"… (es) un buen ejemplo de para qué sirven los impuestos que pagan los ciudadanos, invertidos inteligentemente y que revierten en la sociedad, en el futuro, en la calidad de vida". La cosa en cuestión ha costado más de 200 millones de euros desde 2003, y hasta 2022 el gasto ascenderá a los 400.
Si usted leyera en la portada de este periódico que países como Burundi o Mozambique, que tienen un nivel de pobreza del 68% y 70% respectivamente, han montado el mayor acelerador de partículas de África, ¿qué pensaría de ellos? Bueno, que son países donde sus políticos viven totalmente despreocupados de la población, no les importa en absoluto el nivel de vida de sus ciudadanos y que tiranos así tendrían que estar en la cárcel.
España cuenta ahora mismo con 4,1 millones de desempleados, sin maquillar las cifras. El informe Avance del Mercado Laboral refleja que el presente mes puede acabar con una tasa de desempleo oficial del 20%. Somos el único país de la UE que aún está en recesión.
El miércoles, la compañía de rating Fitch rebajó la calificación de Portugal poniéndola en perspectiva negativa. El Ibex bajó más del 1% debido al miedo de los inversores a que a España sea el siguiente objetivo de las empresas de rating. ¿Se ha dado cuenta el Gobierno de cómo está el país y de cómo pueden sufrir sus ciudadanos? No están entrando inversores en el país, se están yendo.
¿Cree Zapatero que una cosa que no da ningún beneficio como el sincrotrón (y que por eso mismo lo paga el Gobierno) nos "abre una buena ventana al futuro", es dinero "invertido inteligentemente" y aumenta "la calidad de vida" del ciudadano español? ¿Qué pensarán en Europa de barbaridades como esta? Pues lo mismo que haríamos nosotros si Zapatero presidiera Burundi o Mozambique. Lo único que se le puede ocurrir a un inversor alemán, francés, inglés o americano es que los políticos de aquí viven en una república bananera. Que España es un país tercermundista por ser incapaz de adecuar la política a la realidad.
Los políticos siempre tienen sus propios intereses que no tienen nada que ver con los de la población. El dinero que va al Estado es el usurpado al ciudadano. No hay más.
En este diario se ha planteado un debate sobre la subida del IVA. Hay analistas favorables y en contra. Piense como ciudadano en lugar de ponerse el gorro de gran analista y estadista. ¿Quiere que su dinero se tire en cosas así? ¿De verdad piensa que el sincrotrón es sólo una anécdota curiosa del Gobierno? Pues tiene muchos más ejemplos: consulte esta nota que escribí en mi blog, Déjate robar insolidario. El despilfarro del Gobierno es inimaginable. Ningún ciudadano, analista ni gran economista tiene capacidad alguna en decidir o influir en qué cosas inteligentes se ha de gastar el dinero el Gobierno. Eso es trabajo del libre mercado. De las necesidades de las personas y las empresas. El Estado sólo gasta el dinero en comprar votos y favorecer a sus lobbies. En las decisiones políticas no hay sentido común, ni responsabilidad, ni sensatez.
El Gobierno es como un cáncer. La única forma de limitar su daño es extirparlo con un duro tratamiento para el paciente. Es doloroso, deja secuelas temporales, pero nos garantiza acabar con el problema del todo. Curar un cáncer con paños calientes y aspirinas no es pragmático, sino un gran error.
Subir los impuestos, cualquiera de ellos, no es negociable. De igual forma que no lo es que nadie nos robe por el bien de todos o por nuestro bien. Porque los impuestos siempre son eso, un robo a la propiedad. Sólo hay una solución a la crisis de España. Menos poder para los poderosos. Una menor área de influencia del Estado. Tal vez parezca difícil conseguirlo, pero pensar que subir impuestos va a repercutir en el bienestar del ciudadano y nuestros hijos, es una auténtica irresponsabilidad cívica por más responsable que sea políticamente.
Jorge Valín es miembro del Instituto Juan de Mariana