El principal peligro que supone la imposición de barreras arancelarias es el estallido de una guerra comercial a gran escala.
En una ocasión Winston Churchill afirmó que cuando pedía opinión a dos economistas solía recibir dos respuestas distintas, excepto si uno de ellos era Keynes, en cuyo caso recibía tres respuestas distintas. La economía suele considerarse una disciplina en la que los expertos nunca se ponen de acuerdo. Existen ámbitos muy amplios de esta “ciencia lúgubre”, incluso en cuestiones básicas, en las que no hay consensos. Como decía el chiste, la economía es la única ciencia en la que dos personas pueden ganar el Premio Nobel por decir exactamente lo contrario.
Sin embargo, hay una serie de conclusiones económicas en las que sí existe un consenso casi absoluto. Una de las ideas más compartidas entre economistas es que el proteccionismo es un error. En concreto, diversos estudios demuestran que en torno a un 95% de economistas están de acuerdo con la afirmación “los aranceles y cuotas de importación generalmente reducen el bienestar económico”. Como señala el mismo estudio, este alto porcentaje de acuerdo se ha mantenido invariable a lo largo de las últimas décadas. Es una lástima que muchos políticos no lo tengan, o no lo quieran tener, tan claro.
Durante las últimas semanas las dos mayores potencias económicas del mundo, Estados Unidos y China, están protagonizando un acelerado rearme arancelario. El presidente de EEUU, Donald Trump, se decidió recientemente a poner en marcha medidas proteccionistas de hondo calado. Ya a principio de año, Trump aprobó aranceles del 30% a la importación de paneles solares y de entre el 20% y el 50% a las lavadoras domésticas, alegando que había que proteger a los productores nacionales de estos productos. Sólo fue el aperitivo de la escalada proteccionista.
Hace escasas semanas Trump anunció que iba a implementar una subida arancelaria del 25% a la importación de acero y del 10% sobre el aluminio. En los sucesivos días comunicó que la medida quedaría en suspenso para Canadá, México, la UE, Australia, Corea del Sur, Brasil y Argentina hasta el próximo mes de mayo, y señaló a China como la principal destinataria de este ataque comercial. Adicionalmente, hace escasos días Trump anunció que iba a levantar barreras arancelarias adicionales a una lista de 1.300 productos importados específicamente de China por un importe de unos 50 mil millones de dólares.
Las razones alegadas por Trump para defender este “arancelazo” no son nada originales: tira de muchos de los tópicos y falacias que históricamente se han utilizado para justificar las medidas proteccionistas. Por un lado, afirma que estas medidas supondrán una mejora para la industria y la economía americanas, y por tanto para el bienestar económico de los estadounidenses. Por otro, asegura que China perjudica a EEUU por exportar productos a precios muy bajos manipulando su moneda o subsidiando las exportaciones. Y, además, cae constantemente en la falacia mercantilista de considerar que incurrir en un déficit comercial implica que está “perdiendo miles de millones de dólares”. Todas estas razones son falaces y no justifican la imposición de barreras comerciales.
En primer lugar, las barreras arancelarias suponen un injusto privilegio a unos pocos, relativamente más ineficientes, productores nacionales. Y lo hace no sólo a costa de los productores extranjeros, sino también a costa de los consumidores estadounidenses y las demás empresas nacionales. Por ejemplo, un arancel a la importación de acero como la aprobada por Trump beneficiará a corto plazo a los productores de acero americanos. Sin embargo, será a costa de encarecer artificialmente el acero en EEUU. Las millones de empresas que para su proceso productivo necesitan acero, como las constructoras, fabricantes de automóviles, de aeronaves, de energía, de defensa o de productos elaborados, van a verse obligadas a subir precios, recortar costes, despedir trabajadores y verán mermados sus beneficios. Y por supuesto, todos los consumidores sufrirán una pérdida de poder adquisitivo al encarecerse el acero y todos los bienes que necesitan de este material para su producción. Este proceso ocurriría para todos los productos a los que el Estado decida penalizar con barreras comerciales.
En segundo lugar, los aranceles no se limitan a imponer una injusta transferencia de rentas, sino que provocan una destrucción neta de riqueza. Como explica la ciencia económica, el libre comercio permite que en cada país las personas se especialicen en producir aquellos bienes y servicios en los que tienen una ventaja comparativa respecto del resto del mundo. Ese proceso de especialización a nivel global permite a cada uno centrarse en aquello en lo que es más eficiente, para a continuación intercambiarlo y obtener productos que serían de otro modo más costosos de producir. Las medidas proteccionistas como las anunciadas por Trump atentan directamente contra este masivo proceso de generación de riqueza y prosperidad.
La ciencia económica nos enseña que la imposición de aranceles siempre provoca una destrucción neta de riqueza por dos vías: primero, por los intercambios que dejan de producirse por la subida artificial de precios; y segundo, por el despilfarro que supone dedicar los recursos económicos a producir aquello en lo que se es relativamente menos eficiente. De hecho los liberales tendemos a pensar que existe una tercera vía de destrucción neta de riqueza: los libros de texto consideran que la transferencia de renta desde el consumidor hacia el Estado por la recaudación arancelaria es neutra, es decir, que cambia de manos sin perder valor. Sin embargo, sería más que razonable considerar que, por los problemas de incentivos e información que tiene el Estado, tenderá a hacer un uso menos eficiente de los fondos recaudados respecto al que habría hecho un agente privado. En definitiva, los aranceles no solo provocan una injusta redistribución de la renta, sino que hacen que la tarta sea más pequeña incluso considerando sólo los intereses del país que supuestamente se está “protegiendo”.
China, que durante las últimas décadas se ha ido abriendo poco a poco al comercio internacional (al menos comparado con su oscuro pasado maoísta), es aún un país sumamente mercantilista, y está aún muy lejos de los niveles de libertad económica y respeto a la propiedad de la mayoría de países occidentales. En el índice de libertad económica que elabora la Heritage Foundation, por ejemplo, mientras EEUU figura en la posición 18 de 180 países en cuanto a libertad económica, China aparece en el lugar 110. Por tanto, las repetidas acusaciones de Trump de que el Gobierno chino manipula su moneda, subsidia sus exportaciones y pone barreras a la importación son ciertas. Lo que no cuenta es que a quien perjudica realmente estas políticas disparatadas es a los propios chinos, que se ven obligados a regalar dinero al relativamente más próspero consumidor e importador estadounidense.
Aún con todo, el principal peligro que supone la imposición de barreras arancelarias, y especialmente cuando se hace con ánimo declarado de castigar a una enorme potencia como es China, es el estallido de una guerra comercial a gran escala. La tentación política de responder a la agresión mercantilista con medidas similares, a pagar con la misma moneda, es demasiado elevada para que un gobernante pueda resistirla. En esta ocasión, China no ha tardado en anunciar sus represalias: ya ha comunicado que también ellos impondrán un arancel del 25% sobre 50 mil millones de dólares de importaciones de productos americanos, incluidos automóviles, aeronaves, productos químicos y bienes agrícolas. Las autoridades chinas han sido claras al respecto: “China no tiene miedo y no retrocederá en una guerra comercial”. Trump no ha tardado en contestar que están considerando elevar sus aranceles hasta cubrir 100 mil millones adicionales en productos chinos.
Una guerra comercial como la que podría desencadenarse en caso de que ambas partes no acaben reculando tendría unas nefastas consecuencias para ambas partes, provocando una inmensa destrucción de riqueza en todo el mundo. Donald Trump publicó recientemente en Twitter que “las guerras comerciales son buenas, y fáciles de ganar”. Es posible que políticos nacionalistas como Trump tengan algo que ganar, en términos electorales, entrando en una guerra comercial. Tal vez incluso los grupos de presión próximos a la Casa Blanca también puedan ganar algo. Pero sería a costa de imponer a los ciudadanos la injusta y empobrecedora tragedia del proteccionismo. La guerra comercial supone poner rumbo hacia la dirección incorrecta, hacia el aislacionismo comercial. Es un mazazo contra la gallina de los huevos de oro, la globalización y el libre comercio, que lleva décadas generando un progreso económico sin precedentes en la historia de la Humanidad. No, las guerras comerciales no son buenas ni son fáciles de ganar: son malas y en ellas la inmensa mayoría de las personas salen perdiendo.
21 Comentarios
Se suele recordar la famosa
Se suele recordar la famosa frase de «la chaqueta de Lincoln» para abogar por el proteccionismo. Creo que cada día se podría decir que soy menos excéntrico en estas cosas ya que como bien dices, la economía no es tan simple como parece. La «behavioral economics» lo demuestra yo creo.
No sé qué opinar ya a estas alturas sobre la economía y la política en general, no me considero «trumpiano» tampoco por tanto, lo único que sé es que si se mide todo en términos económicos entonces por precio siempre ganarán los chinos por ejemplo (si es que esto se trata o se debe tratar de ganar o perder claro). El precio es lo primero que suele ver la gente ya que no puede adquirir todo y en parte es lógico.
Creo que China tiene un doble rasero en eso: grava las importaciones pero no quiere que graven sus exportaciones.
Aquí por tanto se pueden dar 2 escenarios para evitar esas supuestas guerras comerciales:
Que todos los países tengan algún arancel o que ningún país tenga aranceles.
El extremismo ahí quizás sí tenga que darse, pero lo cierto es que esa situación creo que nunca se ha dado a lo largo de la historia, ¿no?
Soy profesional de IT.
Soy profesional de IT.
El proteccionismo aplicado en nuestra economía, lo único que ha generado es encarecer productos extranjeros que no se manufacturan localmente, y aunque lo fueran, sus componentes serian igualmente importados. Ni hablar de los costos de patentes importadas para manufactura local.
¿Cuan bien le ha ido a Cuba y a Venezuela al aislarse del mundo y sus imperios?
El exito de USA es ese mismo, ser los ESTADOS !!! UNIDOS !!!, en la UE, el exito se repite, la UNION.
Buscar un camino diferente, solo para ser innovadores y transladar el costo del mismo al pueblo, es un crimen!
Nadie creo que esté a favor
Nadie creo que esté a favor de que no se importe nada.
La intención es hacer que la gente tienda a preferir comprar lo «cercano» por así decirlo, ¿no?
Por eso nadie compra el pan en el país vecino por ejemplo que yo sepa, a no ser que sea un pan precisamente autóctono del país de origen.
Lo que quizás se deba tratar es de importar lo que no se tiene o no se puede tener «cerca».
Y la competencia de las ofertas es buena para mejorar la calidad y disminuir precios de productos o servicios pero nada más.
Que no digo que eso sea poco, pero la calidad de los productos tiene un límite (el «know how») y el precio también (el umbral de coste); un límite natural por así decirlo.
Lo demás es generar competencia por generar, es simplemente aumentar en cantidad la competencia, lo que acabará disminuyendo los beneficios por competidor lógicamente.
Es que eso de aislarse del mundo…
lo que hará más que la gente se quiera aislar es precisamente vivir en un mundo más hostil que otra cosa a mi entender vamos.
No sé si estos datos son verídicos pero al menos vienen a colación:
https://atlas.media.mit.edu/es/profile/country/cub/
https://atlas.media.mit.edu/es/profile/country/ven/
«Uno y otro —bolchevismo y
«Uno y otro —bolchevismo y fascismo— son dos seudoalboradas; no traen la mañana de mañana, sino la de un arcaico día, ya usado una o muchas veces; son primitivismo».
José Ortega y Gasset
Uno y otro el proteccionismo o el pretendido equilibrio de la balanza comercial son arcaísmos de la filosofía económica neoclasica o el comercio administrado por los iluminados burócratas de siempre.
Excelente artículo.
Excelente artículo.
Hey, chavalada, si el
Hey, chavalada, si el artículo está muy bien escrito y todo lo que tú quieras, nadie está diciendo lo contrario.
El mercantilismo no deriva del bolchevismo ni del fascismo que yo sepa.
Será una receta arcaica o primitiva, pero las que no lo son, también tienen o tendrán sus límites. Por eso hay quien se queja de ello, ¿no?
En fin…
» Hey «Anónimo :
» Hey «Anónimo :
¿Quien hablo de «mercantilismo»? Deberíais leer economía para principiantes o ir a un oftalmologo 😀
¿Se podría decir que el
¿Se podría decir que el colonialismo tuvo algo que ver con el libre comercio? no creo que sea así en el fondo, pero se lleva siglos o décadas sufriendo el victimismo de gente «nativa» de algunos lugares que en su día se la tildó como salvaje y con la excusa del progreso, el desarrollo o qué sé yo tuvieron que producir cosas más baratas y con supuestamente más calidad para consumidores «no nativos», ¿no?
Quizás hubiera sido mejor a esa gente dejarla danzar bajo la lluvia o cosas por el estilo (si es que es lo que hacían) porque ahora hay un conflicto histórico permanente y qué decir de la perpetuación del racismo (en concreto hoy en día, anti-blanco) sobre todo en USA por dicho pasado.
Los hijos de afroamericanos por ejemplo ya nacen en un seno en el que les inculcan que sus antepasados fueron esclavos. Y eso que la esclavitud no fue algo exclusivo de blancos hacia negros, pero es lo que hay.
¿Se quiere eso hoy en día pero de otra forma? si es que no estoy mezclando churras con merinas claro.
Si el articulo es muy bueno y
Si el articulo es muy bueno y todo lo que dice cierto. Pero no olvidemos que históricamente siempre ha existido una lucha de poderes y USA se resiste a perder su hegemonía mundial a manos de los chinos ,un pueblo que trabaja y duerme en sus tiendas(aquí estas bien ),que no tienen vacaciones y que en sus negocios al menos un 75% de sus empleados tiene que ser chinos,no gasta en sanidad y apenas en pensiones por tanto juega con ventaja . Recordemos el imperio Británico si siempre muy liberal cuando dominaban los mares y el comercio,pero nunca cuando perdían en el intercambio. China se extiende por África y América del Sur en donde se están haciendo con la producción de materias primas y terrenos,incluso ya están aquí con participaciones en bodegas que exportan sus vinos a China a granel y en el mismo barco lo etiquetan y embotellan con marcas chinas
Eso, el artículo es muy bueno
Eso, el artículo es muy bueno y cierto… pero parece que no has entendido lo sustancial.
La mera laboriosidad de nuestro vecino sólo puede beneficiarnos. El problema puede venir si acaso de que éste sea además nuestro enemigo (o sea, que se esté armando para atacarnos), pero, incluso así, lo más inteligente siempre sería procurar acabar más beneficiado que él, no menos perjudicado. Deberemos esforzarnos y trabajar más que el enemigo, porque nunca se trataría de debilitarnos menos que él, aunque sólo fuera en previsión de que apareciera un tercero que, ceteris paribus, nos machacara a los dos.
El libre comercio nos beneficia siempre y su ausencia nos perjudica. Fin del análisis. Que al tiempo beneficie también a potenciales enemigos no va a empeorar las relaciones con ellos sino todo lo contrario. Si los chinos trabajan sin descanso y se exigen mucho más que nosotros, acabarán siendo más fuertes, comerciemos con ellos o no; la diferencia es que comprándoles sus relativamente buenos y baratos bienes y servicios, ganamos; y si ellos se niegan a hacer lo propio, pierden. Mira qué sencillo. Todo lo demás, paparruchas
Berdonio, ya David Ricardo
Berdonio, ya David Ricardo defendía el libre mercado,en donde con ejemplos de intercambio de vino y trigo entre Portugal/ Inglaterra,los dos países ganaban,gracias al coste de oportunidad y a la ventaja competitiva.
Pero estamos hablando de una Europa que tiene unos costes sociales , unos controles de calidad unos gastos añadidos de subvenciones a ONGS de lo más curiosas,un endeudamiento imposible de pagar etc. ,frente a un país como China sin controles de los productos fitosanitarios de sus exportaciones de tomates que ya inundan nuestros mercados ,con una filosofía del trabajo con jornadas interminables etc.
Ciertamente ellos no tienen la culpa de nuestra cultura del ocio,ni que estemos todos los días discutiendo lo políticamente correcto y la ideología de género,por eso simplemente nos convertiremos en unos años en colonia de ellos si no nos protegemos y cuando entren en nuestras empresas,cuando tengan mayoría en una de nuestras viejas Bodegas nos dirán que podemos seguir hablando de los 124 tipos de géneros sexuales,pero que las normas laborales son ahora las suyas.
En Alicante están intentando competir en ropa y calzado,el resultado ya hacemos jornadas leoninas a precios basura.
Una colonia es un territorio
Una colonia es un territorio dominado mediante violencia por una potencia extranjera. No sé si los chinos planean atacarnos y convertirnos en una colonia dado lo perezosos e inútiles que somos, pero entonces con más razón nos conviene no impedir la competencia de ningún producto extranjero. Si los chinos deciden no ya tirar los precios sino, fíjate lo que digo, regalarnos buena ropa y calzado, ¿vamos a rechazar el obsequio lamentando que en el futuro ya no tendremos que molestarnos en producir eso? ¿Nos hemos vuelto imbéciles? Ropa y calzado gratis para todos, mira qué bien, una necesidad menos.
Cada vez que un extranjero nos ofrece productos mejores y más baratos que los que hasta ese momento podíamos conseguir nos está ayudando, pues nos ahorra tiempo, trabajo y dinero que podremos dedicar a otros menesteres. ¿Cuesta tanto entenderlo?
Me dejas sorprendido. Pareces conocer la teoría de la ventaja comparativa pero luego no sabes aplicarla.
.CESAR, desaparezco de aquí y
.CESAR, desaparezco de aquí y crecen los comentarios, curioso. El mercantilismo es en el fondo lo que está criticando el articulista y lógicamente tú.
ASTUR, eso es si los dos países se especializan en lo que mejor se les da e intercambian. Se tienen que dar ambas condiciones, si se altera alguna se altera el resultado deseado.
Un amigo me dijo un día que son adictos al trabajo, yo diría más bien que son adictos a producir cosas para exportar a países que llevan décadas importando sus productos (y que ahora se quejan hipócritamente más bien).
BERDONIO, una colonia es eso, pero la finalidad o el fin de la colonia no era ese; de ahí el comercio de esclavos y demás. Si los chinos planean atacar país por país lo tiene crudo cualquiera la verdad, ya por peso de tantos que son…
El problema no es que te regalen algo sino de dónde sale ese regalo. Aquí lo que se critica es lo que ocurre en China y el trasfondo de tanta producción y exportación.
Si la no-pereza y no-inutilidad generan esto, prefiero ser perezoso e inútil:
https://www.datosmacro.com/demografia/esperanza-vida/china
https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_countries_by_Human_Development_Index
Un poco de «whiskypedia».
El que haya extranjeras que estén como un queso no quiere decir que no haya que fomentar la potencia de las nativas de alguna manera para que lo estén digo yo, por poner un símil gracioso.
Cada vez se difumina más la diferencia entre globalización y globalismo.
Pero bueno, que a mí me da igual, yo me seguiré quedando de espectador de esto.
Lo que es obvio es que ya no hay marcha atrás, en un mundo en proceso globalizador o ya globalizado del todo, las consecuencias tanto buenas como malas (si las hay) también han de ser globales, ¿no?
Anónimo: Afirmas haber
Anónimo: Afirmas haber «desaparecido» y continuas oculto bajo un «anónimo» (WTF… quien te entiende?)
Mi anterior comentario no se enfoca en el mercantilismo o sistema inaugurado por los reyes ya en el siglo XV para concentrar el poder en sus manos .
No, me he referido al nuevo sistema económico, (cambio de envase pero no de contenido) de los modernos estados nación, para mantenerse como reguladores absolutos de la riqueza de los ciudadanos, para lograr electores y para beneficiar (beneficiándose ) a los amigos y socios del poder . Estos últimos son hoy, ese poderoso y muy discreto club que es el capitalismo de amiguetes.
Y observa que me hice el tonto para no criticar la asombrosa afirmación del critico de mi comentario que dijo: «no veo relación entre totalitarismos y mercantilismo» ¿Sera acaso el mercantilismo exclusivo producto del libre mercado ? 😀
Por ultimo no mezcles churras con merinas; los países , en un mercado libre, intercambian porque se especializan en lo que mejor producen por sus ventajas comparativas de riqueza natural o capacidad de sus gente ,,, y lógicamente siempre , siempre, intercambiaran porque asi aumenta su mercado de consumo.
Los modernos estados nación mantienen ese eterno pecado original soberano de crear dependencia de sus súbditos y de sus colonias mediante la manipulación de sus economías. ….como dije en mi comentario.
.
El que no ponga el «nick» no
El que no ponga el «nick» no es sinónimo de desaparecer. Deberías de releer lo que puse, dije que: NO deriva.
Yo no digo que no lo incorporara la China de Mao, el fascismo, etc.
Lo que no quieres entender es que el comercio de hoy no es como un trueque globalizado, hoy en día se exporta de todo por todos como aquel que dice, poco tiene que ver con esa idílica «complementariedad» de la que hablas.
Sí, ¿no será que esos supuestos súbditos dependen de algo peor y ni se enteran? un mercado internacional con gran cantidad de competencia o más competencia que otra cosa.
Pero oye, que a mí me da igual, tampoco estoy hablando de más cooperación o cosas de esas, lo único que quiero es que se reconozca incluso desde el liberalismo que también habrá perdedores o «perdedores» a escala global.
Y todo esto no sé si en haras del consumidor o qué.
Hola, Faked (como en aquel
Hola, Faked (como en aquel chiste, se te conoce hasta por el culo). No existe mayor absurdo que una guerra comercial (¡que se joda el sargento que no como rancho!). Un país que cierra sus fronteras a la importación e impide la competencia de empresas, trabajadores y productos foráneos principalmente se perjudica a sí mismo. Es como si tu vecina buenorra se arranca las tetas para fastidiarte y tú contraatacas arrancándote los ojos. Bueno, pues una guerra comercial es algo muy parecido.
Por otra parte, si a los chinos les gusta deslomarse a trabajar o comer clavos, sarna con gusto no pica. Ni tienes por qué imitarles ni eres su tutor, así que no te preocupes por ellos y acepta su regalo, que no es asunto tuyo de dónde viene. Trump no quiere hacerles una estúpida guerra comercial porque le alarme la explotación laboral comunista, sino porque es un político, y como todos ellos sólo interesado en mantenerse en el poder a costa de hundir a su país o lo que haga falta.
Ay! pero qué guarrindongui te
¡Ay! me has pillado, pero qué guarrindongui te pones.
Mi pompis creo que sólo lo conoce alguna mujer, lo digo por un lunar peculiar que tengo. A lo que voy…
¿alguna vez te has preguntado qué es lo que más lleva al éxito a cualquier agrupación social? ya no hablo de naciones ni nada de eso.
Sí vamos, parecido no, es lo mismo. Deberías de recordar de vez en cuando que incluso China, no importa tanta cosa que yo sepa. ¿Estás criticando tu hombre de paja?
Es verdad, no es asunto mío, pero es que luego se pone a China de ejemplo mundial.
¿Hundir su país? ¿apostamos algo que si aplica esas políticas en USA aumenta el empleo por ejemplo? y ya te digo que yo no es que sea ‘trumpiano’.
lo de mantenerse en el poder te lo compro (a precio de chinos) pero lo que está claro es que ese tipo tiene ya bastante poder que yo sepa.
Es que eso de guerra comercial…
¿de qué puñetas habláis?
dos no se pelean si uno no quiere me dijeron a mí desde preescolar.
Y no campeón, los países no sólo se desarrollan comerciando. ¿Hacemos la prueba? te compro yo por eBay el mismo producto durante 2 meses seguidos todos los días aunque parezca absurdo.
Es que te pones en un plan que…
Y una cosa más, el que en el mundo haya más PPA (o más renta per cápita) eso no quiere decir que la gente sea relativamente más rica que hace décadas ya que hay países que aún teniendo más renta, hoy en día se torna más difícil vivir en ellos aunque parezca paradójico. Hay que llevar cuidado con esos datos entonces.
Pero chico o machote, que yo no tengo nada personal contra los chinos, simplemente creo que reconozcan sus limitaciones y las que generan.
Es mejor no ser tan rico si vas a vivir rodeado en tu entorno más cercano de pobres, piénsalo.
Aunque bueno, para ti el que hayan establecimientos con precios irrisorios (a la baja) es sinónimo de riqueza en cómputo general parece.
Espero que no seas tú uno de esos perdedores en competencia forzada.
quiero que reconozcan* sorry
quiero que reconozcan* sorry
Creí ver un «pompis»
Creí ver un «pompis» irresistible; debí suponer eras tu Faked 😀
Mira resumiendo: los países no hacen la guerra ni siquiera sus ciudadanos. Los conflictos los crea la clase gobernante en su afán de perpetuarse en el poder y enriquecerse de paso. Es tan absurdo pretender justificar económicamente las trabas a la importación , mediante aranceles , devaluaciones «competitivas» o dumping , pagados (no faltaba mas), con nuestros impuestos, que mister Trump, ha llegado a la insolencia de esgrimir
» razones de seguridad nacional» al gravar la importaciones chinas de acero y aluminio. !Como me suena aquello del difuso interés publico, cuando en realidad el interés es solo del político que adquiere acciones de estas empresas antes de hacer publico, que gracias a su «patriotismo» ha impedido la invasión amarilla , aplicándole a los exportadores chinos de acero y aluminio un 14% de impuestos.
Perfecto deja vu del accionista de Enron y vicepresidente demócrata , Al Gore, castigando por contaminación a Exxon , al haber escuchado de su jefe Clinton su ya inmortal frase …. es la «contaminacion» estúpido.
Faked, me parto contigo.
Faked, me parto contigo. Sueltas lo primero que te viene a la cabeza con el aplomo envidiable de quien no ha de rendir cuentas. Salve, superhombre-masa, el mundo es tuyo.
No, de verdad, haces objeciones muy a considerar.
Sí, lo que más cohesiona y fortalece al grupo es el enemigo exterior, pero a mí me interesan sobre todo las personas, no los mitos.
No estoy defendiendo a China ni atacándote a ti, sino criticando el proteccionismo y la siempre absurda guerra comercial.
Te hago notar que se puede perfectamente hundir un país en la miseria erradicando el desempleo: ahí tienes el mundo comunista, que ponía a todos a picar piedra para luego tirarla al mar, y vuelta a empezar. Trabajo tenían –ya lo creo que sí-, pero nada que comer. A mí me gusta Trump porque pone histéricos a los progres, pero sus planes de empleo son manifiestamente mejorables.
Tu hombre de paja te habrá dicho que los países sólo se desarrollan comerciando, pero yo no; aunque sí que creo que ayuda y siempre resulta mejor que la suma cero ¿Tú no?
Sí, Faked, los precios irrisorios son una bendición. Y cuando todo te cae del cielo como un maná, no puedes objetar que sea un problema quedarte sin trabajo. ¿Para qué coño lo quieres, criatura, si no necesitas comprar nada puesto que te cae del cielo?
Aunque no todo te caiga del cielo, que cada vez te caigan más cosas y no tengas que trabajar para conseguirlas tampoco puede ser un problema. Y por el trabajo no te preocupes: empléate en producir aquello que todavía no te cae.
Descansa un poco que entre César y yo te vamos a volver loco.
Sí, el «UBERmensch» soy xD
Sí, el «UBERmensch» soy xD
Por eso cualquiera me puede tomar el pelo. Sí, te acepto el consejo, igualmente.
Yo no he dicho que se elimine el comercio obviamente.
Quizás no quiero que me caigan tantas cosas y sí que me caigan mejor.