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El círculo vicioso de la Europa zombi

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 La Europa zombi. ¿Por qué no fluye el crédito? 

“Low rates make zombie banks support zombie companies” Nicolas Véron

Seamos claros. La deuda zombi y soberana fagocita cualquier posibilidad de crecer. Pero se puede solucionar.

El jueves vimos al Banco Central Europeo (BCE) bajar sus tipos de interés de referencia al 0,5% y dejar los de los depósitos al 0%. Dentro de poco, usted acabará pagando por depositar sus ahorros. Seis años bajando tipos y el éxito es incuestionable. A esto le llaman políticas acomodaticias.

Mucha liquidez para los sectores equivocados

Casi toda la liquidez que inunda Europa con las políticas del BCE se queda en dos sectores zombis: empresas semi quebradas, que se mantienen vivas artificialmente, y deuda soberana insostenible de estados muy endeudados. La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero, en versión financiera. Lo explico en el libro “Nosotros, los Mercados”.

Un problema de 600.000 millones de euros en Europa y que algunos estiman en más de un billón. En una banca que supera el 300% del PIB de la eurozona. Por eso, no se puede empezar la casa por el tejado y entrar en entelequias de uniones bancarias. Esconder y extender, añadir una nueva capa a la lasaña, no soluciona nada. De hecho, aumenta el riesgo.

¿Qué son los préstamos zombis?

Llevo hablando de ellos desde 2007. Piensen en una empresa o una administración pública, grande y muy endeudada, que pide un enorme préstamo en la época del ‘a crecer a crecer’ para un proyecto público o empresarial megalómano… y cuando llega la recesión, no puede pagar. Al banco le sale a cuenta refinanciar el crédito, porque anotar en sus cuentas la pérdida por impago es demasiado duro, y por lo tanto espera y reza a San Antonio para que mejoren las cosas.

¿Qué ocurre? Que las cosas no mejoran, sino que empeoran. Pero como los tipos son bajos y siguen bajando, al banco le viene mejor, de nuevo, refinanciar. El incentivo perverso de copiar a Japón, en lo malo, y esperar. El país nipón lleva desde 1997 con tipos cero y el riesgo zombi solo aumenta. La bola se va haciendo mayor. La empresa o administración de nuestro ejemplo, ni que decir tiene, no mejora… la bola se hace aún mayor. Y cuando pasan seis años de crisis, con todos aguantando la respiración para ver si el año que viene crecemos, ocurren cuatro cosas:

– El índice de morosidad de la banca se dispara y, además, se disfraza. En España, es del 10,7% a pesar del banco malo (yo Sareb no lo llamo, que me suena a cantante de baladas egipcio). En Europa, también sigue creciendo.

– El balance de la banca y de las empresas zombis mantenidas vivas artificialmente no mejora; de hecho, empeora. Según Eurostat, en España el 40% de las empresas cotizadas tiene demasiada deuda y caja libre negativa. El tercer país de Europa con peor capacidad de repago de deuda.

 

– Como el balance se deteriora y la calidad de la cartera de crédito empeora a medida que crecen esos préstamos zombis, los bancos no pueden prestar a buenas empresas y familias.

– Entonces, para rematar, como los tipos de interés siguen bajando, los bancos buscan un poco de rentabilidad y “seguridad” inundando sus carteras de… deuda soberana, por la que aceptan cada vez menos interés, aunque el riesgo aumente.

Resumiendo, los bancos agrandan el agujero de riesgo, los balances de empresas problemáticas no se limpian, los estados se endeudan más y el riesgo aumenta en el sector financiero. Mientras, siguen sufriendo los empresarios y familias.

Por supuesto, ustedes me dirán que hay que dar tiempo, que no se puede hacer en un día y todas esas cosas. Pero llevamos seis años. Por eso la reforma financiera es tan importante.

 

Todo esto genera el efecto Pescanova, como lo llaman algunos. Cuando salta, es muy dañino. O Los doce del patíbulo (Dirty Dozen), que es como se conoce a esas empresas que están técnicamente quebradas y a las que los bancos mantienen vivas artificialmente, refinanciándolas año tras año, esperando que venga un milagro.

Ese es el incentivo perverso de bajar tipos una y otra vez. Perpetuar el agujero. Por eso bajar del 0,75% al 0,5%, o al 0%, no hace nada.

Bajar tipos perpetúa modelos insolventes porque sale más barato que limpiar los balances

Si no solucionamos el problema de la baja capitalización bancaria, no va a mejorar la economía ni va a fluir el crédito a las familias y a las pymes que no se entregaron a la fiesta del crecimiento por adquisiciones (deuda excesiva).

El Banco de España calcula unos 160.000 millones de créditos “refinanciados” que esconden préstamos de difícil pago, es decir, posible morosidad oculta. Por eso, es muy bienvenida su iniciativa de analizar esos créditos refinanciados.

 

Un problema de toda Europa

Pero ojo, la ampliación de capital de Deutsche Bank de esta semana y la de Commerzbank antes, nos muestra que es un problema a nivel europeo. No solo español. Es la imposibilidad de la banca de mejorar su capitalización de manera orgánica -es decir, a través de su negocio-. Hacen falta ampliaciones de capitales urgentes. Y lo que se ha hecho hasta ahora no es suficiente.

Según JP Morgan y Goldman, la banca europea necesita al menos 34.000 millones de euros en ampliaciones -emitir acciones- para alcanzar un raquítico 9% de capital de calidad (core); 95.000 millones de euros, si incluimos las posiciones en derivados. Por lo tanto, es un problema donde las críticas nacionales no valen. Es una urgencia europea.

Cómo no solucionarlo

No se soluciona introduciendo más relajación de las regulaciones (Basilea III). Ni escondiendo y mirando hacia otro lado con uniones bancarias, para crear un FROB europeo en el que nadie sabe qué es lo que hay en las cuentas. Además, la unión bancaria es un proceso que llevaría a años de negociaciones, burocracia y de análisis, ya que pocos en el sector financiero se fían de lo que tienen los bancos en sus balances. Y mientras tanto, la casa sin barrer y las pymes y familias ahogándose, porque -ojo- la unión bancaria y los rescates que conllevaría el deterioro paulatino, suponen más gasto, impuestos y más presión sobre la economía.

Tampoco se soluciona mirando hacia otro lado y pidiendo que el BCE preste directamente a las empresas. Crea un riesgo sistémico enorme. ¿Para qué tenemos bancos? ¿Para qué hemos gastado centenares de miles de millones en rescatarlos?

Fíjense qué curiosos son los incentivos perversos. Los bancos españoles que no han recibido un duro de rescates son los que están prestando el 70% de los créditos a pymes y familias. Y muchas cajas públicas, rescatadas, no solo no han solucionado su modelo de negocio, sino que casi no prestan. Solo son máquinas de comprar bonos del estado.

Tenemos mucho morro, porque lo que nuestros políticos europeos quieren es que se siga sosteniendo a las entidades quebradas con dinero gratis del BCE -que es deuda que ustedes pagan con impuestos y recortes, nunca lo olviden-, pero que, además, este organismo preste porque esas mismas entidades son incapaces de solucionar su balance.

 

Cómo solucionarlo

Las ampliaciones de capital, la conversión de deuda en capital (debt to equity swaps) son esenciales, y que se hagan rápido, pero de manera ordenada. Hay que evitar otro Chipre y aprovechar esa enorme liquidez -que ha llevado a países como Ruanda a emitir deuda a tipos del 6,8%- para ser más valientes que Deutsche Bank o Santander, los líderes en aprovechar el entorno de apetito de riesgo para recapitalizarse, porque el agujero solo aumenta y el elefante en la habitación del que nadie quiere hablar es la deuda soberana… que los bancos están acumulando aceptando mayores riesgos por menores rentabilidades.

Hay que atraer financiación privada, capital riesgo y desbancarizar. Eso no se consigue manteniendo los sectores zombis ni con fiscalidad represiva.

¿Planes de crecimiento?

No hay que tirar de la chequera sin fondos. No hay mejor plan de estímulo que recapitalizar la banca, con medidas de mercado, y bajar impuestos. Sin coste para el ciudadano y sin deuda para nuestros nietos. Así podremos permitir que crezcan los buenos, no que se premie al endeudado manteniéndolo vivo a costa de los sectores pujantes. ¿Es más cómodo esperar a que escampe y si salta todo que lo pague usted? Claro. Pero no nos lo podemos permitir.

No se preocupen, los tipos volverán a bajar. Pero si no se ataca el problema de los depredadores de liquidez, estados y empresas zombis, nada cambiará. Los incentivos perversos de dar la patada hacia delante son los mismos. Lo gracioso es que ahora les dicen que es por su bien.

Es curioso, cuando Greenspan en EEUU bajaba los tipos al 1% muchos se llevaban las manos a la cabeza llamándole malvado especulador, alertando sobre el riesgo excesivo que se acumulaba en la economía. Y tenían razón. Lo gracioso es que hoy, en aras del crecimiento, se indignan porque no se bajan más los tipos y no se toma aún más riesgo. Eso sí, cuando esto explote, la culpa será, cómo no, de los mercados. Buen fin de semana.

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