Como resultado de un viejo proyecto de investigación, el profesor José Barrientos acaba de publicar un magnífico catálogo de autores escolásticos que escribieron sobre cuestiones de moral económica –Repertorio de moral económica (1536-1670). La Escuela de Salamanca y su proyección; EUNSA; 2011–.
En una apretada Introducción explica los orígenes de su tarea, que se remonta al Seminario sobre Historia del Pensamiento Económico de la Escuela de Salamanca, iniciado por la Fundación Duques de Soria en 1992 y bajo la presidencia de Ernest Lluch. Después de celebrarse tres reuniones (1992, 1993 y 1995), apareció un volumen introductorio sobre la Escuela de Salamanca (El pensamiento económico en la Escuela de Salamanca. Una visión multidisciplinar, Universidad de Salamanca, 1998), el primero de varios ambiciosos objetivos que se marcó ese grupo de trabajo. El segundo consistía en preparar un repertorio bibliográfico de los autores y sus obras; pero no llegó a culminarse, al igual que algunos más, debido entre otras razones al asesinato del profesor Lluch en el año 2000. De manera que Barrientos decidió realizar en solitario el citado repertorio dando lugar al libro que reseñamos.
La obra se puede dividir en dos apartados: un estudio previo sobre el sentido de la Escuela de Salamanca; y el repertorio de autores con su biografía básica, un catálogo de obras sobre moral económica y una referencia bibliográfica. La cifra total casi alcanza la centena, sumando a los diez autores "fundantes" de la Escuela otros ochenta y cinco profesores que manifiestan una influencia directa de los primeros, junto a un último académico de la Complutense, Juan de Medina, que merece consideración aparte.
Es importante comprender bien los criterios del profesor Barrientos en la definición de la Escuela de Salamanca y, por lo tanto, de sus miembros. La resume con dos palabras: teológica y tomista; precisando además una fuerte vinculación con el convento dominico de San Esteban de Salamanca. Ello nos permite comprender a los no expertos en filosofía o teología por qué no aparecen nombres extremadamente famosos en estos temas económicos, como por ejemplo Martín de Azpilcueta, Diego de Covarrubias o Juan de Mariana. La explicación descansa en el método seguido por Barrientos: discriminar los maestros que enseñaron en la facultad de Teología (o, de manera excepcional, en la de Artes), y que recogen en sus citas a alguno de los diez doctores que fundaron la Escuela.
Pero vayamos al punto que me interesa más como profesor de Historia del Pensamiento Económico. Desde la publicación de The School of Salamanca, un brillante estudio de la doctora Marjorie Grice-Hutchinson (1952), es reconocida la aportación seminal de los Maestros de Salamanca en varios aspectos fundamentales de la Economía: la teoría del precio y del valor de los bienes, la teoría cuantitativa del dinero, la paridad del poder adquisitivo, la fiscalidad o la injusticia del envilecimiento monetario. Pues bien, sabemos que todas estas intuiciones aparecieron dispersas, pero con una sorprendente continuidad a lo largo de siglo y medio, precisamente en los tratados sobre Moral Económica a los que nos referimos aquí. Seguramente, dicho sea de paso, el profesor Barrientos no coincida con la imputación a la Escuela de Salamanca de alguna obra referida por Grice-Hutchinson; pero ya hemos visto las razones.
Los diez teólogos fundadores de la Escuela son Francisco de Vitoria, Domingo de Soto, Melchor Cano, Mancio de Corpus Christi, Bartolomé de Medina, Pedro de Aragón, Domingo Báñez, Pedro de Ledesma, Basilio Ponce de León y Francisco de Araujo. De todos ellos, el profesor Barrientos nos ofrece una detallada descripción de sus enseñanzas en las cátedras de Teología y sus publicaciones relativas a la moral económica. Esta primera decena de autores se complementa con los ochenta y cinco continuadores, que según la metodología de Barrientos no se deben considerar propiamente miembros de la Escuela de Salamanca, sino proyección de ella: siempre ubicados en el campo de la teología y que en sus citas aparezcan los maestros fundadores. Aquí nos encontramos por ejemplo a un jesuita belga como Leonardo Lessio, al teólogo alemán Hermann Bussenbaum o al profesor Pedro de Oñate, del Colegio limeño de San Pablo. En el ámbito del pensamiento económico nos resultan conocidos los nombres de Luis de Molina, Juan de Lugo (del que recuerdo su frase: "Pretium iustum mathematicum licet soli Deo notum") o Melchor de Soria. Pero además encontramos otro buen elenco de nombres menos famosos, y que confirman la extraordinaria vitalidad de aquella doctrina escolástica referida particularmente a las cuestiones de moral económica.
No puedo evitar mencionarles aquí de nuevo esa estupenda iniciativa de la Universidad Francisco Marroquín en la que el Instituto Juan de Mariana también participa: el Sitio Escolástico, un espacio-web que también recoge, de una forma breve y menos erudita de lo que estamos tratando ahora, la biografía, escritos y aportaciones al pensamiento económico de la segunda escolástica hispano-americana. Creo que las investigaciones del profesor Barrientos pueden contribuir a enriquecer esa incipiente base de datos cibernética; algo que estoy seguro alegrará a Giancarlo Ibárgüen (impulsor de este proyecto junto a Gabriel Calzada), Rector de la Marro y flamante V Premio Juan de Mariana 2011.
Termino con una referencia a la serie editorial en la que se ha publicado este Repertorio: la Colección de Pensamiento Medieval y Renacentista que promueve la Universidad de Navarra a través del Proyecto Pensamiento Clásico Español. Dirigida por Juan Cruz Cruz y bajo la eficaz gestión de Mª Idoya Zorroza, ha editado casi 130 volúmenes con monografías o textos originales de inspiración escolástica. Para el ámbito de la economía podemos destacar por ejemplo el Tratado utilísimo y muy general de todos los contratos (1583) de Francisco García; el Tratado sobre la virtud de la justicia (1540) de Bartolomé de Carranza; Contratos y usura, de Francisco de Vitoria; La justicia en los contratos, de Pedro Fernández; El derecho y la justicia (1594) de Domingo Báñez o el Arte de los contratos (1573) de Bartolomé de Albornoz (en preparación; pinchar aquí).
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Arte de lo contractos
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