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Axel Kaiser: «En Chile, como en España, la derecha no defiende los principios liberales»

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Nacido en Santiago de Chile en el año 1981, el abogado Axel Kaiser es uno de los analistas políticos y económicos más influyentes de su país. Columnista de varios diarios chilenos, Kaiser es Director Ejecutivo de la Fundación para el Progreso y está siguiendo estudios de Doctorado en la Universidad de Heidelberg, en Alemania.

– Pregunta: ¿Está en peligro el "modelo chileno"? Durante ya varias décadas, izquierda y derecha parecían estar de acuerdo en mantener un paradigma liberal que ahora está en entredicho.

Respuesta: El debate político se ha ridiculizado hacia la izquierda y esto supone un peligro real, ya que se pretende cambiar por entero el fundamento del sistema actual. Hoy Chile mantiene un paradigma económico razonablemente liberal, si bien el Estado interviene mucho más de lo que debería. Pese a ello, el actual bloque de gobierno está dispuesto a reemplazar el "modelo" e implementar un programa socialista de máximos.

– Hace años, en "El Chile que viene", usted ya advertía de la deriva socialista que podría seguir su país. Parece que se han cumplido esos malos augurios…

Desde mediados de los 90 y, sobre todo, desde comienzos de la década pasada, las élites intelectuales chilenas intensificaron la retórica y los esfuerzos dirigidos a defender el establecimiento de un modelo económico basado en una mayor redistribución y un menor grado de libertad de mercado.

Lo grave es que las supuestas fuerzas de centro-derecha no hicieron nada por defender el sistema. Pensaban que el "modelo chileno" se defendía solo, y el resultado es que ahora hay cada vez más personas dispuestas a asumir el discurso de la izquierda, según el cual es necesario cambiar el sistema de acuerdo con las sugerencias de los intelectuales de izquierda. Frente a esta amenaza, es necesario defender la legitimidad y la moralidad del sistema capitalista que ha hecho progresar a Chile.

La izquierda hace bien su trabajo. No se puede culpar al socialismo de defender el socialismo. En Chile, como en España, el problema es que el centro-derecha no defienda los principios y las ideas liberales, aquellas que se supone que son suyas y que marcan sus diferencia frente al programa de la izquierda. Nunca puede faltar la integridad y el coraje a la hora de reivindicar la libertad. Ya decía Ayn Rand que la culpa no es de los colectivistas, sino de quienes no tienen la entereza suficiente para defender un modelo basado en la libertad personal y económica, en la autonomía individual frente al control del Estado.

– ¿Cuáles son los elementos centrales del "modelo chileno"?

En primer lugar, se apostó por una fuerte apertura comercial. Frente a las tesis del proteccionismo y la sustitución de importaciones, Chile se ha convertido en un referente para quienes defienden el libre comercio. En segundo lugar, el viejo paradigma monetario, marcado por la hiperinflación, ha sido sustituido por un nuevo marco en el que la estabilidad de la divisa es mucho mayor.

Un tercer punto que debemos mencionar es el del fuerte respeto a la protección privada, cuya integridad había sido cuestionada de forma creciente a lo largo del siglo XX, culminando en el experimento marxista y totalitario de Salvador Allende. A esto se une un cuarto elemento, consistente en la estabilidad fiscal. En este sentido, el sistema de pensiones, basado en la capitalización, evita desequilibrios como los que vemos hoy en Europa.

Por último, el quinto aspecto en el que descansa el sistema económico chileno es un esquema de protección social que actúa como "red de seguridad" para evitar situaciones de desamparo.

– Dicen los críticos del "modelo chileno" que el gran problema del país es la "desigualdad".

La igualdad es un impulso muy primitivo de los seres humanos, desde las sociedades tribales hasta hoy comprobamos que la envidia y el recelo ante el otro es algo habitual. Por eso, explotar estos sentimientos sale rentable políticamente, por mucho que los datos que miden la desigualdad de ingresos no muestren un aumento de las diferencias entre los chilenos. De hecho, entre las nuevas generaciones vemos las menores tasas de desigualdad en toda la historia de Chile.

– Recibió muchas críticas cuando afirmó que no debería hablarse de la educación como un "derecho"…

Me parece que los seres humanos tenemos el derecho a conservar el fruto de nuestro trabajo. Si creemos en la propiedad privada, difícilmente reconoceremos que otros tienen el "derecho" a tomar por la fuerza esa riqueza, por mucho que esa expropiación sea para financiar la educación. Entiendo perfectamente que puede existir la necesidad de acceder a la educación, pero esa necesidad no genera el "derecho" a despojar a otros de su riqueza. Es inmoral que algunos defiendan que pueden esclavizar a los demás para que así les financien aquello que consideran oportuno.

Por otro lado, si acaso se reconoce la educación como un "derecho", entonces esto debería llevar a su prestación generalizada, lo que abarcaría al más rico y también al más pobre. Sin embargo, entiendo que es preferible que, si el gobierno tiene que intervenir en este ámbito, lo haga apoyando particularmente a quienes no pueden financiarse el acceso. Es muy regresivo plantear un "acceso universal a la educación".

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