Segunda ronda de la reforma laboral, cambios en el sistema tributario, revisión de las grandes partidas de gasto y control de las administraciones públicas. Esta es el conjunto de reformas que este martes los ministros de Economía de la UE (el grupo conocido como Ecofin) le han hecho a España.
Es muy probable que a muchos españoles la lista les recuerde a algo. En los últimos años han podido leer esta misma receta una y otra vez. La OCDE, el FMI, la troika, la Comisión Europea… Todos los organismos internacionales que han realizado informes sobre la economía española han repetido casi de corrido la misma cantinela.
Pues bien, han pasado seis años del comienzo de la crisis, tres años y medio desde el momento crítico de mayo de 2010, dos años de la llegada de Mariano Rajoy y un año y medio desde el rescate de las cajas españolas con dinero europeo. Sin embargo, los deberes siguen sin completarse. En algunos aspectos se han aprobado cambios parciales, que ahora Bruselas exige que se completen. En otros, prácticamente no se ha hecho nada. La buena noticia, para el Gobierno, es que no parece haber impaciencia en las capitales europeas, al menos por el momento…
En el comunicado de esta semana, el Ecofin recuerda que muchas de las recomendaciones de la UE sólo se han visto "parcialmente respaldadas por medidas concretas". En muchos casos las reformas todavía están pendientes de ser adoptadas o plenamente aplicadas, y su rápida y plena aplicación son claves para el éxito". Por eso advierte, otra vez, que "la Comisión y el Consejo vigilarán la ejecución de las reformas". Claro, que esto ya lo han dicho varias veces con anterioridad, sin que la falta de avances haya implicado ningún tipo de sanción concreta.
Las cuatro claves
Con el saneamiento del sector financiero en marcha y las cuentas públicas más o menos controladas, lo que queda por delante son las reformas. Ésas de las que tanto se habla, especialmente desde la llegada de Rajoy a La Moncloa, pero que parece que nunca llegan (o que cuando lo hacen se quedan a mitad de camino). En este sentido, las peticiones de Bruselas vuelven a la carga en las cuatro grandes cuestiones pendientes de la economía española:
– Mercado laboral: fue una de las primeras reformas que puso en marcha este Gobierno, nada más llegar a Moncloa. En febrero de 2012 ya estaba en marcha (aunque luego hubo modificaciones a lo largo del trámite parlamentario) y Fátima Báñez ha destacado sus buenos resultados en materia de flexibilidad interna y contención del número de despidos.
Sin embargo, no es suficiente en lo que hace referencia a las políticas activas de empleo y dualidad. Por eso, ahora se habla de la "segunda ronda" de la reforma laboral. En teoría, debería ir dirigida a concentrar las modalidades de contratación. De los 41 tipos de contratos existentes en la actualidad (según las cuentas de la propia Báñez) a 4-5 grandes formatos. El Gobierno ha hablado de "unificar", pero en realidad no se refiere a quitar formas de contratación, sino a unificar formularios. Sería un cambio cosmético, con poquísimas consecuencias prácticas. ¿Será suficiente para contentar a Bruselas?
Pero es que además el Ecofin no sólo pide este cambio. También se fijan en las "políticas activas de empleo". Los famosos cursillos del paro, tan de moda últimamente, y la forma en la que se incentiva a los desempleados para que busquen trabajo están en el punto de mira de Bruselas. Desde hace años, ésta es otra de las grandes asignaturas pendientes, pero hasta ahora nadie se ha atrevido a meterle mano.
– Reforma fiscal: se supone que está en marcha, pero hasta 2014 no habrá nada definitivo. Y cada vez que hay novedades se habla de que se retrasará su aplicación a 2015 y 2016. Tampoco está claro que cuando se conozca su contenido definitivo se parezca a lo que pide Bruselas. Tendrá que ser compatible con cuadrar el objetivo de déficit. La idea (también repetida hasta la extenuación) es que se simplifiquen los tributos y se acabe con la mezcla de tipos muy elevados con muchas excepciones (deducciones, reducciones, exenciones,…). El Gobierno lo deja todo al grupo de expertos encargados de la reforma. En teoría debería seguir el camino marcado por Bruselas.
– Reforma de la administración y recortes de gasto: se supone que el Gobierno está en ello, eliminando organismos, recortando aquí y allá, eliminando duplicidades, ahorrando allí donde se puede… Mariano Rajoy aseguraba este lunes, en la entrevista que concedía al diario El País, que el principal problema de España ahora mismo era de ingresos, que no se podía hacer mucho más por el lado del gasto. Pero el Ecofin no parece muy de acuerdo y alerta que sigue pendiente "una revisión sistemática de las grandes partidas de gasto para mejorar la eficacia" del sector público.
– Ley de estabilidad presupuestaria: otro de los grandes logros teóricos del Gobierno que el Ecofin denuncia que se puede estar quedando a mitad de camino. Por eso, pide que se "refuerce" su cumplimiento, con medidas como la publicación en plazo de los informes trimestrarles de las comunidades y la aclaración de en qué momento se activarán las sanciones contra las que incumplan. Vamos, que le están diciendo a Montoro que puede que el texto de la Ley esté muy bien, pero que de nada servirá si no se aplica. Otra denuncia habitual: muchas de las medidas aprobadas no se están aprovechando por falta de interés político. También aquí habrá que ver la respuesta desde Moncloa. Y si Bruselas aguantará mucho más sólo con buenas palabras.