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Intervencionismo en el Parque Nacional del Teide

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Recientemente finalizaba el periodo de información pública[1] del “Plan rector de uso y gestión del Parque Nacional del Teide» (PRUG del PNT) ya en sede del Gobierno de Canarias. Agotador y necesario esfuerzo el que hay que hacer para poder estar pendiente de los efectos pretendidos desde la administración pública con los procesos regulatorios implementados y así poder ponderar el alcance e impacto real que generan.

Hice el seguimiento y no pude abstenerme de argumentar una formal alegación en la fase de información pública. El proceso, sin ánimo de detalle, se ha ido despachando así:

1) El Cabildo de Tenerife aprobó inicialmente el Reglamento de Servicio del sistema integral de Uso público del Parque Nacional del Teide en el que se establecen los servicios básicos y complementarios.

2) El Consejo de Gobierno del Cabildo aprobó el reglamento como propuesta al Pleno, que fue a exposición para enmiendas a los grupos políticos, a dictamen de la comisión plenaria y luego al Pleno, que lo aprobó inicialmente y se sometió a información pública. Dando la posibilidad de realizar enmiendas y alegaciones para proceder, en su caso, a llevarlas a Pleno para considerar o no su aprobación definitiva. En este punto del procedimiento presente una alegación previa.

3) El presidente del Cabildo explicó en ruedas de prensas, en los medios y en las redes sociales el alcance del Reglamento de Servicios aprobado en el que “se clasifican los servicios ligados al uso público en el Parque Nacional del Teide en básicos y complementarios, determinando que los básicos serán siempre gratuitos y los complementarios podrán ser de pago”.

4) El presidente abundó que “las tarifas aún no se han establecido y el pago comenzará a ser efectivo a medida que se ejecuten las infraestructuras y se pongan en marcha los mecanismos necesarios para el cobro”. También, el presidente de la Corporación Insular explicó que los servicios de pago serán ofrecidos directamente por el Cabildo o el Parque Nacional del Teide o a través de empresas públicas.

5) Los servicios básicos gratuitos recogidos en el reglamento son información básica en oficinas y recepción de los Centros de Visitantes; programa de apoyo a la educación ambiental en centros educativos; rutas guiadas para colectivos especiales: asociaciones vecinales de municipios del área de influencia socioeconómica del Parque Nacional, asociaciones de personas con discapacidad; señalización, paneles y folletos generales; páginas web y redes sociales oficiales con información del Parque Nacional; limpieza del Parque y de sus infraestructuras; mantenimiento de infraestructuras de uso público: centros, pistas, senderos y miradores y vigilancia.

6) El reglamento regula los derechos y obligaciones de los usuarios, régimen de sanciones aplicables a quienes incumplan las normas (multas de 50 a 200 euros) y normas específicas para algunos de los servicios. En cuanto al teleférico del Teide y el Refugio de Altavista, éstos al parecer no forman parte del servicio del sistema integral de uso público del Parque Nacional.

7) Sorprende la indefinición en la comunicación sobre los detalles de los servicios no básicos, los llamados complementarios, y también el apoyo recibido por los grupos políticos seguidores que lo han apoyado creo de manera apresurada y sin suficiente reflexión y análisis.  

8) En http://www.heytenerife.es/es/index.html se publicitó y se abrió un debate al respecto del Reglamento de interés. En el que el Cabildo invitaba a participar opinando sobre este asunto, hasta el momento se presentaba como una pretensión que afectaría al uso y disfrute del Parque Nacional del Teide y ello se hizo solicitando «para los residentes en TENERIFE: PARKING GRATUITO Y 75% DE DESCUENTO PARA LOS DEMÁS SERVICIOS». Mi voto fue: ¡no, gracias!. E incorporé al debate mi reflexión económicamente fundamentada. 

Seguidamente, desarrollaré los fundamentos de mis alegaciones con ánimo, profesional, como economista, de aclarar los efectos y el alto coste de oportunidad de decidir apoyar el Reglamento y este del Plan Rector presentado.

Transcurrido un tiempo se retomó el Reglamento de Servicio del Sistema integral de uso público del Parque Nacional del Teide y como indique ahora se procedía al periodo de información pública al Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide con la incorporación, nada menos, que de una nueva restricción de acceso al PNT de vehículos privados (de residentes y no residentes, turistas), abriéndose un nuevo periodo de alegaciones. Ya en este punto del proceso de tramitación del Plan Rector reviso mi análisis crítico constructivo con los siguientes argumentos:

1. Su objetivo barrunta un horizonte recaudatorio y limitativo para la actividad económica. 

2. Su intención es aparentemente buena pero no mejoramos, sino empeoramos todos y cada uno.  

3. No tiene sentido y económicamente no se sostiene votar positivamente sobre la pretensión promovida en aquel debate, para tener que pagar o para que otros paguen y además hacer menos mío y menos nuestro lo que hasta hoy es muy mío, muy nuestro, muy de ellos y muy de todos: el disfrute del P. N del Teide y sus vigentes servicios públicos. Mayor error que votar favorablemente en aquel debate virtual previo sería aprobar este Plan Rector presentado.

4. ¿Pretenden mutar un bien libre (el Teide y las Cañadas) o un bien público (carreteras, aparcamientos, y acceso al pico…) para convertirlo todo en bienes ‘privativos públicos, excluyentes y recaudatorios’? Advierto que sí: Esto es lo que pretenden por el tenor literal del proyectado Reglamento y este Plan Rector. Estos servicios básicos y los   hasta ahora complementarios los hemos disfrutado los residentes y los no residentes. Estos servicios públicos han sido hasta hoy conocidos, protegidos y financiados con la propia cobertura normativa de Parque Nacional. Cobertura y regulación que es notable, correcta, suficiente y adecuada. Esto que es de todos lo tocan y trastocan con la excusa genérica y omnipresente de la defensa del ‘medio ambiente’, sin lograr en absoluto mejorar sino castigarnos a todos. Así lo creo y explico.

5. Sin estas restricciones nuevamente planteadas a la luz del Reglamento y del Plan Rector creo sinceramente que hemos sabido cuidar del Teide y las Cañadas con la propia cobertura reguladora que ofrece la condición de Parque Nacional, ello es suficiente.  

6. ¡No, por favor! ¡Dejen a las gentes subir y disfrutar del Teide! ¡No a la mordaza recaudatoria privativa pública! Pues a la luz de unos servicios que ya tenemos pero que de pronto se venden a la ciudadanía como nuevos, no siéndolo, prevén el canon, la tasa o el precio a pagar por el usuario del bien hasta hoy libre o público. Revisten o envuelven la verdad de una injusticia, (ahora, es lo que parece se pretende, me/nos privan del acceso al PNT, pretenden limitar que accedamos al parque, la carretera de las Cañadas sólo se podrá transitar sin parar en el PNT) en una «mentira»: ‘cuidar el medio ambiente’. Cuando lo cobrado o recaudado no redunda necesariamente en El Teide, ni en los servicios. Además, estos servicios tienen ya su fuente de financiación pública y toda ella sale de los bolsillos de la ciudadanía, del sector privado vía impuestos o vía financiación de los endeudamientos públicos, en estos instrumentos de financiación también puede verse la vocación y sensibilidad medioambiental. ¿Por qué no? ¿Por qué castigarnos más así a todos y cada uno? No se sostiene esto, sea cual sea la adscripción política de cada ciudadano que ya paga por tales coberturas de servicios básicos y complementarios vigentes. No hay nada nuevo en tales servicios, si los hubiera entonces claro que sí cabría tratar de darle cobertura financiera adicional. Si no, no.

7. Y todo esto es lo que pretenden hacer mediante una nueva norma que legitime el sofisma, «la mentira encubierta»: «El Reglamento de servicio del sistema de uso público del Parque Nacional del Teide y el Plan Rector Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide», una tremenda restricción recaudatoria y limitante de la actividad económica directa e indirecta y limitante de la libertad actual.

8. ¡Qué irracional es votar afirmativamente tamaña propuesta! ¿Qué propósito tienen? Todo un despropósito confundido, así lo veo, en un buenismo. ‘Bondad dañina’, que frena o paraliza la actividad económica directa e indirecta. Pues tal intervencionismo frenará la actividad y el empleo. Creo que quizá los promotores y los grupos políticos seguidores y los colectivos sociales han sido sutiles presuponiendo la ingenuidad de la ciudadanía en todo este procedimiento, cierta inmadurez o infantilidad, pues se publicita y se pregunta sobre esto en primera instancia en las plataformas y debates en redes, donde ha habido posiciones muy contrarias e interesantes argumentos, pero escasa o nulamente asumidos, quizá ni leídos.

Advierto un guión predeterminado para su aprobación definitiva. No creo sea esto lo normal en política, ¿o quizá sí? Pero como profesional, como economista, apelo a lo razonable y apercibo de la irracionalidad de todo esto que es ya costosa y será mucho más costosa, social y privadamente. Analizando todo el proceso ya recorrido se constata ya que para más adelante tenían programada el endurecimiento de las restricciones. ¿Acaso el peaje controlado y la fijación de precios sin competencia bajo coberturas monopolísticas ya sea con gestión pública o privada también será algo que veremos en el futuro? Veo, se advierte desde ya, al pretender impedir el acceso en coche privado al PNT, el acceso propuesto se hace apelando al plan de movilidad, desde puntos de encuentro en el que autobuses (guaguas, públicas, privadas o concertadas) harían de lanzaderas para poder acceder a las Cañadas y al PNT.  Siguen avanzando en sus pretensiones y proponen la imposibilidad de acceder al PNT en vehículo privado, pretendiendo limitar el uso del vehículo privado al tránsito sin parada en dicho PNT, ya que dicho tránsito es imposible de impedir por ser una carretera nacional que une la dorsal de la isla con el sur y norte de la misma.  

9. Insisto en la cuestión económica y sus efectos económicos y sociales dentro y fuera del PNT, en poner en duda la factibilidad y el sostenimiento de lo que se promueve y en sus efectos negativos en la actividad económica de toda la Isla. La intervención pública debe estar siempre justificada y ponderada en su alcance, no puede ser instrumento que disuada, espante, o merme la actividad económica y el empleo, a corto, a medio y a largo plazo. Y aquí, con el Reglamento y el Plan Rector que se promueve, es muy probable que se espante.

10. En esta perspectiva económica del transporte, de los bienes libres, bienes y servicios públicos, de la gestión del medio ambiente y de las denominadas conceptualmente externalidades, advierto nítidamente que con este Reglamento de Servicios y el Plan Rector hay un efecto desplazamiento (crowdingout) de un bien libre, gratuito por tanto: El Teide, o de ‘bienes o servicios públicos’, los servicios básicos y los complementarios, ya disfrutados hasta el presente: como la carretera, los aparcamientos  o el acceso al pico, con la cobertura legal vigente propia de los Parques Nacionales), por otro bien llamado “nuevo bien o servicio necesario» tal que falsamente brota del Reglamento y Plan Rector, de manera que lo que ya teníamos es convertido, de repente, en ‘bien público-privativo-recaudatorio’ sin causa justificada. «No hay nada nuevo bajo el sol», pero a partir de ahora pretenden por mor del Reglamento y el Plan Rector que se pague directamente por los usuarios como si de un “nuevo bien o servicio se tratase”, y ello, además, mediante un mercado monopolista puesto en manos del sector público o de su correspondiente concesionario público o privado, esto igual da, es muy negativo, desde el punto de vista del criterio económico de ineficiencia propia del monopolio.  

11. Siguiendo los criterios económicos, el bien o servicio público (el tránsito por carretera y aparcamientos en el P.N.T.) hasta ahora, no es ‘excluyente’ en el consumo, de no haber congestión. No es como el bien privado, como una manzana que si me la como yo usted no se la puede comer. Ni tampoco presenta ‘rivalidad’ en el consumo mientras no se congestione la carretera (se llene); cosa muy improbable, pues ello solo es posible en episodios esporádicos de nieve en las cumbres. Lo que aparece entonces es el corte de la carretera por la nieve y esto de la congestión no lo evitará ninguna política; de hecho, aunque sea política la decisión del corte de la carretera esta decisión está muy bien justificada cuando cae un tremendo palo de nieve. No más allá. Cualquier congestión en la carretera de las Cañadas del Teide puede ser gestionada previamente antes y durante mediante mensajes de disuasión comunicados por los servicios de DGT y de las redes GoogleMaps, ….

12. Lo que se pretende aquí aprobar con el Reglamento y el Plan Rector es: 1) que el sector público recaude dinero poniendo un precio al aparcamiento o cobrando un precio monopolístico, tasa, canon o peaje a los turistas, nacionales y extranjeros, 2) disuadir del acceso al Pico del Teide (a la cima) vía precio a los turistas en la isla o disuadiendo mediante fianza exigida a los residentes de la isla. 3) Eliminar el acceso directo de los residentes en su vehículo, el acceso propuesto se hace apelando al plan de movilidad, desde puntos de encuentro en el que autobuses (guaguas, públicas, privadas o concertadas) harían de lanzaderas para poder acceder a las Cañadas y al PNT. ¡Ya pretenden implementar nuevas restricciones a todo el que transite y disfrute de lo que ya es suyo y de todos por los servicios que desde siempre hemos tenido! Discúlpenme que lo exprese así: Esto es un abuso del ‘político imitante’ de otro ‘político imitante'» sobre el ingenuo paisano, residente o no, o sobre el turista extranjero.  De esto se padece y mucho en los debates políticos y económicos (entre “políticos” y “expertos en transportes” sobre economía del transporte, sobre externalidades y sobre medio ambiente.  Ya que, en este caso, sin fundamento, su argumento político es: “hay que hacerlo porque ya en otros sitios está hecho”, sin más. ¡Vamos, que hubo un primer “asalto” y ahora, por imitación, procede seguir haciéndolo! Cosa que perplejidad también me produce es que muchos políticos que defienden esto resulta que no les gusta la privatización. A mí me suele gustar, pero no para privatizar un bien libre como es aún el caso que nos ocupa. Y justamente lo que hacen, de manera sofisticada y sutil, es «privatizarlo» desde lo público y con esta estrategia que dinamita la naturaleza propia de bien libre, como es el Teide, o del bien o servicio público (el de carretera del P. N., de los aparcamientos ya existentes, o del acceso al pico). Y pretenden sustituirlos por un bien público-privativo-recaudatorio.  Insisto preguntando ¿»No ven en ello un atracón publico de muy malos efectos? 

13. Si quieren financiar la gestión de Servicios del Parque Nacional, esto es buscar más dinero, cíñanse a cobrar por servicios reales, concretos y novedosos susceptibles de demanda, no por lo que ya tenemos como bien libre (El Teide) o como bienes y servicios públicos (tránsito, aparcamiento y acceso al PNT y acceso al pico). Y, en tal caso, si fueran reales, concretos y nuevos los servicios que se ofertaran les recomendaría, si me lo permiten, o les exigiría, si no lo hacen, dos cosas: 1) gestión económica verdaderamente auto-sostenible, sin cargo a presupuestos públicos. Quien gestione que lo haga haciéndose cargo de su cuenta de explotación, de sus propios resultados.  Si son positivos que capitalice su rédito y si son negativos que asuma la pérdida, se los «coma». No implore al «papá Estado” para que le cubran sus pérdidas. 2) En tales casos, de aparecer nuevos y necesarios servicios ofertados por existencia de demanda, pueden y deben gestionarse según criterios económicos sujetos a las restricciones legales ya vigentes propias de los Parques Nacionales.  

14. Este modo de gestión de los nuevos servicios, insisto, efectivamente nuevos, es lo justo y necesario, lo correcto; lo propiamente adecuado para gestionarlos con criterios competitivos, optimizadores de eficacia y eficiencia.  Sin pretensiones espurias falsamente apuntaladas en el artificio del «que otros me lo paguen o me lo subvenciones», para esos objetivos espurios no tenemos recursos. Ese ‘otros que paguen o que sostengan las subvenciones’ es siempre el sector privado propio y, en su caso, el de los turistas y endosárselo al resto de los canarios no residentes en Tenerife, a los peninsulares y a los extranjeros. Todo esto es una pretensión con efectos de retorno negativos y graves, no exenta de problemas que salpican directa o indirectamente al paisano. Primero, porque espanta. Y segundo, porque las altas elasticidades precio de la demanda turística y de todos sus servicios directos e indirectos pueden hacer inviable el traslado de estos nuevos costes a precios, además de debilitar la actividad turística y el empleo, directa e indirectamente. 

15. ¡Verdaderamente, a los ‘políticos imitantes’ les llamo la atención constructivamente cuando hablan del éxito de estas propuestas! Sean cautos, prudentes, haciendo lo que se deba y haya que hacer. Están a tiempo de corregir este mal rumbo. Pero aún avisándoles en alegaciones previas veo siguen en su pertinaz y contumaz posición intervencionista. Me sorprende escucharles y sería bueno que al menos se sorprendieran escuchando y leyendo las alegaciones. No creo que mejoremos sin escucharnos. No. ¡De éxito nada! Mucha imitación que creo burda aplicando criterios absurdos, quizá válidos para los transportes en urbes super-metropolitanas (como Londres, Tokio, Ciudad de México…), a nuestra Santa Cruz, a Tenerife y, en este caso concreto, a las Cañadas, al PNT y al Pico del Teide.  Sin duda, es bueno ilustrar y comparar escenarios teóricos-abstractos en los centros de discusión sobre transporte, especialmente en Congresos y Universidades. Pero hay que ser también pragmáticos. Permítanme ilustrarlo con un ejemplo que ayude a visualizarlo, aplicado a otro contexto, y lo digo reafirmando que me gusta y la gran utilidad social y privada del servicio público del tranvía urbano, del METROPOLITANO, y del servicio guaguas, de TITSA, Pregunto: ¿dónde están las plazas de aparcamiento que desaparecieron con el tranvía a los márgenes izquierdo y derecho de su trazado? He escuchado en los seminarios de investigación sobre transporte en órbita universitaria: » ‘¡no!, la gente tiene que cambiar de mentalidad! ‘». Dicen también: «Que dejen el coche en las afueras de la ciudad y cojan en el intercambiador el transporte público para llegar a su casa!». ¡Oiga! ¡Y tan frescos se quedan! Me imagino yo con la mentalidad cambiada cargando la compra del mes de mi gran familia en el intercambiador ya rumbo para casa en guagua y me da un pasmo.  En los seminarios sobre transporte, externalidades, bienes públicos y medio ambiente, se oye mucho de estrategias de palo (multa) y zanahoria (caramelo); en las universidades se oyen muchas cosas buenas y también muchas tonterías; por ejemplo, ver y escuchar, en un Seminario de Investigación Interdepartamental, coparticipando en las mismas estrategias del transporte a los gerentes del METROPOLITANO y de TITSA, cuando no les queda más remedio, al socaire de que ambas empresas públicas son del Cabildo. Siempre me he preguntado: ¿cómo pueden resolver estos grandes profesionales tan amigablemente sus cuentas de explotación, sus cuentas de resultados? Y me han dicho, en aquel seminario de investigación lo “políticamente correcto”: “¡Eso no es ningún problema¡, ¡el Tranvía se ocuparía del tránsito vertical, ¡Santa Cruz-¡La Laguna, con ejes establecidos en la Autopista del norte y la Carretera General, mientras que TITSA y los taxis se encargarían del tránsito horizontal!» ¡Oiga! ¡Y, otra vez, se quedan tan panchos! Yo nunca me lo he creído, todos sabemos que ahí lo que hay es una gran competencia y yo me alegro, porque competir lealmente en los mercados es sano y muy bueno para toda la ciudadanía. 

16. Insisto de nuevo centrándonos en el P.N. del Teide, veo aquí un afán recaudatorio miope y cortoplacista al no tener en cuenta muchas cosas subjetivas y objetivas entre las que destaco, creo atinadamente, a) las altas elasticidades demanda precio de los bienes y servicios turísticos b) el efecto a corto, medio y largo plazo de esta política intervencionista que frena la actividad y el empleo (encoge o restringe, reduce el mercado turístico y de otros servicios vinculados), c) los ingresos recabados por quien gestione estos servicios (no nuevos) no compensarán los efectos negativos en los ingresos, por tan alta elasticidad precio de la demanda, de las otras actividades turísticas directas e indirectas que hasta el presente disfrutaban de la cobertura vigente de servicios,     d) Lo que se pretende recaudar desde lo público ya lo tenemos en los bolsillos de los ciudadanos, de las familias y empresas, propias del sector privado, y con ello se compra y se vende más y se genera actividad económica, empleo y se reduce el desempleo y sus costes sociales. El bolsillo de los turistas no residentes y el de los extranjeros también hay que cuidarlo y respetarlo, pues de los mismos sale el gasto derivado de sus demandas reales generadoras de posibles ofertas privadas y/o subsidiariamente públicas que las cubran. e) El sector privado, familias y empresas, tiene y debe gozar de mayor confianza. Insisto sin reparo, mayor confianza en el sector privado, familias y empresas. Esto es fundamental y muy necesario en el presente económico de Canarias. Hay mucha falta de esto. Hace falta recobrar e impulsar más nuestro espíritu empresarial, emprendedor y competitivo, que es bastante tenue por la fuerte dependencia privada de lo público, por las subvenciones con la dependencia extrema que estas generan, así como posibles connivencias entre empresarios y políticos vía proliferación de barreras de entrada. Reducir tal exposición es fundamental para propiciar la competencia y la conservación de la naturaleza. Esta voluntad decidida que propicie la confianza en el sector privado y que reconozca su importante papel en la vocación de conservación y cuidado de la naturaleza no se vislumbra en absoluto en el Reglamento de servicio del PNT y en este Plan Rector.

17. Por último, así lo expreso como economista, concluyendo: 1º Duele y creo nos debe doler a todos y a cada uno el hecho de que, pragmáticamente, por la vía que pretende legitimar el Reglamento y el Plan Rector, mi/nuestro P. N. Teide podría llegar a ser menos mío y menos nuestro con las consecuencias de este proyecto de Reglamento y del PRUG del PNT porque pueda, en su desarrollo, llegarse a considerar al Teide no como un bien libre como el aire que respiramos;  2º  De hecho, insisto, en la actual redacción del Reglamento y el Plan Rector, la exclusión de poder acceder al PNT con vehículo privado y los servicios públicos complementarios lo que pretende conseguir es: a) Al PNT lo  habrán como “privatizado por lo público» al comenzar a «excluir» y a «rivalizar» entre las gentes por su consumo, y b) con ello proceden a limitar/nos o racionarnos su demanda, como residentes, tanto de acceder como poder ver directamente, y con la frecuencia que quisiéramos, tanto su sempiterna belleza como de gozar de los servicios públicos que ya tenemos sin necesidad del Reglamento y el Plan Rector. 3º El beneficio neto, social y privado, del Reglamento y el Plan Rector, de esta política «medioambiental y de transporte recaudatoria y regulatoria” en exceso, es  radicalmente prohibitiva», sin haber hecho el cálculo analítico, lo estimo negativo por los condicionantes, exógenos y endógenos, que determinan las altas elasticidades de demanda en los mercados de bienes y servicios turísticos alternativos y por la desnaturalización impropia de los bienes y servicios básicos y complementarios ya ofertados, 4º No aprobar este Plan Rector sería lo correcto y ello sin menoscabo alguno sobre el medio ambiente en el PNT, toda vez que la normativa vigente como Parque Nacional lo ampara. Por lo que considero muy negativamente la propuesta presentada de Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide y en el caso de que estimen conveniente considerar la procedencia de una nueva propuesta de Reglamento de Servicio del Sistema integral de uso público del Parque Nacional del Teide y de Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide, insisto, en que tal regulación no excluya el acceso al PNT en vehículo privado, y que los mismos afecten solo y estrictamente a los servicios reales y concretos que sean nuevos y susceptibles de demanda respecto a la situación preexistente de servicios públicos básicos y complementarios. De manera que tales servicios públicos nuevos puedan ofrecerse en el marco de la cobertura legal vigente de Parques Nacionales aplicada sobre el PNT (nunca sobre los bienes y servicios públicos básicos y complementarios ya ofertados previamente como el tránsito por la carretera, los aparcamientos, …)

Referencias bibliográficas:Transición Ecológica pone a disposición pública el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide (2022), 23.5.2022

Parques Nacionales de Canarias.

https://www.gobiernodecanarias.org/medioambiente/temas/parques_nacionales_canarios/

Solicitud de inicio del procedimiento de Evaluación Ambiental Simplificada de la revisión del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide. Isla de Tenerife. (expte: 2021/30151) Documentos. https://www.gobiernodecanarias.org/planificacionterritorial/temas/evaluacion-ambiental/evaluacion-ambiental-de-planes-l21-2013/prug-pn-teide/


[1] el 23.6 de 2022.

2 Comentarios

  1. Y yo me pregunto, y que va a pasar con los restaurantes, viviendas y demás negocios que hoy se desarrollan en torno al Teide?.
    Tiene el Gobierno de Canarias competencia para limitar el ejercicio del derecho a la propiedad, restringiendo el acceso a las dichas fincas o cobrando por ello? A mi modesto modo de ver se está a todas luces extralimitando.

  2. Así es Patricia. Por ello es bueno y prudente como individuos libres, sujetos a las restricciones propias
    (endógenas) y ajenas (las exógenas,) estar pendientes de las pretensiones regulatorias de la política. Los marcos normativos son deslizantes y por voluntad política, voluntaristas, podrían llegar a imponerse criterios o imponer su voluntad en mayor medida conforme menor sea nuestra atención y prudencia Ante tales propuestas intervencionistas de oscuras y negativas consecuencias..
    Atte. José Manuel González Pérez.


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