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Hambre y empresas

Publicado en Libertad Digital

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La gran repercusión que han otorgado los círculos económicos progresistas a los estudios de Thomas Piketty ha puesto la"desigualdad de ingresos" en el centro del debate público estadounidense.

Sin embargo, muchas reflexiones del profesor galo y sus seguidores tienden a ignorar un factor esencial para explicar el dinamismo que caracteriza al mercado. Hablamos de la movilidad social, es decir, de los procesos dinámicos que cambian de forma continua la composición de la riqueza nacional.

¿A qué conclusiones llegamos cuando consideramos estos aspectos? Por ejemplo, consultando los estudios de Mark Rank y Thomas Hirschl, vemos que el 73% de los estadounidenses han estado entre el 20% más rico del país durante al menos un año de sus vidas. Un 56% ha llegado a figurar entre el 10% más acaudalado, mientras que el 39% ha llegado a ocupar un puesto entre el 5% más afortunado.

Llegar al 1% más rico tampoco resulta del todo inaccesible, ya que el 12% de los estadounidenses han entrado en este nivel de ingresos durante al menos un año de sus vidas. El reto, claro está, radica en permanecer en este segmento de ingresos: la movilidad social es tan alta que solamente el 0,6% de los estadounidenses acumula una década entre el 1% más rico.

Como ha explicado Mark Rank en las páginas del New York Times, "la evidencia empírica muestra que los estadounidenses se mueven hacia arriba y hacia abajo en la escalera de ingresos. Estos datos ponen claramente en duda la noción según la cual Estados Unidos presenta una estructura de ingresos rígida e inmutable".

El estudio antes mencionado, elaborado por el propio Rank y por Thomas Hirschl, siguió a estadounidenses de entre 25 y 60 años durante un periodo de casi medio siglo. A través de 44 años de datos, ambos profesores comprobaron que las tesis de economistas como Piketty subestiman el gran dinamismo de la economía de mercado.

En este sentido, ambos profesores subrayan que "la imagen de un 1% rico que permanece de forma estática en una posición privilegiada es claramente incorrecta. En vez de hablar del 1% y del 99% como si se tratase de realidades fijas, tiene más sentido explicar este tipo de datos".

El prestigioso economista Thomas Sowell ya trató esta cuestión hace años explicando que "los alarmistas de la desigualdad no hablan de gente de carne y hueso, sino de categorías abstractas como el 10% más rico o el 10% más pobre. Siempre habrá estas diferencias, salvo que todas las personas tuviesen el mismo nivel de ingresos. No obstante, estos grupos no contienen a la misma gente durante el paso del tiempo: detrás de las estadísticas sobre desigualdad están las realidades de personas que se enriquecen o se empobrecen, en un marco de continuos cambios y evoluciones".

Los datos de Mark Rank y Thomas Hirschl confirman la tesis de Sowell, pero no estamos ante un estudio aislado. Por ejemplo, acaba de publicarse otro interesante informe centrado en analizar la "movilidad social" en Estados Unidos. Lo firma el equipo del prestigioso economista de Harvard Raj Chetty las conclusiones son significativas.

De acuerdo con el documento, "hoy existen las mismas posibilidades de movilidad social que en los años 70. No es cierto que un joven que llega ahora al mercado de trabajo lo tenga más difícil para llegar a disfrutar de un nivel de ingresos superior al de su familia".

Según los autores del informe, la ratio de "movilidad social" se ha mantenido "extremadamente estable. La probabilidad de que un niño nacido en el último quintil de ingresos llegue a formar parte del 20% más rico del país es del 9% para los nacidos en 1986 frente al 8,4% que registraban quienes llegaron al mundo en 1971. De hecho, si algo ocurre es una ligera mejora de la "movilidad social en EEUU".

Pero hay más. Informes del Massachusetts Institute of Technology explicaron en 2009 que, de hecho, las tasas de movilidad registradas en los años 70 eran muy similares a las de las décadas de 1950 y 1960. Estos hallazgos fueron confirmados a finales de 2013 por los trabajos de Markus Jäntti y Stephen P. Jenkin. Por tanto, la tendencia a largo plazo que sugieren estos estudios es que apenas se han dado cambios entre 1950 y la actualidad, por lo que la movilidad social sigue siendo elevada y significativa, refutando a diario las tesis de economistas como Thomas Piketty.

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