectamente que los que puedan soportarlo se tienen que comer los aranceles; el consumidor americano no!; insertartelo en la moyera; los impuestos indirectos son en última instancia un impuesto sobre la renta del productor(por supesto tambien el Famoso IVA); incluso aunque lo disfraces con inflación monetaria.: la curva de demanda del consumidor , a corto plazo, es generalmente elástica a la baja si sube el precio; la curva de oferta, contrariamente, es inelasticay cuasi peroendicular; me vas a perdonar la terminología euclidiana; estoy usando tus herramientas conceptuales.

    7) Ahora bien, en el «largo» plazo ( unos meses) , puesto que los costes estan determinados por los precios al consumidor, la curva de oferta se vuelve » Marshaliana» y por lo tanto inclinada y en retroceso porque los costes han subido; consecuentemente, la oferta declina y los precios suben.

    Finalmente: yo comprendo que tu siendo un «neoliberal» europeo (un Von der Leyen a lo Nordhaus) no te guste Trump; pero yo prefiero Guatemala a Guatepeor; claro está que yo no soy » Academico» y procuro no ser un diletante.
    Un cordial saludo y felices » pascuas».

  2. Se me olvidó en el comentario anterior y, por cierto, no es menos importante; además , sirve para refutar toda su » histeria, sobre el déficit comercial ; es curioso que nunca mencionen los efectos de la inflación monetaria sobre este; un ejemplo: Suiza; ya verá Vd. Como va a emitir más billetes para » no perjudicar» a sus exportadores.
    Le voy a hacer un pronostico; el déficit comercial de EEUU va a aumentar; y al mismo tiempo, el déficit público va a disminuir porque va a haber recortes en el estado de bienestar para pagar la deuda ( lo que va a aumentar es el gasto militar; off course); entonces el gasto del gobierno va a disminuir y el dólar va a subir porque Trump quiere pagar la deuda federal y no va a tener que recurrir a la FED para ‘ financiarse»; a donde va a ir el dinero que EEUU exporta? Pues va a regresar a la compra de Bonos del Tesoro y , esto es lo más importante, al mercado de fondos para inversión privada: puro capitalismo; ahorro genuino y mayor oferta de bienes; La Ley de los Mercados de Say; le suena? ; la cuenta de capital de EEUU se va a disparar!: no es el » numerario estup» o dinero mainstrean (incluyo a Hayek) ; es el Capital o precio de los Bienes de Capital; el dinero es un simple medio de intercambio; eso sí, nunca es neutral(lo digo por el IPC).
    Bueno : pues eso

  3. Una rectificación a mi comentario sobre las importaciones Chinas; quise decir que lo que debería hacer Trump es permitirlas todas incluso rebajando aranceles significativamente; esto produciría un efecto «LAFFER» con el consiguiente aumento de la recaudación al producirse un mayor volumen de importaciones; respecto a las exportaciones y este es el quid, debería prohibir la exportación de bienes de Capital que incorporan tecnología susceptible de uso militar; más aún, tendría que evitar que esto se produjese indirectamente imponiéndole sanciones a terceros países ( verbigracia : como lo que se hace con IRAN).
    Con estas medidas China sufriría un golpe tremendo, porque su tecnología es muy inferior a la de los USA; ni digamos ya en el plano militar; es un tigre de papel como Rusia; ambas siguen siendo esencialmente socialistas o Keynesianas.

  4. Afortunadamente no entiendo ni de que estan hablando, y eso me hace muy feliz, feliz Navidad y Año nuevo.


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