Skip to content

¿Doble crisis mundial? No, la misma

Publicado en Libertad Digital

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

En octubre de 2009 Estados Unidos salió de la recesión y los economistas del establishement afirmaron que una vez acabada la recesión, había acabado la crisis. Una bobada en toda regla.

Los economistas que dan explicaciones macroeconómicas a la evolución de un país suelen basar "su realidad" a través del crecimiento puro y duro sin prestar importancia a factores tan de base como por ejemplo el desempleo. Una encuesta realizada la semana pasada afirmaba que el 89% de los estadounidenses cree que la economía se encuentra en mal estado. ¿Se equivocan los economistas o la gente? Las recetas para la recuperación de Estados Unidos han sido más gasto, más funcionarios y más dinero en el mercado nacido de una imprenta (QE1 y QE2, a nivel más técnico). ¿El resultado? Bueno, la inyección de dinero de la Reserva Federal solo ha servido para disparar las materias primas, inanición en el tercer mundo y crear una inflación desbocada en las bolsas (en los últimos dos años el S&P y el Dow Jones se han doblado). Bernanke solo hace que calentar la próxima crisis. En Estados Unidos se está creando la figura del desempleado de larga duración. ¡Menuda salida de la crisis!

Ahora los mercados necesitan más. Más droga que les alimente. Esto es, como un yonki con el síndrome de abstinencia, piden a la Reserva Federal más dinero en el mercado con un QE3. Con el fin de los "estímulos", las bolsas de Estados Unidos no paran de bajar presionando a Bernanke para que vuelva a estimular la economía indefinidamente. Muchos analistas ya apuntan que si no hay QE3, el S&P puede llegar a los 1.000 puntos, lo que significa bajar un 20% respecto a cuotas actuales. ¿Todo el descomunal despilfarro ha servido de algo? De nada. ¿Servirá de algo repetir lo mismo? Lo empeorará todo más. La inflación de los bancos centrales no crea productividad, ni riqueza. Al revés, es el verdugo de ambas.

Es más, las cosas empeoran. Dos datos recientes. El indicador ECRI, que mide la tendencia de los ciclos americanos y que por el momento no ha fallado jamás, muestra una desaceleración de la economía. Como afirmó Lakshman Achuthan, uno de los fundadores del índice: ECRI nos dice que solo hay una tendencia, la bajada.

Está ocurriendo lo mismo con la vivienda donde las caídas desde máximos superan el 30%, pero el panorama no es bueno. Robert Schiller, co-fundador del índice del precio de la vivienda Standard & Poor’s/Case Shiller, afirma que el sector inmobiliario podría caer una media adicional del 20%; lo que sería una bajada superior a la de la Gran Depresión.

¿Y si Estados Unidos está así, cómo va Europa? Los acontecimientos europeos están más dentro del mundo de la política que del merado. No es un terreno apto para economistas ya, sino para politólogos. Después de un año, aún nadie sabe qué va a pasar con Grecia (la actual turbulencia de los mercados europeos se debe básicamente a esta cuestión). Entre la UE, Alemania y resto de países están mareando la perdiz mientras el viejo continente se va a pique. Los políticos han estado perdiendo el tiempo con recetas de gasto, ridículos recortes y aumento de la recaudación. Las medidas que preparan tampoco servirán de nada.

Este segundo semestre de año promete. Promete más incertidumbre, más pobreza y más penurias. No es tan difícil arreglarlo. Solo es cuestión de dejar a la economía civil que actúe en lugar del Gobierno. Si hubiesen dejado quebrar todos los malos bancos y disolverse las malas inversiones para dar más participación a la libre iniciativa privada restándola de la estatal, ya no hablaríamos de segundas crisis o continuación de la misma, sino de evidentes recuperaciones.

Más artículos

Trump 2.0: la incertidumbre contraataca

A Trump lo han encumbrado a la presidencia una colación de intereses contrapuestos que oscilan entre cripto Bros, ultraconservadores, magnates multimillonarios y aislacionistas globales. Pero, este es su juego, es su mundo, él es el protagonista.