¿Qué pasará cuando creemos máquinas que sean más inteligentes de lo que somos nosotros?
Películas de ¿ciencia-ficción?
Seguro que tú mismo o alguno de tus amigos te ha recomendado en alguna ocasión algún capítulo de la serie producida por Netflix Black Mirror. Más allá de que te guste o no, es normal sentir cierto pavor al constatar lo mucho que se parece esta serie a un futuro no muy lejano. Cuando vemos películas de ciencia-ficción, no podemos negar que más allá de la curiosidad e interés que nos generen estos temas, también sentimos ciertos miedos y ansiedades ya que nos obligan a reflexionar sobre cómo vamos a afrontar lo que se nos viene encima.
Hace unos años nos quedábamos maravillados con películas como Blade Runner que nos hacía cuestionarnos si el futuro sería tan distópico como parecía en ese filme. Pero ahora que ya nos encontramos en ese “futuro”, podemos decir que no vivimos en esta distopía posapocalíptica, sino que la realidad se parece más a lo que nos plantea la película Her, en la que el protagonista principal se enamora de su sistema operativo o la película Minorty Report, en la que las empresas pueden predecir nuestras preferencias vitales.
Entonces, aquí la pregunta es: ¿debe preocuparnos la inteligencia artificial? ¿Se utilizará como una herramienta para el mal? ¿Estará fuera del control humano? ¿Debemos regularla o ya es demasiado tarde? Como podéis ver, este tema arroja más preguntas que respuestas.
Vamos tarde y mal
Por lo pronto, la reflexión que deberíamos hacernos aquí todos es: ¿por qué no estamos haciéndonos este tipo de preguntas? ¿Por qué preferimos seguir creyendo que un nuevo líder podrá solucionar mágicamente nuestros problemas? ¿Por qué tantas personas son reticentes con las nuevas innovaciones que nos pueden dar plataformas como Uber o Airbnb? Como suele pasar, el árbol no nos deja ver el bosque, es decir, mientras tenemos que solucionar el reto que nos supone la IA, preferimos autoengañarnos, pensando que alguien ya solucionará estos problemas, aunque en el fondo sabemos que no es así.
Lo queramos o no, durante los próximos años veremos que cada vez habrá más inteligencia no humana y que nosotros estaremos en minoría. A lo largo de los próximos 50-100 años, veremos cómo el futuro será una combinación de biología y electrónica en constante interacción. De hecho, ya podemos comprobar que la IA puede hacer innovaciones que nosotros tardaríamos miles de años en hacer, es decir que los humanos no podremos competir contra estas supermáquinas autoprogramables. Pero el problema no son solamente los robots inteligentes, sino los robots que estos serán capaces de crear. Entonces llegaremos a la etapa llamada “singularidad” en la que será difícil predecir qué pasará después. Indudablemente no sabemos qué pasará, pero lo que es seguro que no lo podremos controlar.
La reflexión que me viene a la cabeza es que quizás nosotros terminaremos siendo unos seres con ciertas necesidades fisiológicas que querrán parar a estos nuevos dioses, mientras ellos nos mirarán tal y como nosotros miramos a los chimpancés ahora. La paradoja de todo esto ¡es que nosotros los humanos somos sus creadores!
La actualidad
Actualmente podemos ver cómo la IA forma parte de nuestra vida cada vez más y más. Si, por ejemplo, nos fijamos en empresas innovadoras como es el caso de Amazon, podemos ver que estas cada vez utilizan más máquinas automatizadas que eliminan los trabajos mecánicos hechos por humanos. Por otra parte, también podemos ver que somos nosotros mismos los que estamos programando la IA en internet, con nuestras búsquedas en Google o en las redes sociales. Estamos literalmente proyectando nuestro sistema límbico (el encargado de las emociones) en las redes, y la IA lo está entendiendo, mejorando y prediciendo.
Por otra parte, no sé si terminamos de ser conscientes del papel que juegan los teléfonos inteligentes en nuestras vidas. Pensémoslo por un momento: ¿cuánto aumenta tu inteligencia si estás cerca de un smartphone? Puedes hacer cálculos complejos, puedes recordar miles de momentos personales gracias a las fotos o vídeos, puedes recordar datos históricos… Y la lista sigue y sigue. Así que es un hecho que el teléfono es ya una extensión de tu ser. Por ahora la comunicación entre tú y tu teléfono es lenta, pero todo esto cambiará.
También podemos ver en las nuevas generaciones de jóvenes que ellos ya están casi más tiempo conectados a internet que a la “realidad”. Al final, la realidad que nos ofrece la tecnología será, de alguna manera, indistinguible de la realidad.
La solución
Quizás la solución es, tal y como dice el refrán, que “si no puedes con ellos, únete”. Es decir, puede que el mejor escenario para los humanos es que nosotros mismos nos mezclemos con las máquinas, implantándonos ciertas tecnologías en nuestros cerebros. De hecho, esta mezcla podría dar buenos resultados ya que nos permitiría tener capacidades supercognitivas.
Por otra parte, tampoco podemos obviar la tentación ludita y antitecnológica que vemos que sucede una vez tras otra, desde la invención de la máquina de vapor hasta la actualidad. Estamos viendo incluso que se alzan nuevas voces en la política, como el demócrata Andrew Yang que se postula como presidente de EE. UU. con su Freedom Dividend, en el que el Estado le daría 1.000 dólares al mes a cada ciudadano como compensación por la destrucción de sitios de trabajo que ocasionarán la automatización y la robotización.
Finalmente, podemos ver también que incluso el mismo concepto de la vida o la muerte cambiarán. Según el pensador estadounidense Ray Kurzweil, puede que lleguemos a un momento en que cuando tu yo biológico muera, puedas traspasarte a una nube. Como podemos ver, en el futuro cambiarán diametralmente las reglas del juego, incluso en lo que respecta a nuestra existencia.
Más preguntas que respuestas
Lo queramos o no, los humanos no paramos de mejorar nuestra civilización: cada vez más y más procesos están automatizados, vemos que lo que antes era complejo, ahora es cada vez más eficiente… Y todo esto se lo debemos a estos inventos que los mismos humanos hemos creado, que son las máquinas y la tecnología en general.
Pero aquí la pregunta es qué pasará cuando creemos máquinas que sean más inteligentes de lo que somos nosotros. ¿Se convertirán en malévolas? Puede que sí o puede que no, aunque quizás lo más probable es que tengan la misma relación que nosotros tenemos con las hormigas: no nos molestan, menos cuando interfieren con nuestras vidas.
Como podéis ver, este es un tema complejo en el que hay más preguntas que respuestas. Quizá la mayor tragedia no es que no tengamos las respuestas, sino que no queramos hacernos las preguntas pertinentes, mientras seguimos creyendo que de alguna manera mágica todo se solucionará.
Links
Películas – Matrix, Ex machina, Terminator, Transcendence
Joe Rogan Experience #1169 – Elon Musk
Can we build AI without losing control over it? | Sam Harris
https://www.youtube.com/watch?v=8nt3edWLgIg
Francisco Capella – Inteligencia artificial y robótica
https://www.youtube.com/watch?v=dDPFQEpicNQ
Google’s AI Beats World’s Best ‘Go’ Player
Google’s DeepMind AI Just Taught Itself To Walk
DeepMind StarCraft II Demonstration
Inside An Amazon Warehouse On Cyber Monday
https://www.youtube.com/watch?v=qRQwkJLRfWw
Joe Rogan Experience #1245 – Andrew Yang
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