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El gran develador

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El dinero-oro es uno de esos mecanismos con que cuenta la sociedad para defenderse. Y ha sido siempre objeto de manipulación por parte de príncipes, tiranos y gobiernos. Finalmente, gracias a la labor coordinada de los bancos centrales se ha logrado desvincular en gran medida la moneda del oro. Pero nunca del todo.

De hecho el oro es el gran develador; es el niño del cuento que señala al Rey y dice que está en bolas. Cuando el envilecimiento de la moneda es notorio, cuando la gente ya no se deja engañar, el oro reaparece. Y cuando se levanta es siempre para anunciar una crisis. En 1980 rozó los 860 dólares, unos 2.000 de los de hoy. Lleva más de un año rondando los 700, pero las ventas de oro de los bancos centrales impiden, sólo temporalmente, que se rompa esa barrera. El oro vuelve a hacer de chivato y los bancos centrales lo acallan. Pero sólo compran tiempo, a cambio de vaciar sus reservas.

¿Será esta la razón por la que el Banco de España ha lanzado al mercado nada menos que el 26 por ciento de sus reservas en tres meses? Los bancos europeos tienen un acuerdo desde 1999 por el que, en conjunto, pueden vender hasta una cierta cantidad de oro. ¿Está el Banco de España cumpliendo su parte? Lo único que tenemos son las palabras del ministro de Economía, Pedro Solbes, diciendo que "el oro no es ya rentable". ¿Ni aunque pase de 700 a 2.000 dólares, como en 1980?

Pero ya hay quien escucha al oro y se está protegiendo para lo que pueda venir. Por el momento tenemos a la Reserva Federal moderando sus ventas y al Banco Central de Rusia comprando toda la producción nacional de oro, y es el quinto productor mundial. Hay reyes que están volviendo a vestirse.

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