Por la Baronesa Bloomfield. Este artículo fue publicado originalmente en CapX.
Los que afirman que los conservadores están dando la espalda a la agenda verde no ven el bosque por los árboles. En toda la cháchara sobre los impuestos ecológicos en las facturas de la luz, las bombas de calor y los coches eléctricos, parecen olvidar que hay una tecnología que será fundamental para alcanzar el Net Zero, y es una tecnología que el Gobierno apoya firmemente: la energía nuclear.
La energía nuclear es baja en carbono, fiable y rentable. En la actualidad, la energía nuclear representa en torno al 15% del suministro eléctrico del Reino Unido, pero el Gobierno pretende aumentarlo hasta el 25% en 2050, lo que la convierte en un elemento central de las ambiciones climáticas.
Un colosal error
El Reino Unido tiene un largo historial de innovación en energía nuclear. Hace 70 años construimos en Calder Hall la primera central nuclear del mundo. Luego vinieron Chapelcross, Berkeley, Hunterston y muchas más. Cuando Tony Blair se convirtió en Primer Ministro, había 16 centrales nucleares en funcionamiento en todo el Reino Unido. La última central nuclear nueva del Reino Unido que se construyó y empezó a funcionar, Sizewell B, que seguirá funcionando en 2050, fue encargada por Margaret Thatcher. De hecho, todas las centrales nucleares que funcionan hoy en día fueron firmadas por conservadores.
En 2010, cuando los conservadores recuperaron las llaves del número 10, se habían cerrado seis centrales y no se había puesto en marcha ninguna nueva en 13 años de laborismo. Se había permitido que una narrativa antinuclear entrara en la conciencia pública y política, y con ella, una apatía total sobre nuestra seguridad e independencia energética.
Es un error colosal.
La guerra de Putin
La guerra de Putin en Ucrania, que ha disparado los precios mundiales de la energía, ha puesto de relieve la seguridad energética y ha provocado un replanteamiento total de nuestras prioridades estratégicas.
Con la mejora de la tecnología nuclear, los responsables políticos se están dando cuenta de que si queremos una verdadera seguridad energética, al tiempo que alcanzamos nuestros objetivos climáticos, tanto el Reino Unido como el mundo necesitan la energía nuclear.
Los conservadores siguen comprometidos con la energía nuclear como parte integrante de la combinación de electricidad limpia y ecológica del Reino Unido para el siglo XXI. Por eso nos comprometimos firmemente a construir nueva capacidad nuclear en la Estrategia Británica de Seguridad Energética del año pasado.
Great British Nuclear
La semana pasada, Grant Shapps inauguró Great British Nuclear, el nuevo organismo gubernamental que impulsará la inversión y el suministro de nuestra nueva generación de energía nuclear, que abastecerá a hogares y empresas durante décadas con energía limpia, sostenible y segura.
Esto anuncia el comienzo de una nueva era nuclear y un renacimiento de la industria nuclear británica. Ha llegado el momento de acabar con los temores equivocados y las políticas erróneas del pasado, y de reconocer los inmensos beneficios que puede aportar una energía nuclear limpia, fiable y producida en casa. Nos aportará seguridad energética, contribuirá al crecimiento de nuestra economía, creará muchos puestos de trabajo bien remunerados y comunidades prósperas, y cumplirá nuestras ambiciones de Red Cero con mayor rapidez y a menor coste para el consumidor y la economía nacional.
Nuevas centrales nucleares
El anuncio de Great British Nuclear [GBN] demuestra la seriedad de este Gobierno a la hora de hacer del Reino Unido uno de los mejores lugares del mundo para desarrollar y comercializar nuevas centrales nucleares, así como para invertir en nuevas tecnologías verdes. Esto, a su vez, tiene el potencial de permitir al Reino Unido exportar a todo el mundo y contribuir a la descarbonización global.
El lanzamiento de GBN es un comienzo decisivo en este camino y demuestra que este Gobierno, bajo este Primer Ministro, es capaz de pensar más allá de los ciclos electorales a corto plazo y embarcarse en proyectos que reportarán beneficios durante décadas.
Las posibilidades de nivelar zonas de nuestro país muy necesitadas de puestos de trabajo y aprendizaje de alta calidad, como el noroeste de Gales, no podrían ser más apasionantes. Wylfa, en Anglesey, ha sido descrito como uno de los mejores emplazamientos del mundo para reactores de gigavatios, y Trawsfynydd, en Gwynydd, es un lugar perfecto tanto para probar tecnologías SMR y AMR como para albergar potencialmente una instalación de fabricación de radioisótopos médicos.
La fusión nuclear
Por supuesto, el santo grial es la fusión nuclear, y tanto la UKAEA de Culham, respaldada por el Gobierno y dirigida por el profesor Sir Ian Chapman, como empresas privadas como Tokamak Energy y First Light están haciendo progresos. Por ahora, sin embargo, tenemos que apoyar todas las formas de tecnología de fisión, desde la generación a escala de gigavatios hasta la microgeneración, desde la tecnología SMR hasta la AMR. Sólo entonces podremos empezar a considerar el almacén de residuos nucleares de Sellafield como un activo, en sí mismo una gran fuente potencial de combustible para algunas de estas nuevas tecnologías.
Para garantizar el éxito de la industria, necesitamos cientos de miles de personas con las cualificaciones adecuadas, tanto en el sector civil como en el de defensa. El anuncio de ayer de un grupo de trabajo sobre competencias nucleares subraya el planteamiento estratégico que sigue el Gobierno para crear el próximo capítulo de nuestra historia nuclear. Se trata de preparar a la industria para el éxito y la prosperidad, garantizando que las ambiciones de nuestra nación en materia nuclear puedan impulsar a Gran Bretaña y nuestra seguridad energética durante las próximas décadas, ayudándonos a alcanzar el Objetivo Cero en 2050 y más allá.
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Energía nuclear, política energética y empresas. (Alberto Illán Oviedo).
Por qué la energía es cada vez menos fiable. (Jared Wall).
La alternativa nuclear. (José Carlos Rodríguez).
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