Skip to content

Llega la ideología científica a las aulas

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

The Party and the Government are showing paternal concern for the strengthening and development of… our science
T. Lysenko, del informe ante la Academia Lenin de Ciencias Agrícolas de 7 de agosto de 1948

De tanto escrutar la Educación para la Ciudadanía (la edad de mis hijos les convierte en mamoncetes de la EpC) se me ha olvidado analizar el contenido de otra nueva asignatura que el Ministerio de Educación y Ciencia ha introducido en el bachillerato de tapadillo mediante Real Decreto. Con el rimbombante nombre de Ciencias para el Mundo Contemporáneo, esta asignatura, prevista ya en la Ley Orgánica de Educación (LOE), será común y obligatoria en el próximo curso escolar 2008-09 para todos los bachilleres, incluidos los de Humanidades, desde los 16 a 18 años, claros protovotantes.

Esta nueva planificación en la producción estatal de la enseñanza, que pretende cubrir las lagunas (más bien océanos) de la ESO, es el típico ejemplo de cómo una buena intención (ampliar los conocimientos científicos de los jóvenes estudiantes) puede desembocar en una intolerable manipulación de intenciones políticas cuando es manoseada por la gestión burocrática del Estado.

La nueva materia se organiza en seis bloques que pretenden ser la vanguardia de lo científicamente correcto. Con ello se pretende que los jóvenes manejen conceptos, leyes y teorías útiles para formarse opiniones en el ámbito científico, social… y político.

Aquí van en cursiva algunos de los contenidos de estas modernísimas ciencias trufadas de ideología:

3. Vivir más, vivir mejor: "La salud como resultado de los factores ambientales y la responsabilidad personal, uso racional de los medicamentos" (ciertamente obviarán la necesidad de privatizar o liberalizar la sanidad), "transplantes y solidaridad" (comerciar con órganos de forma voluntaria será sin duda alguna demonizado, sólo va a caber solidarizarse en estos temas).

4. Hacia una gestión sostenible del planeta. Está servido en bandeja el plato más suculento para cualquier progre: "La sobreexplotación de los recursos: aire, agua, suelo, seres vivos y fuentes de energía. El agua como consumo limitado" (de seguro que se soslaya la necesidad de privatizarla como requisito imprescindible para su uso racional y no se denunciará el derroche actual fruto del sistema soviético de precios oficiales que padecemos), "Los impactos: la contaminación del aire y del agua, la desertización y el aumento de residuos, pérdida de biodiversidad, cambio climático, La intensificación de los riesgos naturales. Las catástrofes más frecuentes. La gestión sostenible de la Tierra. Principios generales de sostenibilidad económica, ecológica y social. Los compromisos internacionales. El principio de precaución y la responsabilidad ciudadana."

Tras engullir esta batería de medias verdades alarmistas, los adolescentes-electores solicitarán a gritos la presencia del Estado protector. Hablar entonces del poder creativo de las sociedades libres, como lo hiciera Hayek, será ya juzgado definitivamente como reaccionario. Sin duda, la nueva y falaz cara del comunismo campará por sus respetos en esta nueva ciencia para el mundo hodierno.

5 .Nuevas necesidades, nuevos materiales. "La humanidad y el uso de los materiales, control de los recursos (¿no se imaginan por quién?). El papel y el problema de la deforestación" (¿se explicará que la mejora de los bosques y su biodiversidad viene ligada a la extensión de los procesos de mercado?).

Apuesto a que este curso se complementará con el DVD a precio de amigo de Al Gore. No faltarán tampoco las manidas referencias al accidente de Bhopal, a las mareas negras (Exxon Valdez o Prestige), al colapso de Chernobyl, etc. Por el contrario, la idea de que el capitalismo está sustentando la mayor población humana jamás imaginada en nuestro planeta será tabú, una verdad incómoda que será convenientemente eludida.

Resalto como colofón, estos criterios que servirán de evaluación al educando: "el conocimiento de los principales problemas ambientales, como el agotamiento de los recursos, el incremento de la contaminación, la desertización y los residuos, o la intensificación de las catástrofes; el saber establecer relaciones causales con los modelos de desarrollo dominantes, y capacidad de predecir consecuencias y de argumentar sobre la necesidad de aplicar los modelos de desarrollo sostenible y mostrar mayor sensibilidad ciudadana para actuar sobre los problemas ambientales cercanos."

Ante este secuestro de la verdadera ciencia para fines ideológicos, de lo único que se afanan la mayoría de los profesores es por ver quién impartirá esta nueva asignatura de celofán verde (los de Filosofía, los de Física o los de Biología), es decir, quién se queda con más parcelas de poder; siempre mirando a la Administración educativa, nunca a las preferencias de los padres de los alumnos.

Esta nueva "maría" de contenido superficialmente científico no mejorará un ápice la incultura científica que asola nuestro país, pero moldeará las opiniones de los adolescentes con los prejuicios e intereses de nuestra casta política. El tándem Educación para la Ciudadanía para los peques y Ciencias del Mundo Contemporáneo para los jóvenes será letal para el espíritu emprendedor de venideras generaciones. La planificación y producción estatal del hundimiento de la educación tiene estas cosas.

Cada vez se hace más evidente la necesidad de implantar un cheque escolar para dar a ciertos consumidores de educación (no a sus productores) como paso intermedio para la definitiva separación de todas las escuelas de la mano visible del Estado.

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más artículos

Populismo fiscal

Cómo la política impositiva del gobierno de Pedro Sánchez divide y empobrece a la sociedad española El nuevo informe del Instituto Juan de Mariana evalúa la deriva de la política