El pico de Hubbert se llama al máximo de la curva de la producción mundial que, se dice, tendrá que llegar algún día. Si hubo una producción cero de petróleo y acabaremos consumiéndolo todo, entre medias habrá un punto máximo. No parece un gran hallazgo, pero se oye hablar de él como si fuera un asunto de la máxima importancia.
Es posible que haya en algún momento un máximo, pero ¿es porque se acaba el petróleo sin remisión, como ya se viene diciendo desde los 20’? No parece el caso. El yacimiento de Alberta no ha sido explotado y se calcula que es tres veces el de Arabia Saudita. El petróleo sintético, destilado a partir de alquitrán mineral, podría surtirnos de petróleo, a los actuales niveles de consumo, durante 5.000 años.
El problema es que es caro. Pero con los actuales precios del barril, ese problema comienza a no serlo. El Cambridge Energy Research Associates considera que el famoso pico, si se tienen en cuenta los petróleos sintéticos, se podría alcanzar una producción de 112.000 millones de barriles diarios, por encima de los en torno a 85.000 que se producen actualmente.
Luego la subida de precios no tiene que ver con una caída de la producción. Tiene más relación con que las compañías petrolíferas han desmantelado gran parte de su capacidad productiva durante los años 80 y 90 por los bajos precios de entonces, y le está costando adaptarse a la nueva situación, con una demanda creciente y dos naciones de dimensiones continentales, India y China, que crecen a ritmos espectaculares. Además, los nuevos yacimientos se encuentran en lugares más inaccesibles. Todo ello hace que la oferta real no siga el ritmo a que aumenta la demanda. Pero ello no quiere decir que no lo haga nunca.
El famoso pico del petróleo podría llegar, pero acaso tenga más que ver con la demanda que con la oferta. Con la demanda, porque toda la campaña política contra los hidrocarburos acabará teniendo efecto.