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Trump 2.0: la incertidumbre contraataca

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El primer martes de noviembre del presente año, tuvo lugar una vez más la elección presidencial de la primera superpotencia del mundo. Y, por tercera vez, Donald Trump aparecía como nominado republicano. Son ya lejanos aquellos tiempos donde republicanos como John McCain, George Bush o Mitt Romney, debatían junto a los nominados demócratas sobre temas políticos; ahora vivimos en la Era Trump… y eso ha quedado muy lejos de ser así.

Contrario a las previsiones de muchos, el expresidente se pudo imponer sobre la vicepresidenta Kamala Harris de manera solvente, ganando los 7 estados bisagra (“swing states”), y recuperando el control del Senado mientras retenía por la mínima el de la Cámara de Representantes, logrando una trifecta perfecta. Dejaré para los amos del análisis político (una ciencia muchas veces menos fiable que la alquimia) el estudio de por qué ganó Trump y, por consiguiente, la razón de la pérdida demócrata.

Hay, sin embargo, dos cosas evidentes: en primer lugar, los ciudadanos sentían que la economía no les favorecía con Biden y por ende con Kamala y, en segundo, el presidente actual decidió retirarse de manera muy tardía, si su objetivo fundamental era derrotar a su antecesor (aunque ese tema da para otro debate). Lo importante ahora, como en cada nueva administración, es entender lo que se hereda y lo que se piensa hacer en un país que evidentemente está partido por la mitad (por más que algunos se empeñen en decir que Trump arrasó, eso es aritméticamente falso[1]).

¿Qué hereda Trump?

Biden deja la presidencia como un presidente relativamente impopular, al que se le achaca no recuperar la economía tras el COVID-19 de una manera rápida y efectiva. Deja un país totalmente recuperado de la pandemia (lo cual era su principal reto) … con unas inversiones en infraestructura muy grandes (cuyos frutos se verán en los próximos años) y unos números macroeconómicos a nivel de crecimiento de la economía, niveles de desempleo y valor de los índices bursátiles bastante buenos.

Así mismo, el todavía presidente demócrata deja una administración que vio el nacimiento de dos conflictos internacionales en Ucrania y Rusia y una desastrosa salida militar de Afganistán. En resumen: un mundo convulso, una economía pujante y una sociedad dividida en temas que van desde lo racial, hasta lo económico.

¿Qué hará Trump?

Para responder a la segunda cuestión, resulta útil echar mano de la respuesta que el presidente electo dio en un debate contra Hillary Clinton en 2016, cuando el moderador Chris Wallace le preguntó si aceptaría los resultados electorales. Su respuesta fue “no lo sé, te mantendré en suspenso”[2]. Pareciera una frase muy actual, puesto que, a pesar de la cantidad de programas electorales (el suyo propio, Project 2025 e intereses políticos de figuras cercanas como Elon Musk o Robert Kennedy Jr.), no pareciera que el presidente tenga muy claro lo que quiere hacer en distintos campos… es ya conocido su cambiante temperamento y opinión.

Es altamente probable, que se deshaga de cualquier investigación judicial a nivel federal que pese en su contra, y que utilice todo el poder del Estado para debilitar las causas a nivel estatal (las cuales no puede eliminar). También resulta factible ver un alto al fuego en Ucrania (con términos favorables a los rusos) y una arremetida más fuerte por parte de Israel contra Gaza, Cisjordania y Líbano. ¿No son entonces estas predicciones una contradicción contra el planteamiento de imprevisibilidad? No. Porque nada de esto es seguro, podría cambiar mañana o en un mes…

Designaciones

Prueba de lo anterior es el caos en el que el presidente está sumiendo al Senado al nominar a las personas más controvertidas y disímiles que existen en su órbita para puestos clave. Para secretario de Defensa, un antiguo marine transformado en host de un programa los fines de semana y sin ninguna experiencia en dirección militar. Para Seguridad Nacional, una excongresista demócrata, acusada de ser una agente rusa y apologista del régimen sirio de Bashar al-Ásad. Y Para Sanidad, pues… Robert Kennedy Jr… sólo hace falta buscar su nombre en Google y para la fiscalía general, el congresista menos popular de 435 miembros, acusado de violar a una joven menor de edad y de cometer varios actos de corrupción[3].

Incertidumbre a la vista

Con este escenario en mente, lo único intelectualmente sensato que se puede decir, es que no sabemos qué pasará ni por donde soplará el viento. A Trump lo han encumbrado a la presidencia una colación de intereses contrapuestos que oscilan entre cripto Bros, ultraconservadores, magnates multimillonarios y aislacionistas globales. Pero, este es su juego, es su mundo, él es el protagonista.

Alguien que elogia la imprevisibilidad como arma política, todoterreno es movedizo, desde la seguridad nacional hasta la economía. Queda, pues, simplemente ser testigos de los acontecimientos en meses y años venideros. Pero, aun así, algo es destacable: el hombre que acabó su mandato anterior con una crisis de estado por el asalto al Capitolio (a todas luces impulsado por él) y que ha sido condenado con más de 30 cargos en un juicio y encontrado como responsable de violación en otro, ha vuelto, y con él… su espectacular incertidumbre, lo cual muchas veces no ha sido un buen preámbulo para el devenir de los acontecimientos en la humanidad. Para verdades el tiempo.

Notas

[1] Siguiendo los criterios históricos para “arrasar” en una elección norteamericana, se requiere sacar una amplia mayoría del voto popular y volcar estados pertenecientes tradicionalmente al partido contrario. El último en hacerlo, fue Barack Obama en 2008 y antes Bill Clinton en 1996.  Ni las victorias de Trump o Biden se ajustan a esos criterios, prueba de la creciente polarización social.

[2] “Trump: ‘I’ll Keep You in Suspense’ About Accepting Election Outcome”https://abcnews.go.com/Politics/trump-ill-suspense-accepting-election-outcome/story?id=42928015

[3] “Matt Gaetz once faced a sex trafficking investigation by the Justice Department he could now lead” https://apnews.com/article/trump-attorney-general-matt-gaetz-justice-department-9d51501fb6ad5c04b5b4113d3a6a584b (AP News, 2024).

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