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La cantidad no es lo importante

Publicado en Libertad Digital

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Los teóricos cuantitativistas sostienen sin ruborizarse que el valor del dinero depende únicamente de su cantidad y de una mística velocidad de circulación. La calidad de ese dinero es indiferente; poco importa si en una misma sociedad circulan cinco mil monedas de oro o cinco billetes de papel inconvertible. Su valor será idéntico.

Para estos economistas, el dinero surge como una especie de acuerdo social consciente, generalmente sancionado por el gobierno. No es necesario, por tanto, que el dinero tenga algún valor anterior, basta con que la gente sepa que todo el mundo lo aceptará. Sin embargo, este argumento tiene un grave error. ¿Por qué alguien va a aceptar como contrapartida de unas mercancías valiosas un bien que no vale nada? Desde luego los cuantitativistas responderán que el valor del dinero procede de la certeza de que si yo lo acepto otro lo aceptará más tarde, pero, ¿cómo puedo tener esa certeza? ¿Quién finalmente va a estar dispuesto a quedarse con un bien desprovisto totalmente de valor? Al final, los cuantitativistas caen en un círculo vicioso: el dinero circulará porque circulará (o, en el peor de los casos, porque el Estado pondrá “todos los medios a su alcance” para que circule por la fuerza).

En realidad, todo dinero para que empiece a circular debe tener un valor como mercancía. En este sentido, el papel moneda no es más que una promesa de pago, en cuanto a tal no tiene ningún valor, lo mantiene mientras continúe ligado a la auténtica mercancía.

Si los empresarios consideran que existe una perfecta convertibilidad entre el papel y su respaldo dinerario, entonces el papel será aceptado como si se entregara la mercancía, sin ningún tipo de descuento. Pero una vez se pierda la confianza en esa convertibilidad, el mercado aplicará un descuento y los precios subirán: el dinero pierde calidad en tanto se desvincula de la mercancía realmente líquida.

Esto nos permite adelantar una consecuencia importante. A diferencia de las afirmaciones cuantitativistas, no todo aumento en la cantidad de dinero supone inflación. Recordemos que el dinero es un bien económico más y que, por tanto, su incremento nos enriquece. Una sociedad que disponga de más oro es una sociedad más rica; de la misma manera que lo es una sociedad con más televisores o más frigoríficos.

Ahora bien, esto no significa que una sociedad con más promesas de pago no respaldadas (con más dinero fiduciario) sea una sociedad más rica. Como ya hemos dicho, si los empresarios intuyen que la vinculación entre el billete y la mercancía que lo respalda se ha debilitado (es decir, que cada billete representa una cantidad menor de mercancías) le aplicarán un descuento. Es decir, cuando el Banco Central incrementa la cantidad de dinero fiduciario aumenta el número de promesas impagadas, de fraudes circulantes.

Pero, en todo caso, quede claro que la cantidad de dinero (de auténtico dinero) no es importante en tanto su calidad no se vea afectada; es más, en ocasiones será necesario incrementar la cantidad de medios en circulación (por ejemplo a través de las letras de cambio) para mantener la calidad del dinero.

Así pues, a diferencia de lo que afirman los cuantitativistas, los precios serán más elevados allí donde haya una pequeña cantidad de dinero no respaldada que donde haya un gran cantidad pero respaldada. Y es que, desgraciadamente, algunos todavía no han insertado el análisis subjetivista de la economía en la teoría monetaria.

¿Cuánto estás dispuesto a dar a cambio de algo que no vale nada? Nada; por muchos monarcas que tenga impresos.

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