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La crítica de Rallo a Mises: Paradigmas Monetarios Austriacos Enfrentados

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En Una Crítica a la Teoría Monetaria de Mises, Juan Ramón Rallo desarrolla una visión alternativa sobre la teoría del valor del dinero y de los medios fiduciarios, así como su influencia en el ciclo económico. Desde Ludwig von Mises, ha proliferado dentro de los pensadores de la Escuela Austriaca una aproximación teórica hacia las ideas de la Escuela Monetaria del siglo XIX, que se opuso a la emisión de los medios fiduciarios, desde billetes de banco hasta depósitos a la vista.

En este sentido, Mises, Murray N. Rothbard, Jesús Huerta de Soto, Hans Hermann Hoppe y muchos otros adoptaron estas posturas desde el punto de vista metodológico de la Escuela Austriaca, argumentando en favor de un coeficiente de caja del cien por cien para depósitos a la vista y equivalentes. Más allá de los problemas que pueda generar este tipo de sistema bancario, es muy relevante entender que todas estas posturas quedan enraizadas en una teoría del valor del dinero y de los medios fiduciarios específica.

En su libro, Rallo trata de deconstruir la teoría monetaria de Mises premisa por premisa. Desde la teoría cuantitativa del dinero, hasta la teoría del ciclo económico. Y es que Rallo pertenece a esa otra vertiente de la Escuela Austriaca, heredera de la Escuela Bancaria del siglo XIX en el ámbito monetario. Aquí encontramos a economistas como George Selgin, Lawrence White, Antal Fekete y el propio Rallo, los cuales han enfatizado la importancia de un sistema donde la emisión de medios fiduciarios en un mercado competitivo sea flexible para evitar descoordinaciones económicas como la deflación o el descalce de plazos.

Sobre la definición científica del dinero

Cualquier teoría monetaria que se precie debe responder a la pregunta de qué es el dinero. Aunque esta pregunta pueda parecer sencilla a priori, esta definición ha de conseguir explicar todos los tipos de dinero, desde la moneda fiat hasta el dinero mercancía. La definición de Mises, la más extendida en la academia, es que el dinero es un “medio de cambio generalmente aceptado”. En su libro, Rallo critica esta definición por su baja precisión, dado que no tiene en cuenta el papel de los medios fiduciarios con respecto al activo real (en palabras de Perry Mehrling, la jerarquía natural del dinero) y nunca se llega a explicar en qué consiste la aceptación general del dinero o de medios de cambio secundarios.

Sin embargo, el problema del que adolece la definición de Rallo es el papel de patrones monetarios basados enteramente activos financieros, y no solo una combinación de activos reales con medios fiduciarios –esto sería el caso de la moneda fiat. Respecto a esta cuestión, Rallo argumenta que el dinero fiat sería un medio de cambio secundario y no dinero en sentido estricto. No obstante, todas las propiedades que Rallo atribuye al dinero –el activo real sobre el que se emiten los sustitutos monetarios– pueden ser cumplidas por la moneda fiat. A saber, la transferencia inter e intratemporal de liquidez.

El papel de la moneda fiat

No es que la definición de Rallo sea deficiente, pues es compatible con la jerarquía natural deldinero. Y no lo concibe como una estructura meramente horizontal y homogénea en las que los sustitutos monetarios actúan cual activo real –en términos de Mises, un sustituto monetario perfecto–, sin ninguna diferencia entre ambos.

Sin embargo, no solo un activo real puede ser dinero en sentido estricto, sino también patrones monetarios cuya base la constituyan activos financieros, como es el caso de la moneda fiat. En otras palabras, el dinero en sentido estricto sería todo activo real y financiero que se sitúa en la cúspide de esta jerarquía natural, a partir de la cual se emiten sustitutos monetarios y otros activos financieros. O, dicho de otra manera, sería aquel “medio de cambio que ya no necesite ser intercambiado ulteriormente por otros medios de cambio indirectos para terminar adquiriendo los bienes finales deseados” (Rallo, 2019), sea este oro, Bitcoin o moneda fiat no redimible en otro activo real.

Sobre el ahorro real y los medios fiduciarios en el ciclo económico

Una de las tesis centrales de la teoría monetaria de Rallo es que la emisión de medios fiduciarios no es ni condición necesaria ni suficiente para generar el ciclo económico tal y como es entendido por la Escuela Austriaca, siempre y cuando se preserve la liquidez de estos activos financieros. De cualquier otra manera, se produciría una descoordinación debido al decrecimiento de la calidad de los activos financieros –que puede suceder por vulnerar la Regla de Oro de Mises, con el sistema bancario incurriendo en un descalce de plazos.

Esto es porque podrían emitirse sustitutos monetarios que no respondan a una mayor demanda de dinero en sentido estricto, bien sea por motivo de transacción, especulación o precaución. Por otro lado, teóricos como Huerta de Soto (2020) y Bagus (2023) defienden que ninguna emisión de medios fiduciarios puede llegar a canalizar ahorro real, porque, para para ellos, el ahorro únicamente puede producirse renunciando a “bienes presentes”, en la terminología de Mises.

Ahorro real…

Por ello, toda expansión crediticia de medios fiduciarios generaría un alargamiento artificial de la estructura productiva, conduciendo a la realización de proyectos empresariales insostenibles en el tiempo, que en última instancia acabarían siendo liquidados una vez se manifiestan las distorsiones reales causadas por esta expansión de los medios fiduciarios.

Sin embargo, la cuestión reside en si toda emisión de medios fiduciarios no respaldada por activos reales conduce necesariamente al ciclo económico porque, en ese caso, tendríamos que asumir que los medios fiduciarios no pueden constituir ahorro real, lo cual no es cierto. Toda emisión de medios fiduciarios supone renunciar a bienes presentes en algún momento del tiempo –no necesariamente en t=0–, por lo cual no podemos afirmar que los medios fiduciarios no pueden ser ahorro real.

y medios fiduciarios

A partir de aquí, la teoría de la liquidez y su teoría cualitativa sobre las consecuencias de la emisión de los medios fiduciarios en las economías modernas es más compresible, pues no existe ninguna razón para aducir que los medios fiduciarios no son ahorro real. En el fondo, que los medios fiduciarios sean ahorro real o no se reduce a si la emisión de estos responde a una demanda exógena a los propios emisores. En caso contrario, si la demanda de sustitutos monetarios estuviera determinada por el propio sistema bancario, entonces no habría razón para defender la banca libre con reserva fraccionaria, pues en ese caso la emisión de medios fiduciarios únicamente generaría distorsiones macroeconómicas como las descritas por Hayek, Huerta de Soto y, en general, la teoría austriaca del capital y del ciclo.

Dicho de otra forma, si todo medio fiduciario que se introdujera al sistema bancario fuera empleado cual sustituto monetario perfecto, entonces el tipo de interés se vería reducido provisionalmente hasta que se manifestara que los sustitutos monetarios generados ex novo no respondían a un incremento de la demanda monetaria. En ese caso, no cabría afirmar que la demanda de dinero en sentido extenso no existiera ontológicamente, sino que el sistema bancario sería incapaz de responder dinámicamente ante las variaciones de esta.

Teoría del ciclo

Por esta razón, no es correcto afirmar que la banca con reserva fraccionaria pueda generar medios fiduciarios con nueva demanda monetaria, sino que, hasta que se manifiesta que tales medios fiduciarios han perdido cualitativamente su valor –para ello, sería necesario un entorno de banca libre sin leyes de curso forzoso sobre estos–, los agentes económicos lo continúan empleando como un sustituto monetario perfecto. El mismo Huerta de Soto (2014) admite que un sistema bancario libre con reserva fraccionaria frenaría esta expansión crediticia no respaldada por su demanda cuando dice que “if there exist many free Banks that are not supported by a central bank, credit expansión will stop much earlier than in an environment in which the central bank orchestrated and drove it”.

Con todo, existe la posibilidad de que los bancos lleven a cabo un proceso de expansión crediticia paralelamente, maximizando la cantidad de medios fiduciarios emitidos en el sistema económico. En esta coyuntura, lo más probable es que si el precio de los bienes de consumo sube en términos de los medios fiduciarios –es decir, que el poder adquisitivo de estos se reduce–, todos estos acabarán cotizando con descuento, ya que la demanda pasará a canalizarse a los activos reales en los que los activos financieros son convertibles –suponiendo, de nuevo, que la calidad de los medios fiduciarios de todo el sistema bancario se ha deteriorado.

Jesús Huerta de Soto

Si, por el contrario, los agentes económicos emplean los nuevos medios fiduciarios para demandar bienes de orden superior –a saber, aquellos más alejados del consumo final–, entonces es cierto que se engendraría el inicio de un ciclo económico, pero siempre y cuando estos activos financieros hayan perdido parte de su liquidez –esto es, la teoría del ciclo económico que he expuesto previamente. En suma, siempre y cuando se preserve la coordinación inter e intratemporal de los agentes económicos, entonces la expansión crediticia daría lugar a una producción sostenible basada en el ahorro real.

En A Critical Note of Fractional-Reserve Banking, Huerta de Soto (2014) critica que el enfoque del equilibrio monetario es estrictamente macroeconómico, basado en un análisis que, lejos de ser austriaco, se aproxima al monetarista y keynesiano. Sin embargo, aunque ha habido autores monetarios que han adoptado este método para abordar la defensa de un sistema monetario elástico basado en activos reales y financieros, podemos expresar la demanda de dinero en sentido estricto en términos de utilidad marginal y de eficiencia dinámica (Ibidem), compatible con el método de la Escuela Austriaca.  

El equilibrio monetario desde el punto de vista de la eficiencia dinámica

Tal y como señala Huerta de Soto (2010), la eficiencia en un sistema se alcanza cuando, dentro de un marco institucional que respete los principios generales del derecho, no existan obstáculos al ejercicio de la función empresarial. De esta manera, esta podría exhibir su pleno potencial creativo para resolver los desajustes existentes entre los agentes económicos, alcanzando mayores cotas de desarrollo social. En un sistema monetario elástico funcionaría de forma análoga: los bancos, en plena competencia entre ellos, tratarían de emitir la cantidad óptima de medios fiduciarios para que su valor no decrezca, manteniendo el equilibrio monetario, en el cual la utilidad marginal de la unidad monetaria se mantiene constante y, por ende, su poder adquisitivo.

Este equilibrio monetario, que no debe asociarse al enfoque neoclásico estático, es plenamente compatible con una concepción dinámica de los procesos de mercado. Bajo este enfoque, los emisores de medios fiduciarios –o, dicho de otra forma, los intermediarios financieros– tratarán de emitir la cantidad óptima para poder captar financiación sin que estos –ya sean billetes o depósitos a la vista– coticen a descuento en el mercado.

Es más, únicamente un entorno de banca libre sin leyes de curso forzoso ni regulación de cualquier tipo podrá ser eficiente en alcanzar el equilibrio monetario a lo largo del tiempo. No se trata de que exista una cantidad de dinero (en sentido amplio) óptima que deba ser hallada mágicamente por el sistema bancario, sino que solo la función empresarial de carácter eminentemente creativo en un entorno de competencia alcanzará lo que en cada momento será la cantidad de medios de pago necesaria para que los precios no se distorsionen por variaciones en el lado monetario.

Bibliografía

Bagus, P. (2023). Anti-Rallo: Una Crítica a la Teoría Monetaria de Juan Ramón Rallo.

Huerta de Soto, J:

Dinero, Crédito Bancario y Ciclos Económicos (1994 [2020]). Unión Editorial.

A Critical Note on Fractional Reserve Banking (2010 [2014]) en The Theory of Dynamic Efficiency. Routledge.

Mises, L. V. (1912 [2012]). La Teoría del Dinero y el Crédito. Unión Editorial.

Rallo, J.R. (2019). Una Crítica a la Teoría Monetaria de Mises. Unión Editorial.

Hayek, F.A. (1976). The Denationalisation of Money. Institute of Economic Affairs.

9 Comentarios

  1. César: He visto que tienes un artículo en tu Blog titulado «»El salario mínimo no tiene por qué generar desempleo»:
    https://csartaboas.substack.com/p/el-salario-minimo-no-tiene-por-que
    En él indicas que eso ocurre en dos circunstancias: (a) cuando es coactivamente «fijado» por debajo que los salarios más bajos del mercado, por un lado,
    y por otro, (b) en un mercado donde habría un solo o unos pocos empleadores, que tendrían entonces «poder negociador» (te falta en este segundo caso aclarar el factor clave: si ese poder negociador es alcanzado con o sin coacción; esto es, si media barrera coactiva –verdadera definición del monopolio –siguiendo a Rothbard– o no).

    Indicas también un ejemplo de este segundo caso: la existencia de un único capitalista o empleador en una aldea, y suponiendo que no podría desplazarse (él, el capitalista, pero te falta por señalar si tampoco podrían desplazarse los eventuales trabajadores empleables, bien de fuera a adentro de la aldea, o bien de dentro a fuera, y si esta imposibilidad se bebe a la utilización, o no, de un medio coactivo. En este ejemplo, dices que el «efecto neto» de la imposición del salario mínimo es que ahora A, B, C y D han pasado a cobrar 7 onzas los cuatro (cuando «antes» cobraban 3, 4, 5 y 6 onzas respectivamente).

    Pues bien, ese no es el único «efecto neto»: También el capitalista tiene ahora 4 + 3 + 2 +1 onza menos en su poder, con lo que se verá obligado a restringir sus proyectos de inversión y/o consumo de modo correspondiente. Estamos ante una redistribución de riqueza coactiva que, por una parte, como dices muy bien más adelante, supone unos costes incrementados al empleador y una pérdida de competitividad (para él mismo pero también para el conjunto de la sociedad/aldea, resultado de la introducción de la coactividad). Del mismo modo, otro efecto adicional es que se requiere un incremento (creciente) en el aparato de regulación y control para hacer efectiva dicha medida coactiva (que antes era innecesario, pues no hacía falta).

    Igualmente, resultado de ello, el empleador puede verse obligado a despedir a alguno (e incluso a todos) de sus empleados, por no serle rentable ya el (los) respectivo proyecto empresarial. Y de no gustarle al aparato coactivo ese efecto resultante de «su» fijación coactiva de precios, dicho aparato burocrático dirá que «se ve obligado» a auto-aumentarse (a sí mismo y todo el aparataje empleado: ‘inflación’ característica del estatismo en todas sus formas), que se realizará a costa siempre de la parte productiva de la sociedad/aldea (pues no puede ser de otra manera).

    Te hago este comentario precisamente aquí, para hacer ver la importancia que tiene la limitación (que no es absoluta) de la cantidad disponible de esa tercera categoría de bien que es el bien dinero (emergido espontáneamente en el conjunto de la sociedad/aldea, y que no es ni bien de consumo ni bien de capital) y el papel clave que juega dicha limitación en los mecanismos de ajuste y retroalimentación característicos del juego del mercado (y los precios, que son ‘resultantes’ de dicho juego en el conjunto de procesos de mercado, no son algo dado). Si no se entiende bien el juego y el papel clave de esa limitación en todo el conjunto de ajustes, se dejan de ver algunos de los efectos (netos, brutos o lo que sea), como muy bien y muy claramente señaló Bastiat en su tiempo en «Lo que se ve y lo que no se ve» y otros de su trabajos.

    También ocurre que manipulando dicho juego (rompiendo coactivamente dicha limitación) se puede lograr en el corto plazo efectos expansivos (netos, que aunque puedan «parecer» similares a los que son resultado de un incremento de la productividad real del conjunto, no lo son en su naturaleza «bruta»), pero a costa de desajustes hacia el futuro que, siempre, habrán de aparecer más tarde (y ello tanto si se utilizan para comprar bienes de consumo como si se invierten en bienes de producción), pues en la base de esa expansión artificial lo que existe son agentes o personas engañadas en sus expectativas sobre la realidad hacia el futuro, sobre la disponibilidad de los bienes reales que tendrán a su disposición (disponibilidad que los ‘precios’ resultantes de ese juego tienen el efecto adicional –orientativo– de señalar, y que tras la manipulación esa orientación se ve distorsionada).

    Por otra parte, se agradece la presentación de puntos de vista diferentes y que en esta web exista un cauce para la discusión y el debate.

    • Buenas March Ausias,

      En primer lugar, gracias por tus sugerencias a mi artículo sobre el salario mínimo. Evidentemente, me dejé una gran cantidad de efectos sin mencionar porque la intención de esa sección («Píldoras de Políticas Públicas») es que se entienda -aunque superficialmente- muchas de las políticas públicas de hoy en día. No obstante, procuraré ampliarlo para hacer referencia al efecto de «redistribución coactiva» que ha mencionado y que no creo que perjudique la finalidad del artículo.

      Sobre el presente artículo no alcanzo a comprender su razonamiento y su relación con la tesis de mi artículo. Aún así, trataré de responder en la medida de lo posible a sus críticas (sí que agradecería que me las aclarara si puede ser). Respecto a la limitación que impone el dinero, no puedo estar más de acuerdo. Para todo teórico monetario, el dinero ideal debería ser aquel que preserva su liquidez a lo largo del tiempo y el espacio, que es la característica fundamental que Menger menciona en su libro sobre el dinero (aprovecho, de paso, para recomendárselo). Mis argumentos en favor de una oferta monetaria elástica y de la emisión de medios fiduciarios tiene que ver con la preservación de dicha liquidez, no de la degradación de esta. En ese caso, estaría defendiendo distorsiones monetarias (como la inflación o la deflación) que afectan indefectiblemente a la economía real, a los precios de mercado y al cálculo económico. En suma, mi intención es que exista una unidad de cuenta estable en el tiempo.

      En cuanto a su último párrafo, estoy de acuerdo en todo lo que dice. Está usted resumiendo la teoría del capital y del ciclo económico austriaca, que me parece sin duda la mejor de todas las existentes. Personalmente -y es lo que trato de defender a lo largo del artículo- sí que creo que se pueda producir tal expansión artificial, pero no sobre la base de la emisión de medios fiduciarios per se. Me parece un enfoque meramente cuantitativo que no presta atención a la calidad de los activos financieros a la hora de explicar el ciclo económico.

      Espero que esta respuesta le haya aclarado sus dudas. Agradezco sus comentarios y no dude en escribirme en caso de tener más preguntas, réplicas o dudas.

      • Sin necesidad de ser diseñado por «teórico monetario» bienintencionado ni burócrata ninguno, Menger en su libro de 1871 muestra que el bien dinero real (no «ideal»; hablamos del hábito o institución que realmente…) emerge competitivamente del propio mercado, desde el trueque. Y es seleccionado competitivamente teniendo en cuenta precisamente la limitación en la disponibilidad de su cantidad (además de su distinguibilidad frente a otros bienes y frente a eventuales falsificaciones), no de ninguna supuesta elasticidad vista como una ventaja. Y en cualquier caso esa «elasticidad», de existir, por necesidad «afecta indefectiblemente a la economía real, a los precios de mercado y al cálculo económico» [1]. Y ello aunque, en algún caso, esta vez sí «por diseño», puede que no se aprecie en un primer momento esa alteración o desajuste entre el lado real y el lado monetario (en ese caso, ese retraso en la percepción de la alteración es la causa, precisamente, de los auges artificiales y los correspondientes ciclos económicos de auge artificial y recesión).

        Es cierto que las manipulaciones monetarias actuales manejan o manipulan ingenierilmente esa «elasticidad» monetaria en paralelo a una manipulación/expansión crediticia, para intentar de ese modo que los precios no resulten afectados en un primer momento, como lo serían de no existir esa doble expansión paralela artificial de crédito por un lado y de «medios fiduciarios» por otro a la vez (expansión de balances, visto en términos contables, que se aleja de la realidad de los inventarios de bienes realmente existentes), medios fiduciarios que actúan como sustitutos monetarios perfectos (por provenir de depositarios –que por practicar como privilegio exorbitante la reserva fraccionaria necesariamente acaban deviniendo monopolistas– o de gobiernosy sus bancos centrales –otros monopolistas–, las dos fuentes de medios fiduciarios o coacción monetaria de los tiempos presentes).

        Y hay que distinguir:
        (a) una cosa son los BIENES REALES (de primer orden o de consumo; o de segundo y ulteriores órdenes, también llamados bienes de capital –que rinden bienes de consumo tras un proceso de producción por etapas que conlleva tiempo e incertidumbre–; o esa tercera categoría de bienes emergida que es el bien dinero –sobre ella ver el libro «Mises on Money», de Gary North, resumiendo la teoría monetaria de Mises: https://mises.org/library/mises-money — ) y otra cosa es la CONTABILIDAD, cómo se valoran o computan desde la perspectiva empresarial los bienes realmente disponibles en términos contables, junto con las promesas, lo que también es un arte emergido alrededor de una institución espontánea emergida, la contabilidad en partida doble, a partir de la innovación institucional de Luca Pacioli).
        (b) una cosa son los bienes reales, y otra las PROMESAS (de entregar bienes reales), crédito, independientemente de cómo puedan ser valoradas estas promesas. Porque en última instancia, el ahorro solo se sustancia en bienes reales, como bien indica Andrés Crego en otro de sus acertados comentarios (pues al final el propio juego del mercado acaba ajustando los precios y acaba viéndose la realidad de que con promesas no se puede ni comer –comérselas en sentido físico, alimenticio– ni organizar una fábrica… por mucha supuesta calidad que se presuponga de los activos financieros o promesas con las que cuente).

        —————————————–
        [1] Pues por la propia estructura del mercado, el dinero se opone siempre a los bienes y servicios a la venta en cada mercado (visto globalmente, la cantidad total de dinero disponible por un lado se opone a la cantidad total de bienes y servicios que se ofrecen a la venta), luego necesariamente tanto los precios como las cantidades intercambiadas como el cálculo económico se ven necesariamente afectados o distorsionados. En este sentido, creo que las gráficas de Marshall inducen a errores teóricos, al esconder la realidad del verdadero proceso subyacente, que es constructivo, de abajo a arriba, tentativamente, buscando satisfacer las necesidades de los consumidores, y no cuelga de ningún precio «dado» u objetivo de mercado –como «hace parecer»…– la gráfica marshalliana, y como asumen los teóricos del equilibrio, o como asumen los seguidores del brillante alumno del profesor Huerta de Soto, Juan Ramón Rallo, a mi parecer, equivocadamente.

  2. Pero que cosas hay que leer; es simplemente Kafkiano; dice el articulista:
    «»Toda emisión de medios fiduciarios supone renunciar a bienes presentes en algún momento del tiempo –no necesariamente en t=0–, por lo cual no podemos afirmar que los medios fiduciarios no pueden ser ahorro real.»

    A ver , al margen de lo que entiendas por un medio fiduciario (porque con la logomaquia de Rallo y uso inadecuado de conceptos y terminos te puedes volver tarumba, por dice una cosa y su contraria sin el menor sonrojo) , si en el momento t=0 (os encanta el lenguaje matematico) no renuncias a un bien presente (pongamos dinero, me da igual que sea Fiat, es decir un billete, o que sea oro, suponiendo que este sea el patron monetario vigente, con el que puedes comprar bienes de consumo, tambien llamados medios de subsistencia o capital originario), es decir si no ahorras en el momento en que inicias la accion ¿Cuando lo vas a hacer?; o sea que segun tu peregrina teoria, un banco emite un medio fiduciario de 500 euros mediante el artilugio de cargar en su Activo tal titulo como un Prestamo y abonarselo en la cuenta corriente del prestatario como un pasivo, y tu dices que el banco esta llevando a cabo un ahorro genuino; ¡fantastico! es increible lo que puede hacer la contabilidad; como decia el economista griego Greidanus, es la Teoria economica de los Tenedores de Libros; es como lo de llamarle a la posesion de dinero un Activo con liquidez suprema y al medio fiduciario liquidez secundaria; ¿Y porque no le llamais a un Bien de consumo , como por ejemplo los huevos, Un activo con liquidez suprema?
    ¡Joder que tropa!

  3. Estimado Andrés,

    Respondiendo a su duda, un medio fiduciario es un activo financiero a la vista pagadero en «dinero en sentido estricto», es decir, un sustituto monetario. Respecto a su réplica central, concebir el ahorro como una mera acumulación de bienes presentes es una visión claramente reduccionista del concepto. El ahorro es renunciar a bienes presentes durante un período determinado. Por ello, este puede conformarse por una acumulación previa de bienes presentes o por una reducción del consumo y la inversión en bienes de consumo -tal y como explica Rallo en sus réplicas a Anti-Rallo (https://juanrallo.substack.com/p/anti-anti-rallo-por-que-los-medios-4b2). Aplicado a su réplica, un agente (pongamos A) puede comprar un bien de consumo emitiendo medios fiduciarios para B. Durante ese período, B está concediendo financiación a A y está ahorrando porque le proporciona bienes presentes a cambio de poder consumir en el futuro (hasta que le reclame este activo financiero a la vista). En última instancia, A acabará produciendo lo suficiente como para cancelar sus deudas y B recibirá la cantidad denominada en el medio fiduciario en cuestión. Durante este período, fíjese que B (o el agente al que hipotéticamente podría endosarle este medio fiduciario) ha estado concediéndole poder adquisitivo a A a costa de no obtener activos reales o dinero en sentido estricto. Finalmente, A acaba renunciando a bienes presentes y la deuda se condona. Es por eso que argumento que los medios fiduciarios sí son ahorro genuino, pero no tal y como usted lo concibe, aunque sí haya una abstención de consumir bienes presentes.

    Un saludo y gracias por la crítica.

    • A ver, no hay cosa que mas me fastidie que los juegos semanticos, para ocultar la verdad:
      1) Definimene que es un medio fiduciario; lo digo para poder argumentar; sino, no hay manera.
      2) en tu ejemplo, A emite una letra de cambio a un mayorista que le suministra bienes de consumo, a cambio de un descuento efectuado por el mayorista B; entrega de bienes presentes a cambio de bienes futuros; pongamos un 10% de descuento.
      3) Entonces, a ver si te entra en la mollera, B sobre un valor presente de 100, le entrega a A , bienes presentes descontados al 10% durante el tiempo que dure la operacion de credito, porque es imposible que B, salvo que se gilipollas o no tenga prefetencia temporal( Rallo dixit) , tenga una preferencia temporal negativa, porque entonces jamas consumiria y si no consume, Por que diablos iba a producir? ; tu conoces la ley de Say?; B oferta a credito un bien de consumo para poder comprar, cuando se complete el credito concedido a A, bienes presentes o de consumo o bien factores originarios de produccion, para ulteriores producciones.
      No os enterais.

      • 1) Ya le he descrito lo que es un medio fiduciario en mi comentario anterior. No comprendo dónde reside la duda. Es un activo financiero a la vista pagadero en «dinero en sentido estricto», entendido este como aquel activo real o financiero que constituya la base de ese sistema monetario (por ejemplo, el oro o la moneda fiat).
        2) Para evitar que los medios fiduciarios coticen con descuento, su plazo es a la vista, de manera que los agentes económicos pueden acceder a convertirlo cuando deseen. Como todo, dependerá de la consideración subjetiva de los individuos respecto a ese medio fiduciario y no de las condiciones objetivas de éste. No es que la valoración subjetiva no dependa en cierta medida de ellas, sino que, debido al plazo y de la confianza en el emisor (de ahí el surgimiento de los bancos como intermediarios financieros para asegurar la confianza de las transacciones, como sugieren, por ejemplo, David Glasner o Diamond y Dybvig en su modelo sobre los pánicos bancarios), los individuos no tienen inconveniente en utilizarlo para realizar transacciones o guardarlo en como saldo de tesorería. Si la confianza en el emisor se mantiene, no hay razones para pensar que los medios fiduciarios cotizarán con descuento, porque se aceptarán como sustitutos monetarios perfectos. Para ello, es clave que existan instituciones solventes que puedan actuar de intermediarios financieros, como ya he comentado. En todo el caso, no entiendo qué tiene que ver esta consideración (la de si los medios fiduciarios cotizarán o no con descuento de forma generalizada) con si los medios fiduciarios son o no ahorro real.

        Un saludo y gracias por su comentario.

  4. He aquí una solemne tonteria de rallo (sic), en su intento de refutar a Bagus; realmente es de traca y patético :

    «»Sigamos con nuestro ejemplo anterior. Imaginemos que el agente A compra, a cambio de entregarle sus bienes de consumo, los pasivos (a la vista o pasivos a plazo de un año) emitidos por el agente B. Y sigamos suponiendo que el agente A desea, como en el caso anterior, consumir en el plazo de un año. Pues bien, para que exista coordinación temporal entre el agente A y el agente B será necesario que el agente B produzca a lo largo del año bienes de consumo (o bienes de orden superior que esté dispuesto a comprar otro agente γ que sí haya producido bienes de consumo). Si, en cambio, el agente β utiliza la financiación recibida para invertir a 10 años (es decir, para producir bienes de consumo dentro de 10 años), tendremos una potencial descoordinación temporal»»
    Rallo viene a decir implícitamente : Imaginemos que el tonto del agente A , en vez de vender sus bienes de consumo a un agente C en el mercado por X unidades de dinero mercancía (oro o billetes, dependiendo del dinero Standar) con las que puede comprar después e inmediatamente lo que desee y que puede guardar en su bolsillo o bajo el colchon de su cama porque no se fia de los Bancos que emiten medios fiduciarios, se los vende al agente B que le entrega un Pasivo a la vista o a plazo de un año, porque el tonto del agente A no quiere consumirlos ahora, sino que desea hacerlo dentro de un año; Rallo da por supuesto los siguientes absurdos :
    1) Al agente A valora mas consumir la misma cantidad de bienes de consumo dentro de un año que en el presente.
    2) Por reducción al absurdo, el agente A deberia pagarle una prima al agente B emisor de un pasivo a la vista que no es ni siquiera dinero por «facilitarle el consumo dentro de un año» ya que segun Rallo A valora mas el Pasivo a la vista emitido por B que los bienes de consumo que le entrega , de lo contrario no se produciría el intercambio, exactamente igual que si los hubiese intercambiado por dinero .
    No se como no se le cae la cara de verguenza por recurrir a semejantes sofismas; es increible el desparpajo y ausencia del sentido del ridiculo del inclito Rallo; es desternillante; lo que me fascina es que tenga tantos seguidores.

  5. Finalmente hay otra cosa que es esencial y que ni Vd. ni Rallo entienden:
    Se trata del ahorro; este, el excedente de producción sobre consumo, es una condición necesaria pero no suficiente para la inversión capitalista; ademas de ese excedente de bienes de consumo, la otra condición suficiente es el ahorro de fuerzas productivas trabajo y tierra (factores originarios de producción) en el sentido de que tienen que emplearse en la produccion de bienes de capital o medios de produccion de ulteriores producciones; y el ahorro, ese capital originario o medios de subsistencia destinados al mantenimiento de los factores originarios, es en sentido estricto tiempo, porque quien opera con los bienes de capital resultantes de tal proceso de acumulacion capitalista esta mucho mas cerca del objetivo que aquellos que carecen de los mismos.


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