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Sobre la inferencia y los atajos mentales: herramientas para pensar mejor

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Renunciar a medir algo es igual de grave que el hecho de medirlo a través de procesos erróneos.

Estamos rodeados de realidades objetivas. Quizás esta frase merece cierta matización, ya que en pocos campos es posible encontrar un consenso mayoritario, y menos aún cuando tenemos en cuenta las opiniones de legos en la materia en cuestión. Y es que realmente no observamos de manera directa un objeto y lo procesamos tal cual es, sino que realizamos inferencias sobre lo que vemos y escuchamos, y esas inferencias vienen influidas por nuestras ideas, procesos mentales y manera de ver las cosas. Nuestra interpretación del mundo es significativamente distinta a la de los demás.

Recientemente he leído el libro Herramientas para pensar mejor de Richard Nisbett y coincido con su tesis principal: nuestro conocimiento previo, nuestras habilidades o nuestro contexto afectan a la manera en la que entendemos lo que nos rodea, además de que nuestro inconsciente nos puede jugar malas pasadas, haciéndonos caer en sesgos cognitivos. Si agitamos bien estos ingredientes tendremos como resultado un cóctel de inferencias del mundo que nos desviarán de la senda correcta. Somos tan dependientes de los esquemas y situaciones en los que vivimos que, por ejemplo, con solo cambiar el logo que tenemos delante para trabajar podemos ser más productivos (ver aquí).

No es común encontrar respuestas del tipo “no lo sé, deme tiempo para estudiarlo” a la hora de dar explicaciones a hechos que acontecen en el mundo. No somos demasiado humildes. Generalmente recurrimos a atajos mentales (heurística) para poder resolver problemas que son mucho más complejos y requieren de un mayor esfuerzo intelectual que una mera simplificación.

Los tres atajos principales que tomamos son los de representatividad, de disponibilidad y de anclaje y ajuste. El primero consiste en que dado un suceso A, buscamos similitudes con otro suceso B, y a partir de ahí sacamos conclusiones sobre A con base en nuestra experiencia sobre B, es decir, hacemos generalizaciones sin tener en cuenta las particularidades del evento A, lo que nos conduce a, incluso, cometer errores en la atribución de probabilidades (ver aquí). El segundo es bastante más conocido, a saber, creemos que un suceso A es más común que otro proceso B porque la información de la que disponemos de A es más abundante de la que disponemos de B; probablemente muchos crean que el animal que más personas mata al año sea el tiburón (algo de culpa tendrá Steven Spielberg), sin embargo, mueren 100 veces más personas por ataques de hipopótamos (ver aquí). El último atajo consiste en tomar decisiones con base en un punto de referencia, generalmente el valor inicial, por lo que nuestras actuaciones siempre estarán sesgadas hacia el statu quo o hacia la valoración que hacemos de nuestra primera impresión sobre un acontecimiento, lo que provoca que, por poner un ejemplo, nos olvidemos de los costes hundidos (valoramos costes que son irrecuperables en vez de valorar los beneficios y costes presentes y futuros).

Por tanto, es habitual realizar malas inferencias a partir de las cuales formamos concepciones erróneas, y ya sabemos que reconocer en algún momento que estábamos equivocados es muy difícil. Por eso somos tan buenos buscando teorías y explicaciones ad hoc que refuercen nuestra posición. Esto nos lleva a cometer nuevos errores, asumir causalidades espurias y confiar en hechos puntuales que no son representativos, olvidándonos de la ley de los grandes números (cuantas más observaciones tomadas de manera aleatoria, más probable que nos acerquemos a la verdad de lo que realmente sucede). Os dejo aquí un enlace en el que se muestran ejemplos de esas falsas relaciones: por ejemplo, ¿sabías que existe una correlación del 66,6% entre el número de personas que mueren ahogadas en una piscina y el número de películas en las que aparece Nicolas Cage?

Incluso pueden existir relaciones causales escondidas detrás de correlaciones débiles o inexistentes, al menos a primera vista, puesto que si no se aíslan las variables de interés la perturbación aleatoria puede difuminar la relación a estudiar. Otro caso habitual es que A y B pueden estar explicadas a su vez por otra variable C omitida. Es importante resaltar la idea de que correlación no implica causalidad, y viceversa.

Este es un problema dentro del liberalismo, y es que confiamos en exceso en ideas y conceptos basados en “informes verbales”, sin que existan teorías contrastables a través de métodos econométricos o de inferencia, es decir, en donde no es posible aplicar el razonamiento inductivo. Algunas de las teorías elaboradas por pensadores liberales requieren un acto de fe al no poder ser falsadas, cayendo en exceso en el sesgo de confirmación.

A menudo se acusa a la econometría de tratar de cuantificar lo incuantificable, y en efecto, los análisis de regresión múltiple adolecen en ocasiones de muchos errores de especificación o de aplicación de métodos poco precisos. Sin embargo, renunciar a medir algo es igual de grave que el hecho de medirlo a través de procesos erróneos: uno mantiene la venda en los ojos mientras que el otro se pone las gafas de la graduación equivocada. Y, afortunadamente, cada vez hay métodos más precisos, como los modelos de diferencia en diferencias basados en la definición de un suceso a medir y en el establecimiento de forma aleatoria de los grupos de control y tratamiento (condición que se cumple mejor en experimentos naturales).

Lógicamente, todo esto no quiere decir que nos pasemos toda nuestra vida buscando la verdad, porque cuanto más nos adentramos en ella más evidente se hace aquello que decía Sócrates de que “solo sé que no sé nada”. Como indica Nisbett, “el tiempo y las energías que dediquemos a una decisión deben ser proporcionales a su importancia”, de lo contrario acabaríamos corriendo el riesgo de acabar como el asno de Buridán, y es que “el cálculo de los costes de oportunidad puede ser un coste en sí mismo”.

Siguiendo a este autor, la mejor manera de acercarnos al conocimiento es buscar evidencia sobre aquellos hechos que queremos probar, después comprobar si existe consenso, y de existir, “menos opciones tendrá de elegir entre aceptarlo o no”, salvo que, claro está, tengamos un razonamiento y argumentos lo suficientemente fundados como para poner en duda ese consenso: “Es absurdo pensar que nuestra ignorancia, o las opiniones de una celebridad del entretenimiento manifestadas en un programa de entrevistas, sean mejores guías que el conocimiento de los expertos”.

21 Comentarios

  1. En primer lugar me gustaría
    En primer lugar me gustaría felicitarlo por su artículo, me resultó muy interesante.
    Me gustaría, si me lo permite, darle un pequeño consejo. A veces menos es más.

  2. Todos sus artículos están
    Todos sus artículos están sesgados.
    Llevo siguiéndolo bastante tiempo e intento comprender sus tesis…pero son siempre ideas vagas y palabras bonitas para no decir finalmente nada.
    En este artículo menciona usted los sesgos. Es interesante, ya que usted habitualmente tiene una visión muy sesgada de la realidad y no suele hacer autocrítica con sus publicaciones.
    La intención del artículo es buena, aunque la ejecución, a mi modo de ver, es nefasta.
    Un saludo.

  3. De acuerdo en lo relativo a
    De acuerdo en lo relativo a sesgos y otros problemas epistemológicos varios mencionados de pasada. Tan sólo un apunte, el DID ni es nuevo ni es «preciso».

    • Creo que el autor se refiere
      Creo que el autor se refiere a que, en relación con los modelos de regresión lineal, hai otras alternativas que se desarrollaron a posteriori que son más precisas. No dice en ningún momento que el DID sea huevo y preciso tal y como vd. parece reflejar en su comentario. Le recomiendo que lea con más precisión.

    • Creo haber entendido al autor
      Creo haber entendido al autor perfectamente y usted también. En el contexto parece plantear el DID como alternativa posterior (=nueva) que se dice «más» precisa. Si se queda más feliz, corrijo mi anterior comentario en términos relativos, ahí lo tiene.

  4. Siempre hay un experto que
    Siempre hay un experto que discrepa de otro experto: Michael Levitt, por ejemplo.

    Discrepar no es tener razón, pero el consenso experto está demasiado cerca de la falacia ad verecundiam como para no sospechar de él.

    Vean el caso de David contra Goliat. Muchos tendemos a ponernos del lado de David. ¿Los Randianos tienden a ponerse del lado de Goliat? Supongo que algunos sí, solo por llevar la contraria. Les voy a hablar un poco de un David moderno, el profesor Paul Marik de la Escuela de Medicina de Virginia Oriental (EVMS).

    Paul Marik, galeno y santo varón, lleva años salvando la vida de la gente, bebés inclusive, usando vitamina C. La septicemia (o sepsis) es una infección de la sangre muy grave, con alta mortalidad, sin tratamiento específico, y de etiología muy diversa. Durante décadas los médicos de urgencias solo han usado cortisol (corticosteroides: antiinflamatorios e inmunosupresores) y han cruzado fuertemente los dedos para que los pacientes sobrevivieran, con muy poco éxito, lamentablemente. Paul Marik usa un cóctel de hydrocortisona, vitamina B1 y ascorbato (vitamina C) por vía endovenosa. Sus pacientes sobreviven.

    Pero nadie habla de esto, porque es una investigación censurada, condenada a las sombras y al ridículo. Millones de vidas se están perdiendo por culpa de los censores. Piensen en esto. No se atasquen aquí, pero piénsenlo.

    Ya siento los gritos: «¡Hala, Lunático, eres un lunático! ¡Seguro que crees que el hombre no llegó a la luna y que existen los lagartos pedófilos interdimensionales!»

    No. Nada de eso.

    Suspendan durante media horita su sesgo del Statu Quo y busquen información sobre lo que enseña el profesor Marik, porque tiene razón. David se enfrenta al sistema médico más fascista y criminal del mundo. O, liberales, no cometáis nuevamente el error de poneros de lado de una verdad oficial que produce muerte y destrucción

    Ustedes no tienen que saber de medicina ni discutir con médicos –los cuales, por cierto, son esclavos del Estado y muchos no saben que lo son, y como esclavos del poder político su principal función es controlar, mediante ensalmos y fetiches apotropaicos, la información y las emociones de la gente, pero no investigar ni curar.

    Ustedes deben fijarse en los números de muertos y de supervivientes. Las tentativas explicaciones sobre el mecanismo de acción no son importantes. Si la gente sobrevive a una enfermedad mortal gravísima con el tratamiento de Marik, el hecho de que no entiendan ustedes el mecanismo no invalida la realidad de que la gente se cura. Y si ustedes ven que el mayor experto en hematología de España tampoco entiende el mecanismo, recuerden que eso tampoco invalida la realidad observada: Contra todo criterio médico establecido, la gente se cura. Eso es lo importante.

    Hay que desconfiar siempre de los fascistas sonrientes. Los que intimidan y usan sofismas para impedir la investigación y promoción de curas son enemigos de la libertad y de toda la humanidad.

    • No entiendo por qué os
      No entiendo por qué os empeñais en tanta palabrería. Menos es más.

    • No hay ser humano con
      No hay ser humano con paciencia suficiente como para leer todo esto.

    • No tengo talento para
      No tengo talento para sintetizar, a pesar de que todo lo que escribo lo recorto bastante antes de guardarlo.
      Perdóneme, Marga.
      Saludos.

    • No se preocupe. Eso es algo
      No se preocupe. Eso es algo que se gana con la experiencia. Gracias por su amable respuesta.

    • No se preocupe. Eso es algo
      No se preocupe. Eso es algo que se gana con la experiencia. La síntesis es fundamental para llegar al lector, sobre todo cuando se escribe para un público no experto.

    • No se preocupe. Eso es algo
      No se preocupe. Eso es algo que se gana con la experiencia. La síntesis es fundamental para llegar al lector, sobre todo cuando se escribe para un público no experto.

  5. Estimado Sr. Calvo, dice Vd.:
    Estimado Sr. Calvo, dice Vd.:

    “Este es un problema dentro del liberalismo, y es que confiamos en exceso en ideas y conceptos basados en “informes verbales”, sin que existan teorías contrastables a través de métodos econométricos o de inferencia, es decir, en donde no es posible aplicar el razonamiento inductivo. Algunas de las teorías elaboradas por pensadores liberales requieren un acto de fe al no poder ser falsadas, cayendo en exceso en el sesgo de confirmación.”

    Permítame un consejo; no malgaste lo más escaso que tiene, su tiempo, en tonterías; de estas, siempre que sea posible, las justas; detrás de cada error o falsedad (lo que no és), está su contrario, la Verdad (lo que és); La pseudociencia de la econometría, es el viejo Historicismo de la anticientífica Escuela Histórica Alemana de Economía, ahora reformulada en un mejunje Metafísico Neopositivista, bajo el manto de la ciencia Físico-Matemática y de la Estadística (1); remate Vd. su doctorado; tendrá un titulo oficial de Doktor en “economía”; gracias a él podrá encontrar un trabajo o dar clases de “econometría” y, lo mas importante, si es Vd. medianamente inteligente, le será muy útil para darse cuenta de que era en sus propias palabras (sic):

    “Estamos rodeados de realidades objetivas. Quizás esta frase merece cierta matización, ya que en pocos campos es posible encontrar un consenso mayoritario, y menos aún cuando tenemos en cuenta las opiniones de legos en la materia en cuestión”.

    “de lo contrario acabaríamos corriendo el riesgo de acabar como el asno de Buridán” ; esto va por lo de la tontería de las “curvas de indiferencia” del Equilibrio Walras-Pareto-Arrow-Debreu-Hayek.

    (1) “Corresponde a la teoría general del saber humano investigar el campo
    de la verdad y la certeza. El mundo de la probabilidad, por su parte,
    concierne específicamente a la praxeología.

    2. El significado de la probabilidad

    Los matemáticos han provocado confusión en tomo al estudio de la
    probabilidad. Desde un principio se pecó de ambigüedad al abordar
    el tema. Cuando el chevalier de Méré consultó a Pascal sobre los problemas
    inherentes a los juegos de dados, lo mejor habría sido que el
    gran sabio dijera a su amigo la verdad con toda desnudez, haciéndole
    ver que las matemáticas de nada sirven al tahúr en los lances de azar.
    Pascal, lejos de eso, formuló la respuesta en el lenguaje simbólico de la
    matemática; lo que podía haber sido expresado con toda sencillez en
    lenguaje cotidiano, fue enunciado mediante una terminología que la
    inmensa mayoría desconoce y que, precisamente por ello, viene a ser
    generalmente contemplada con reverencial temor” LUDWIG VON MISES

    Obra «LA ACCION HUMANA»

  6. //Este es un problema dentro
    //Este es un problema dentro del liberalismo…//

    Quizás deberíamos plantearnos primero y distinguir qué es «el liberalismo»:
    (a) en parte es una doctrina política, pero
    (b) también, y sobre todo, en mi opinión, es una filosofía moral.

    Y creo que tiene un carácter más básico esta última (filosofía moral), siendo aquella (doctrina política liberal) una de sus derivadas prácticas, que intenta limitar el poder constituido (que es algo previo, que está ahí). Y lo intenta, por ejemplo, mediante el «diseño» de instituciones estatales que intentan imitar alguna de las características de las instituciones espontáneas emergidas en el libre mercado: división de poderes, neutralidad, respeto a cada persona, etc.
    La efectividad de esas medidas en cuanta a conseguir una verdadera limitación del poder es, como podemos comprobar estos días, más bien discutible…

    Y una tercera cosa diferente es la Escuela Austriaca de Economía con su peculiar método o enfoque para estudiar el campo de la ciencia económica, como intento o propuesta de explicar de una manera articulada los procesos económicos. Esta aproximación al estudio de la Economía no es ni una moral, ni una doctrina política ni mucho menos una ideología. Históricamente la Escuela Austriaca aparece la última en el tiempo (en 1871, de la mano de Carl Menger, originando la revolución marginalista, o marginal-subjetivista, en Economía), aunque, para algunos, ofrece un apoyo adicional teórico a la filosofía moral liberal y, adicional-mente, a la doctrina política liberal (aspecto este último bastante más discutible).

    ¿No?

    • Estimado Sir Trivaix, todo
      Estimado Sir Trivaix, todo , absolutamente todo, en el campo del Saber Humano tiene su fundamento (nihil est sine ratione; Leibniz) en la Praxeologia , Ciencia de la Accion Humana (Actuo, ergo sum; Maine de Biran); el Trilema de Munchausen , es un Sofisma Neopositivista propio de Trileros como los Popperianos (ver Kar Otto Apel); hay un Teorema; el mas importante de la matematica , descubierto por un genio llamado Kurt Godel, que verfica y corrobora a la Praxeologia; sin lugar a dudas; el Liberalismo es una fisosofia politica derivada de todo ello; incluida la Etica de la Propiedad o Libertad; el culmen lo descubrio otro genio , el Praxeologo y Filosofo Hans Hermann HOPPE; nunca hay que confundir ni mezclar la Teoria con la Historia; esta es contingente, la Teoria , La Ciencia o Verdad (GODEL) no lo es , porque la verdad , el Principio o Fundamento, lo que le da consistencia a la Teoria, es autoevidente , irrefutable y mas alla de cualquier definicion; esta por encima de cualquier sistema; por eso , ningun sistema Teorico puede ser a un tiempo completo y consistente; porque su consistencia o verdad no es un Teorema del propio sistema demostrado, sino que es un metateorema propio y asi sucesivamente.

      Un cordial saludo.

    • Andrés: Me lo apunto y lo
      Andrés: Me lo apunto y lo estudiaré.
      Pero creo que una cosa es hacer distinciones arbitrarias, y otra intentar señalar dónde existen, y en qué consisten, las diferencias en la constitución de la realidad. En ese sentido yo creo que, por ejemplo Menger hizo un muy buen trabajo. En cualquier caso, los procesos biológicos (y sobre ellos los culturales) son evolutivos y tienen una componente histórica (funcionan paso a paso, son proceso-dependientes, existe la contingencia) por necesidad.

    • Andrés: La Escuela Austriaca
      Andrés: La Escuela Austriaca tiene el mérito de haber demostrado que es posible desarrollar el cuerpo de la teoría económica de una manera lógica, introduciendo a la vez los conceptos de tiempo y creatividad (praxeología).
      Y lo ha hecho mostrando detalladamente la sucesión de constricciones de carácter ineludible que enfrenta la acción humana ante los BIENES ECONÓMICOS (objetos o servicios que percibimos como escasos, mayores requerimientos que disponibilidad, hecho que provoca que necesariamente solo podrá satisfacer una parte de sus necesidades, con exclusión de otras personas, circunstancia que está en el origen tanto de la marginalidad del valor como de la aparición de la propiedad en tanto que principio fundador de un orden emergente). Y a partir de tales constricciones muestra paso a paso las conexiones causales que ligan las distintas posibilidades de acción humana con los distintos procesos constructivos de ese orden emergente de carácter coordinador (Mises, Menger, Hayek).

      Pero también existen otro tipo de MEDIOS como son las RECETAS (ideas sobre las relaciones causales entre los objetos de la naturaleza), que aunque son útiles, NO SON BIENES ECONÓMICOS en sí mismos: no requieren economización (como sí la requieren los bienes económicos). Una vez descubiertas o desarrolladas estas recetas pueden ser utilizadas en tanto que medio por quien quiera tantas veces como quiera.

      Sí que es verdad que otros procesos epistémicos (investigación científica, aparición de las lenguas, etc.), distintos de la propia actividad económica, suelen desarrollarse también alrededor de INSTITUCIONES ESPONTÁNEAS que suelen presentar una parecida naturaleza a las de mercado (podríamos verlas como otro tipo de recetas pero esta vez relativas al interactuar “entre personas” de modo que se respeta a cada otro).

      O sea, que en la aproximación por el lado de la acción humana (estudiada por Mises), existirían muchas concordancias entre los distintos campos epistémicos. Pero en la aproximación por su lado material (estudiada por Menger y su teoría de los bienes), habría un salto en la realidad relacionado con la presencia de los bienes económicos y la emergencia del principio de propiedad, que constituiría el campo específico de la Economía (o praxeología-economía). Bueno, o por lo menos así lo veo yo (aunque si consideramos a la propiedad, en vez de como un principio de orden, también como una institución, la diferencia se diluye un tanto).

  7. Interesante lo que comenta
    Interesante lo que comenta sobre el liberalismo como doctrina política y como pensamiento filosófico, Sir. Trivaix.
    En este artículo que nos atañe, queda claro que el autor no profundiza en ninguna de las dos vertientes que comenta.
    Palabras bonitas sin contenido alguno.

    • Lo de palabras bonitas sin
      Lo de palabras bonitas sin contenido creo que es el estilo de la revista.

  8. Estimado señor Calvo,
    Estimado señor Calvo,

    Humildemente, pienso que antes de escribir sobre temas en los que tiene carencias abismales, más le valdría leer un poco y profundizar en ellos.
    Atentamente, Manuel

  9. Sí, sí, Sr. Calvo, usted
    Es un poco descorazonador comprobar a qué nivel (incluso de intenciones) han llevado las sucesivas REFORMAS EDUCATIVAS NACIONALIZADORAS en nuestro país, incluso a las personas que en principio parecerían más inquietas intelectualmente.

    Hace 150 años un señor (que se llamaba Carl Menger) escribió un libro que se tituló algo así como Principios de Economía Política, y que significó la revolución marginal-subjetivista, y que fue seguida por la Methodenstreit (que aún colea):
    https://cdn.mises.org/Principles%20of%20Economics%20Study%20Guide_2.pdf
    https://mises.org/library/principles-economics
    https://web.archive.org/web/20140914010224/https://www.mises.org/hsofase/ch2sec3.asp

    Lo digo por si alguien quisiera dedicar un mínimo de su valioso tiempo a pensar por sí mismo las cuestiones básicas de su campo de estudio, como alternativa a seguir la vía fácil de otear el viento y apuntarse al consenso de los «expertos» (expertos que, curiosamente, siempre vienen pagados por el Estado).


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