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Schwartz y la Escuela de Salamanca

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Como saben perfectamente los seguidores de nuestra web, hace unos pocos días se celebró la Cena de la Libertad con la entrega de octavo Premio Juan de Mariana, este año otorgado al profesor, economista, político y comunicador Pedro Schwartz Girón. En la convocatoria que pueden consultar aquí mismo aparece una biografía sumaria del personaje, desde su proyección académica a la interesante actividad política en los últimos años del franquismo y el comienzo de la democracia en nuestro país (una historia que parece empezamos a recordar con mayor interés, al hilo de acontecimientos tan recientes como la proclamación del nuevo rey Felipe VI o la cercana muerte de Adolfo Suárez).

A este respecto, permítanme un recuerdo personal de 1983 o 1984, cuando se celebraron las primeras elecciones para el Rector y el Claustro de la Universidad Complutense de Madrid. Yo estaba terminando la carrera en la Facultad de Filosofía B y, animado por algunos alumnos de Historia o Derecho (quiero recordar entre ellos a mi amigo Fernando Cillán y al que luego ha sido Ministro de Justicia, José María Michavila) organizamos una Candidatura de Estudiantes Liberales (pueden intuir que las siglas del acrónimo fueron poco afortunadas; como también lo fue nuestro resultado…). El caso es que con ese motivo fui a visitar a Pedro Schwartz a una oficina muy cercana al edificio del Congreso: no les puedo precisar el dato, aunque él por entonces participaba muy activamente en la política a través de aquel Partido Liberal o Unión Liberal con el que fue elegido Diputado. Creo que le íbamos a pedir unos altavoces para colocar en un coche (seguramente de otra compañera, Maite Cobo): no sé qué pensaría de aquellos jovencitos estudiantes… El caso es que nos los dejaron.

Pero bueno, de lo que en realidad quería escribirles es de su faceta más académica, y en relación al tema de los doctores de Salamanca. Algo que seguramente no estuvo entre sus primeros intereses: como "figura del liberalismo anglosajón ortodoxo", Schwartz tiene una destacada Tesis Doctoral sobre John Stuart Mill fruto de sus estudios en Inglaterra. Y aunque allí tuvo también oportunidad de conocer a Hayek, yo no diría que esa primera formación económica fuera de orientación austríaca… Pero pienso que, de alguna manera, "los principios de una sociedad de personas libres y responsables", en un entorno de orden espontáneo, sí han quedado reflejados en un pensamiento.

Como sigue diciendo la nota del IJM, al haber "comprobado que la política española no estaba preparada para el liberalismo práctico, volvió a las aulas y al departamento de Economía de la Complutense. Allí, en el seminario de doctoradoque dirigía, se formaron otros liberales españoles como Carlos Rodríguez Braun(premio Juan de Mariana 2013), Manuel Jesús González,Francisco Cabrillo (o Victoriano Martín, añado yo), y consiguió que el debate sobre los diferentes aspectos del liberalismo tuvieran cierto protagonismo en la vida académica española. Por ese seminario pasaron Karl Popper, Mario Vargas Llosa (premio Juan de Mariana 2012) y Marjorie Grice-Hutchinson". Fue precisamente en 1993 cuando la Complutense otorgó un Doctorado Honoris Causa a nuestra recordada historiadora de la economía. Y quiero pensar que con este motivo Pedro Schwartz le prestaría alguna mayor atención a los maestros de la School of Salamanca que con tanto empeño explicaba Grice-Hutchinson.

Pero tenemos que esperar a 1999 para que nuestro galardonado publicase una conclusión de su pensamiento sobre los escolásticos. En un artículo sobre "La ciencia económica en la España del siglo XVI" ofrece un buen estado de la cuestión sobre el tema, a partir de las ideas de Francisco de Vitoria, Domingo de Soto, Martín de Azpilcuela, Tomás de Mercado, Luis de Molina y, por supuesto, Juan de Mariana. Destacaba del jesuita su "notable contribución a la teoría de la inflación" (De monetae mutatione, 1609), así como una "concepción democrática de la soberanía" expuesta en su libro De Rege et regis institutione (1598). Termina el artículo glosando las importantes formulaciones salmantinas sobre "el mercado libre", la teoría del valor de los bienes basada en "la común estimación", "la teoría cuantitativa del dinero" y "la teoría de la paridad del poder de compra en el cambio de las monedas", o su defensa del "libre comercio internacional". Aunque les reconoce "algunos errores analíticos, cual la calificación de la tasa como un precio justo", alaba finalmente su importante influencia en "las bibliotecas de los fisiócratas franceses y los moralistas escoceses" (gracias, como sabemos, al papel transmisor de Hugo Grotius).

Seguramente, de este acercamiento a los doctores de Salamanca surgió años después la composición de un libro en la colección Mediterráneo Económico (2006), con varios capítulos centrados en la economía de la Europa medieval y moderna (pueden consultarlo en http://www.publicacionescajamar.es). Destaco sobre todo el de Cecilia Font de Villanueva: "La racionalidad económica en la Escuela de Salamanca". A propósito de este texto, en la introducción general al libro, dice Pedro Schwartz que la Escuela de Salamanca aportó una consistente orientación moral y humanista, proponiendo una antropología bien distinta "de la que pasa con el nombre de homo oeconomicus". Pienso que esta es una de las claves para resolver la crisis económica y social que nos envuelve. Porque, en palabras de nuestro premiado, "lo ético es la sustancia de lo económico". 

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