Se pretende un modelo de negocio mucho más abierto y donde se fomente la competencia con el fin de beneficiar a los consumidores.
En artículos pasados hemos tratado diferentes innovaciones, especialmente en lo que respecta al dinero (I, II), blockchain (I, II) o la transformación digital y la robotización (I,II). Uno de los campos donde se espera un impacto mayor de la tecnología es en los sistemas de pagos. Tener que esperar de dos a tres días para recibir una transferencia, como ocurría hasta hace pocos años, ya es cosa del pasado, y las entidades financieras ofertan en muchos países los pagos instantáneos. Por otro lado, también ha habido un aumento en la flexibilidad de uso o en el número de productos distintos destinados a satisfacer las necesidades de los clientes.
Esto se va a ver reforzado e impulsado por nuevas regulaciones, como la PSD2 (Payment Services Directive), que van a fomentar la competencia, permitiendo que las FinTech puedan entrar de pleno en la industria de los servicios financieros. Debido a la PSD2, estas y otros terceros participantes van a poder acceder a la información de las cuentas bancarias hasta ahora únicamente disponible para los bancos o, incluso, va a ser posible que inicien pagos directamente. Por supuesto, en ambos casos se requerirá previa autorización del titular de la cuenta.
¿Qué es la PSD2?
La primera PSD establecía el marco legal en el cual las entidades financieras o proveedores de pagos deben operar, definiendo estándares para las operaciones SEPA (Single Euro Payments Area) en cuanto a formatos, especifidades, requerimientos, tiempos de ejecución, seguridad del consumidor, etc. La PSD2 se espera para principios de 2018 y es la segunda Directiva en Servicios de Pago para los países de la Unión Europea. Esta regulación va a revolucionar totalmente la forma como realizamos pagos online y la información de que disponemos cuando realizamos un pago a través de la apertura de las “entrañas” de los bancos a terceras partes.
Hasta ahora, prácticamente todas las nuevas normativas en materia financiera desde el inicio de la crisis habían ido dirigidas a regular el negocio bancario y sus operaciones con el fin de ajustar los riesgos. Por contra, la PSD2 requiere que los bancos abran su infraestructura de pagos y los datos de sus clientes a terceros que podrán desarrollar sistemas de pagos y servicios de información para los clientes. Es por esto que la PSD2 no es únicamente una nueva normativa o un reto tecnológico sino que además es un desafío tanto estratégico como operacional. Hacer frente a esto requiere una estrategia clara, cambios operacionales y de infraestructura y una atención especial a la evaluación y gestión de riesgos.
Principales implicaciones
La primera de todas es que la PSD2 va a terminar con el monopolio que tienen los bancos actualmente en cuanto a la información de sus usuarios y clientes. Esta información podrá ser compartida a los AISP (Third Party Account Information Service Providers) si el titular de la cuenta lo permite mientras que los PISP (Third Party Payment Initiation Service Providers) podrán iniciar pagos directamente también previa autorización del titular.
Europa da un paso importante hacia la interoperabilidad digital, con repercusiones que van a llegar no solo a los bancos tradicionales sino también a los proveedores de servicios de pagos como PayPal o Visa, FinTechs como Transferwise y “Corporates” como Amazon, Google o Facebook.
Por ejemplo, si realizas una compra en Amazon, podrás decidir que sean ellos mismos quienes realicen el pago por ti sin necesidad de redirigirte a un intermediario como PayPal o Visa. Otro ejemplo sería la posibilidad de poder visualizar la información de tus cuentas en distintos bancos en un mismo sitio. Hasta hace poco, este servicio sólo estaba disponible para grandes empresas.
Con esto se pretende un modelo de negocio mucho más abierto y donde se fomente la competencia con el fin de beneficiar a los consumidores.
Retos para los bancos
La mayoría de bancos mantienen unos sistemas y unas infraestructuras de pagos de varias décadas de antigüedad. La PSD2 se basa en la idea de escalabilidad, seguridad y resistencia en línea con las empresas tecnológicas de Silicon Valley y que normalmente ofrecen interfaces mucho más abiertas.
Debido a su tamaño y a la complejidad de sus organizaciones, los bancos no suelen reaccionar de forma ágil ante la necesidad de cambio. Presentan además procesos muy manuales y bases de datos muy fragmentadas y poco compatibles que dificultan aún más la respuesta a las necesidades de los consumidores de una forma rápida y efectiva.
Adaptarse a este nuevo entorno digital y de amplia competencia será absolutamente necesario para garantizar su supervivencia.
Oportunidades para los bancos
Estos cambios van a tener un impacto y a revolucionar la forma como las empresas proveen servicios a sus clientes. Así, nos moveremos hacia una reconsideración de los modelos de negocio y de cómo las organizaciones buscan ofrecer esos nuevos servicios y de qué manera monetizarlos para aumentar los ingresos en conceptos inexistentes actualmente. Este cambio representa una gran oportunidad para revisar y optimizar los procesos y sistemas actuales.
Los bancos podrían crear una plataforma abierta donde se pueden añadir diferentes aplicaciones a través de APIs (Application Programming Interface), tanto propias como de terceros creando así un ecosistema innovador que genere nuevas fuentes de ingresos. Cada banco determinará, dependiendo de sus procesos internos e infraestructuras, si prefiere una grado de apertura mayor o menor, una colaboración con FinTechs más o menos cercana, etc.
La mayoría de bancos se han centrado en las implicaciones de la PSD2 en la banca minorista, sin embargo, ya se están implementado APIs abiertas tanto en banca mayorista como en banca de inversión con el fin de ofrecer una experiencia mejorada al consumidor mejorando a su vez la eficiencia de sus procesos.
Implicaciones para el consumidor final
Al eliminar las barreras de entrada y permitir que se comparta la información de los clientes, la PSD2 facilitará un gran número de desarrollos e innovaciones que mejorarán la experiencia del cliente. Algunas de estos nuevos servicios serán:
- Crear alternativas a los pagos con tarjeta online al iniciar la empresa vendedora directamente el pago (eliminar la necesidad de registrar tus tarjetas bancarias online, actualizarlas, etc.).
- Aplicaciones avanzadas interconectadas que mejoren la transparencia en cuanto a comisiones o tipos de cambio.
- Pagos P2P de forma instantánea a través de la “wallet” del móvil.
- Aplicación de descuentos, ofertas o cupones personalizados basados en datos de geolocalización.
- Tarjetas de pago que no estén asignadas a una cuenta bancaria en concreto sino que sean flexibles y permitan el pago desde varias cuentas en distintos bancos.
- Reintegros de efectivo sin necesidad de tarjeta, directamente vía la tecnología NFC.
En definitiva, estamos ante un cambio importante en el modelo bancario transformándolo en un modelo más cercano a la era digital en la que nos encontramos. Los bancos tradicionales van a ver mermada su posición actual semi monopolística y se van a ver obligados a competir con nuevos y desconocidos participantes. La calidad del servicio recibido por el consumidor crecerá debido a este aumento de la competencia y a la entrada de participantes provenientes de diferentes sectores, incrementando así la interconectividad y la calidad de la información recibida. Además, la protección del consumidor se verá también incrementada a través de una mayor transparencia de las comisiones (especialmente aquellas más ocultas e indirectas como pueden ser las de los tipos de cambio aplicados) y de una reducción de responsabilidades en caso de pagos fraudulentos.
1 Comentario
Sin animo de ofender, pero
Sin animo de ofender, pero todo el articulo me suena a chachara vacua con una jerga ininteligible y plagada de anglicismos; pregunto ¿por qué los bancos no pueden tener derecho a «monopolizar» como dice el autor del articulo, y yo digo proteger, la información de sus clientes? es perfectamente legitimo y ademas bueno; el quid de la cuestión es ¿los Bancos van a seguir funcionando con el privilegio de la creación ex-nihilo de dinero o, en otros términos, operando con reserva fraccionaria y apoyados por la «imprenta de dinero»de los Bancos Centrales ? ese es el problema; lo otro es una cuestión tecnológica, que no tiene nada que ver con lo esencial, que es la de los ciclos económicos.