Lo grave del asunto no radica en que los comunistas recuerden a uno de sus héroes, sino que tal bandera sea blandida hoy por la tercera fuerza política en España.
El 9 de octubre de 1967, Ernesto Che Guevara fue ejecutado en la selva de Bolivia tras ser capturado por el ejército después de varios meses de infructuosa actividad guerrillera en el país andino con el fin de extender su ansiado infierno comunista por el continente americano. Y lo más paradójico es que, según apuntan algunos expertos, el Che fue traicionado por el propio Fidel–cosas de camaradas–. Han pasado casi 50 años desde entonces y el mito que rodea al Che sigue, por desgracia, muy vivo.
De hecho, su vida y obra es rememorada año tras año por destacados líderes políticos en España, como es el caso de Pablo Iglesias, otrora falso adalid de la socialdemocracia nórdica, pero que desde las pasadas elecciones generales de junio ha optado por quitarse la careta para mostrarse tal cual es: un radical de extrema izquierda, amante del comunismo trasnochado y fiel defensor del bolivarianismo que tanto daño está haciendo a los venezolanos.
Lo grave del asunto, sin embargo, no radica en que los comunistas recuerden a uno de sus héroes -reconocidos dictadores y genocidas muchos de ellos, convencidos totalitarios el resto-, sino que tal bandera sea blandida hoy por la tercera fuerza política en España. No en vano, ¿cómo reaccionarían ustedes si uno de los partidos con opciones de gobierno llorara el suicidio de Hitler, la muerte de Stalin o el linchamiento público de Mussolini?; ¿qué pensarían si destacados líderes políticos alabaran a los mandatarios nazis y exhibieran con orgullo sus banderas y símbolos?
La sensación que inspiraría semejante barbaridad en el imaginario colectivo sería, sin duda, una combinación de repugnancia, pánico y desasosiego. Pero, por desgracia, no sucede lo mismo si la imagen en cuestión es la de Iglesias cantando la Internacional con el puño en alto o la de su socio Alberto Garzón celebrando que las ideas del Che «no murieron» para, a continuación, gritar «¡Hasta la victoria siempre!»
Ya es triste tener que recordar, una vez más, que el comunismo ha causado 100 millones de muertos e incontables damnificados a lo largo del siglo XX o que 11 millones de cubanos sufren desde hace más de 50 años la abominable dictadura de los hermanos Castro, con un nivel de miseria tan solo equiparable al de los países del África subsahariana, habiendo sido, como fue, una de las economías más ricas del continente americano a principios del pasado siglo, pero no lo es menos que la extrema izquierda española alabe una figura tan aberrante y vomitiva como la del Che.
Su benévola y heroica imagen publicitaria, convertida hoy en icono, continúa viva en camisetas, gorras, carteles y productos de todo tipo cuya muy capitalista venta causa sensación a lo largo y ancho del globo, pero no deja de ser un mito ideado por la izquierda para ocultar sus macabros crímenes, aprovechándose de la profunda ignorancia e ingenuidad de todos aquellos que reivindican su obra o exhiben con orgullo su rostro sin saber muy bien qué representa en realidad.
El auténtico Che no fue más que un frío asesino, un miserable criminal y un convencido genocida, tal y como reflejó él mismo, a modo de resumen, en las siguientes diez frases:
1. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo (…) Es la dictadura del proletariado ejerciéndose no sólo sobre la clase derrotada, sino también individualmente, sobre la clase vencedora
Carta al editor del semanario uruguayo Marcha, publicada en marzo de 1965 con el titulo de El Socialismo y el hombre en Cuba.
2. Como marxistas, hemos mantenido que la coexistencia pacífica entre naciones no engloba la coexistencia entre explotadores y explotados, entre opresores y oprimidos
Intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 11 de diciembre de 1964.
3. El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal (…) Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total
Artículo publicado el 16 de abril de 1967 en un suplemento especial de la revista Tricontinental.
4. El camino pacífico está eliminado y la violencia es inevitable. Para lograr regímenes socialistas habrán de correr ríos de sangre y debe continuarse la ruta de la liberación, aunque sea a costa de millones de victimas atómicas
Táctica y Estrategia de la Revolución Cubana. Revista Verde Olivo, Prensa Latina 8-10-68.
5. Si los misiles hubiesen permanecido en Cuba, los habríamos usado contra el propio corazón de los Estados Unidos, incluyendo la Ciudad de Nueva York
Entrevista concedida a Sam Russell del periódico London Daily Worker, recogida por la prestigiosa revista Time, en su edición del 21 de diciembre de 1962, a raíz de la Crisis de los Misiles entre EEUU y la antigua Unión Soviética.
6. Pertenezco por mi formación ideológica a los que creen que la solución de los problemas del mundo está detrás de la llamada Cortina de Hierro [Telón de Acero]
Carta que escribió el Che en diciembre de 1957 a René Ramos Latour (Daniel), Coordinador Nacional del Movimiento 26 de Julio.
7. Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte.Nosotros sabemos cuál sería el resultado de una batalla perdida y también tienen que saber los gusanos cuál es el resultado de la batalla perdida hoy en Cuba
Intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas en uso del derecho de réplica el 11 de diciembre de 1964.
8. No demoren las causas, esto es una revolución, no usen métodos legalesburgueses; el mundo cambia, las pruebas son secundarias. Hay que proceder por convicción. Sabemos para qué estamos aquí. Estos son una pandilla de criminales, asesinos, esbirros… Yo los pondría a todos en el paredón y con una cincuenta ratatatatata…
Relato de José Vilasuso, abogado y profesor de la Universidad Interamericana de Bayamón (Puerto Rico), que perteneció al organismo encargado de los procesos judiciales sumarios en La Cabaña.
9. Los trabajadores cubanos tienen que irse acostumbrando a vivir en un régimen de colectivismo y de ninguna manera pueden ir a la huelga
Alocución por televisión el 26 de junio 1961, cuando era Ministro de Industrias.
10. Hay que acabar con todos los periódicos, pues no se puede hacer una revolución con libertad de prensa. Los periódicos son instrumentos de la oligarquía.
Frase recogida en el libro Fidel y el Che, de José Pardo Llada (1923-2009), periodista, político y ex revolucionario cubano. Acompañó al Che en sus viajes a Egipto y a la Unión Soviética.