Skip to content

Hayek nació en Austria y también fue economista austriaco

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

Últimamente, me intereso mucho más por lo más filosófico de la economía, esto es, campos como la metodología o epistemología. En ese sentido, he podido encontrar una gran variedad de textos y posiciones dentro de la economía austriaca, todos ellos, además, de gran profundidad. El mismo Rothbard (1971) confirma nuestra idea cuando dice que la Escuela Austriaca se ha considerado a sí misma, desde sus inicios, una escuela filosófica que ha centrado muchos de sus esfuerzos intelectuales en la epistemología y la metodología de la ciencia económica, a la vez que otros muchos economistas ni se planteaban la cuestión. Y es que, en realidad, es raro encontrar a un economista austriaco que no haya escrito sobre metodología. Todos tienen algo que decir, por mínima que sea su originalidad.

Teniendo tantos pensadores escribiendo sobre la materia, es prácticamente imposible que no haya discrepancia entre todas las posiciones. Para la Escuela Austriaca,  ya conocemos muchos de los debates internos; de aquellos autores que quieren unirla y aquellos que pretenden la “deshomogeneización” entre determinados pensadores (véase Salerno (1993)). Por mi parte, encuentro mucho más fructífera la unión de autores y la mezcla de aquellas teorías acertadas que tiene cada uno, más aún, si unas permiten corregir fallos en otras y, por tanto, mejorarlas. Por supuesto, muchos argumentarán que por qué hemos de contar con ciertos autores para la Escuela Austriaca si ni siquiera podemos considerarlos austriacos. He ahí que la primera cuestión que debemos resolver es: ¿qué caracteriza a un economista como austriaco?

Recientemente, mi amigo Eduardo Blasco escribía un artículo en su sección planteando la cuestión de si Hayek podía ser considerado austriaco o no. Blasco enumeraba las características que para el profesor Huerta de Soto convertían a un economista en austriaco, destacando posteriormente que Hayek no cumplía con dos de ellas, siendo la más relevante su rechazo a la praxeología como método para la ciencia económica. Si consideramos que la praxeología es el elemento diferenciador de la Escuela Austriaca, es lógico concluir que Hayek no debería ser considerado austriaco, estrictamente hablando. Sin embargo, me gustaría reconsiderar esa norma, puesto que creo que no termina de ser precisa.

Por un lado, la Escuela Austriaca nace antes de que lo haga la praxeología como tal. Por tanto, debe haber algo previo a la praxeología que hiciese que economistas como Menger o Wieser se diferenciaran del resto de economistas. En este caso, y de acuerdo con Selgin (1990), ese elemento diferenciador es la defensa de la existencia de leyes universales y necesarias en economía, en contra de aquellos que abogaban por una ciencia económica de leyes contingentes (por ejemplo, historicistas alemanes). Por su parte, White (1977) enfatiza que el elemento diferenciador es el subjetivismo, que es común a todos aquellos que se dicen austriacos. He de decir que ambos requisitos, por sí mismos, no me parecen suficientes. Sin embargo, creo que juntos sí nos permiten reconocer si un economista es austriaco o no. ¿Por qué? Pues porque, si nos fijáramos solo en la defensa de las leyes universales, podríamos considerar austriacos a economistas como Frank Knight, que si bien defiende un método axiomático deductivo, plantea de igual manera una teoría del capital muy alejada del subjetivismo y que, por ello, ha sido intensamente criticada por austriacos. De la misma manera, podríamos entender que cualquiera que defienda el subjetivismo, incluso aquel que niega la existencia de una realidad o verdad, podría ser austriaco. Menger, como iniciador de esta escuela, destacó por defender la existencia de leyes exactas y entender los fenómenos económicos subjetivamente: ¿dejaría de ser plenamente austriaco por no haber abogado explícitamente un método axiomático deductivo o la praxeología como tal? ¿Cuáles son los fundamentos de la praxeología sino la defensa de la existencia de leyes exactas y una visión subjetivista de la acción humana?

Hayek es un claro defensor del subjetivismo y también lo es de la existencia de leyes exactas. En su polémico paper “Economics and Knowledge”Hayek (1937) no rechaza la praxeología de lleno, simplemente considera que es insuficiente para tratar todo el contenido de la ciencia económica. Y esto es algo que los propios praxeólogos comparten. Por ejemplo, Mises especifica que para hacer teoría económica es necesario recurrir a subsidiary axioms (término empleado por Rothbard), como las teorías de la ley de asociación de Ricardo o la desutilidad del trabajo, que no son a priori, sino que se derivan de la experiencia (Mises, 1998). Es más, extremo-aprioristas como Rothbard justifican epistemológicamente el axioma de la acción en la observación, en una experiencia amplia (él se refiere a inner experience)distinta a la de laboratorio característica del empirismo, pero que sigue siendo experiencia igualmente (Rothbard, 1952).

Hayek defiende la existencia de teorías que no son refutables por la experiencia sensible, sino que dependen de su consistencia lógica, es decir, se vuelven a priori (Hayek, 1952). El problema con Hayek tiene que ver con sus consideraciones acerca del rol de la praxeología en la economía; es decir, de las limitaciones de la praxeología. Razón no le falta cuando considera que la cuestión del conocimiento disperso y la coordinación no pueden abordarse de manera apriorística, sino que son cuestiones empíricas (Hayek, 1937). Para Hayek, la situación de equilibrio, que es una construcción imaginaria que nos permite elaborar teorías económicas, solo es posible si los individuos se coordinan. Sabemos que la coordinación es algo que no podemos asegurar a priori, sino que es necesario observar cómo los individuos, haciendo uso de su conocimiento disperso, son capaces de actuar en función de complejas instituciones y mecanismos para que finalmente alcancen la coordinación. Por tanto, para poder suponer el equilibrio en economía, necesitamos de conocimiento a posteriori, empírico; las implicaciones a priori derivadas del axioma de la acción no son suficientes, en palabras de Hayek.  

Sin embargo, Hayek se equivoca al confundir la noción de equilibrio con la cuestión de la coordinación, llevándole esto a afirmar tan rotundamente que la ciencia económica es totalmente empírica. Selgin (1990) resalta el error de Hayek en un brillante ensayo que considero la mejor defensa actual de la praxeología y del método austriaco que he leído hasta el momento. Selgin deja claro que es un error considerar equilibrio y coordinación como equivalentes, tal y como hace Hayek, y afirma que suponer la tendencia equilibradora sí es posible mediante el exclusivo empleo de conocimiento a priori, esto es, deducido lógicamente del axioma de la acción. Subsanado este error, creo que Hayek, de acuerdo a sus escritos, no tendría nada que objetar al uso de la praxeología en economía.  De esta manera, salvaríamos el inconveniente que le impide convertirse en economista austriaco a ojos de muchos, tanto defensores como detractores de la praxeología, pues también hay muchas personas que buscan la deshomogeneización de Hayek para convertirlo en puro empirista.

Si acaso, como último punto, quedaría por tratar otra acusación vertida contra Hayek en referencia a su concepto de orden espontáneo. No obstante, prefiero reservarla para mi próximo artículo a fin de evitar extenderme en exceso hoy. Por el momento, nos quedamos con la idea de que Hayek sí debería ser considerado economista austriaco en función a los requisitos de (1) subjetivismo y (2) creencia en leyes exactas en los fenómenos humanos.

Referencias

Hayek, F.A. (1937). Economics and Knowledge. Economica, 4(13), 33-54.

Hayek, F. A. (1952). The Sensory Order: An Inquiry into the Foundations of Theoretical Psychology. The University of Chicago Press.

Mises, L.v. (1998). Human Action: A Treatise on Economics. Ludwig von Mises Institute.

Rothbard, M. N. (1956). In Defense of “Extreme Apriorism”. Southern Economic Journal 23: 315-318.  

Rothbard, M. N. (1971). Ludwig von Mises and the Paradigm of Our Age. Modern Age, 370-379. 

Salerno, J.T. (1993). Mises and Hayek Dehomogenized. The Review of Austrian Economics, 6(2), 113-146.

Selgin, G. A. (1990). Praxeology and Understanding: An Analysis of the Controversy in Austrian Economics. Ludwig von Mises Institute.

White, L.H. (1977). The Methodoloy of the Austrian School Economists. Center for Libertarian Studies.

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más artículos

Sobre la libertad económica en Europa

Según el último Índice de Libertad Económica publicado por la Heritage Foundation, algunos países europeos se encuentran entre los primeros lugares a nivel mundial.

Viviendo en Ancapia

En esta sociedad, los servicios actualmente provistos por el Estado, como seguridad, defensa nacional, sanidad, justicia e infraestructuras, serían proporcionados por entidades privadas de manera voluntaria y competitiva en el libre mercado.

H.L.A. Hart y la separación entre Derecho y Moral

En nuestras entregas anteriores, nos referimos a las críticas de H.L.A. Hart sobre la Teoría Imperativa del Derecho (mejor sintetizada por John Austin), y quedaba pendiente exponer cómo Hart, por