Aunque el título haga referencia a la dominancia atlántica, en este artículo pretendo poner el foco en su director de orquesta, EEUU, y tratar de desmentir algunos de los cantos de sirena geopolíticos que venimos escuchando en los últimos tiempos sobre la pérdida de dominio global de EEUU y su -supuestamente- inevitable remplazo por China y su esfera de poder.
Desde luego, el poder que EEUU y la Alianza Atlántica pueda ostentar hoy en día no es ni de lejos el de comienzos del milenio, pero esto no quiere decir que EEUU se haya convertido en un jugador menor en la esfera global ni que la pérdida de dominancia atlántica sea ya un fenómeno firme. Lo que sí es muy cierto, sin embargo, es que muchas cosas han cambiado, partiendo de la visión de muchos gobiernos sobre lo que es deseable en la organización de las relaciones internacionales y lo que no.
Ejemplo de ello es que a comienzos del presente milenio la mayoría de los gobiernos defendía avanzar de manera acelerada en la integración económica global a través de instituciones creadas para ello como el Banco Mundial (BM), la Organización Mundial del Comercio (OMC) o el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, hoy en día se es una rara avis por defender dichas posturas y muchos de esos gobiernos han virado hacia una visión incrementalmente proteccionista en la cual la globalización e integración multilateral se ve como una fuente de riesgo e inseguridad.
Cinco grupos geopolíticos
Dicho cambio de cosmovisión política lo es también económica y geográfica, ya que resulta imposible e incluso incorrecto hablar de geopolítica sin introducir la economía, las relaciones internacionales y la historia en el debate. Tal y como nos recordaba Martin Wolf hace unas semanas, actualmente el mundo se puede dividir principalmente en cinco grupos. El primero de ellos estaría compuesto por EEUU y sus aliados más cercanos, es decir, EEUU, Canadá, la Unión Europea, Japón, Australia y Nueva Zelanda. En un segundo lugar encontraríamos a aquellos países más cercanos a EEUU que al eje chino, pero que tampoco son aliados en firme del gobierno norteamericano. Entre ellos podríamos encuadrar a la India, Colombia, México, Turquía, etc., a modo de ejemplo.
Un tercer grupo, que históricamente siempre ha existido, pero que nunca han sido los mismos, sería aquel conformado por países no alineados. Hoy en día en la disputa entre EEUU y China estaría conformado por Brasil, Indonesia, Nigeria, etc. Un cuarto grupo, el de los más cercanos a China sin ser firmes aliados, estaría probablemente formado por la mayoría del continente africano, Iraq, Kazajistán o algunos países árabes, como es el caso de Arabia Saudí. Y finalmente, un grupo bien conocido por todo sería el de los aliados directos del gobierno chino, siendo, entre otros, Rusia, Irán y Pakistán.
Territorio y población
Analizando dicha clasificación -que en cierta parte puede resultar subjetiva- encontramos dos factores que delimitan claramente a los aliados directos de EEUU de todos los demás países, siendo estos el nivel de renta per cápita y su relación con la democracia y lo valores adyacentes a esta. Los demás países, en su gran mayoría, en lugar de posicionarse geopolíticamente en defensa de unos determinados valores, más bien se posicionan contra EEUU (eso sí, en diferentes grados) y los intereses del gigante norteamericano. Con esto no quiero decir que los aliados directos de EEUU no lo sean también por conveniencia, sino que existe un mayor volumen de valores y visiones compartidas entre, por ejemplo, Alemania y EEUU que entre Pakistán y China.
Una vez el tablero geopolítico ha quedado correctamente delimitado, podemos entrar a analizar el peso que cada bloque tiene en un número de áreas de elevada importancia a la hora de medir el poder geopolítico que ostentaría cada uno de los bloques. Por simplificación, dividiendo entre China y sus acólitos y EEUU y sus respectivos, hoy en día el bloque de China suma cerca del 50% de la superficie terrestre frente al 35% del bloque de EEUU, excluyendo todo el territorio correspondiente a la Antártica. En términos de población, el bloque chino alberga al 46% frente al 43% del bloque pro-norteamericano.
China, poco más de un cuarto del PIB mundial
Sin embargo, teniendo estos números en cuenta llama aún más la atención el hecho de que el bloque chino genere tan solo el 27% del PIB mundial frente al 67% del bloque de EEUU, siendo este un claro signo de la gran dominancia atlántica en el plano económico, cuya causa sería el hecho de que la gran mayoría de países de altos ingresos se situarían dentro del bloque del gigante americano. Además, cabe destacar que la tendencia a la baja del crecimiento chino y graves problemas estructurales que padecen a nivel económico ralentizarán aún más e incluso podrían anular el cierre de esta brecha, que antes veíamos como algo inminente a ocurrir en los próximos años.
Aunque esta comparativa tan directa nos sirve para tener una imagen de los equilibrios de poder económico a escala mundial, conviene realizar un análisis algo más minucioso de determinados factores. En primer lugar, ya que el principal motor de la economía china sigue siendo la industria -a pesar de la reducción de su peso proporcional en los últimos años- no es de extrañar que el bloque chino tenga más peso sobre la industria mundial que sobre el PIB, con un peso industrial del 38% frente al 55% del bloque de EEUU. No sorprendería que esta brecha se cerrase en las próximas dos décadas, a falta de introducir en la ecuación la variabilidad de la capacidad industrial de la India frente a competidores con menores costes.
Inversión Extranjera Directa (IED)
En términos de comercio global, sin embargo, China sigue siendo muy superior a EEUU en términos cuantos países son dependientes de cada uno de los dos gigantes. Por poner una cifra sobre la mesa, cabe destacar que el pasado año China mantuvo relaciones comerciales con 144 países más que EEUU. Por otra parte, en términos de flujos de capital, EEUU sigue siendo el rey mundial sin lugar a dudas.
En este sentido, en términos de Inversión Extranjera Directa (IED), el bloque de EEUU todavía representa el 84% del total de la IED por país inversor y el 87% por país receptor, debido a que las empresas que más capital mueven del mundo se encuentran en países localizados dentro del bloque de aliados de EEUU. De hecho, hay un dato que llama mucho la atención. La IED entre los bloques de EEUU y China es el triple que dentro del propio bloque de China. Países como Rusia e Irán, aliados de China, tienen una capacidad de inversión internacional extremadamente reducida y tampoco disponen de proyectos atractivos para los inversores chinos.
Reservas de divisa
Como último factor por destacar para mostrar la persistencia de la dominancia del bloque de aliados de EEUU encontramos el hecho de que las reservas mundiales de divisa se siguen manteniendo de manera aplastante en dólares y las divisas de algunos de los principales aliados de EEUU, como pueden ser el euro o el yen. Concretamente, el 87% de reservas de divisas a nivel global se encuentran hoy en día en dólares o monedas de aliados del gigante norteamericano. Ello es principalmente debido a que la mayoría de estos países copan el mercado de activos financieros líquidos a largo plazo debido a su mayor calidad crediticia y menor riesgo-país. A este respecto, China tiene poco que hacer, ya que para poder ser mínimamente competitiva en esta área requeriría abrir sus mercados financieros, incluyendo el de deuda pública china, algo a lo que el gobierno de Xi Jinping no está dispuesto.
En conclusión, tal y como hemos visto a lo largo de este artículo, por mucho que a lo largo de los últimos años se haya implantado la creencia de que China tenía ocasión de convertirse en potencia hegemónica, la realidad muestra una imagen bien distinta. Tanto a nivel geopolítico como socioeconómico, EEUU y sus aliados siguen presentando claros signos de dominancia frente al bloque de China, siendo esta una situación que no tienen visos de revertirse en los próximos años a causa de la desaceleración china y la multitud de crisis estructurales que están afectando al gigante asiático en la actualidad.
Ver también
Expansionismo: China en el nuevo orden geopolítico. (Mateo Rosales).
Mucho más que una guerra comercial. (Daniel Lacalle).
2 Comentarios
Respetuosamente, menudo ejercicio de diletantismo:
1) Todo lo que dice no son mas que tópicos trasnochados; ahora bien, si lo dice un tal Martin Wolf del Financial Times pues fantástico, todo en su sitito; Off course; el problema, es que el pobre ya no sabe que decir, anda como un pollo sin cabeza; es lo que tiene estar en la City, el sueño de todo pijo-progue que se precie; especialmente si viene de Cambridge (da igual Inglaterra que Massachussets o como se diga)
2) Pero le voy a decir una cosa en la que no ha reparado ni vd. ni mucha gente, aunque flota en el ambiente pero no huele; es una cuestión existencial, que siempre está ahí y que es esencial para Occidente pese a que tiene muy poco tamaño; en cuestion de PIB que a Vd. le pone mucho, son unos enanos, pero resulta que son esenciales para Occidente e incluso para el mundo musulman Sunita; porque quiza Vd. no lo sepa pero junto con el mundo Griego hay un «lugar» llamado Sión ubicado en una ciudad llamada Jerusalem que siempre ha sido y creo que será ,mientras ese pueblo exista, la Capital Espiritual de eso que llamamos Occidente; pues bien, esos chicos tienen bastantes capacidades nucleares y de todo tipo y si el Occidente Cristiano, los sigue tratando tan mal como siempre , pues a lo mejor resulta que van a tener que soltar una bombita de esas en Teheran; y entonces que pasará? pues no se sabe; pero yo, desde luego, antes de que venga Otro Hitler, Stalin, Mao o un Lunático llamado Mohamed en el nombre de Allah y con un arma nuclear amenazante, estoy totalmente de acuerdo con que lleven a cabo un ataque preventivo; tienen todo el derecho del mundo, el mismo que tuvieron los EEUU en Japón; y además del derecho tendrían la razón practica y ética; incluso Francisco de Vitoria se la daria.
3) Hombre y se olvida Vd. de otra variable; el efecto mariposa del clima; me parece increible que no lo haya tenido en cuenta.
Un cordial saludo.
Por cierto, hay una incorrección que yo achaco a un lapsus freudiano; dice Vd.:
«»» Por simplificación, dividiendo entre China y sus acólitos y EEUU y sus respectivos, hoy en día el bloque de China suma cerca del 50% de la superficie terrestre frente al 35% del bloque de EEUU, excluyendo todo el territorio correspondiente a la Antártica.»».
La Antártica no existe; pero si existe el ártico o , mejor dicho, el Circulo Polar Artico (las antipodas de su «La Antartica») que curiosamente no aparece en su esmerado analisis geopolitico; pero aqui, como todo el mundo sabe, pueden saltar chispas porque se conoce que en el subsuelo del lecho marino hay cantidades enormes de recursos energeticos y que de todos los amigos de lo ajeno , especialmente Rusia ,tiene de momento aparentemente un dominio militar claro sobre la Zona, por eso la OTAN esta destinando bastantes recursos para protegerla; incluso aduciendo ¡como no!, argumentos tan peregrinos como la chorrada del cambio climático, valga la redundancia; pero claro, la cosa no se descongela ni pierde masa critica pese a los pseudocientificos del Ipcc (sobre cuestiones climaticas le recomiendo que lea atentamente las recientes declaraciones del Sr. Richard Lindzen cientifico del clima y profesor en el MIT; vamos, que no es ningun mindundi en estas cuestiones, al contrario de su admirado y «premio Nobel» Willian Nordhaus ; yo creo que el premio se lo dieron por su desparpajo y verborrea pseudocientifica, algo que fascina a los chicos del Banco de Suecia.)
En fin, le deseo unas felices fiestas.