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Liberalismo y coronavirus

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En una situación como la actual es inoportuno el reclamo de que no se limiten las libertades individuales.

Las medidas restrictivas de la libertad adoptadas por muchos Gobiernos como respuesta ante la crisis sanitaria provocada por el coronavirus han dado lugar, de parte de muchos liberales, a severos cuestionamientos. Los argumentos en los cuales tales críticas se fundamentan, son obvios: el Estado no tiene derecho a invadir la esfera de las decisiones personales, el individuo es soberano, y otros enfoques parecidos y conocidos. Nada nuevo respecto de la argumentación liberal habitual. Algún reputado liberal ha dicho, en tono levantado, que vivimos bajo un régimen “soviético”. ¡Cómo si en la Unión Soviética hubiera sido posible mostrarse ofendido porque a uno no le gustaban las medidas del Gobierno, sin sufrir ninguna consecuencia!

El caso es oportuno para reflexionar respecto del habitual problema de la adecuación de los principios filosóficos y teóricos a la realidad concreta. Desde ya que no es deseable que las libertades individuales sean restringidas. Por cierto que hay políticos que aprovechan la crisis sanitaria para aplicar controles y prohibiciones, amparados en la oportunidad que una población asustada les ofrece. Pero ninguna de estas circunstancias justifica que, en nombre de la libertad, se ignore la realidad y se reclame la aplicación plena de criterios liberales, como si no hubiera factores excepcionales que obligan a reconsiderar las posiciones de tiempos normales.

El reclamo airado de que no se apliquen medidas restrictivas de la libertad si estas disposiciones son necesarias para enfrentar la pandemia que jaquea a la humanidad, termina por convertir a las posiciones favorables a la libertad en un fetiche ridículo. La libertad es un reclamo legítimo en tiempos normales, cuando no hay razones para que los gobernantes la restrinjan. Pero si se produce una situación como la actual, donde todos los criterios habituales quedan desvirtuados porque hay una instancia crítica generalizada, la priorización de la libertad individual por sobre los esfuerzos para superar la coyuntura termina por resultar anacrónica e inoportuna.

Esto no significa dejar de considerar a la libertad individual como la base sobre la cual se fundamenta el orden social. Pero sí implica tener sentido de la realidad. A veces, lo ideal no es posible  y se impone sacrificar los valores esenciales en los que uno cree, para anteponer otras consideraciones motivadas por la circunstancia excepcional. Y hay que saber entenderlo. Hay liberales que se niegan a aceptar esta necesidad y, dogmáticamente, cuestionan que se adopten las medidas que -bien o mal, esa es otra discusión- están orientadas a enfrentar la crisis sanitaria. Esta posición supone no ponderar debidamente las circunstancias y ubicar a las consideraciones teóricas por delante de las exigencias de la realidad.

El resultado práctico de estas actitudes tan irreductibles es el desprestigio del liberalismo a los ojos del conjunto de la sociedad. Si los liberales son aquellos sujetos a quienes, con tal de defender un determinado cuerpo de ideas, se desentienden de las consecuencias de una pandemia que no para de sumar víctimas, lo que cualquier ciudadano con simple sentido común siente es rechazo hacia el liberalismo. De este modo, todo lo virtuoso que el liberalismo tiene para ofrecer, queda anulado por la pretensión de llevar sus principios hasta extremos tales que su aplicación concluye por tornarse socialmente perjudicial. Es poco probable que la gente esté dispuesta a dejarse seducir por una corriente ideológica que adopta posturas tan rígidas que le hacen perder la noción de lo que efectivamente está sucediendo.

Por supuesto, esto no justifica muchas de las medidas económicas intervencionistas que los Gobiernos adoptan en este tipo de circunstancias. La aparición del virus tuvo un efecto disruptivo sobre la estructura de precios relativos. Artículos como el alcohol en gel, los barbijos, los respiradores mecánicos, etc. de pronto experimentaron un pico de demanda, que se reflejó en aumentos de los precios. A su vez, las cuarentenas tuvieron un efecto muy depresivo sobre los niveles de actividad en muchísimos rubros. Frente a estas alteraciones, la reacción de muchos Gobiernos viene siendo la aplicación de precios máximos para los bienes que aumentan de precio y de medidas de estímulo para las actividades que se ven afectadas negativamente. Todo esto implica distorsionar el proceso de asignación de recursos, incrementar la inflación y agregar más incertidumbre al proceso de decisiones de los actores de la economía. Es preferible dejar que el mercado opere y ejerza su arbitraje, de modo que los factores de producción sean reorientados hacia la oferta de aquellos bienes que, como consecuencia de la crisis, son más demandados. Esto haría que los precios encuentren su punto de equilibrio en el nuevo escenario. Es inevitable que, en el balance general, la economía sufra perjuicios importantes y la forma de minimizar los inevitables perjuicios es permitir que el mercado depure espontáneamente el desequilibrio y adecue el proceso económico a la situación derivada de la aparición de la pandemia.

En síntesis, en una situación como la presentada en estos momentos, es inoportuno el reclamo de que no se limiten las libertades individuales, habida cuenta de que el uso de tales derechos de una forma que incentive el contagio de la enfermedad, tiene inevitablemente efectos devastadores sobre la salud de terceros. Pero sí tiene sentido el planteo de que se utilicen mecanismos de mercado para adecuar la economía a la instancia por la que atravesamos. Es el tipo de enfoque que convierten al liberalismo en una corriente realista, confiable y viable, adecuada a la realidad, sin caer en principismos inaplicables, pero sin renunciar a los aspectos de la doctrina que resultan eficientes para afrontar la coyuntura.

34 Comentarios

  1. El artículo más absurdo de
    El artículo más absurdo de todos los que se han publicado nunca.

  2. De lo mejor que he leído
    De lo mejor que he leído

  3. Resumen: nuestro querido
    Resumen: nuestro querido columnista de hoy no cree en la libertad. Cree en el liberalismo. Más concretamente, cree en el liberalismo cuando no pasa nada malo.
    Vaya año llevamos.
    Llevamos, oficialmente, dos millones de muertos en todo el planeta. Supongamos que esta epidemia empezó en nomviembre, como aseguran algunos. Llevamos casi seis meses. Dos millones de muertos. En seis meses. Si la proporción de víctimas siguiera un crecimiento lineal (lo nunca visto), el próximo noviembre habrá cuatro millones de víctimas. Vale la pena renunciar a los principios del liberalismo para que solo haya cuatro millones de muertos. No hablo de renunciar a la libertad, porque nunca creímos en ella.
    Supongamos una premisa salvaje, al nivel de las conspiraciones sobre la luna y los lagartos efebófilos interdimensionales de la aristocracia global británica; Supongamos, digo, que los gobiernos nos mienten. ¡Cálmense! Solo es una suposición. Todo saldrá bien. No hay peligro, soy experto en suposiciones salvajes. Estudié salvajología en las mejores universidades americanas. Sigamos. Si los gobiernos nos mienten y no hay dos millones de muertos en todo el mundo, sino cuarenta millones de muertos (hemos multiplicado por veinte), entonces claramente merece la pena suspender, prevaricando, la libertad de circulación para que solo mueran cuarenta millones.
    Si usted, amable lector, no lo entiende así es porque es usted un supersticioso que solo cree en la libertad, así, en abstracto, sin ningún sustrato tangible ni límite racional. Usted debería abandonar sus supersticiones y empezar a creer en el liberalismo, famosa doctrina política que dice que la gente debería ser libre y responsable salvo en todo aquello en que a alguien se le pudiera ocurrir un escenario aproximadamente plausible en el cual alguien (él u otro u otros) pudiera, quizás, sentirse ofendido, dañado o perjudicado por cualquier medio y motivo, razón por la cual necesitamos un Estado mínimo y máximo a la vez, el cual debe asegurarse, siguiendo siempre los principios del liberalismo, de que a nadie le pasa nunca nada malo. No conseguirlo es un fracaso. Atavismos como la privacidad o la propiedad son obstáculos en el camino del liberalismo.
    La ley es dar a cada uno según su necesidad y tomar de cada uno según su capacidad. Es injusto que existan cosas como la suerte, el mérito, el esfuerzo, el ahorro o las preferencias individuales. Justicia es que los gobiernos autolimitados sigan al pie de la letra las indicaciones de los científicos, que nunca se equivocan ni tienen conflictos de intereses, pues son seres de luz perfectamente racionales. Justicia es que los gobiernos autolimitados censuren información falsa, la cual coincide, para regocijo de todos, con la información que es conveniente para los gobiernos autolimitados. El que crea que esto es imposible claramente tiene una enfermedad cerebral que debe ser atendida de urgencia. Prepárense para la intervención.
    ¿Pero cuál es el número de víctimas a partir del cual los principios del liberalismo político empiezan a coadyuvar la propagación de los virus devoradores de hombres? Pues es un número bajo. La unidad para ser precisos. El uno es algo que dejaron muy atrás los testigos del big data. ¿Será que no importa? Nada de eso. El uno es muy importante. Basta con que uno diga que la libertad de los demás pone en riesgo su vida, para que dicha libertad empiece a resultar muy sospechosa. Por ejemplo, uno podría denunciar lo siguiente: este médico ha encontrado una cura para tal o cual enfermedad, pero esta cura va a ser usada para salvar la vida de un hombre malvado, que dentro de cinco años (según al uno le revela su bola de cristal) encontrará la manera de transformar los plásticos no reciclables que se acumulan en el mar en gasoil, poniendo así en riesgo a la atmósfera y a todos los seres sintientes. Así pues, uno no puede permitir que este médico vaya a curar a ese genocida machista y antisemita (al contaminar la atmósfera el moribundo curado estará atacando directamente a hembras y a judíos de todas las especias, es increíble que uno tenga que explicar esto). Por lo tanto, la opinión de uno ha demostrado que permitir a un médico ejercer su profesión en libertad sería un abuso de los principios liberales, los cuales existen para salvar a uno. Claramente, los principios liberales, bien entendidos, obligan a que los médicos investiguen solo aquello que los gobiernos autolimitados les manden investigar. Para eso uno quiere gobiernos autolimitados: para que dirijan el destino humano siguiendo los principios del liberalismo, y no esa bagatela de la libertad. Las curas, si existen, deben ser administradas solo a aquellos ciudadanos que no vayan a destruir el planeta en el futuro, el cual uno concoce perfectamente gracias a la bola de cristal. De esta manera, los gobiernos autolimitados basados en los principios del liberalismo han desarrollado el capitalismo neoliberal individualista que, gracias a Ayn Rand y Ronald Reagan, gobierna todos los países del mundo, produciendo los dulces frutos que son la sociedad más próspera, más justa, más racional y más rica que conocieron los tiempos.
    Como queríamos demostrar.
    El problema es la libertad, y el liberalismo su solución.
    Renunciemos ya a la libertad y abracemos los principios liberales. Está de moda. Hay que seguir la corriente. Es por el bien común.

    (Nota: este comentario hipersarcástico, lleno de falacias (como todos los sarcasmos), no va dirigido contra la persona de Alejandro Sala. Debería ser entendido como una sátira de la flojera que ha poseído a algunos liberales últimamente. Esos temblores vienen causados por la intimidación y vértigo que producen los números… y la falta de experiencia. La experiencia de muchas generaciones de liberales demuestra que sobreviven mejor los que contumazmente se aferran a los principios correctos, que son los de la libertad individual y la responsabilidad cívica. En cambio, los que se aferran, en tiempos de crisis, al análisis de costes y beneficios (o el de riesgos y beneficios) siempre acaban perdidos en el páramo solitario de la duda. Mucho cuidado con la bobada esa del big data que os van a estafar otra vez.)

    • … Solo es una suposición. [
      … Solo es una suposición. […] JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA…

  4. Señor mío, liberal de
    Señor mío, liberal de circunstancia o dependiendo del contexto, si no nos gustan sus principios liberales ya vemos que tiene otros para este caso.
    Usa usted, lo peor es que sin ser capaz de reparar en ello, la falacia de petición de principio.
    Da usted por sentado que la situación requiere y justifica violaciones de libertad a placer, según «su criterio», o el del gobernante de turno. ¡Madre mía!
    ¿Pero acaso tiene usted alguna evidencia que demuestre científicamente que la gravedad de la situación justifica la violación de esas libertades, «por si acaso está usted contaminado queda prohibido que salga de su domicilio», no señor, no. Primero provéase de medios o test para acreditar mi contaminación y luego convendremos en la legitimidad del poder para confinarme dado mi riesgo evidente de contagio.
    Y aún teniendo la certeza de que estoy contaminado, ¿es mi responsabilidad no contaminar o la de los demás de proveerse de medios protectores para evitar que les contagie.?
    No, no es tan sencillo señor mío, abolir de un plumazo mi derecho inviolable a mi libertad individual, parece mentira que tenga que decir aquí que mi libertad es anterior a que usted o cualquier poder me la conceda o limite. Y en todo caso, si va a argüir un derecho o justificación a limitármela, use criterios y evidencias científicas, no su debilidad intelectual o falta de solidez y coherencia.
    Y por favor, acuda usted a informarse de los muy distintos modos de afrontar este problema que se están dando a lo largo del planeta.
    No, no en todos los países se han violado los mismos derechos y con la misma lógica. la casuística está siendo muy variopinta, y por si no lo sabe, en España nos lo han prohibido TODO, ABSOLUTAMENTE TODO, salvo aquellas cuatro pequeñas cosas que nos han permitido hacer.

  5. Estimado Sr. Sala, dice vd.:
    Estimado Sr. Sala, dice vd.:

    “Hay liberales que se niegan a aceptar esta necesidad y, dogmáticamente, cuestionan que se adopten las medidas que -bien o mal, esa es otra discusión- están orientadas a enfrentar la crisis sanitaria. Esta posición supone no ponderar debidamente las circunstancias y ubicar a las consideraciones teóricas por delante de las exigencias de la realidad.”

    “Por supuesto, esto no justifica muchas de las medidas económicas intervencionistas que los Gobiernos adoptan en este tipo de circunstancias. La aparición del virus tuvo un efecto disruptivo sobre la estructura de precios relativos.”

    Veamos:

    Previamente, indicarle que (“ La aparición del virus tuvo un efecto disruptivo sobre la estructura de precios relativos.”, La aparición del virus tuvo un efecto disruptivo sobre la estructura de precios relativos.”) es una anécdota y , por cierto, bastante cursi.

    Ahora vayamos a lo sustancial, porque aquí no se trata de oponerse porque si a los gobiernos ; de lo que se trata es de que los medios utilizados justifiquen el fin (¿Qué otra cosa podría justificarlos?); El Fin en General (que engloba una multitud de Subfines) podemos denominarlo en sentido amplio la protección de la Vida , de nuestro mundo; por lo tanto, los medios tienen que adecuarse a al Fin señalado; y cada institución tiene que cumplir su adecuado papel o rol, incluido el gobierno; pues bien en las circunstancias actuales, creo que ningún liberal estará en desacuerdo con que la misión especifica del Gobierno es la de actuar y defender la vida y la propiedad de las personas con la imposición de las medidas adecuadas; como ya dije, es estrictamente una cuestión de medios y por lo tanto hay que recurrir a la Ciencia, a todas las Subciencias, y ponerla al servicio del Fin preestablecido; una de esas ciencias es la Praxeología o Ciencia de la Vida Humana, en palabras de Mises; por lo tanto, salvo que sea con gaseosa, no cabe hacer experimentos en este campo; lo que si cabe, es reformar las instituciones que han demostrado constantemente no ser adecuadas para el logro de los fines; y en estas circunstancias ¿Qué institución se debe reformar? ¿No será el Sistema Financiero en su conjunto? Insisto, no estoy hablando de una acción concertada a nivel mundial, porque dios nos libre de recurrir a la ONU.

    Estoy hablando de que, por ejemplo en nuestro país (no voy a explayarme porque lo dejado por escrito recientemente), la medida fundamental es la de impedir el colapso económico y por lo tanto Decretar un 100% de reservas para los Depósitos a la vista y aplicar el plan de Huerta de Soto; después las clásicas medidas de liberalización, etc. etc…..
    Es decir cada uno en su Rol , ni más ni menos, para permitir que las Leyes Praxeologícas y de la Economía en sentido amplio coordinen todo el proceso (coordinación de precios); pero lo que no puede ser es que los virólogos y los imbéciles de la OMS nos pretendan dar lecciones de economía, pretendiendo que a esta le es aplicable el método de las ciencias naturales y de la física; y aquí, es donde el Gobierno tiene que actuar no permitiendo que cunda el caos en el terreno económico, para evitar que el presunto remedio preconizado por los “Virologos “ sea peor que la enfermedad y pase a ser una plaga bíblica; porque, como esto que atañe a los Virologos, en buena medida va de Modelos estadísticos, pues no hace falta que le diga que en manos de ignaros, puede ser una bomba de relojeria; finalmente, otro muy buena medida, sería sugerirle al Boludo de su paisano que ocupa el Vaticano que se callase y se dedicase a rezar en silencia por los “descamisados de Evita Perón” , aunque se me antoja imposible; sin duda seria un paso de gigante.

    Un cordial saludo.

  6. Andrés: Cursi sí que es, pero
    Andrés: Cursi sí que es, pero quizás NO ES una anécdota:
    «La aparición del virus tuvo un efecto disruptivo sobre la estructura de precios relativos.”, ”La LIBERTAD tuvo un efecto disruptivo sobre la estructura de precios relativos.”, La libertad incluso fue la que creó la estructura de precios relativos.”, Luego… hay que PROHIBIR LA LIBERTAD (si somos buenos liberales).

    • Touche¡
      Touche¡

  7. El autor del artículo
    El autor del artículo considera que el gobierno no debe interferir en el libre mercado. Ahí estamos de acuerdo, pero justifica la intervención del gobierno en la acción humana, lo cual es una grave contradicción.

    Si a las personas se las confina forzosamente se les impide alcanzar sus fines. En concreto, no pueden trabajar y se bloquea completamente el mercado. El autor olvida que el salario también es un precio (del trabajo).

    La postura liberal ante la gestión del Covid-19 es la adopción «voluntaria» de medidas conforme a las prevenciones sanitarias generales: higiene y distanciamiento interpersonal (entre otras).

    A primeros de mayo espero colaborar con un artículo que es una crítica extensiva a la gestión económica de la crisis.

    • Por supuesto que hay una
      Por supuesto que hay una contradicción. Es una contradicción deliberada, exigida por la crisis sanitaria. A veces, no hay alternativas mejores.

    • Queda abolida la coherencia,
      Queda abolida la coherencia, viva la contradicción.
      Es el socialismo y utilitarismo perfecto.
      La crisis soviética obliga a llevarse toda la producción de trigo y matar a millones de ucranianos, el holomodo, el mayor caso de canibalismo registrado en la historia de la humanidad.
      Según Stalin, aquella vez, no había alternativas mejores.
      Demuestre primero que la crisis sanitaria exige la toma de esas decisiones, y no otras muchas decisiones menos confiscatorias de la libertad que se han tomado en distintos países.

    • Queda abolida la coherencia,
      Queda abolida la coherencia, viva la contradicción.
      Es el socialismo y utilitarismo perfecto.
      La crisis soviética obliga a llevarse toda la producción de trigo y matar a millones de ucranianos, el holomodo, el mayor caso de canibalismo registrado en la historia de la humanidad.
      Según Stalin, aquella vez, no había alternativas mejores.
      Demuestre primero que la crisis sanitaria exige la toma de esas decisiones, y no otras muchas decisiones menos confiscatorias de la libertad que se han tomado en distintos países.

    • Queda abolida la coherencia,
      Queda abolida la coherencia, viva la contradicción.
      Es el socialismo y utilitarismo perfecto.
      La crisis soviética obliga a llevarse toda la producción de trigo y matar a millones de ucranianos, el holomodor, el mayor caso de canibalismo registrado en la historia de la humanidad.
      Según Stalin, aquella vez, no había alternativas mejores.
      Demuestre primero que la crisis sanitaria exige la toma de esas decisiones, y no otras muchas decisiones menos confiscatorias de la libertad que se han tomado en distintos países.

    • Queda abolida la coherencia,
      Queda abolida la coherencia, viva la contradicción.
      Es el socialismo y utilitarismo perfecto.
      La crisis soviética obliga a llevarse toda la producción de trigo y matar a millones de ucranianos, el holomodor, el mayor caso de canibalismo registrado en la historia de la humanidad.
      Según Stalin, aquella vez, no había alternativas mejores.
      Demuestre primero que la crisis sanitaria exige la toma de esas decisiones, y no otras muchas decisiones menos confiscatorias de la libertad que se han tomado en distintos países.

    • JFHC: «La postura liberal
      JFHC: «La postura liberal ante la gestión del Covid-19 es la adopción «voluntaria» de medidas conforme a las prevenciones sanitarias generales: higiene y distanciamiento interpersonal (entre otras).»

      Efectivamente. Pero no solo… No solo es la «postura liberal». También es la forma de «conocer»… cuáles son las mejores formas de enfrentarse a una epidemia. Porque no existe una única forma («cientifica») de enfrentarse a lo desconocido. Los verdaderos investigadores «proponen» y argumentan sus resultados según los mecanismos institucionales que han ido surgiendo en ese campo (excepto los «científicos» vinculados al gobierno, que estando en posesión de la verdad única, cual dogma religioso, ellos «decretan» la verdad, o la convalidan; y no tienen responsabilidad ni pagan jamás por sus posibles errores –al igual que los políticos– ).

  8. Dice el Sr A ,Salas. -entre
    Dice el Sr A ,Salas. -entre otras tantas contradicciones- …» Debemos reflexionar respecto del habitual problema de la adecuación de los principios filosóficos y teóricos a la realidad concreta. …»
    Es decir debemos aggionar principios filosóficos rezumados de la vivencia de siglos , de la cultura sedimentada por maduración de eternidades, a la circunstancial «realidad concreta». del autor
    No creo necesario referir a grandes pensadores cuyos dictums tengo en mente (Ortega, Jefferson. Rothbard , Locke…) Seria la frustración estéril de sembrar en el desierto , de la insensatez .
    Patético ensayo.

  9. Un ejemplo muy pertinente,
    Un ejemplo muy pertinente sobre la verdad del aforismo tan popular en España de : «Zapateros» de todo el mundo, dedicaros a vuestros zapatitos» :

    Se trata de unas declaraciones a la cadena Fox , del Sr. Anthony Fauci, el principal especialista en enfermedades infecciosas de Estados Unidos:

    «todos los mercados húmedos deberían “cerrarse de inmediato”, diciendo que no podía entender por qué todavía estaban abiertos».

    Resulta que la cosa no es tan sencilla como a primera vista puede parecer:

    » Para una gran proporción de personas en China y en toda Asia, son solo lugares para ir a comprar alimentos frescos, como pollo, cerdo, pescado y verduras, a precios asequibles»

    Ver CNN en español, el articulo publicado en Hong Kong :

    «Los mercados húmedos de China no son lo que algunas personas piensan»
    Por Ben Westcott, Serenitie Wang

    06:51 ET(10:51 GMT) 15 Abril, 2020

  10. Genial, seguro que así haces
    Genial, seguro que así haces el liberalismos más atractivo a las nuevas generaciones: somos liberales hasta la próxima emergencia climática, de salud, social, de desigualdad, de los agricultores, de taxistas….

  11. Evidentemente el gobierno
    Evidentemente el gobierno tendrá que hacer algo si pretende arrogarse el monopolio de la salud pública…
    Eso no quita que por principio y por pragmatismo, NO SE DEBERIA HABER ENTROMETIDO EN PRIMER LUGAR.

    Eso deberías de estar tratando de promulgar para que la gente entienda el liberalismo, Sr. Sala

    • Hay una cosa que está clara
      Hay una cosa que está clara incluso para los más fanáticos del Gobierno: las cosas no están saliendo bien. Demostración: los grandes esfuerzos que hacen por mentir.
      — El gobierno dijo que no necesitaban hacer acopio de material sanitario porque estaban preparados. Pero no hay mascarillas ni equipos de protección.
      — El gobierno dijo que iba a centralizar las compras de material santiario para que no faltase de nada. Lo que haga falta, decía nuestro Prócer. Pero no hay mascarillas ni equipos de protección.
      — El gobierno arrojó el globo sonda de la nacionalización «temporal» de la industria para producir material sanitario de protección, el mismo material del cual se negaron a hacer acopio en enero y en febrero, el mismo material que cuyo suministro se iba a garantizar mediante la centralización de compras, esa que luego tuvieron que levantar extraoficialmente porque no saben hacer compras a vendedores legítimos. A la de exteriores la hicieron un hijo de madera. Un desastre que nadie puede ocultar. Y siguen faltando mascarillas y equipos de protección.
      — Ahora el gobierno se ve obligado a decirle a los mal llamados trabajadores «no esenciales» (todos son esenciales) que tienen que volver a trabajar por se nos hunde el aserradero, pero que tienen que estar protegiditos y hacerse test. Resulta que no pueden protegerse ni hacerse los malditos tests (que no valen para nada aunque sean fetén, pero ese es otro asunto) porque el gobierno lo está robando todo. Y siguen faltando mascarillas y equipos de protección.

      Según el sentido común de la mayoría de los españoles, es perfectamente normal y deseable que el gobierno central (antiguamente llamado nacional) se ocupe de manera exclusiva de todos los asuntos de salud pública, porque si no lo hiciera sería un caos. Pues bien: lo hacen y tenemos el caos. Obviamente, la solución es intentar lo mismo con más intensidad. Esto ha fallado porque los que hay ahora son tontos del culo, pero si estuvieran mandando los míos todo iría como la seda. Ja, ja, y ja y requetejá.

      Ahora hay que repetir el viejísimo tropo liberal, adaptado por enésima vez a los contornos del camino: la salud pública es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos.

    • Este artículo no está
      Este artículo no está referido a la acción de ningún gobierno en particular. Menos aun a la acción del gobierno de un país que no es el mío. Seguramente el gobierno español hizo las cosas mal, pero eso no cambia que la situación excepcional modifica los criterios habituales para establecer prioridades.

    • Este artículo no está
      Este artículo no está referido a la acción de ningún gobierno en particular. Menos aun a la acción del gobierno de un país que no es el mío. Seguramente el gobierno español hizo las cosas mal, pero eso no cambia que la situación excepcional modifica los criterios habituales para establecer prioridades.

  12. O sea, que el liberalismo es
    O sea, que el liberalismo es un constructo que preparamos entre unos cuantos, luego la realidad es otra. A lo mejor, con ese planteamiento sí crecerá el número de liberales.

    • Por supuesto que el
      Por supuesto que el liberalismo es un constructo teórico, cuya validez en la vida real depende de que se cumplan los supuestos en los que se basa. Por lo general, los supuestos del liberalismo son válidos. Pero eso no quita que haya circunstancias excepcionales en las cuales esos supuestos puedan no cumplirse y, consecuentemente, la validez del constructo teórico quede anulada. La mayor parte de los liberales no entiende esto, supone que los supuestos sobre los que el constructo liberal se basa son inmutables. Entonces, cuando suceden hechos que fuerzan una resignación siquiera parcial de ese constructo, se quedan sin respuestas. Es la diferencia entre tener ideas y creer en un dogma.

    • El que no entiende nada es Vd
      El que no entiende nada es Vd.
      Si no sabes, pues no sabes; entonces, es mejor estar callado.
      ¿por qué ? hay un comentario mío de hoy en el espacio destinado al Sr. Herrera que puede aclarárselo.

    • Comenta José Francisco
      Comenta José Francisco Hernández Cabrera más arriba que en relación al ASPECTO PRÁCTICO, como doctrina política «[l]a postura liberal ante la gestión del Covid-19 es la adopción «voluntaria» de medidas conforme a las prevenciones sanitarias generales: higiene y distanciamiento interpersonal (entre otras).»

      En el ASPECTO EPISTEMOLÓGICO, esa también (la libertad, la comparación, la discusión, la imitación voluntaria…) también es la forma o el camino para «conocer»… cuáles son las mejores formas de enfrentarse a una epidemia. Porque no existe una única forma «científica» de enfrentarse a lo desconocido. Los verdaderos investigadores «proponen» y argumentan sus resultados según los procesos institucionales que han ido surgiendo en ese campo. Con la excepción de esa variedad, hoy tan abundante, de los «científicos oficiales» vinculados al gobierno, que estando en posesión de la verdad única, cual dogma religioso, «decretan» la verdad (o la convalidan). Pero se blindan ante la discusión y ante la eventual responsabilidad derivada de la consecuencia de «sus» arbitrarias decisiones (no pagan por el daño que producen en «la vida de los otros» -ASPECTO MORAL– ).

    • Puede haber alguna excepción
      Puede haber alguna excepción a la libertad individual, pero este NO ES EL CASO ya que la pandemia NO ESTA bien gestionada. Y se podria hacer sin restringir las libertades de nadie. Solo con coehrencia.

  13. «Si cuidamos la libertad, la
    «Si cuidamos la libertad, la verdad se cuidará sola. El primer sacrificio que se hace al miedo es la libertad, Los liberticidas siempre toman a las sociedades por infantiles e idiotas.» Estas palabras de RICHARD RORTY, son premonitorias

    • Reproduzco un comentario que
      Así es, ACM. En una línea parecida a lo que Vd. (y Rorty) dicen, transcribo este comentario que me ha llamado la atención, de «Voice of Reason» (VoR) al artículo de Javier Caramés y William Hongsong «¿Por qué Taiwan no ha cerrado su economía?»: https://mises.org/es/wire/por-que-taiwan-no-ha-cerrado-su-economia
      El artículo comienza: «Como demuestra la escuela austriaca de economía en la teoría de cálculo del socialismo, ningún organismo de planificación central tiene la capacidad de organizar la sociedad sobre la base de mandatos coercitivos. La razón principal es que el planificador central es incapaz de obtener toda la información necesaria para organizar la sociedad de esta manera, ya que la información tiene cualidades subjetivas, creativas, dispersas y tácitas. Este principio es plenamente aplicable a la contención de una pandemia. La responsabilidad individual junto con la transparencia de la información son cruciales para detener una pandemia. Taiwán es un muy buen ejemplo…»

      Vayamos por partes:
      (a) “de acuerdo con el teorema de la imposibilidad del cálculo económico en una comunidad socialista, ningún comité centralizado tiene la capacidad de organizar la sociedad en base a mandatos coactivos (o lo que es lo mismo, dotar a sus mandatos de contenido coordinador).”
      Indudablemente cierto.
      (b) “La principal razón es que el planificador centralizado es incapaz de obtener toda la información necesaria para organizar la sociedad de esta manera, pues la información necesaria posee las cualidades de ser subjetiva, creativa, dispersa y tácita.”
      Una afirmación algo incompleta, porque deja la impresión de que la “información” preexiste de algún modo intrínseco, esperando ser recogida… y lo único que ocurre es que no sería recoleccionable por los ineficientes planificadores centrales. Los socialistas de hoy en día tendrían una respuesta preparada: ¿No nos consideras eficientes? Ok, pues usaremos supercomputadores, camarada… ¡incluso si tenemos que robárselos a un apestoso capitalista!

      Pero la información se tiene que originar por parte de una facultad de razonamiento. La coacción es la ÚNICA cosa que puede detener la facultad de razonar: observen que la coacción puede detener la generación de conocimiento correcto; puede facilitar solo conocimiento incorrecto.

      Un ejemplo de ello (no relacionado con el socialismo, que muestra la relación abstracta más amplia que liga coacción, razón y conocimiento): Galileo fue coaccionado y su nuevo y correcto conocimiento fue suprimido, mientras que las viejas incorrecta explicaciones divinas (esto es, que la tierra está inmóvil y el sol se mueve a su alrededor) se mantuvo viva.

      En ese momento VoR adjunta un enlace a las vidas de esos dos brillantes hombres, que emplearon ambos sus facultades de razonamiento para crear nueva información. En un caso, la coacción suprimió la nueva información, y en el otro la nueva información fue ampliamente aceptada.

      Bajo el socialismo, el lugar de las explicaciones divinas lo toman los mandatos de los planificadores centrales. Cualquier “información” que allí se colecta, es de nivel de subsistencia: “Hace frío en Minsk, camarada Ministro, y la producción de carbón en los Urales ha disminuido.”

      La facultad de razonar solo los individuos la poseen, no es un atributo del colectivo. La nueva “información” que podría ser conceptualizada, por ejemplo, por una versión soviética de Steve Jobs es improbable que llegue a crearse nunca en la URSS.

      El “error de cálculo” es real, pero procede de la base anti-racional del socialismo, que también es la fuente de coacción. Después de todo, si uno no puede razonar con una persona, la coacción es el único medio de “persuasión”. Observen que la aproximación anti-racional de las teocracias también conduce al mismo resultado: coacción, mínima creación de información y planificación centralizada. Ver el actual Irán y la Europa previa a la Ilustración.
      ————————————–
      Sin embargo en el muro de Facebook he observado que VoR es objetivista de influencia randiana, con lo cual asume errores por considerar «un modelo» peculiar (epidemiológico, en concreto, y que además está equivocado) como si fuera el propio problema real al que se enfrenta.

    • Corrijo: … asume un modelo
      Corrijo: VoR asume un modelo epidemiológico que yo creo que está equivocado, o al menos, que sin las oportunas precisiones ha inducido a tomar medidas prácticas equivocadas.

    • Este es el muro de Voice of
      Este es el muro de VoR: https://www.facebook.com/VoxReason
      … donde se puede apreciar:
      (a) su influencia randiana
      (b) los modelos epidemiológicos (que yo diría son los mismos que han adoptado los políticos-científicos de muchos países como España).

      Llama la atención como ese objetivismo randiano enlaza con el falso cientifismo denunciado por Hayek, que alcanza no solo a mucha de la economía main-stream (incluida la aproximación al método de Friedman) sino también a mucha de los modelos epidemiológicos matemáticos (sobre todo entre asesores de los gobiernos –que yo diría que es mala medicina–).

      Aquí, dos comentarios de Rafael Matesanz, a tener muy en cuenta:
      (1) «el mal diseño de la recogida diaria de datos, que ni es uniforme en cada comunidad, ni se reporta a tiempo exacto y que además se ha visto artefactado en la serie histórica por los cambios de metodología, va a hacer muy difícil sacar conclusiones científicas.»
      (2) «Muchos de los expertos epidemiólogos que nos trasladan sus opiniones cada día han hecho como los economistas, que siempre prevén las crisis al día siguiente de que se hayan producido y las explican perfectamente»,
      El Español 19/4/20: https://www.elespanol.com/opinion/20200419/doctor-matesanz-no-fernando-simon-autorizo-actos/483451928_0.html

  14. Puede haber alguna excepción
    Puede haber alguna excepción a la libertad individual, pero este NO ES CASO ya que la pandemia NO ESTA bien gestionada. Y se podria hacer sin restringir las libertades de nadie. Solo con coehrencia.


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