La Generalidad de Cataluña ha cuantificado lo que España le lleva robado a Cataluña, que según sus cálculos asciende a casi diez mil millones de euros. El dato está referido a día de hoy, así que a poco que se retrase la declaración de independencia habrá que actualizar los números en la parte proporcional correspondiente. Urge por tanto solventar con premura este asunto, no sea que al final nos llevemos un susto cuando veamos la cuenta definitiva.
Esto de hacer balanzas fiscales como si fueran los territorios los que pagan impuestos en lugar de los ciudadanos es una melonada tramposa para justificar la depredación del bolsillo ajeno, pero puesto que esa es la perspectiva adoptada por los nacionalistas para amenazar con separarse de España (aterrorizados estamos), voy a hacer mi modesta contribución a esta peculiar contabilidad para obtener el saldo definitivo interregional, al menos en lo que respecta a la región de Murcia.
La principal decisión política con efectos económicos impulsada por la clase política catalana sin excepción fue, como es bien sabido, la derogación del trasvase del Ebro, una petición que Zapatero aceptó de mil amores firmando el decreto correspondiente en su primer día de mandato, allá por 2004. Esta decisión que a los políticos catalanes llenó de felicidad impidió la creación de 550.000 puestos de trabajo, según estudios académicos interdisciplinares, principalmente en Alicante, Murcia y Almería, que iban a ser las tres provincias más beneficiadas. Apliquemos una reducción del 30% en virtud de las cifras de paro actuales, aunque en la agricultura es bastante menor, pero hoy estoy generoso. Esto nos da 385.000 puestos de trabajo, que a trece mil euros de salario anual, multiplicado por los nueve años transcurridos desde la supresión del trasvase, da un total de 45.045 millones de euros que esas tres provincias han dejado de ingresar gracias a la política discriminadora de Cataluña hacia el resto de España.
Descontemos de esa cantidad los 9.375,7 millones que los nacionalistas catalanes dicen que les ha robado el resto de España y que, en un arrebato de generosidad tan propio de tierras levantinas, asumimos en exclusiva. Resulta entonces que Cataluña debe a esas tres provincias 45.044.990.624 euros con treinta céntimos. A partir de aquí sólo hay que hacer un reparto proporcional entre el número actual de alicantinos, murcianos y almerienses, con el resultado final de que, siguiendo el régimen contable ideado por los nacionalistas, Cataluña debe a Murcia los 16.126 millones de euros reflejados en el título de esta columna.
Cada murciano toca por tanto a 10.969 euros con cincuenta céntimos. Como en casa somos cuatro, la Generalidad me debe 43.878 euros. En cuanto el señor Mas me los abone (acepto transferencias desde el extranjero), puede declarar la independencia, que yo votaré a favor.