¿No le suena algo similar hace poco? Ocurrió a finales de julio, también en Cataluña. Entonces, otro político socialista culpó a un empresario, Manuel Pizarro, entonces presidente de Endesa, del apagón de Barcelona.
En líneas generales, cuando las empresas se dedican a llevar a cabo acciones terroristas, como parece ser que según los socialistas hacen Villar Mir y Manuel Pizarro, desaparecen del mercado. No hace falta ser un genio para deducir algo así. Si bancos y grandes fondos, que se estudian al milímetro las empresas en las que invierten, apuestan por acciones como OHL, que está teniendo un buen comportamiento en bolsa, es porque sus altos directivos no anteponen sus guerras particulares a los intereses de los accionistas, clientes finales, ni, en definitiva, al de la empresa. Evidentemente, la acusación de la ministra es ridícula y moralmente bastante sucia.
Pero OHL y Endesa no son los únicos chivos expiatorios de la mala gestión del Gobierno. Todos los políticos le usan a usted cada día como excusa para esconder su incompetencia. Si la ley antitabaco no acaba de funcionar como la los burócratas pensaron, se debe a que los locales donde se permite fumar y sus clientes son unos incívicos y unos enfermos (aunque, gracias a ello, el Gobierno ingresa miles de millones de euros).
Si hay una elevadísima economía sumergida debido a la enorme confiscación fiscal, el Gobierno le dirá que usted es un insolidario y que los impuestos actuales son los "justos". A propósito, el Gobierno también olvida que la solidaridad es voluntaria y que cuando se impone por medio de la fuerza se convierte en esclavitud y extorsión.
Si usted no deja que el Gobierno adoctrine a su hijo con sus jurásicos programas rescatados de los años 70, es que es un antisocial y un crispador por no seguir el pensamiento único socialista.
Si los accidentes de tráfico aumentan y el carné por puntos queda en evidencia, no se debe a que sea una ley estúpida y puramente recaudatoria, sino a que usted es un peligro público y un criminal al volante. Cuando diversas organizaciones piden al Gobierno que lo primero que habría que hacer para disminuir los accidentes sería arreglar las carreteras, el burócrata no hace ni caso y sigue culpando a la sociedad de sus errores y responsabilidades.
¿Es que todo el mundo es responsable de los males del país menos los burócratas? Más bien es al revés, y es que las irresponsabilidades en política no se pagan o, más bien, las pagamos quienes no las cometemos.