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¿La culpa no era de Bush?

Publicado en Libertad Digital

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 Ya hoy han empezado a clamar, algo más bajito, las mismas voces indignadas que protestaron contra la desregulación del mercado energético norteamericano tras el apagón. ¡La culpa es de la liberalización! ¡Hay que acabar con estos pérfidos políticos vendidos al capital que ponen la energía en manos de avariciosos especuladores capitalistas!

Y si en el caso useño olvidaron las consecuencias de la regulación sobre la matemática de las redes eléctricas, en éste han preferido pasar de largo por el problema de generación italiano. Un problema causado por el fanatismo verde que nos asola y que en Italia se concretó especialmente en la prohibición de la energía nuclear, puesta en vigor tras aprobarse en tres referéndum realizados un año después de Chernobil. Por ello, padece un gran déficit de generación, que le obliga a importar la electricidad a sus vecinos.

Ya durante junio padecieron varios apagones menores, a los que el gobierno reaccionó anunciando la construcción de nuevas plantas y la relajación de las regulaciones medioambientales, extraordinariamente amplias y a veces contradictorias entre sí, para aumentar la generación entre tanto. Legambiente, el grupo ecologista más importante del país, se ha negado en redondo, alegando que es una política "miope" que no tiene en cuenta el calentamiento global. Por supuesto, el examen de conciencia por haber promovido durante toda la década de los ochenta la prohibición de la energía nuclear queda para otro día, pues ya se sabe que ellos no pueden equivocarse. La alternativa propuesta son las energías renovables, que tras fuertes subvenciones no llegan ni al 2% del total consumido por los italianos.

Si hay alguien a quien jamás hay que escuchar cuando se habla de energía, es a los grupos ecologistas. Esta gente nos quiere de vuelta a las cavernas. Por eso se opone a cualquier tipo de energía, incluyendo la de fusión, que nos permita mejorar nuestro nivel de vida y apoya lo que no produce más que un leve chisporroteo.

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