Por una vez, y sin que sirva de precedente, no emitiré opinión alguna sobre el programa económico que ha presentado Podemos este jueves. Simplemente, me limitaré a extraer sus principales ejes para que juzguen ustedes mismos y, así, saquen sus propias conclusiones. Por ello, tan sólo les pido que lean atentamente, y hasta el final, los siguientes párrafos y, luego, opinen, si así lo desean.
Para el problema social: NOSOTROS QUEREMOS:
- La promulgación de una ley de Estado que dé a todos los trabajadores una jornada legal de ocho horas de trabajo.
- Salarios mínimos.
- La participación de los representantes de los trabajadores en el funcionamiento técnico de las industrias.
- La administración de las industrias y servicios públicos por las mismas organizaciones proletarias (cuando éstas sean dignas de ello, moral y técnicamente).
- La rápida y completa sistematización de los servicios ferroviarios y todas las compañías del transporte.
- Una modificación necesaria del proyecto de ley de seguridad de invalidez y de jubilación en la que se disminuya el límite de edad propuesto de 65 a 55 años.
Para el problema financiero: NOSOTROS QUEREMOS:
- Un fuerte impuesto extraordinario sobre el capital con carácter progresivo que tenga la forma de una verdadera expropiación de todas las riquezas.
- La confiscación de todos los bienes de las congregaciones religiosas y la abolición de todas las bulas episcopales que constituyen una enorme responsabilidad para la Nación y un privilegio para unos pocos.
Si, llegados a este punto, piensan que el programa que acaban de leer pertenece o, al menos, se asemeja al de Podemos, paren un momento y reflexionen, ya que dicho texto es, en realidad, obra del fascismo italiano que lideró Benito Mussolini y, más concretamente, son las bases fundacionales que recoge el denominado Programa de Sansepolcro.
Continuemos, ahora sí, con las principales medidas económicas que defiende Podemos.
- Intenso intervencionismo estatal en la economía y rígida regulación laboral para proteger a los trabajadores y acabar con el paro.
- Control de precios en productos de primera necesidad para asegurar su aprovisionamiento y, de este modo, paliar las necesidades que atraviesa la población con menores recursos.
- Un plan de estímulos para apoyar las "industrias de interés de nacional".
- Aranceles a las importaciones.
- Control férreo sobre la inversión extranjera en sectores "estratégicos".
- Creación de un nuevo organismo público para financiar la reindustrialización de España.
- Aumentar el gasto público y subir impuestos, cayendo, si es necesario, en fuertes déficits públicos para impulsar el PIB y crear empleo.
- Financiación del déficit mediante compras directas del banco central […]
Una vez más, si no han detectado nada extraño en este tipo de propuestas, fuertemente estatistas, deténganse de nuevo porque, en realidad, pertenecen al período económico más negro del franquismo, el régimen autárquico que imperó en España desde el fin de la Guerra Civil hasta bien entrados los años 50.
Muchos de ustedes pensarán que estas medidas, defendidas también por Podemos, son irrealizables dentro de la UE y el euro, pero lo cierto es que, tal y como proclaman sus principales líderes, el partido de Iglesias apuesta, en última instancia, por abandonar la Unión Monetaria, recuperando así la "soberanía" perdida para llevar a cabo su particular plan.
Quizá por esta razón Podemos ha obtenido también la simpatía y apoyo del líder falangista Ricardo Sáenz de Ynestrillas, quien ha comparado el discurso de Pablo Iglesias con la "genuina Falange de José Antonio [Primo de Rivera]", argumentando que es el mismo discurso, pero "dulcificado".
Los extremos se tocan y, en este caso, es evidente que el recalcitrante y liberticida anticapitalismo que profesan los líderes de Podemos y Falange –vean sino este vídeo– no es más que un nuevo reflejo del totalitarismo que asoló medio planeta el pasado siglo. Comunistas y nazis convergen, una vez más, en su plan para anular cualquier atisbo de libertad y humanidad. Iglesias e Ynestrillas son dos caras de la misma moneda, al igual que en su día lo fueron Hitler y el Che.
Y para todos aquellos ilusos y descreídos que sigan negando la evidencia, amparándose en los mensajes buenistas de Podemos y en el calculado distanciamiento de su naturaleza bolivariana, tan sólo advertir que no es la primera vez ni será la última que un aspirante a dictador miente para alcanzar el poder.
Mateo 7:15
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.