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La catarsis de la covid-19

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Sería un suicidio económico desmantelar nuestra principal industria: turismo, hostelería y comercio.

En la tragedia griega, catarsis era la purificación que sufría el espectador al observar las desgracias que aquejaban a los personajes de la obra, males debidos a sus errores y mala cabeza. Tras una experiencia vital profunda, como la sufrida en esta pandemia, es inevitable reflexionar sobre cómo hemos venido «haciendo las cosas» hasta ahora: estilo de vida, jerarquía de valores, prioridades, salud, familia, trabajo, etc. Toda catarsis es revisionista, pero debemos ser cautos. Si no queremos equivocarnos hay que realizar un diagnóstico correcto del problema y buscar soluciones en la buena dirección. Veamos algunas reacciones y tics que observamos tras la pandemia:

1. La búsqueda de culpables

Como apunta humorísticamente el profesor Carlos Rodríguez Braun: «El mejor amigo del hombre no es el perro, sino el chivo expiatorio».[1] Algunos ecologistas, acudiendo a la metafísica, dicen que el coronavirus es un castigo de la diosa Pachamama por llevar un estilo de vida contrario a la naturaleza; otros, en la línea de Malthus, afirman que la pandemia viene a reducir el «exceso» de población. En el ámbito de las ciencias sociales, los intelectuales más agoreros echan mano de su frase favorita: «Algo va mal» (Judt, 2010).  Unos y otros, para no variar, culpan de lo sucedido al capitalismo, al consumismo, al neoliberalismo, al egoísmo o a cualquier otro «ismo». Todas estas explicaciones carecen de credibilidad, pero son peligrosas porque proponen cambios que afectan a los pilares del orden social: la división del trabajo y el libre mercado.

La involución económica es una reacción propia de colectivistas que desean imponer a los demás su modelo de sociedad cerrada, tribal y precapitalista. Estos enemigos de la realidad, románticos exaltados que gritan «muerte al capital», desgraciadamente, no tuvieron un abuelo que les contara sus miserias, y mucho menos, han leído algo que no sea algún panfleto marxista. Paradójicamente, los que aborrecen el capitalismo, las prisas y el trabajo no «okupan» las ecológicas y bien ventiladas cuevas de los barrancos, sino las segundas residencias de los burgueses.

En la catarsis, cada individuo reevalúa su personal escala de valores así como sus fines y los medios para conseguirlos. Es legítimo buscar un nuevo estilo de vida, por ejemplo: residir en el campo, convertirse en trabajador agropecuario y así alcanzar una (mal llamada) «soberanía alimentaria».[2] Nada hay de malo en ello. Lo preocupante es que políticos e ingenieros sociales quieran imponer, vía decreto-ley, la vuelta a la autarquía y al nacionalismo económico.

2. Autarquía y nacionalismo económico

Es la reacción más habitual frente al miedo que provoca todo desabastecimiento. Por ejemplo, si las mascarillas, test y equipos de protección no llegan a los consumidores, la reacción del autarca es: «no podemos depender de China» o «debemos asegurar la producción nacional». Tras una pandemia, la escasez inicial de específicos artículos es inevitable, pero si gobierno interfiere el mercado —requisando bienes, controlando empresas, fijando precios, monopolizando la compra y distribución— la oferta no puede crecer al ritmo deseado. Quienes proponen una vuelta al nacionalismo económico cometen un error de diagnóstico porque al consumidor le da igual dónde se fabrique el producto, siempre y cuando llegue rápidamente a sus manos, cumpla su función y sea barato. En definitiva, la mejor forma de resolver la escasez es que la producción sea global, libre, masiva, rápida y que el comercio no sea interferido. «No importa si el gato es ‘europeo’ o ‘chino’, lo importante es que cace ratones».

2. El mito del cambio de modelo económico

La pandemia no afecta por igual a todos los sectores económicos. En particular, las restricciones a la movilidad perjudican mucho más al turismo que a la industria y muy poco al sector primario. Este hecho viene a resucitar la manida cantinela del «cambio de modelo económico». Algunos piensan que España debería ser menos turística y más industrial, más parecida a Alemania y menos a Grecia. También se oye decir: «el turismo nos condena a ser un país de camareros y quelis».[3] Ahora veremos que el «cambio de modelo» es un sofisma que carece de lógica económica.

En el ámbito social, prima facie, debemos criticar la idea de «modelo»: construcción imaginaria de algo considerado subjetivamente como ideal, perfecto o bueno. Platón, en La República, fue el primero en caracterizar un modelo idealizado de pólis. Siguiendo la senda del filósofo griego, el famoso psicólogo conductista B. F. Skinner, en su novela Walden Dos, relata el funcionamiento de una comunidad diseñada «científicamente» con el objetivo de hacer felices a sus mil habitantes. Pero un proyecto de ingeniería social o económica, a gran escala, solo puede implantarse bajo el yugo de un autócrata o de un gobierno democrático fuertemente ideologizado. Tal vez, el «cambio de modelo» más rápido, extenso y profundo fue el realizado en Turquía, entre 1924 y 1935. Mustafá Kemal Atatürk, un líder amante del modo de vida europeo, transformó manu militari un califato islámico en un Estado laico occidental. En una sociedad abierta, donde cada cuál persigue sus propios fines, el concepto constructivista de «modelo» es una grave amenaza a las libertades del individuo y a la función empresarial. La estructura productiva de cada territorio —país, región, comarca— no ha sido diseñada deliberadamente. Por ejemplo, ninguna autoridad de Alicante planificó la producción de turrones en Jijona, la de juguetes en Ibi y el turismo en Benidorm. La división del trabajo no es volitiva, sino evolutiva y, como todo proceso social, obedece a factores antropológicos, históricos, geográficos, climáticos, culturales, etc. Además, la especialización productiva no es estática. La función empresarial es dinámicamente eficiente y está en permanente cambio (Huerta de Soto, 2012).

Que Alemania sea un país «más» industrial y España lo sea «más» turístico beneficia a todos porque cada cuál hace lo que mejor sabe hacer. Es cierto que (dentro de un mercado) la industria paga salarios superiores al turismo porque su tasa de capitalización es mayor; pero esta razón, por sí misma, no posibilita un cambio en la estructura productiva. Mutatis mutandis, ¿por qué no copiar el modelo de Luxemburgo? Es una ensoñación creer que se puede cambiar de modelo económico como quien cambia de traje.

Un orden social espontáneo o «cosmos» no puede ser racionalmente construido a imagen y semejanza de un modelo. A una escala micro, en cambio, el concepto de modelo cobra sentido porque se trata de un orden construido o «taxis» (Hayek, 2014: 57). Por ejemplo, las empresas tienen diferentes «modelos de negocio» y los individuos su propio «modelo de vida». Forzar un cambio de modelo, en cualquier caso, es un grave error. En Canarias, por ejemplo, no faltan políticos y planificadores sociales que propugnan un modelo turístico de «calidad», sin darse cuenta que todas las calidades cumplen su función en el mercado y, por ello, son todas bienvenidas. Los políticos, con sus leyes de moratoria, prohíben la construcción de hoteles de 3 y 4 estrellas para que haya más hoteles de lujo, desoyendo los deseos de los consumidores. A estos fantasiosos les desagradan los negocios low cost y los hoteles «todo incluido» porque solo desean turistas millonarios. Pueden coaccionar a los empresarios, pero no a los turistas, quienes encontrarán lo que desean en otro destino. El resultado del socialismo económico y su imposición de modelos conduce al empobrecimiento y, en el mejor de los casos, a menores ingresos de lo que podrían haberse obtenido, en otro caso.

En segundo lugar, el turismo no es mejor ni peor que otras industrias. Lamentables fueron las palabras del ministro Garzón al calificar el sector turístico como de «bajo valor añadido, estacional y precario».[4] Es propio de miopes sólo ver hoteles y camareros y pasar por alto todo un universo de negocios que giran en torno al turismo: aerolíneas, aeropuertos, barcos, puertos, trenes, estaciones, taxis, agencias de viajes, inmobiliarias, ocio y naturaleza, deportes, comercio, restauración, alquiler de vehículos, transporte, gasolineras, hospitales, abogados, seguros, etc.

En tercer lugar, sustituir —si ello fuera posible— el turismo por la industria tampoco nos «inmunizaría» contra los efectos económicos del coronavirus. En una economía globalizada, todos los sectores son interdependientes. Si el turismo se resiente, la producción industrial le sigue: se fabrican menos aviones, coches, equipamiento de hostelería, etc. Por ejemplo, si los alemanes dejan de consumir nuestro turismo, los españoles no tendremos dinero para comprarles sus Mercedes, Audi o BMW; y viceversa.

3. Prospectiva

En el mejor de los casos, la pandemia remitirá, se hallará una vacuna efectiva y se mejorará el tratamiento de la enfermedad; el resultado sería la vuelta a la normalidad. Pero si la covid-19 persistiera —por años y sin vacuna— la vida social, la producción y el consumo se adaptarán a las nuevas exigencias de la realidad, tal y como ya ocurre con el VIH. No se producirá un colapso total del turismo porque las empresas y los gobiernos se adaptarán: trabajadores y clientes se protegerán, tendremos vuelos, hoteles (entre otros negocios) y playas con certificación covid-free; los alojamientos (cruceros incluido) dispondrán de zonas para clientes en cuarentena, la identificación de infectados —incluida la trazabilidad del contagio— será más rápida y fácil; los test y equipos de protección serán muy accesibles, baratos y fiables; el tratamiento de la enfermedad será más efectivo, etc. Este escenario no es utópico, es lo que siempre sucede, aún a pesar del gobierno, tal y como afirmaba Henry Thoreau (2008: 15): «Si el comercio y las industrias no tuvieran la elasticidad del caucho, no alcanzarían jamás a saltar por encima de los obstáculos que los legisladores les están poniendo de continuo por delante».

En definitiva, sería un suicidio económico desmantelar nuestra principal industria —turismo, hostelería y comercio—. Lo más económico no es involucionar, sino adaptarnos y evolucionar. No es preciso reducir drásticamente nuestro nivel de vida, ni pensar que tenemos una «excesiva» dependencia del turismo. Resulta contradictorio desear más industria y, al mismo tiempo, reducir la oferta de suelo industrial mediante la legislación urbanística (Azpitarte, 2018). Pero, aunque quisiéramos, tampoco sería posible, a golpe de Boletín Oficial del Estado, convertir a España en una potencia «más» industrial de lo que es. La clave para afrontar la depresión en ciernes no es la planificación y su corolario: el «cambio de modelo económico», sino permitir la máxima libertad económica. Ello permitirá la aparición de nuevas industrias y el perfeccionamiento de las ya existentes. En tiempos de la covid-19 la industria turística española tiene retos, pero también la gran oportunidad de posicionarse como un negocio más seguro frente a otros competidores.

Bibliografía

Azpitarte, J. (2018). Urbanismo y Libertad. Madrid: Unión Editorial.

Bodino, J. (1997) [1576]. Los Seis Libros de la República. Madrid: Tecnos.

Huerta de Soto, J. (2012). «La esencia de la Escuela Austriaca y su concepto de eficiencia dinámica». Revista de Economía ICE, marzo-abril 2012, No 865.

Skinner, B. F. (1984). Walden Dos. Barcelona: Martínez-Roca.

Thoreau, H. (2008). Del deber de la desobediencia civil. Colombia: Pi.


[1] https://www.abc.es/opinion/abci-amigo-hombre-200708180300-164422314147_noticia.html

[2] «Soberanía», según Bodino, es un concepto político: «La característica más notoria de un Estado es la soberanía, es decir, su poder absoluto y perpetuo, el cual no admite otra autoridad sobre si mismo.

[3] «Queli» es la «que limpia», referido a las camareras de habitaciones.

[4] https://www.youtube.com/watch?v=JplASjS78rs

 

15 Comentarios

  1. Estimado articulista , creo
    Estimado articulista , creo que estara de acuerdo en que no es lo mismo un gato o zorro comunista chino a otro chino no comunista ; una cosa es la Teoria, en la que coinicidimos, y otra es la historia la pasada y la por hacer; un ejemplo extremo, si los judios quieren seguir siendo lo que son y, de momento, quieren , no le quepa la menor duda de que recurriran a todos los medios a su alcance para la consecucion de tal fin, como decia Ortega, a la ultima ratio; como se dijo una vez en mi tierra, a raiz de un accidente con un petrolero, ¡NUNCA MAIS!; es el unico pais, en el que la conscripcion tan denostada por Rotbhard, bajo cualquier circunstancia , se convierte en algo criminal; porque va contra lo que pretende defender; algunos caen en el error gravisimo de reificar al Estado y negarlo bajo cualquier circunstancia; en un pais comunista, no hay individuos , lo que hay es esa cursileria llamada Capital Humano; es decir, esclavos.

    Un cordial saludo.

    • Estimado Andrés, ¿cuál sería
      Estimado Andrés, ¿cuál sería su propuesta respecto a China?

    • Pues brevemente, sería lo
      Pues brevemente, sería lo siguiente:

      Para que siguiese operando el Principio de la ventaja comparativa Ricardiano (ojo¡, no el falaz de Krugman por el que le dieron el Nobel, sino el de MISES, que fue quien entendió correctamente sus implicaciones y pasó a reformularlo, denominándolo con el título de » La Ley de Asociación «de Ricardo») con respecto a China y resto de paises no «Occidentales» en los que no hay democracias «liberales» habría que hacer lo siguiente (sic) :

      Es una reproducción de un comentario que ya hice aquí :

      » Es lo que hay; y por supuesto a China ni tocarla eh¡; porque es un país Capitalista donde hay una flexibilización de mercado laboral ejemplar; hay capital humano fantástico; más aún, tiene un valor de capitalización enorme; hay literalmente una masa de esclavos enorme para cualquier empresa que esté dispuesta a comprarlos para hacer lo que quiera con ellos; eso sí, hay una condición previa; tiene que tener como asociado de facto al Partido Comunista Chino, porque si no es imposible disponer de esa trata esclavista de chinos; me parece que ahí no hay negros; yo solo espero que el fanfarrón de Trump cumpla una de sus amenazas implícitas:

      No pagar los bonos del tesoro USA que son propiedad del Partido Comunista Chino a través del Popular Banco Central Chino, basándose en principios reconocidos en derecho, como son el de la indemnización por daños causados por negligencia criminal o por una actitud dolosa de ocultamiento; vamos a ver si de una vez por todas a la tercera va la vencida; porque esta, es la tercera pandemia con origen doloso o negligente en China.; si, ya sé que a corto plazo las consecuencias van a ser graves, pero a la larga no, porque estos criminales no pueden salirse de rositas; “Fiat justicia, net pereat mundus”; eso sí, después de hacer eso, si Trump:

      Cierra La Fed, acaba con la Reserva Fraccionaria , decreta el libre comercio con solamente 2 artículos , el primero para derogar los preexistentes y el segundo para validar el verdaderamente libre comercio con las Democracias «liberales» de todo el mundo, una ampliación de la Otan que incluya a estas y expulse a Turquía, pues entonces, China, Rusia y el Islam nacional Socialista ya pueden darse por jodidos; y si se implanta el patrón oro » austriaco» sin la R F, pues más jodidos todavía; naturalmente el Estado de Israel, la vanguardia de Occidente frente a la barbarie, ¡ipso facto! debería entrar en la OTAN; estamos obligados moralmente; se lo debemos ad eternum.

      Por soñar que no quede; pero como decía el majadero de Obama y nuestros Podemítas, ¡si se puede! y la praxeología, hace ya mucho tiempo que lo ha demostrado científicamente; cosa distinta es la Historia; lo que mueve el mundo son las ideas; lo que hay que hacer es expulsar las malas o no científicas.»

      Fíjese que, al no haber restricciones de carácter «institucional» y existir el libre comercio para todo tipo de bienes de consumo y de sus factores de producción, en los países «Occidentales», no operaria el Principio de la Ventaja Comparativa, sino que simplemente se daría el caso de una Economía de Mercado Pura, aunque con un Estado mínimo que se encargaría exclusivamente de defender la vida y la propiedad de las personas; yo, con esto, me daría con un canto en los dientes; además, esto permitiría llevar a cabo la reforma monetaria de Huerta de Soto, en el sentido de que las cantidades de billetes emitidas por las «FED» de todos los países, para cumplir con la Ley o el derecho al 100% de Reservas, puesto que se acuerda respectar los derechos de propiedad, se destinarían a cancelar unas enormes cantidades de Deuda Publica.

      Un cordial saludo.

  2. Todo un tratado excelente.
    Todo un tratado excelente. Gran trabajo didactico ¿Creeran los que claman por sistemas trampa que empujan los totalitarios con una aberrante politica que proclama libertad y democracia sin creer en ninguna de las dos ,que viviran mejor en los sistemas en que caeran y con ellos todos nosotros? La atrevida ignorancia la envidia y el resentimiento nos llevaran al caos del que se sale tarde y mal o.no se sale como en la China Disneylandia y falsa ..

  3. Me encanta ver su clasismo y
    Me encanta ver su clasismo y su bilis, cada cual sabe a quien sirve. El señor intelectual liberal utiliza su bilis para desprestigiar a sus enemigos de la libertad, sólo aquellos elegidos que han leído a Hayek, o David Ricardo merecen su respeto. Lease a Thomas Pikkety, y su análisis económico a lo largo de siglos y siglos de explotación. Nadie se los cree aunque tengan estos chiringuitos financiados por el Partido Popular y el Opus Dei. Espero que sufran y no duerman por las noches con el miedo a que les subamos los impuestos, porque, adivinen, lo haremos 🙂

    • Estimado Sr. «Somos el 99%».
      Estimado Sr. «Somos el 99%». Usted no argumenta. Me recomienda

      habla como un vulgar matón de barrio que amenaza con aumentar el robo fiscal.

    • Estimado Sr. «Somos el 99%».
      Estimado Sr. «Somos el 99%». La verdad no reside en lo que opine una mayoría (lo digo por su pseudónimo). Usted no argumenta. Me recomienda que lea a Pikkety y yo le recomiendo que lea la refutación de Böhm-Baverk sobre la falsa teoría de la explotación. Lo que resulta inadmisible es que usted se despida como un vulgar matón comunista (valga la redundancia). Aquí se viene a dialogar, no a amenazar.

  4. Hareis el tonto como siempre;
    Hareis el tonto como siempre; puedes irte al vaticano, seras bien recibido; alli tienes socialistas de todas las sectas o variantes; tienes a satan; ¿ que mas quieres? .

    • Me tome 2 wiskys y soy
      Me tome 2 wiskys y soy inacapaz de determinar el significado de su laconica entrada,; conste que con esa ingesta, suelo estar bastante lucido; pero si eso es lo unico que tiene que «decir» , pues callese hombre; no toque los cojones; al menos Carlitos Sanchez «dice » u opina ; tiene ideicas, como su compa , un tal Rallo; pero es que Vd. es simplemente un parasito; no llega ni a virus; atontao.

      Eso si, reciba un cordial saludo .

  5. La catarsis de la COVID19
    La catarsis de la COVID19 pasaría porque CADA UNO (como espectador, y ahora que la estamos viendo escenificada o representada en su máximo grado) nos vayamos dando cuenta de esa GRAN MENTIRA DE LOS GOBIERNOS.

    Excelentemente explicada la idea errónea que hay detrás del constructivismo cientifista y de la superstición estatista: «[…] debemos criticar la idea de «modelo»: construcción imaginaria de algo considerado subjetivamente como ideal, perfecto o bueno. Platón, en La República, fue el primero en caracterizar un modelo idealizado de pólis. Siguiendo la senda del filósofo griego, el famoso psicólogo conductista B. F. Skinner, en su novela Walden Dos, relata el funcionamiento de una comunidad diseñada «científicamente» con el objetivo de hacer felices a sus mil habitantes. Pero un proyecto de ingeniería social o económica, a gran escala, solo puede implantarse bajo el yugo de un autócrata o de un gobierno democrático fuertemente ideologizado. […; sin embargo, por contraste] En una sociedad abierta, donde cada cual persigue sus propios fines, el concepto constructivista de «modelo» es una grave amenaza a las libertades del individuo y a la función empresarial. La estructura productiva de cada territorio —país, región, comarca— no ha sido diseñada deliberadamente. Por ejemplo, ninguna autoridad de Alicante planificó la producción de turrones en Jijona, la de juguetes en Ibi y el turismo en Benidorm. La división del trabajo no es volitiva, sino evolutiva y, como todo proceso social, obedece a factores antropológicos, históricos, geográficos, climáticos, culturales, etc. Además, la especialización productiva NO ES ESTÁTICA. La función empresarial es dinámicamente eficiente y está en permanente cambio.»

    • Una muestra del carácter
      Una muestra del carácter evolutivo de la estructura productiva es, efectivamente, Jijona, que es a la vez, la cuna del turrón y del helado. Ambas industrias están ligadas por sus orígenes y han evolucionado a la par, en el transcurso del tiempo, promovidos por el carácter impulsivo y la inquietud aventurera de los jijonencos. Allá por el siglo XV, empezaron a construirse los neveros o Caves o Pous de Neu, como el que aún conservamos en lo alto de la Sierra de La Carrasqueta, donde se almacenaba y se conservaba la nieve prensada en invierno para luego utilizarla en la producción del helado.
      http://www.jijonaturismo.com/los-origenes-del-helado-en-jijona/

  6. Informe de un panel de
    «El Ministerio del Interior alemán define al coronavirus como «falsa alarma global» en un informe filtrado a la prensa»: https://diario-octubre.com/2020/06/01/el-ministerio-del-interior-aleman-define-al-coronavirus-como-falsa-alarma-global-en-un-informe-filtrado-a-la-prensa/

    Y ese Informe viene de expertos verdaderamente independientes (en España o no los hay, o no han aparecido). De hecho, no solo desde el Ministerio lo han desmentido sino que a quien filtró el Informe lo han despedido: «el filtrador ha sido suspendido de empleo y sueldo y su ordenador de trabajo confiscado. Günter Krings, portavoz del Ministerio del Interior, redujo días después el asunto a una «teoría de la conspiración».

    • l informe destaca 5 puntos
      El informe destaca 5 puntos clave:
      – Que su peligrosidad fue sobreestimada, ya que probablemente en ningún momento el peligro planteado por el nuevo virus fue más allá del normal;
      – Que las personas que mueren por coronavirus son esencialmente las que estadísticamente morirían este año, porque han llegado al final de sus vidas y sus cuerpos debilitados ya no pueden hacer frente a ningún estrés (incluidos los aproximadamente 150 virus en circulación actualmente);
      – Que en todo el mundo no ha habido más de 250.000 muertes por coronavirus, en comparación con el millón y medio (25.100 en Alemania) durante la gripe del invierno 2017/18;
      – Que el peligro no es mayor al de otros virus; y que EL ESTADO alemán se ha convertido en el PRINCIPAL PRODUCTOR DE NOTICIAS FALSAS.

    • El contexto en que ha
      La búsqueda de una CATÁRSIS INDUCIDA en determinada dirección (como «plan B» de la siempre activa superstición estatista) también podría estar detrás de la aparición (o introducción) «improvisada» (según significativo lapsus de una ministra del reino de España) de la historia del coronavirus.

      Según el artículo de julio de 2018 de Ugo Bardi (miembro del Club de Roma), «Por qué, en unos pocos años, ya nadie hablará sobre el cambio climático»: https://cassandralegacy.blogspot.com/2018/07/why-in-few-years-nobody-will-be-worried.html
      «Parece que estamos jugando con una versión del fin del mundo de la historia de Ricitos de Oro y los tres osos. Una catástrofe climática que es demasiado pequeña no tendrá ningún efecto en los puntos de vista de las personas, pero si es demasiado grande, será demasiado tarde para evitar un desastroso acantilado de Séneca para toda la civilización humana. NECESITARÍAMOS UNA CATÁSTROFE LO SUFICIENTEMENTE GRANDE, pero al menos es poco probable que el clima de la Tierra nos lo proporcione.
      Como mínimo, deberíamos reconocer que hemos estado haciendo algo mal EN TÉRMINOS DE GESTIONAR LA PERCEPCIÓN PÚBLICA DEL CAMBIO CLIMÁTICO, necesitamos algún tipo de «plan B». ¿Alguna sugerencia?»


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