Las fronteras abiertas son incompatibles con el Estado de Bienestar.
El debate sobre la inmigración se ha vuelto una auténtica caricatura en el que se cruzan imágenes trágicas de niños ahogados y los espantajos del terrorismo, mafias e invasiones. Las alusiones directas o indirectas a las invasiones bárbaras son constantes. Los populismos europeos han conseguido renovar los instintos xenófobos y están cosechando un éxito electoral sin precedente en los últimos 40 años. El Tratado de Schengen que garantiza la libertad de movimiento de las personas dentro de la Unión Europea se tambalea y se erigen muros y alambradas inéditos en la convulsa historia de Europa.
Como de costumbre, los liberales, tan minoritarios, ven su voz ahogada y confundida ante el estruendo. La inmigración es uno de esos temas en el que las ideas de la Libertad se encuentran huérfanas en el caduco espectro político izquierda-derecha. Por un lado no hay ningún asunto que cause mayor fractura dentro de la supuesta alianza liberal-conservadora que la libertad de movimiento de las personas. El ideal liberal aboga por la apertura de las fronteras y la tolerancia de la diversidad, propias de una sociedad abierta, mientras que nada hace temblar más a las huestes conservadoras que el miedo a la invasión humana y cultural que esto supone. La imagen de las masas hambrientas y desarrapadas llamando a las puertas despierta en los conservadores todos sus instintos proteccionistas. Por otro lado las izquierdas, que inicialmente defienden la humanidad y los derechos de los inmigrantes frente a las instituciones existentes, pronto chocan de bruces con la radical incompatibilidad entre el Estado del Bienestar y las fronteras abiertas. Al mismo tiempo ven cómo sus bases tradicionales sindicales tiemblan ante la competencia salarial de los inmigrantes y apoyan a aquellos que prometen firmeza e identidad.
Antes de entrar en el fondo del asunto, conviene dejar muy claro la postura moral y correcta ante la situación de emergencia inmediata y la tragedia que suponen los miles de ahogados en las costas de Grecia. Los refugiados que acuden a las mafias para cruzar de forma precaria y con gran peligro el mar no tendrían por qué asumir ese riesgo. Todos los días cruzan sin incidencia esos mismos estrechos con mínimo riesgo transbordadores de línea regular por un precio cien veces inferior al que los desesperados refugiados pagan por inseguras lanchas neumáticas o abarrotados barcos a las mafias. No tendríamos por qué ver ni un sólo muerto más si se permitiese a los refugiados subir al ferry. La responsabilidad de esas muertes recae directamente sobre la política Turca y Europea que lo prohíbe. Como siempre, la prohibición no hace desaparecer la demanda sino que la encauza hacia el mercado negro. Las mafias son sólo un síntoma. Si Turquía y la UE quieren salvar vidas, lo primero que deben hacer, aunque sólo sea de forma temporal y de emergencia, es permitir a los refugiados viajar con seguridad. Nada impide que una vez cruzado el mar de forma segura los vuelvan a expulsar (también de forma segura), pudiendo incluso exigir que paguen el billete de ida y vuelta. Cuesta ignorar la sospecha de que la única razón por la que esto no se hace es porque ciertas cínicas autoridades consideran unos cuantos niños muertos como un precio razonable a pagar por minorar el tan cacareado “efecto llamada”.
Sin embargo cerrar las fronteras y expulsar a los inmigrantes es un error. La inmigración es buena, y especialmente positiva para los países de acogida. Los países más abiertos a la llegada de inmigrantes han descubierto históricamente que, tras las convulsiones y problemas de adaptación iniciales, la abrumadora mayoría de los inmigrantes han demostrado ser productivos, pacíficos y una fuente de riqueza económica y cultural. Cabe recordar el poema de Emma Lazarus inscrito a modo de bienvenida sobre la Estatua de la Libertad en la bahía de Nueva York.
Give me your tired, your poor,
Your huddled masses yearning to breathe free,
The wretched refuse of your teeming shore.
Send these, the homeless, tempest-tost to me,
I lift my lamp beside the golden door!
La Estatua de la Libertad no daba la bienvenida a los científicos y deportistas, sino a las masas pobres, cansadas y desesperadas que buscaban libertad. Y fueron esas masas depauperadas y esa actitud abierta las que hicieron de EEUU el país más próspero del siglo XX.
La emigración también es buena para los países de origen. Los emigrantes dejan una situación de pobreza, guerra y desesperación para alcanzar una vida mejor… pero no se olvidan de los familiares y los pueblos que dejaron atrás. Cuando prosperan en sus países de acogida, envían dinero a sus familiares, vuelven de visita y traen consigo nuevas ideas, llevando a cambios y progreso en esos países de forma más o menos rápida.
Las fronteras abiertas son incompatibles con el Estado de Bienestar. A diferencia de los derechos individuales, que sólo suponen una obligación general de no atacar las libertades (es decir, son derechos negativos), los derechos sociales o de segunda generación suponen para la sociedad una obligación positiva de suministrar bienes y servicios. Son una carga. Hay una larga (y creciente) lista que incluye el derecho al trabajo, a la vivienda, salud, enseñanza, etc., pero podemos ejemplificarlos con claridad si hablamos de la renta básica. Si cada ciudadano tiene por el mero hecho de serlo derecho a percibir el equivalente a 10.000€ anuales (ya sea en bienes, servicios o dinero), parece evidente que la llegada de cientos de miles o millones de nuevos ciudadanos supondrá un gasto significativo para las arcas públicas y por tanto un perjuicio para los actuales receptores de esos fondos. En España bastarían 5 millones de nuevos perceptores de dicha teórica renta básica para hacer obviamente inviables (si es que no lo son ya) las prestaciones de los actuales beneficiarios. Con más de mil millones de personas viviendo en África actualmente bastaría que un 0,1% de la población del continente emigrara a España anualmente para alcanzar en 5 años esa cifra. Teniendo en cuenta la diferencia de nivel de vida, ya hay razones suficientes para emigrar, pero si a eso le añadimos una renta básica garantizada (o el equivalente en servicios sociales), es razonable pensar que la avalancha podría ser mucho mayor.
Sin embargo el paradigma cambia completamente cuando los inmigrantes llegan con libertad y con derechos individuales pero sin derechos económicos exigibles. Los países que han recibido a las masas con los brazos abiertos y les han brindado oportunidades (que no subsidios) han visto su confianza pagada con creces. Nadie trabaja con más ahínco que una madre de familia inmigrante que llega sin nada a un nuevo país y tiene que forjarse una nueva vida.
La realidad es que, frente a los fantoches agitados por los xenófobos sobre los inmigrantes, la proporción de criminales o terroristas entre ellos es infinitesimal. En 2015 más de un millón de refugiados llegaron a Alemania y se han contabilizado menos de un centenar de criminales violentos y ni un solo terrorista. El 99,99% de los inmigrantes son familias buscando pacíficamente una vida mejor, dispuestos a trabajar duro para ganársela. Hay que ser muy mezquino y miope para cerrarle las puertas a esas personas.
Hay una opción que podría contentar a xenófobos y ayudar a los refugiados. ¿No quieres que vengan a tu país millones de personas con una cultura diferente? ¿No quieres vivir en un país en el que las personas puedan moverse libremente? Siempre se pueden crear ciudades abiertas en los territorios fronterizos. Los inmigrantes podrían establecerse en estas ciudades y crear enclaves económicos y comerciales, por ejemplo en el norte de África. España podría crear un Hong Kong en Ceuta o Melilla que pronto se convertiría en un foco de atracción para millones de personas y en una de las zonas más prósperas de África. Siempre será preferible a la actual política de cerrar fronteras sin dar soluciones. Y desde luego una ciudad abierta siempre será infinitamente mejor que la sórdida dependencia de los campos de refugiados que algunos organismos internacionales pretenden convertir en crónica.
Pero no nos engañemos: difícilmente se puede llamar liberal a una sociedad si no incluye la libertad de movimiento para todas las personas.
13 Comentarios
No, no estoy de acuerdo con
No, no estoy de acuerdo con el articulo. El exito de de Singapur o Hong Kong o EEUU o Suiza consiste PRIMERO DE TODO en un Marco Legal anglosajon, no en un «multiculturalismo» destructor. Efectivamente deben ser abolidas las subvenciones y SS gratuito pero lo mas importante que debemos de aplicar un ley y orden independientemente de raza, sexo o edad.
http://etrusk.blogspot.com/2014/12/exodos-una-interpretacion-en-terminos.html
http://etrusk.blogspot.com/2013/08/la-constitucion-radical-del-siglo-xxi.html
No podemos permitir conducir por la izquierda a los zurdos y por la derecha a los diestros, solo hay una opción.
De acuerdo con Etrusk, no
De acuerdo con Etrusk, no sólo la inmigración masiva es incompatible con el estado del bienestar, sino que incluso en un estado totalmente «libertario», una masiva inmigración de gente incompatible con las libertades humanas lleva a un conflicto permanente, basta ver imágenes de las «No-Go zones» de Birmingham o Saint Denis..
El buenismo está muy bien en el papel, pero no en la práctica.
No creo que sea liberal abrir
No creo que sea liberal abrir las fronteras (aunque el título del artículo es pertinente y se entiende en el contexto), sino que cada libre comunidad pueda abrirlas o cerrarlas a su gusto. Lo que sí creo es que es eficiente.
No comprendo esa incompatibilidad que aludes respecto a un orden libertario para el que un inmigrante significa un nuevo y provechoso cliente-colaborador y sólo eso.
Dejando a un lado el asunto
Dejando a un lado el asunto de la inmigración en general, me quedo con lo dicho sobre los ahogados en el mediterraneo. Toda legislación Occidental castiga la omisión del deber de socorro. Toda moralidad judeocristiana obliga a reaccionar frente a una situación de emergencia similar (guerra, terremoto, hambruna) con solidaridad y ayuda al prójimo.
Lo que está haciendo la UE en Grecia es ilegal, inmoral y execrable.
https://yahel.wordpress.com/
https://yahel.wordpress.com/
Me importa un pito si es
Me importa un pito si es liberal o no, o si es deseable o no. La REALIDAD es que ninguna ley y ningún muro van a frenar a decenas o cientos de millones de personas que van a entrar en Europa en os próximos años desde el tercer mundo. Deberíamos dejar de discutir sobre tonterías y comenzar a pensar en qué hacer con ellos una vez estén aquí.
Podemos tenerlos en guettos y radicalizados o trabajando y aportando.
Y a otros nos importa un pito
Y a otros nos importa un pito lo que a ti te importe un pito. Ese tono soberbio y descalificador no contribuye nada al debate y mucho a la radicalización. Si la inmigración fuera nociva, si, por ejemplo, fuera una invasión violenta, claro que se podría detener o al menos intentarlo con todos los medios; por lo tanto, es fundamental valorarla en sí misma, aunque algunos prefiráis excitar los ánimos con fatalismos absurdos.
Ni mucho menos estamos condenados a sufrir inermes la inmigración como si fuera una maldición bíblica, de manera que tonterías, las tuyas. La inmigración choca frontalmente con los estados socialdemócratas y sus insolubles contradicciones internas, por eso se controla. Estado socialdemócrata e inmigración libre son radicalmente incompatibles; en consecuencia, si quieres tener a los recién llegados trabajando y aportando deberás CONVENCER A LA GENTE DE LAS BONDADES DE LA LIBERTAD o los tendrás en guetos y conspirando.
No concordo. Me gusta mucho
No concordo. Me gusta mucho la idea que habla sobre la integración forzada, o sea, tiene que haber una aceptación por parte de la sociedad hacia los inmigrantes que, por lo general esto ocurre para un trabajo, una especie de intercambio voluntario (por ejemplo, las propiedades de inversión) o alguna otra forma de agregación económica beneficiosa. No se puede simplesmente empezar aceptando todas las personas sin rumbo y sin proposito. Si usted quiere ayudar, debe ayudar con el problema en la fuente y no este tratamiento paliativo. Las fronteras abiertas no coinciden con las ideas liberales.
«Laissez-faire, laissez
«Laissez-faire, laissez passer»
Ese es el origen del liberalismo.
Las fronteras y sus guardias
Las fronteras y sus guardias son un instrumento del Estado diseñado para vulnerar derechos individuales en favor de una «soberanía nacional» colectivista. Son una clara expresión de como el Estado antepone el «bien común» (según lo define arbitrariamente) al bien del individuo. Otra muestra evidente de que para los estatistas el fin justifica los medios.
No acabo de entender la
No acabo de entender la insistencia de ciertos liberales en abrir fronteras indiscriminadamente. (Rallo, Felix Moreno, o el serial de Francisco Moreno).
Me recuerdan a cierta ministra socialista de la época Zapateril, que nos obsequió con aquella frase de que «el dinero público no es de nadie».
Estos señores anti-fronteras parecen querer decir que el territorio español no es de nadie, así que entre cualquiera.
El problema principal consiste en saber si ponemos antes el carro o los bueyes.
Mientras tengamos estado del bienestar, las fronteras deben estar controladas. De lo contrario, en esa «empresa» de la que somos accionistas forzosos hay continuamente ampliaciones de capital sin nuestro consentimiento, y en el que somos accionistas de segunda.
La apertura de fronteras debe ser POSTERIOR a la abolición del estado del bienestar, nunca anterior, pues estamos potenciando la inmigración cazadora de rentas a la que nos vemos forzados a financiar, como si no tuviéramos bastante con los parásitos patrios.
Sin estado del bienestar, solamente tendremos inmigración trabajadora y productiva, no parasitaria, que viene a chupar de la sanidad pública, pagas de integración, pisos gratis, educación gratis, etc.
El gran Huerta de Soto, en una de sus últimas conferencias, decía que el error de muchos liberales consistía en pensar que si las calles son públicas cualquiera puede pastar a sus anchas.
Lo ideal es que las calles fueran privadas (propiedad comunal), pero mientras no lo sean, la regulación debe ser lo más parecida a si lo fueran, basándonos en la experiencia histórica.
Si las calles fueran privadas, no dejaríamos a los mendigos o a los manteros acampar delante de nuestro portal.
Por lo mismo, si en España los territorios fueran totalmente privados, (playas, ciudades-estado, etc), obviamente no habría una política de puertas abiertas y papeles para todos.
Por lo tanto, no debe ser así ahora, y cualquier postura de barra libre para la inmigración es más parecida a lo que sostiene la extrema izquierda que a un buen pensamiento liberal.
Cuando llegue la abolición del estado del malestar, ya llegará el momento de abrir fronteras, y que cada comunidad privada elija si quiere o no quiere abrir su territorio a los demás.
Valiente y gran artículo. Y
Valiente y gran artículo. Y no hablemos de las otras fronteras (además de las físicas): las económicas (como la PAC y otros proteccionismos)….
Los comunisats no dejaban salir y los dirigentes de todos los partidos de la acomodada eutropa no dejan entrar. Yo, como liberal, creo qeu hayq eu dehjar entrar y salir…Solo es cuestión de tiempo y prpceso (no puede abrirse de gope y porrazo)
El texto está plagado de
El texto está plagado de lenguaje vacuo y etéreo.
Libertad de movimiento de las personas. ¿Movimiento de qué personas, y en qué sentido? ¿Se refiere a bailar, a mover el pompis y los brazos?
¿Puedo yo moverme a su casa, señor?
¿Y por qué solo de las personas? Eso es supremacismo humano, ¿acaso los humanos son superiores a los animales? ¡Es usted un nazi! Los animales también deben tener libertad para moverse. (Sarcasmo.)
Otra cosa: xenófobos, apartheid… O sea, que el liberalismo prohíbe la libertad de asociación. No sabía yo eso. Eres «libre» de asociarte o no, pero si eliges no asociarte, eso es apartheid y tú eres un xenófobo. ¡Ja! Típico chantaje progre. No cuela, Moreno.
Más lenguaje vacuo: tolerancia de la diversidad, sociedad abierta… Todo palabras vacías. En el mundo YA hay diversidad, y los pueblos de Occidente YA son diversos. Su planteamiento, Sr. Moreno, es que España solo puede ser «diversa» si deja entrar a millones de musulmanes. Eso es una falacia perversa.
Además, usted dice que TENEMOS LA OBLIGACIÓN de abrir las fronteras a la inmigración. ¿Qué tolerancia es esa, ni qué leches? Tolerar implica que se tiene control sobre lo tolerado. Si se le impone a uno, es eso, imposición, no «tolerancia». La tolerancia que usted propone es como el que «tolera» tener cáncer en su cuerpo. Lo tiene, y punto, no lo «tolera». Para tolerar hace falta tener control sobre lo tolerado.
Sociedad abierta, otra idea metafísica sin contenido ninguno. ¿Tiene una mujer la obligación de tener las piernas abiertas siempre, en todo momento y lugar?
¿Tiene usted las puertas abiertas en su casa?
La libertad de movimientos de un ser humano de un lugar a otro es INCOMPATIBLE con los derechos de propiedad (individual o colectiva). Tan sencillo como eso. Yo no puedo meterme en su casa si usted no me invita. Así de claro.
Y si otro le dice a usted que TIENE que dejarme entrar en su casa (negándole su derecho a la libertad de asociación) porque si no es un «malvado intolerante», hágame caso, ese otro no le quiere bien a usted.
Y por último, usted confunde el individualismo metodológico con la creencia metafísica en un Individuo metafísico «tábula rasa», vacío de todo contenido, sin ninguna determinación cultural.
Habría que ser MUY ingenuo para pensar que si se movieran a un territorio deshabitado 1 millón de japoneses o bien 1 millón de africanos subsaharianos, al final acabarían construyendo exactamente el mismo modelo de sociedad porque son simplemente «1 millón de individuos», así, en abstracto.
Nos guste o no, las ideas de la libertad individual, la propiedad privada y la iniciativa empresarial han nacido en Occidente. Es de ilusos pensar que si la población occidental es borrada del mapa, de alguna manera el resto de pueblos del mundo acabarán desarrollando sociedades liberales por ciencia infusa.
Eso sin mencionar el pequeño detalle de que borrar del mapa a grupos étnicos es genocidio. Pero bueno, supongo que para usted los grupos no existen, solo existen los «individuos», y por tanto, el genocidio es algo imposible, ¿verdad?