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Los empresarios tienen pánico a contratar… ¡y con razón!

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Los empresarios tienen pánico a contratar. Esto es lo que dijo Miguel Ángel Fernández Ordoñez, el gobernador del Banco de España. Algo con lo que no puedo estar más de acuerdo.

La lástima es que luego dice aquello de "flexibilizar el mercado laboral manteniendo la protección social" (ya se sabe que el Estado del Bienestar es sagrado e intocable). Esto es un sinsentido intelectual y moral, una contradicción en sí misma, porque son precisamente las supuestas medidas para conseguir esa "protección social" las que producen que exista más destrucción de empleo y que los obstáculos para crearlo sean insalvables.

Por mucho que nuestros sabios gobernadores, economistas, intelectuales y políticos nos den grandes discursos sobre la reducción de empleo, el mercado laboral y nos hablen de las grandes utopías de la humanidad, la realidad diaria es la que es.

Y lo que nos encontramos en el día a día no es que los empresarios no contraten porque son avariciosos o porque los bancos no den crédito. Las razones por las cuales los empresarios no contratan son sencillísimas de entender:

1.- La Seguridad Social que tiene que pagar la empresa por los trabajadores

Las cuotas de la Seguridad Social que la empresa debe pagar le suponen un aumento de costes laborales del 35% (de media). Brutal. La empresa no puede disponer de ese 35% para mejorar su negocio. Debido a este incremento espectacular en los costes, la mayoría de PYMES ven reducidos sus márgenes hasta el punto en que una gran cantidad de negocios acaban cerrando. Y hace que la mayoría de las empresas que empiezan no puedan ser viables. Así de simple. Aquí no hay poesía.

2.- Las indemnizaciones que deberá pagar la empresa en caso de despido

Por si fuera poco el elevado incremento que suponen las cuotas de la SS para la empresa, el empresario debe correr el riesgo de tener que desembolsar mucho dinero en caso de tener que despedir al trabajador. Abaratar el despido haría que la contratación de nuevos trabajadores aumentase automáticamente. Esto, que inicialmente puede resultar paradójico, es de fácil explicación: el empresario estará más dispuesto a contratar a nuevos trabajadores si sabe que en tiempos difíciles éstos no supondrán una carga pesadísima (muchas veces insuperable). Las indemnizaciones son otro evidente motivo para tener pánico a contratar a alguien.

3.- Los convenios y negociación colectiva

Las negociaciones individuales entre trabajadores y la empresa no son posibles. En su lugar, estas negociaciones deben hacerlas los "representantes" de unos y de otros. Lo que acaba pasando es que los salarios no pueden adaptarse a la situación concreta que atraviese la empresa. ¿Y esto que significa? Pues que las empresas no pueden fijar libremente los salarios que les permitan sobrevivir. Si las empresas tienen problemas empresariales no pueden negociar los sueldos con los trabajadores. Este hecho, claro está, será muy tenido en cuenta por el empresario que está pensando en contratar a alguien.

4.- Salarios mínimos

Con el salario mínimo el Gobierno impone al empresario que pague al trabajador más de lo que éste produce. En la mayoría de los sectores, los principales afectados no son las empresas sino los jóvenes, inmigrantes y, en general, a personas con poca formación porque siempre habrá alguien que aporte más productividad por el mismo salario.

Sin embargo, existen sectores en los que los márgenes son muy ajustados. Tal es el caso de los servicios de limpieza o de hostelería, por ejemplo. Estos servicios que las empresas subcontratan no forman parte de su core business, y por tanto la productividad demandada es muy baja. En la mayoría de los casos, la productividad necesaria es inferior al salario mínimo. Esto significa que la empresa sólo será viable si el empresario contrata a trabajadores en negro. No es de extrañar que la contratación de trabajadores deje al empresario sin dormir unas cuantas noches.

5.- La Infinidad de regulaciones que impone el Estado

Una economía regulada y burocratizada significa que las empresas trabajan para el gobierno y no para la sociedad, además de suponer un gran aumento de costes. Las regulaciones laborales penalizan el crecimiento, la inversión y la creación de empleos. Cuantas más obligaciones y costes se impongan a las empresas, menos empleados podrán ser contratados.

6.- Los impuestos de sociedades que deberá pagar la empresa

Hay una última cosa para acabar de desincentivar la contratación de personas y la creación de empresas: el impuesto de sociedades. En caso de que la empresa llegue viva a final del año y tenga algunas ganancias, deberá pagar un 35% de impuestos sobre estas ganancias. La puntilla para la empresa.

Éstas, y no otras, son las principales razones por las cuales los empresarios tienen pánico al contratar. Todas ellas les hacen asumir un elevadísimo riesgo. Una vez más, la paradoja del intervencionismo: todas estas medidas impuestas coactivamente por el gobierno que están destinadas a alcanzar esa "protección social" lo único que consiguen es la destrucción de empleo y empresas.

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