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El barril a 100 dólares. ¿Y?

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Yo a los 8 años tenía otras preocupaciones, pero quien recuerda la crisis del petróleo sabe bien de lo que fue aquello. Y estamos en las mismas, ya que si medimos los precios del barril en 1979 a precios actuales (descontando la inflación en dólares), resulta que alcanzó el centenar. Podría incluso ser peor ahora, cuando miremos a los 100 dólares desde arriba.

Sólo que, en realidad, la situación es muy otra y el precio del petróleo no tiene la importancia de antaño. Sencillamente, el peso de la energía sobre el conjunto de la energía y del oro negro sobre la economía es cada vez menor. Si cogemos el caso de los Estados Unidos, la energía suponía el 20 por ciento del PIB en 1949 y el 8,75 por ciento en estos momentos. Por lo que se refiere al consumo de petróleo, si le damos un valor de 100 al consumo por unidad de PIB del G-7 en 1970, en estos momentos estamos en el 47.

Lo que ha ocurrido es, sencillamente, que con la misma cantidad de energía somos capaces de hacer más cosas y mucho más valiosas. El "pico del petróleo", la idea de que hemos alcanzado el máximo de producción y que ahora sólo podemos deslizarnos cuesta abajo es un asunto cada vez menos importante.

Además, unos precios altos del crudo multiplican los beneficios asociados a la investigación en tecnologías que ahorren combustible o que, sencillamente, sustituyan al preciado petróleo por otra fuente energética. Siempre se ha dicho que a la OPEP le salió mal la jugada de cerrar el negro grifo, pues la economía reaccionó haciéndose más efectiva en términos energía-valor. Hoy, además, las economías son más flexibles que en 1970 y podrían reaccionar con una mayor rapidez.

Bush llega tarde para proponer aquello de sacudirse la adicción al petróleo. Ya se han encargado de hacerlo las sociedades libres por sí solas, para mal de los Chávez por venir.

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