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Get on your knees

Publicado en Libertad Digital

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Tenía –y supongo que sigue teniendo– una buena voz y entre otras cosas produjo los primeros discos de Leño, que para un admirador del Rosendo es un gran plus. Pero es que tantos años de llamarnos "pendejos electrónicos" y denunciar a cualquiera que dijera una palabra más alta que la otra al referirse a la SGAE y sus directivos han hecho su mella.

Así, tras años de leer noticias de cómo la SGAE cobra hasta por representar Fuenteovejuna en Fuenteovejuna vemos ahora a buena parte de su cúpula acusada de robar por la Audiencia Nacional. Julio Alonso, a buen seguro, apreciará la ironía. Condenado porque algunos comentaristas de su blog insultaron a la SGAE, presentó un recurso, otro más, justo el mismo día en que la Guardia Civil registraba sedes y domicilios particulares de quienes lo denunciaron.

Desde 1993, la recaudación de la SGAE se multiplicó por tres. Sin embargo, el dinero que no se repartía por no haberse localizado a su autor lo hizo por 12,5. Pasados cinco años, si se sigue sin identificar a quien debería percibir esos derechos, el dinero pasa a engrosar las arcas de la SGAE. Y con ese dinero se montaron proyectos elefantiásicos como Arteria y se pagó a SDAE y Microgénesis. Y mientras que la Sociedad General de Autores y Editores no puede tener ánimo de lucro, estas compañías en las que también trabajaba parte de la directiva de la SGAE sí que tuvieron todo el ánimo de lucro del mundo. Huele un poco mal, ¿verdad? Veremos qué peste echa después de que el juez Ruz le eche un vistazo.

Lo mínimo que podría hacer la SGAE, pocos días después de unas elecciones en las que la oposición logró el 43% de los votos pero ningún representante en la junta, es prescindir de los implicados. Tratándose de la agencia tributaria de los derechos de autor, un estatus concedido por los políticos, el estándar de responsabilidad debería ser el mismo que exigimos a éstos, por más que no hayamos tenido mucha suerte últimamente con Chaves, Camps y compañía. Si te meten en el calabozo y sales en libertad con cargos por haber robado a la entidad que diriges, lo mínimo es apartarte mientras se dirime el caso. Si un auto judicial pone en sospecha el proceso electoral por el que has sido elegido pocos días después de ganarlo, lo mínimo sería celebrar elecciones de nuevo con las garantías que antes incumpliste.

Pero no. La junta directiva de la SGAE ha decidido que se va a investigar a sí misma. Será gobernada por una junta rectora presidida por alguien independiente y de prestigio… y ambos serán seleccionados de forma sumamente imparcial por la junta directiva de la SGAE. Y se supone que nos tenemos que fiar del trabajo fino que Víctor Manuel y Caco Senante van a hacer para limpiar la institución, con el amigo Teddy, que se va pero no se va, mirando por encima del hombro.

¿Se puede hacer más el ridículo y tomar más por tontos a los españoles? Seguro. Lo veremos en los próximos días. Mientras tanto, seremos elegantes y concederemos a Teddy la presunción de inocencia que niegan a los millones de españoles que apoquinamos el canon.

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