Los políticos, los que gobiernan y los que pretenden hacerlo, muestran sus discrepancias en muchísimos aspectos, a veces hasta de forma airada. Pero, a la hora de verdad, son capaces de aparcar sus diferencias y ponerse de acuerdo en las cosas básicas, en las realmente importantes.
Por ejemplo, en que los jueces queden bajo su control. Un juez suelto puede hacer bastante daño a un político, aunque solo sea mediático. Así que los políticos aquí sí se ponen de acuerdo. Y por eso empezamos esta legislatura con un pacto del PSOE y el PP para renovar al Consejo General del tercer poder del Estado.
También estaban de acuerdo, al menos hasta hace bien poco, en que tenían que darse buenas pensiones a sí mismos, en cuanto que representantes del pueblo y servidores del mismo. Y que, habida cuenta del sacrificio que ello les suponía, no era necesario que pasaran por el aro tantos años como el común de los mortales para garantizarse la subsistencia a cargo de los impuestos de sus conciudadanos. ¿Ven cómo en lo mollar, en lo que realmente es importante, los políticos son capaces de alcanzar consensos?
Pues bien, últimamente los políticos han localizado otro tema en que la unidad es necesaria para seguir avanzando. Otro aspecto más en que coinciden PP y PSOE: la intervención en internet.
ace un par de meses nos despachamos con una moción del Senado para regular la neutralidad de la red (concepto este al que ya hemos dedicado varias columnas) aprobada por unanimidad. La iniciativa original correspondió al PP, aunque finalmente fue del PSOE la propuesta definitiva. Gracias a esta iniciativa, el incauto (y en algún caso cómplice) internauta verá protegidos sus supuestos derechos por los políticos.
Y ahora también se han puesto de acuerdo sobre la llamada "ley Sinde", gracias a la cual se protegerá a los artistas y creadores de los mismos incautos (y cómplices) internautas cuyos derechos protegen los políticos con la neutralidad de red. Que nadie bloquee la internet, nadie salvo los políticos cuando lo consideren conveniente.
Hemos de deducir de este consenso en regular la red de redes que a los políticos les preocupa internet. Les preocupa tanto, al menos, como tener bien controlados a los jueces y bien cubierto el riñón para su futuro. Seguramente será por el interés general.