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Cuatro años de Red Liberal

Publicado en Libertad Digital

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Además, no es que estuviera demasiado claro que hubiesen logrado ganar siguiendo mis consejos, tan amables e interesados (uno, que cobra sus columnas). Pero yo decidí hacerme caso a mí mismo, por una vez, y monté Red Liberal ese mismo mes de marzo de 2004.

Notaba entonces cómo la derecha empezaba a movilizarse en internet. Creo que no llegué a imaginar hasta dónde iba a llegar la marea que empezaba a levantarse entonces, dentro y fuera de la red. Cuatro años después existen redes de blogs, sitios web, laboratorios de ideas, plataformas de movilización ciudadana y asociaciones de todo tipo dispuestas a dar la batalla a la hegemonía de la izquierda en la batalla de las ideas. Un dominio logrado no gracias al mayor o menor acierto de sus tesis, sino a la abrumadora mayoría que forman sus acólitos en universidades y medios de comunicación. Una situación que se reproduce en el resto de Occidente, pero que en España llega al paroxismo.

Esta situación pone, sin duda, en un brete al PP, que siempre será retratado como "extremista" haga lo que haga. Se ha visto durante todo esta legislatura, en que en la inmensa mayoría de los medios televisivos se ha calificado como inconcebible el hecho de que el PP se mantuviera fiel a la política antiterrorista que tanto el PSOE como esos mismos medios decían apoyar hasta febrero de 2004. Se ha pintado también de "derecha extrema" una posición respecto al matrimonio homosexual compartida por la mayoría de los partidos socialdemócratas en Europa y Estados Unidos. Y así podríamos continuar. Por eso resulta ridículo pretender ahora "centrar" el mensaje. Da lo mismo lo que se diga o se haga; el PP siempre será extremista mientras esté en la oposición y las televisiones, gracias en buena parte a Aznar, se mantengan fieles a la doctrina zapateril.

Así pues, durante estos cuatro años ha surgido una fuerte oposición a los dogmas de la izquierda, una oposición que ha encontrado en internet su vía natural de expresión y propagación de ideas. Pero en esa lucha nos ha faltado contar con la organización de la derecha con más miembros y mayor capacidad de movilización, el propio Partido Popular. Es cierto que han apoyado las diversas manifestaciones que tanto las víctimas como plataformas como Hazte Oír han organizado. Pero han renunciado a la batalla de las ideas, de modo que sus posturas han sido desacreditadas con cierta facilidad usando estereotipos que ya debieran estar un pelín gastados a estas alturas, pero que siguen vivos con sorprendente fuerza.

No obstante, si quisieran, lo tienen fácil. No han de inventar nada, sólo mirar a lo que han hecho ya los republicanos en Estados Unidos. Y no me refiero a montar convenciones de color naranja, sino a crear una red de militantes cuya labor no sea acudir a los mitines sino convencer a la gente de su entorno: familia, amigos, compañeros de trabajo, etc. Seguramente no se apuntarían los 700.000, pero sí podría hacerlo un número que marcase la diferencia y ayudase a contrarrestar la influencia de las televisiones. Pero para lograrlo el PP debe definirse con claridad. Luego, Internet puede serle de gran ayuda para explicar sus ideas a los militantes y ayudarles a encontrar argumentos con los que defenderlas entre quienes tienen más cercanos. Pregunten a Karl Rove, ahora que está libre.

Algo así sería un cambio. Pero me temo que en el congreso que se avecina nadie hablará ni de ideas ni de su difusión ni de cómo llegar directamente a la gente, sin filtros mediáticos. Me da que se hablará del liderazgo de Rajoy, de centrar el mensaje y de cómo aplacar a periodistas y medios que no trabajan para informar sino para influir en contra de la derecha. Sería una gran manera de facilitarle el trabajo a Zapatero, sin duda.

Pero, en cualquier caso, hagan lo que hagan los populares Red Liberal, el Instituto Juan de Mariana y todas las demás redes de blogs, sitios web, laboratorios de ideas, plataformas de movilización ciudadana y asociaciones seguirán luchando por su cuenta y riesgo. Porque nos movemos por ideas, no por afán de poder ni por sectarismos partidistas.

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