El ataque de la izquierda a Isabel Díaz Ayuso no es casual, y en él la cuestión fiscal es probablemente la más importante, porque los así llamados ‘progresistas’ necesitan colocar un discurso sobre los impuestos que choca frontalmente con el PP en Madrid. Como no pueden negar que la presión fiscal en la autonomía es relativamente inferior a las demás, arremeten con un clásico del socialismo, a saber: si hay alegría, nunca es para el pueblo.
La profesora y periodista Milagros Pérez Oliva publicó en El País un artículo en esa línea: no decía que no era posible bajar los impuestos, sino que esa medida solo beneficiaba a unos pocos, aumentaba la desigualdad y (lo más importante políticamente para la izquierda) perjudicaba a la clase media, es decir, al grueso de la población.
Para ello nunca faltan las estadísticas sobre la desigualdad, que suelen ser cuestionables, entre otras razones porque ignoran que la desigualdad puede aumentar mientras que la pobreza disminuye.
Pero la señora Pérez Oliva no analiza la desigualdad. La da por descontada y, además, la convierte en el centro de su argumento:
Efectivamente, si Madrid hace rebajas fiscales, puede atraer dinero de toda España, pero no es nada seguro que la inmensa mayoría de los madrileños vaya a vivir mejor, porque lo que cuenta, al final, es cómo se distribuye la riqueza que se crea.
Es un argumento más que dudoso, porque la evidencia empírica sugiere que los países o regiones que atraen dinero de fuera suelen ser países o regiones ricas, y no escandalosamente desiguales. Si el gasto y la inversión de los extranjeros se dirige hacia Canadá o España más que hacia Venezuela o Argentina, es difícil sostener que esto solo beneficia a una minoría de canadienses o españoles.
El análisis de doña Milagros exhibe su flanco más débil allí donde ella pone el mayor énfasis. Dice que “lo que cuenta” es la distribución y no la creación de la riqueza, lo que es pura ideología supuestamente progresista. Todo indica que lo que cuenta para la gente es poder prosperar y crear riqueza, y no que el poder se la arrebate.
Por fin, la profesora Pérez Oliva podrá reivindicar la economía a propósito de Díaz Ayuso, recordando la idea de las consecuencias no previstas ni deseadas, si las incursiones punitivas de la izquierda contra la presidenta madrileña acaban por fortalecerla.