Llama «ultraliberal» a un partido que no quiere reducir el peso del gasto público por debajo del 41% del PIB.
Según escribió Claudi Pérez en El País, Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, anunció «rebajas de impuestos en esa carrera alocada de las promesas electorales hacia el grado cero del sistema fiscal».
En páginas de información, el señor Pérez informó de que proponer menos impuestos es una locura, y de que quienes lo sugieren apuntan a acabar con todos los impuestos. Es decir, informó de lo que claramente no está contrastado, porque bajar los impuestos no es per se una patente muestra de irracionalidad, y porque ningún partido propone llegar al «grado cero del sistema fiscal». Algunos proponen menos impuestos, eso sí, y eso es lo que al señor Pérez le parece mal, y nos informa de su parecer.
Como Abascal pidió «bajar todos los impuestos», Pérez le reprocha su «aroma neocon años ochenta», y lamenta que el concepto de «infierno fiscal» haya venido para quedarse.
Lo del infierno le parece una ficción, y para desmontarla recurre a un curioso argumento que la izquierda esgrime como si fuera incuestionable: en otros países la presión fiscal es aún mayor que en España, donde los ingresos fiscales sobre el PIB son siete puntos menos que la media Europea. Y don Claudi concluye a continuación, en páginas de información: «La entrada en la UE fue la primera gran modernización de España: recortar esa diferencia de presión fiscal debería ser la segunda, salvo que los partidos sigan prometiendo servicios públicos de Suecia con impuestos de Rumania».
O sea que su información es que en España los impuestos deberían subir al menos siete puntos del PIB, y los españoles deberían ser forzados a pagar 80.000 millones de euros más por año. Y eso debería ser la segunda modernización de España. No explica por qué debería serlo, no brinda un segundo de reflexión a las complejidades del Estado redistributivo moderno, ampliamente reconocidas dentro y fuera del mundo académico, y da por supuesto que es mejor que los españoles paguen más impuestos. Es más moderno, más europeo. Eso sí, informa de que el PP practica la «economía vudú».
Después viene Elsa García de Blas, que afirma que el PP tiene un modelo «ultraliberal». Llama «ultraliberal» a un partido que no quería antes de las elecciones, como tampoco quiere ahora, reducir el peso del gasto público por debajo del 41% del PIB. Aseguró doña Elsa que eso era un partido ultraliberal. En páginas de información.