El auge de los partidos populistas, defensores de impagar la deuda e incluso abandonar el euro como solución a la crisis, no es un fenómeno exclusivo de España, tras la fuerte irrupción de Podemos en el mapa político, sino que también se extiende a Grecia e Italia, afectando así a buena parte del sur de Europa.
Las últimas encuestas electorales muestran que este tipo de formaciones lideran la intención de voto en Grecia, con los comunistas de Syriza a la cabeza, en España con Podemos, y se sitúan como segunda fuerza en Italia a través del Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, tal y como recoge el siguiente gráfico.
Este crecimiento constituye un nuevo factor de riesgo para la estabilidad económica de Europa y la propia supervivencia del euro, ya que estos tres partidos abogan por decretar la suspensión de pagos y, en última instancia, salir del euro. El mercado, por el momento, no ha descontado dicha posibilidad y mantiene la calma gracias a las promesas que sigue lanzando el Banco Central Europeo (BCE) de que intervendrá comprando deuda pública en caso necesario.
Sin embargo, el ascenso al poder de alguno de estos partidos bien podría desatar una nueva e impredecible crisis en el seno de la Unión Monetaria, puesto que defienden abiertamente impagar la deuda y abandonar la política de ajustes y reformas estructurales que recomienda Bruselas, con lo que, una de dos, o bien estos estados reciben más dinero de las autoridades comunitarias para financiar su gasto público -con el consiguiente enfado de los contribuyentes del norte- o bien abandonan el euro para recuperar su autonomía monetaria. En cualquiera de los dos casos, la tormenta financiera está asegurada.
De hecho, los inversores ya han dado un primer toque de atención debido a la creciente incertidumbre política que vive Grecia. Las turbulencias financieras regresaron brevemente el pasado octubre como consecuencia de la debilidad económica que registra la zona euro y, sobre todo, el riesgo de que se adelanten las elecciones generales en Grecia y Syriza se haga con el control del país. Su líder, Alexis Tsipras, aliado político de Pablo Iglesias, lidera las encuestas electorales con la promesa de acabar con las medidas de austeridad, nacionalizar la banca y suspender el pago de la deuda.
Mientras, en el caso de España, el brutal ascenso que ha obtenido Podemos en los últimos meses ha empezado a recabar la atención de las principales firmas de análisis, advirtiendo a los inversores del desastre económico que supondría la victoria electoral del partido de Iglesias o la preocupante fragmentación e inestabilidad política que, en todo caso, arrojarán las urnas el próximo año.
El caso de Italia también es paradigmático. Aunque el Movimiento 5 Estrellas no lidera las encuestas de intención de voto, se mantiene como la segunda fuerza del país y, además, acaba de lanzar una campaña de recogida de firmas entre la población para discutir en el Parlamento la celebración de un referéndum vinculante sobre la permanencia o no de Italia en el euro. Su líder, Beppe Grillo, afirma que "vamos a dejar el euro y a derribar este sistema de banqueros, de escoria". Y añade que "estamos en guerra con el Banco Central Europeo, que nos ha despojado de nuestra soberanía".
La cuestión es que dicha iniciativa podría triunfar, ya que, según las últimas encuestas, el 44% de los italianos quiere recuperar su antigua moneda, la lira, mientras que apenas el 45% apuesta por mantener el euro. Podemos defiende una línea muy similar para España, aunque sus líderes no lo defiendan de forma explícita para no asustar a los votantes. El partido de Pablo Iglesias apuesta, igualmente, por impagar la deuda y, en última instancia, salir del euro, tal y como avanzó Libre Mercado.
Por último, los analistas de Bloomberg señalan que, en un entorno económico deprimido como el actual y elevadas tasas de paro, el creciente apoyo electoral que están cosechando los populistas en Grecia, España e Italia podría acabar tentando a los partidos tradicionales a adoptar alguno de sus grandes emblemas, como, por ejemplo, el impago de la deuda soberana, desatando con ello una nueva crisis financiera. No en vano, estos tres estados acumulan una deuda pública próxima a 3,5 billones de euros.
La deuda del Estado español roza el 100% del PIB, la de Italia supera el 130% y la de Grecia el 175%; sus tasas de paro son las más elevadas de Europa: 26% en el caso de Grecia, 24% en España y 12,6% en Italia; además, tras siete años de crisis, ninguno de los tres ha logrado superar sus problemas económicos: el PIB de Grecia es hoy un 25% inferior al nivel registrado antes del estallido de la crisis, un 9% menos en el caso de Italia y un 5% inferior en España.
Esta agonía económica, sumada a los escándalos de corrupción, han terminado por impacientar a muchos votantes que, ahora, ven en este tipo de formaciones una posible solución a los problemas del país, dado el absoluto descrédito que atraviesan los partidos tradicionales.
Los datos, sin embargo, demuestran que ninguno de estos tres países han implementando un profundo y serio programa de recortes de gasto y reformas económicas, a diferencia de otras economías europeas que, gracias precisamente a este amarga receta, no sólo han logrado dejar atrás la crisis, sino que lideran el crecimiento y la creación de empleo en la UE.