¿Por qué debemos dejar de esclavizar a los animales? Muy sencillo: porque no son objetos. Son seres con intereses. Son seres que sienten.
Nos aprovechamos de los animales porque son «animales». Porque no son «humanos». Esta es una idea simple, muy aceptada, fácil de entender, parece lógica, es práctica, y siempre ha sido así.
También la idea de que “El Sol gira en torno a La Tierra” es simple y la experiencia diaria parece ofrecer tal evidencia. Y sin embargo, no es cierta.
Me gusta poner este ejemplo para animar al lector a ver las cosas desde otro punto de vista. Cuando se lee una crítica de una idea simple y muy aceptada, es necesario adquirir antes una mentalidad abierta, o no se podrá obtener ningún provecho de ella.
En este artículo me propongo argumentar que estamos viviendo una revolución ética en relación a los derechos de los animales, comparable con la revolución que supone para el transporte la llegada de los viajes espaciales, y cómo esta nueva ética debe ser tenida en cuenta, por lógica, en el liberalismo.
Liberalismo y ética
Tal como nos explica Juan Ramón Rallo, «el liberalismo busca descubrir aquellos principios normativos universales y simétricos que permiten que cada individuo o grupo de individuos pueda satisfacer sus fines vitales de manera voluntaria, cooperativa y mutuamente beneficiosa con otros individuos o grupos de individuos».
En palabras de Francisco Capella, «el problema esencial de la ética es justificar las normas que limitan la libertad de acción de los individuos, y especialmente aclarar en qué circunstancias es legítimo utilizar la fuerza contra otros. La libertad del liberalismo no consiste en poder legalmente hacer cualquier cosa que uno desee, sino que está limitada y complementada por la propiedad: uno es libre hasta que choca con la libertad ajena, o mi propiedad acaba donde empieza la del vecino». En esta visión, el propio cuerpo es propiedad de uno mismo.
La ética requiere de simetría, pero no de una simetría entre derechos y deberes
Como aclaración terminológica, considero que la ética es una reflexión lógica sobre la moral; y que la moral es un conjunto de normas por las que guiarse en los conflictos entre individuos. Hay diversas éticas (diversos razonamientos morales) y diversas morales (conjuntos de reglas por los que guiarnos).
Las normas morales, si son éticas (si son lógicas) deben ser independientes de mi posición en el conflicto: deben funcionar tanto si estoy en una situación de ventaja como de desventaja. A veces se hace referencia a esta idea indicando que la moral debe «tener simetría», «correspondencia» o «ser universal». Sin embargo muchas veces se confunde esta idea con una posible correspondencia entre derechos y deberes en una misma persona. Me explico.
Coincido con Juan Ramón Rallo en que «la igualdad moral de las personas, esto es, los derechos humanos, son universales y simétricos para todos» y comparto la cita de Peter Singer: «Al aceptar que los juicios éticos deben ser universales, estoy aceptando que mis propios intereses, por el mero hecho de ser mis intereses, no pueden ser más relevantes que los de otras personas. De ahí que mi preocupación natural por el hecho de que mis propios intereses sean tenidos en cuenta, debe extenderse y abarcar los intereses de otros cuando estoy razonando éticamente».
Sin embargo, esto no tiene nada que ver con el dicho –falso- de que «a todo derecho le corresponde un deber» (para el mismo individuo). Esa frase es algo que se dice a los niños pequeños para educarles poco a poco en los deberes, precisamente cuando todavía son seres con derechos y sin deberes.
La correspondencia entre derechos y deberes entre individuos sólo se puede y debe exigir en igualdad de condiciones. Fernando Parrilla dice que «al resto de los humanos les concedemos derechos porque sabemos que tienen obligaciones», pero esto no es cierto, y cae en el mismo error que José Augusto Domínguez cuando dice que «Los animales no son, o al menos no deberían serlo, acreedores de derechos por la sencilla razón de que no pueden ser titulares de obligaciones».
Fernando y José Augusto: ¿qué ocurre entonces con los humanos que no tienen obligaciones, como los humanos recién nacidos o los humanos con graves problemas mentales? ¿Acaso no les concedemos derechos? Es evidente que sí lo hacemos. Como dice Berdonio en los comentarios del mismo artículo: «no siempre disfrutar de derechos entraña de manera automática correspondientes obligaciones».
La reflexión ética debe ser independiente de nuestro interés personal
He mencionado que no es justo ni lógico usar una argumentación ética diferente en función de si soy yo o es otro quien se encuentre en situación de superioridad en un conflicto. Aunque, por egoísmo, sea tentador hacerlo, no es lógico (no es ético).
En palabras de Gary Yourofsky: «Cuando uno no es la víctima, resulta bastante sencillo racionalizar la crueldad, la injusticia, la desigualdad, la esclavitud e incluso el asesinato».
Si la ética fuera diferente en función del hecho de disfrutar o no de una posición privilegiada en el conflicto, no diría que eso fuera un discurso lógico, sino más bien una excusa para seguir aprovechándome una situación de poder.
Sin embargo, esto es precisamente lo que defienden Íñigo Ongay en su debate con Oscar Horta cuando dice que es el poder el que nos otorga derechos, y Fernando Parrilla cuando dice que «No invadimos la casa de nuestros congéneres, ni nos comemos su comida porque esperamos que ellos hagan lo mismo».
Sinceramente, no creo que Íñigo Ongay y Fernando Parrilla piensen así, de lo que deduzco que estos autores no están argumentando sobre algo que consideran que está bien, sino explicando por qué hacemos algo que está mal.
No creo que si, cierto día, Fernando o Íñigo viajaran a un país al que no piensan volver jamás y estuvieran en un restaurante al que no piensan volver jamás, y se encontraran caída en el suelo la billetera de otro cliente que ha ido a los servicios y a quien no esperan volver a ver jamás, se apropiaran, porque pueden y porque nadie les mira, de dicha su billetera, o aún más cómico, que no lo hicieran por cierto puritanismo moral, pero consideraran que éticamente (lógicamente) deberían haberlo hecho, y se quedaran con remordimientos por ello.
Mucho menos creo posible que si Íñigo Ongay o Fernando Parrilla tuvieran la mala suerte de sufrir la situación simétrica, consideraran ético el comportamiento de quien se quedó con su cartera.
Y sin embargo, esto es exactamente lo que estamos haciendo con los animales no humanos: quedarnos con su billetera porque no pueden «devolvernos el golpe”.
Espero que lo de la billetera haya resultado simpático, pero el asunto no tiene nada de gracioso. Si unos extraterrestres súper inteligentes llegasen al planeta Tierra, secuestraran a casi toda la especie humana, obligándoles a reproducirse en cautividad para usarlos como alimento, entretenimiento mediante la tortura hasta la muerte (en plazas) y para la experimentación en formas inimaginables ¿acaso nos parecería ético por el motivo de que los extraterrestres se encuentran en una situación de poder sobre nosotros? Bueno, pues eso es exactamente lo que estamos haciendo con los animales.
Una vez aclarado que los derechos no conllevan obligatoriamente deberes y que una reflexión ética válida no puede depender de nuestro interés personal, queda pendiente la cuestión más interesante de todas ¿por qué considerar a los animales sujetos morales? A lo que voy a comenzar respondiendo con otra pregunta: ¿por qué considerar a las mujeres o a los negros sujetos morales?
La consideración moral es un ejercicio de libertad
La primera aproximación a la respuesta que quiero destacar es que la consideración moral (como consideración interna, privada, íntima) es un acto voluntario, libre. Los derechos no son naturales. Los otorgan quienes pueden y quieren hacerlo. Los seres humanos podemos otorgar derechos a los animales no humanos, y de hecho mucha gente ya lo hace dentro de su (reducido o no) ámbito de actuación y poder.
Evidentemente, alguien puede reflexionar sobre el asunto y decidir libremente no otorgar derechos ni a los animales, ni a las mujeres y ni a los negros, tal vez por ser hombre blanco y no interesarle. Pero ¿sería esto lógico? ¿En qué nos basamos para no otorgar derechos a los animales no humanos?
Se podría decir que precisamente eso mismo: que no son humanos. Bien, irremediablemente todo este asunto nos lleva a la definición de «humano». Esta definición es mucho más problemática de lo que pueda parecer a simple vista.
Aproximación genética a la definición de humano (genotipo)
En primer lugar debemos reconocer que es imposible identificar al primer ser humano, y que la frontera entre lo humano y lo no humano (como especie animal) es difusa.
En el concepto de «especie» no existe un abismo ontológico, es decir, no existe una separación dicotómica entre unas especies y otras, sino que se trata de algo gradual, tal como nos enseña la teoría de la evolución (sobre la que existe suficiente evidencia). Es decir, las fronteras entre especies son borrosas. La definición recursiva de “humano” como “nacido de humano” no sirve. Mi madre fue humana. La madre de mi madre fue humana. Y así sucesivamente llamaríamos “humana” a infinidad de especies, según la teoría de la evolución, hasta llegar al primer replicante. No existe algo llamado “El primer hombre”. Traten de identificarlo en esta foto.
Descartado el asunto de la posición privilegiada, el asunto de los deberes y derechos, y el asunto de la definición genética de «humano», los seres humanos que pretenden seguir aprovechándose de los demás animales impunemente establecen una nueva línea de defensa de «lo humano» basada en las características “humanas”.
Otras aproximaciones a la definición de humano
A menudo se mencionan características fenotípocas / fisiológicas (como el tamaño del cerebro) o etológicas (en relación a su comportamiento) para justificar algún tipo de privilegio moral de los humanos. Se indica que «los seres humanos deben ser favorecidos por encima de otros individuos debido a que solo ellos poseen ciertas capacidades cognitivas, un lenguaje, la posibilidad de reconocer y asumir responsabilidades, etc. Y, en otros casos, se sostiene que el motivo para tal consideración privilegiada sobre otros radica en que los seres humanos mantienen entre sí una relación de solidaridad, afecto, equilibrio de poder, posibilidad de interacción, etc., que no tendrían con otros animales».
Sin embargo, dicha justificación no es válida y la argumentación que lo demuestra es conocida como la de los casos marginales o «diferencias entre humanos». Tal como dice Oscar Horta: «La especie humana no puede ser definida por la posesión de ciertas capacidades, desde el momento en que hay humanos que carecen de ellas. Por lo tanto, su trato privilegiado no puede ser defendido aludiendo a éstas».
En palabras de Charles Darwin: “Por considerable que sea la diferencia entre la mente del hombre y la de los animales más elevados, es sólo, ciertamente, una diferencia de grado y no de especie”. Y tal como sostiene Richard Dawkins: “Sobre la cuestión de la ostra, lo que yo diría es que no necesitamos trazar líneas, y que está perfectamente bien hablar de un continuo. Y si las ostras sienten dolor probablemente sientan una pequeña cantidad de dolor. Mientras que los cerdos probablemente sientan una gran cantidad de dolor. Y cuando la gente pregunta: ¿Dónde trazas la línea? -Respondo: ¿Por qué hay que trazar una línea? ¿Por qué no simplemente decir que hay un continuo de capacidad de sentir dolor?”.
Aquí aparece por fin el concepto fundamental que permite despejar todo este asunto: la capacidad de sentir (y dentro de ella, y en el ejemplo de Dawkins, la capacidad de sentir dolor).
Teocentrismo, antropocentrismo y sensocentrismo
El teocentrismo es una corriente de pensamiento que sitúa a «Dios» como centro del universo, quien lo rige todo, incluso las actividades humanas. Es una filosofía de contextos de mucha religiosidad, como la Edad Media. Usualmente da más importancia a la ultratumba que a la vida terrenal. El teocentrismo está en cierto modo alineado con el iusnaturalismo que defiende una suerte de derecho natural o pre-existencia de derechos. Al finalizar la Edad Media y comenzar el Renacimiento (sobre el siglo XVI), el teocentrismo cedió el paso al antropocentrismo.
El antropocentrismo sitúa al Ser Humano como medida de todas las cosas, y en el aspecto ético defiende los intereses de los seres humanos por encima de los del resto de seres. El antropocentrismo disminuye el respeto por quienes no son humanos, lo que se conoce como discriminación especista.
La ética sensocéntrica o sensocentrismo es un planteamiento ético o cosmovisión que sostiene que todo ser con capacidad para sentir (sintiente), es decir, con capacidad para tener experiencias subjetivas, merece consideración moral.
Aquí está en mi opinión la clave y la solución a todo este asunto de la cuestión animalista. En conclusión, ¿cuáles son los seres por los que debemos tener consideración moral? Tal como explica Oscar Horta, aquellos seres que puedan verse afectados por nuestras decisiones, por tener ellos intereses y por haber una relación causal (más o menos directa o indirecta) entre nuestro comportamiento (acción u omisión) y lo que les suceda a ellos, son por lógica los seres que debemos tener en cuenta (tener consideración moral por ellos) y aquí se incluyen todos los seres sintientes, esto es, todos los seres con capacidad de tener intereses y experiencias (pensemos en la capacidad de tener sensaciones), independientemente de su estructura genética, de su inteligencia o de su situación de mayor o menor poder en un conflicto.
La pregunta no es, ¿Pueden razonar? ni ¿Pueden hablar?, sino, ¿Pueden sufrir?
Jeremy Bentham.
Es evidente y tenemos indicios abrumadores de que los cerdos y los pollos sienten, y por ello debemos incluirles en nuestra consideración moral. Si algún día tuviéramos indicios suficientes de la sintiencia de un ordenador, dispositivo o de cualquier otro ser o cosa imaginable, deberíamos actuar de igual forma.
¿Por qué debemos dejar de esclavizar a los animales?
Muy sencillo: porque no son objetos. Son seres con intereses. Son seres que sienten. Y porque podemos hacerlo. Y porque es lógico hacerlo.
Desde la ética y la imparcialidad propias del liberalismo, deberíamos dejar de usar animales en nuestro provecho y considerarlos como sujetos de derecho (si se quiere, “personas” o como se les quiera llamar).
Efectivamente, y tal como cita José Antonio Baonza Díaz “se ha producido un cambio en la relación de los seres humanos y el resto de los animales, que, partiendo de una visión absolutamente antropocéntrica que equiparaba a los animales con los objetos, ha desembocado en la visión -apoyada entre otros motivos en hallazgos científicos como la proximidad genética entre especies- de que, al fin y al cabo, todos los animales son el resultado de procesos evolutivos paralelos […] El toro bravo es un mamífero con un sistema nervioso muy próximo al de la especie humana, lo cual significa que comparten muchos aspectos de nuestro sistema neurológico y emotivo”.
Estas asimilaciones entre seres humanos y astados tienen poco de místicas y mucho de científicas, voluntarias, justas, honestas e imparciales, es decir, de liberales.
¿Y si no pudiéramos vivir sin comer animales?
Hay quien opina que no podemos dejar de usar animales no humanos porque necesitamos (nutricionalmente) alimentarnos de ellos. La afirmación no es precisa: no necesitamos alimentarnos de animales. Necesitamos una serie de nutrientes. La cuestión es puramente técnica. Dije al principio que la revolución de la ética animalista es comparable a los viajes espaciales. Le invito al lector a comparar la dificultad de hacerse vegetariano con la dificultad de viajar a La Luna. No voy a discutir si viajar a la Luna es fácil o difícil, o si la baja gravedad de la Luna es una ventaja o un inconveniente. Son cuestiones técnicas que se pueden resolver. Que ya millones de personas han resuelto en distintos grados.
¿Y si la ética fuera una farsa?
Aquellos que insisten en seguir explotando animales pueden no atender a la lógica simplemente por estar programados para ello. Según la teoría de la evolución, somos máquinas de supervivencia construidas por nuestros genes para su propia perpetuación. La moral y las leyes podrían ser simplemente pactos de cooperación entre individuos que la evolución selecciona como útiles para nuestra propia supervivencia (en realidad, la de los genes), independientemente de que sean justos o no. Y la ética podría ser una farsa, es decir, únicamente una excusa que justifique la moral dictada por los genes egoístas.
Nuestra sociedad humana es tan compleja que el egoísmo abierto y sincero apenas puede sobrevivir. Las personas debemos colaborar casi todo el tiempo para sobrevivir o simular querer hacerlo. Una de las mejores formas de simular querer colaborar es precisamente colaborar a regañadientes explicando que lo hacemos por elevados motivos éticos o morales, obteniendo así tanto las ventajas de la reputación como las intrínsecas de la colaboración.
¿Acaso no se observa en la evolución de la materia y de la vida un incremento de la cooperación, estructuras cada vez más interrelacionadas colaborando y constituyendo entidades de orden superior? ¿Acaso no se ha ido terminando con los sucesivos «ismos» que son discriminaciones arbitrarias, faltas de lógica como el sexismo o el racismo?
Tenemos, ahora, la oportunidad única de formar parte de la mayor revolución ética de la historia de la humanidad. En algún momento se formará un efecto de “bola de nieve”. Gracias al transhumanismo, el concepto de «humano» cambiará radicalmente al haber todo tipo de nuevos constructos que combinen la vieja idea de «humano» con la idea de «máquina». La consideración moral se basará en la capacidad de sentir, ya se trate de hombre, máquina, animal no humano, o una mezcla de los tres. Gracias a la biotecnología, los alimentos vegetales serán cada vez más baratos, más sabrosos, más sanos y más nutritivos que los de origen animal. Llegado el momento todo el mundo compartirá la visión animalista sensocentrista y entonces será de enorme valor la reputación de haberlo hecho previamente por motivos éticos.
64 Comentarios
I.M.P.R.E.S.I.O.N.A.N.T.E!
I.M.P.R.E.S.I.O.N.A.N.T.E!
Felicitaciones al autor. No sabía si era el único animalista liberal pero me alegra que también se hable sobre este tema desde este punto de vista. El tema es muy interesante y no es fácil de resolver (lo cual lo hace más interesante) :
¿Deben los derechos aplicarse únicamente a los humanos?
Un resumen de mi opinión: Mientras no haya consenso (como en no matar, robar etc…) no se puede extender derechos a los animales, es una ética personal, como en el caso del aborto.
Muchas gracias por el
Muchas gracias por el comentario, Redondo. Para mí también es un placer encontrar pensamiento liberal y en favor de los animales.
En tu comentario y en relación a los criterios para establecer derechos, no se muy bien si has querido decir «consenso» o mas bien algo así como «acuerdo suficiente» (que eventualmente puede ser consenso). Me refiero a que por ejemplo, para que el derecho al sufragio incluyera a las mujeres no hizo falta un consenso [1], existen avances de forma progresiva, si bien, como pareces sugerir, el asunto acaba siendo aceptado mayoritariamente y ya casi nadie se plantea ahora un sufragio censitario [2].
Por otra parte, las leyes y normas no son únicamente algo propio de estados y gobiernos. Otras agrupaciones humanas de diversos tamaños tienen sus propias reglas. Como digo en el artículo, los seres humanos podemos otorgar derechos a los animales no humanos, y de hecho mucha gente ya lo hace dentro de su (reducido o no) ámbito de actuación y poder.
Tal vez te refieres a la dificultad de llevar a la práctica un estilo de vida compatible con la consideración moral de los animales. Coincido en que el reto que se nos presenta pueda parecer superior al caso de otorgar derechos a otras razas o sexos. Un reto lo es porque aún no está superado, y el antiguo reto nos puede parecer ahora casi trivial y evidente, cuando no lo fue. ¿Quién negaría ahora el voto a alguien por ser mujer o tener la piel de color oscuro?
Si es lógico (ético) hacerlo, y si es *posible* hacerlo, lo acabaremos haciendo. En mi artículo argumento por qué es ético hacerlo. En cuanto a que sea posible, no tengo ninguna duda de que la población española tiene inmensas oportunidades y muy sencillas, hoy, de llevar un modo de vida mucho más acorde con la consideración moral de los animales de lo que lo hace actualmente. Por ejemplo, en el caso de la alimentación, en Reino Unido se estima un 7% de la población vegetariana, en Alemania un 8% y en España un 0,5% [3].
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Sufragio_femenino
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Sufragio_censitario
[3] http://es.wikipedia.org/wiki/Vegetarianismo
Manuel de la Herrán, sin ánimo de ofender ni faltar al respeto ,tu exposición me parece una auténtica basura MORAL. Es lo mas destructivo y antiético que he oído en mi vida. Ojalá igual que queréis imponer vuestra religión os obligaran a cumplir escrupulosamente vuestra propia ideología. Que lo que dijera tu boca tuvieran que hacer tus manos.
Hola Julio. Podemos discrepar en cuanto a nuestra postura, pero creo que en vez de fundamentar tu «crítica» en un ad hominem, sería más congruente que expongas argumentos para refutar a Manuel. Aclarar la diferencia entre religión y ética: la primera está relacionada con una creencia sobrenatural, mística o espiritual, mientras que la segunda es el estudio filosófico de la conducta humana, pues bien somos agentes morales, a diferencia de los animales.
¿Es una religión sostener que matar a otra persona es inmoral? No. ¿Acaso es una imposición no poder agredir a cualquier persona? Claramente sí, pero es una imposición necesaria. La mayoría de animales son «alguien» y no algo. ¿Por qué? Porque están dotados de sintiencia, es decir, capacidad de tener una experiencia subjetiva del mundo (una de las acepciones de ‘conciencia’), tener sentimientos y estados de ánimo, capacidad de sufrir dolor, capacidad de tener una personalidad basada en las experiencias personales, etc. De esta capacidad derivan los intereses inalienables de los individuos, y por tanto, todos los individuos merecen respeto, es decir, la no-frustración de sus intereses. Ahora bien, esta es simplemente la base. Al igual que ocurre con el derecho y sistema judicial, existe conflicto de intereses, y por tanto estos deben de ser jerarquizados y contextualizados.
Ahora bien, financiar una industria que trae a la vida a billones de animales, los confina, en la mayoría de ocasiones maltrata y tortura, para finalmente matarlos, es indudablemente, una aberración ética y un atentado contra el principio de sintiencia, que es, además, el que fundamenta que no nos vayamos matando o agrediendo los unos a los otros. Y la ganadería es solo una de estas industrias que esclaviza y explota a seres sintientes. De ahí que al igual que ocurrió con la esclavitud humana, hemos de abolir este tipo de explotaciones que frustren los intereses de, en este caso, los animales no humanos.
¿Esto significa que he de tratar de no pisar a una hormiga, o de no matar a un mosquito? Claramente no. Afirmar eso es tratar de ridiculizar todo lo anterior. Una medusa no tienen sintiencia, y los insectos… la ciencia no ha avanzado lo suficiente. Así que en vez de centrarse en este tipo de nimiedades, mejor basarnos en la evidencia científica, que afirma que todo animal con sistema nervioso central complejo está dotado de sintiencia: mamíferos, aves, peces…
Yo no estoy de acuerdo con el principio de la no-explotación que sostiene el veganismo, y por tanto, no soy vegano. No estoy en contra del uso de los animales, al igual que no estoy en contra del uso entre humanos (me alargaría demasiado, pero esto que sostengo requiere de matices). Ahora bien, los intereses de los animales, al igual que los humanos, han de ser respetados, y por tanto, pagar por la matanza, tortura y sufrimiento de los animales va en contra de la ética. Y el placer no justifica ninguna de las cosas que les hacemos a los animales. No hay diferencia entre matar a un perro a patadas por diversión que pagar a alguien para que mate a una vaca. En la segunda nos distanciamos del acto y nos resguardamos de nuestra inmoralidad, pero en ambos casos la finalidad de la matanza.
En ambos casos la finalidad de la matanza es obtener placer, pues bien no es necesario consumir productos de origen animal para poder suplir las necesidades nutricionales y energéticas que el cuerpo requiere, y por tanto, es el gusto, sumado a la incomprensión o ignorancia respecto a la inmoralidad de la acción que se está llevando a cabo, o un sentimiento supremacista e incongruente, lo que lleva seguir financiando este tipo de prácticas.
*He enviado mi comentario anterior sin querer, sin haberlo terminado.
El relativismo moral de
El relativismo moral de Occidente está llegando a unos niveles tales que uno no sabe si reír o llorar ante comentarios tan absurdos como éste.
Sorprende encontrarse la defensa de la religión secular «animalista» desde una posición inicialmente liberal y lógica de respeto a su integridad en cuanto a seres vivos evitando la crueldad y el maltrato, que rápidamente se desliza hacia el intervencionismo socialista que, irresponsablemente, trata de imponer una concepción moral sobre la sociedad, en donde los derechos de los animales pretenden estar situados al mismo nivel que los derechos individuales del ser humano a la vida, la libertad, la propiedad y la igualdad de trato ante la LEY.
Dado que hablamos de una nueva religión secular agradecería indicáseis bibliografía y autores (nuevos Mesías) para poder estudiar su iconografía, sus ritos y sus consecuencias para la sociedad posmoderna donde un chihuahua, como perro de compañía, tiene más derechos civiles que un inmigrante, que un indigente sin techo o que los más de 90000 «nasciturus» (bebés) abortados por sus madres sin darles siquiera la opción de vivir y educarse con familias que los amen.
Éste es el drama moral de Occidente, nuevas religiones seculares que sirven las creencias (comunismo, nacional-socialisno, nacional-separatismo, femi-nazismo, animalismo, indigenismo…) que pretenden sustituir espiritualmente a las religiones tradicionales como fórmula para que nuevos mesías alcancen poder y dinero medrando nuevas leyes, ayudas y subvenciones.
Se lucha sin denuedo por la obtención de derechos para los animales pero, curiosamente, el relativismo moral olvida que hay seres hunanos con derechos individuales por los que es justo luchar como los inmigrantes, los indigentes sin techo, los oprimidos por tiranos y sátrapas y, sin duda, también los seres humanos abortados (asesinados) por sus madres sin que se legislen y posibiliten contractualmente las opciones privadas de adopción, prohijamiento, tutela judicial…
Relativismo moral, demasiado relatismo moral.
*(De liberal a liberal):
*(De liberal a liberal):
¿Y quién dijo que no haya que ocuparse de las injusticias entre humanos?.
¿Por qué bienestar humano vas a luchar si en breve no quedará mundo habitable?
¿Sabes que el principal causante del efecto invernadero es la industria alimenticia?.
Porque si quieres ayudar a los humanos,y esa es tu prioridad,el Veganismo es un buen atajo.
¿O no será que no nos gustan los atajos?.
No existe liberación humana sin liberación animal.
La esclavitud no está abolida,y cuando se consiga,podremos ir avanzando en cada materia.
Hay que trabajar en las raíces del problema,no tapar la mierda bajo la alfombra ni excusarse en dicotomías antropocéntricas.
Hay que abrir la mente mucho,mucho para enfrentar este debate.
Y relacionar este artículo con «religión», cuando está basado en la ciencia empírica más pura,es una estrategia inválida y burda.
También hay liberales ateos
¡fíjate tú!.
Lo que distingue a los
Lo que distingue a los intervencionistas es el posicionamiento ideológico situándose por encima de los demàs para imponerles sus criterios morales (ateísmo, animalismo, anarquismo, comunismo, nacional-separatismo…) que, cual religiones seculares, buscan utopías en forma de nuevos «paraisos en la Tierra», situados más allá del estricto respeto por los derechos individuales a la vida, a la libertad, a la propiedad y a la igualdad de trato ante la LEY.
Su forma de pensar es intervencionista (socialista), por mucho que intente camuflarse detrás de ropajes y maquillaje pseudo-liberales.
Indiquen libros y lecturas donde analizar en detalle su demagoagia.
Siento aguarles el brebaje de su aquelarre «animalista» en la sede web del IJM, pero es lo que pienso de Uds.
Saludos
muy acertado
Este artículo presenta varios
Este artículo presenta varios argumentos. Le invito amablemente a leérselos y criticarlos o presentar otros nuevos. Deduzco que no ha tenido tiempo de leerlo, ya que precisamente este artículo argumenta a favor del respeto por los derechos individuales que Usted menciona, y enlaza a varias lecturas interesantes.
Este artículo presenta varios
Este artículo presenta varios argumentos. Le invito amablemente a leérselos y criticarlos o presentar otros nuevos. Deduzco que no ha tenido tiempo de leerlo, ya que precisamente este artículo argumenta a favor del respeto por los derechos individuales que Usted menciona, y enlaza a varias lecturas interesantes.
Este artículo presenta varios
Este artículo presenta varios argumentos. Le invito amablemente a leérselos y criticarlos o presentar otros nuevos. Deduzco que no ha tenido tiempo de leerlo, ya que precisamente este artículo argumenta a favor del respeto por los derechos individuales que Usted menciona, y enlaza a varias lecturas interesantes.
Así es, Estas son las nuevas y sutiles formas de poder y fascismo. Utilizan la sensibilidad como señuelo. Son lo peor de lo peor. Enhorabuena por tu comentario
Pues yo me voy a calzar
Pues yo me voy a calzar pasado mañana medio cochinillo asado con una botellita de Rioja Reserva, que va a temblar el misterio….no sé que dirá la «visión animalista sensocentrista», o si también por ésto va alguno a quitarme el carné de liberal…
*(De liberal a liberal): Ni
*(De liberal a liberal): Ni te has leído el artículo. ¿Verdad?.
El regocijo de tu egoísmo sobra en debates serios.
Se deduce de este artículo
Se deduce de este artículo que las plantas no son seres sintientes, sin embargo, hay cada vez más evidencias de que sí lo son.
Tomando como única línea divisoria entre plantas y animales el hecho de poder sentir; creo que esta línea no es tal, es algo difuso.
Si se demuestra que las plantas pueden sentir y como los animales ya lo hacen, ¿me podrías dar alguna receta gastronómica?.
¿Nos muestras por favor el
¿Nos muestras por favor el paper que afirma que las plantas sienten?
No hay cada vez más
No hay cada vez más «evidencias» de que las plantas sienten,ni se trata de eso.
Lo que hay cada vez más miedo de la industria,y cada vez las excusas vuelan más alto,y por eso las escucháis.
Percepción,trofismo,sintiencia y consciencia suelen mezclarse en un mismo discurso cuando son cosas distintas.
No desviéis el debate por ahí,porque no hay debate.
Comparar una planta con una vaca es un insulto a la inteligencia.
Estoy contigo. Por qué no
Estoy contigo. Por qué no incluir a las plantasentre los seres vivos a proteger.
Y entonces, ¿de qué nos alimentamos?
preguntas: Por qué no incluir
preguntas: Por qué no incluir a las plantasentre los seres vivos a proteger.
respuesta: porque no sienten
pregunta: Y entonces, ¿de qué nos alimentamos?
respuesta: de plantas!
Yo pensaba que el que squí
Yo pensaba que el que aquíí opinaba sobre gastronomía era Adolfo Lozano
Buenas tardes, humanos.
Buenas tardes, humanos.
Sólo quería saludarles y recomendarles los emplastos de acelga para las migrañas.
Actualmente me encuentro en un circo montado por una raza alienígena en Alfa Centauri. La comida está bien pero los amos, más de lo mismo. Son una panda de pájaros, como ustedes.
Felices fiestas de parte de Jerrme, mi amigo el pavo.
¿Este artículo lo ha
¿Este artículo lo ha redactado un directivo de Disney? Alguien tendría que explicar a los leones que no coman cebras. Las cebras tienen derecho a no ser cometas por los leones…
¿Y qué demonios tiene que ver
¿Y qué demonios tiene que ver un león con un ser humano?.
NADA.
La empatía es parte de la evolución.,aunque algunos se resistan a ella.
Cuando queráis hablar de leones,llamad a Frank de la jungla.
Gracias
¿Los huevos de gallina se
¿Los huevos de gallina se consideran animales?
Cuando alguien te propone que
Cuando alguien te propone que te acerques a un tema complejo con la mente abierta, suele estar pidiéndote generosidad para terminar de escuchar o leer su particular argumentario pese a que haga aguas a borbotones, desde el principio y por todos lados.
Don Manuel no desconoce que los derechos son una producción humana que para ser ejercida debe ser defendida y para ser defendida ha de ser consensuada. Para obterner el consenso precisa universalidad, justicia y bondad.
El asunto es de tal complejidad que aún no hemos conseguido consenso alguno sobre lo más elemental, el papel de Dios ( la mayoría de la población es creyente ), a quiénes incluye ( humanos nacidos, no nacidos, animales, medio ambiente … ), quiénes los defienden ( el individuo, el Estado, la Justicia…)…
Don Manuel se desguelga con la idea de que el sufrimiento es evitable y malo. Buscando consenso sobre que es una realidad universal, justa y buena.
Suerte.
Si el sufrimiento es malo y
Si el sufrimiento es malo y evitable para un humano ¿por qué no iba a serlo con otro ser vivo absolutamente sintiente y similar a nosotros?.
A ver quien es capaz de darme un motivo.
¿Consenso?. ¿Desde cuando las mayorías tienen razón?. Los cambios en la sociedad suelen venir de minorías valientes dispuestas a retar el status quo predominante.
Pero el Veganismo aumenta exponencialmente. ¿Será porque la información y la www fluye más?.
Sin duda,la información es poder.
Siempre se ha ocultado la cara oculta del maltrato animal. Solo nos muestran el producto.
CLARO QUE HAY QUE ABRIR LA MENTE.
El sufrimiento es
El sufrimiento es consustancial a la vida, alguno es evitable y la crueldad es deaseblemente combatible.
Como consecuencia del sufrimiento hay efectos negativos o positivos, no solo negativos.
La falta de consenso denota la falta de universalidad-bondad-justicia.
Guillermo, para tener la mente abierta, vas a piñón fijo.
A ver Manuel, tu artículo
A ver Manuel, tu artículo temático da para mucho, pero ya desde el punto de vista científico y filosófico da para más preguntas que respuestas…. ¡ya no digamos desde el punto de vista político! Aunque para ello ya tenemos a los ecologistas para demostrarnos a donde quieren llevarnos. ¡Puro totalitarismo!
No seré yo desde el punto de vista liberal quien les otorgue la más mínima excusa para imponerme su ideología. Esa, que tras verdades incuestionables (como por ejemplo, que el clima está siempre en un permanente cambio) se esconden objetivos esclavizadores sobre todos los humanos.
Los ecologistas en nombre de su ética planetaria y animalista lo que quieren con ella es legitimar sobre nosotros su ética antihumana (“los humanos son los asesinos del planeta”, “vale más un feto de cualquier animal que un feto humano”, “la nueva genética vegetal que está sacando a países de hambrunas ancestrales hay que prohibirla y que sigan muriendo miles de humanos, pues son el gran peligro maltusiano que hemos de erradicar”, etc.), nos dicen entre otras frases manipuladoras.
Ya casi no me acuerdo de mis estudios de psicología, es más, con el paso del tiempo descubrí que la mayoría de ellos son falsedades o obviedades “científicas” (ya sabes, el psicoanálisis, el conductismo, etc.).
Por supuesto que sé, que allí donde hay vida hay “sensaciones”, pero elevar éstas a la categoría de “sentimientos” como hace el totalitario ecologismo, ya es demasiado, no sólo para la ética, sino para la ciencia.
Un viejo profesor de ética en mi carrera y que no huía de temas controvertidos (ya en aquella época gustaba a la chica progre de turno pasarse por mega-hiper-ecologísta), solía responder, que de existir una ética animalista, ésta bien podría ser la de los animales: si para un león es ético matar a una gacela, búfalo, jirafa, etc. ¿por qué ha de ser distinto para los humanos?
Tratar con respeto a los animales, es loable, humanizarlos (y más, como hace el ecologismo, a costa de estigmatizar a los humanos), es perverso, tanto desde el punto de vista científico como ético.
Fernando Nogales
P.D.: Este que habla es de pueblo y nació entre plantas y animales. En casa rara era la semana que agarrando la patitas de un ternero no ayudaba a la vaca a parir y nada más nacer acariciaba a ese ternerito y lo arrastraba hasta la boca de la madre para que lo lamiera y limpiara. Luego ordeñaba a la madre los calostros y se los daba al ternero. Y lo mismo hacía con las cerdas, y otros animales domésticos. Pero también llegado el momento, a esa vaca que se había partido una pata o era muy vieja o a esa cerda se la mataba (por estas fechas).
Te aseguro que aquellos de pueblo haciendo eso, los que lo hacíamos, como mínimo nos sentíamos tan éticos como el león. ¡Sí! Ya sabemos que para los ecologistas somos asesinos.
¡Hay que fastidiarse dónde han llegado el recorrido evolutivo de las universidades públicas, estatales, estatistas, y por supuesto, socialistas…. hasta acabar a convirtiéndose en puros canales de adoctrinamiento ideológico, pues en todas ellas han fulminado de raíz la libertad de cátedra y por tanto, la ciencia.
….y de ellas en los últimos cincuenta años hemos salido todos licenciados o doctorados en socialismo. Unos en “psicología socialista”, otros en “sociología socialista”, otros en “ingeniería socialista”, otros en “medicina socialista”, etc.
Pero deconstruir esas licenciaturas, a todos nos ha costado muchos más años y ¡Esas sí, han sido nuestras verdaderas licenciaturas!.
¿ECOLOGISMOS?: ¡NO, GRACIAS!
*De liberal a Liberal:
*De liberal a Liberal:
Mezclas Ecologismo con la defensa de los animales SINTIENTES como entes con derechos (ya los tienen en algunos sentidos,,con lo cual el artículo no debe ir muy desencaminado).
A mi me hace mucha gracia leer que ayudabas a parir y dabas calostro ¡y acariciabas! a las vacas,pero luego vas al super y te ompras un brik de leche.
Ese brik supone la violación sistemática de vacas,su esclavitud (ordeño) hasta su violenta muerte y que cada ternero le sea SECUESTRADO para su aislamiento en un box de engorde,donde el padecimiento de ambos solo puede describirse si lo ves in situ o buscas el video adecuado. La tortura y el asesinato sistemático Y CRÍA INTENSIVA de animales para esto nada tienen que ver con un leon buscando alimento. Nada.
Y ahora,explícanos eso de que los animales no tienen sentimientos.
¿Afirmas que tu perro no los tiene? (porque la vaca ya ni hablamos ¿verdad?).
Que poco sabes de perros,de vacas y de animales en general.
Y la ética,de paseo.
Un buen autoretrato el tuyo.
pd: Ah! y deja el socialismo tranquilo en tus cocktails. Aquí somos todos liberales.
Dice usted: «Por supuesto que
Dice usted: «Por supuesto que sé, que allí donde hay vida hay “sensaciones”, pero elevar éstas a la categoría de “sentimientos” como hace el totalitario ecologismo, ya es demasiado, no sólo para la ética, sino para la ciencia.»
Sin entrar en debates filosóficos profundos, la clave de esta discusión es siempre la misma; cuando nuestros interlocutores afirman como premisa que los animales «sienten y padecen», atribuyéndoles estas cualidades humanas sin discusión posible. Otros pensamos que tienen reacciones orgánicas de dolor, stress, etc, pero no intentamos convencerles, ni imponerles nuestra percepción.
Los animales sienten y
Los animales sienten y padecen como nosotros. Existe suficiente evidencia científica en ese sentido.
Tal como comento en el artículo, es imposible identificar al primer ser humano. La frontera entre lo humano y lo no humano (como especie animal) es difusa.
En el concepto de «especie» no existe un abismo ontológico, es decir, no existe una separación dicotómica entre unas especies y otras, sino que se trata de algo gradual. No existe algo llamado “El primer hombre”. Traten de identificarlo en esta foto:
https://twitter.com/mherran/status/671063627936473088
La definición de «humano» como aquel que posee determinadas características tampoco es válida y la argumentación que lo demuestra es conocida como la de los casos marginales o «diferencias entre humanos», como explica Oscar Horta:
https://es.wikipedia.org/wiki/Argumento_de_casos_marginales
Excelente artículo.
Excelente artículo.
«No necesitamos alimentarnos de animales. Necesitamos una serie de nutrientes. La cuestión es puramente técnica.»
Dejemos ya de poner excusas ante lo evidente: si somos conscientes de que los animales sienten el dolor, en mayor o menor grado, y está en nuestras manos poder pararlo, ¿qué es lo que nos detiene? ¿Agarrarse a la idea de que siempre se ha comido animales o que incluso ellos se comen entre ellos? Precisamente ellos no tienen nuestra capacidad de poder decidir sobre su alimentación. Nosotros sí. Las cosas cambian, afortunadamente. Los humanos evolucionamos y también cambian nuestras necesidades. Eso también forma parte de la evolución.
Cierto es que el tema genera debate. En realidad, eso es bueno, si hay debate es que interesa… y cada vez más.
Saludos.
Alguien con la mente abierta.
Alguien con la mente abierta. Chapó.