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Las apresuradas decisiones de la FED

Publicado en Libertad Digital

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La historia empezó el día anterior a la gran medida de la FED, el martes. A las 20:15, hora española, la FED tenía que pronunciarse sobre qué hacía con los tipos de interés. El mercado bursátil se esperaba un recorte de 25 puntos básicos en el tipo federal (el que comúnmente conocemos como tipo de interés oficial) y de 50 puntos básicos en el descuento (el que usa la FED con los bancos comerciales). La FED cumplió la primera parte, pero se quedó corta en la segunda, rebajó el tipo de descuento en 25 y no 50 puntos básicos. Los hombres de negocios de Wall Street han aprendido algo en este último año: eres un lobby con mucha más fuerza de la que crees, así que patalea y conseguirás lo que quieres. Dicho y hecho. El Dow Jones cayó en el primer minuto tras conocer la noticia 10 puntos, en el segundo ya eran 100, en los cinco siguientes sumó otros 100 y siguió bajando 100 puntos más hasta el cierre.

Al día siguiente salió el rumor de que la FED se había asustado por las reacciones del mercado y se planteaba hacer algo para apaciguarlo. ¿Realmente tiene algún sentido tomar alguna medida como volver a bajar el tipo de descuento por una rabieta de la bolsa? La decisión de Ben "Helicóptero" Bernanke fue peor que una bajada de urgencia del tipo de descuento. Coordinó apresuradamente a otros bancos centrales para hacer un plan de intervención durante lo que queda de año y parte del siguiente. Las últimas actuaciones de la FED, como las inyecciones de liquidez, no han servido de nada, ni tampoco parece que este plan vaya a cosechar mayores éxitos. Pero parémonos un rato: ¿qué tiene que ver la bolsa con el dolido sector crediticio? En realidad, poco. El único sector relacionado con el mundo del crédito es el propio sector del crédito y la bolsa no es su termómetro. Ésta se mueve por perspectivas macroeconómicas –ahora difusas, aunque en muchas ocasiones tampoco coinciden–, por su competencia –los tipos de interés– y por los beneficios empresariales, en los que la FED no puede intervenir. Si el sector del automóvil va mal, por más que la FED baje tipos no logrará que se vendan más coches norteamericanos.

¿Y por qué la FED sólo reacciona ante violentos movimientos de las bolsas y no, por ejemplo, por el continuo derrumbe que ha tenido el dólar estos meses, que sería más lógico? Este año 2008 es época de elecciones en Estados Unidos y los estadounidenses son muy sensibles a los movimientos de las bolsas porque tienen una cultura financiera mucho más desarrollada que la nuestra. Si la bolsa baja, el elector se disgustará, con razón o sin ella, con el Gobierno. Bernanke fue elegido por Bush y su séquito. En definitiva, el presidente de la FED hará todo lo posible para que la bolsa empiece el año subiendo y se mantenga así hasta las elecciones. De hecho, estadísticamente, en las épocas de elecciones la bolsa norteamericana casi siempre tiene fuertes subidas. No es casualidad.

Bernanke ha montado este número para salvarse a él mismo. La economía americana no entrará en recesión por bajar o no un cuartillo (25 puntos básicos) en un índice tan poco común como el de descuento. La situación de ahora no es diferente a la de hace una semana. ¿Por qué la FED no dijo nada entonces y ahora se lanza de cuernos dentro del mercado? Porque durante la semana pasada el Dow Jones subía y ahora ha bajado con mucha fuerza, especialmente el martes.

La economía mundial ahora mismo la está dirigiendo un funcionario apodado "helicóptero" que está en la otra parte del mundo y es capaz de remover todos los mercados para salvar su puesto. Mientras que Estados Unidos se muestra considerablemente liberal con temas como el del empleo, y les va mucho mejor que a nosotros, está por otra parte acentuando acciones terriblemente proteccionistas y oscuras en el mundo financiero, como por ejemplo ocultar las mediciones del agregado M3 o involucrarse cada vez más en los mercados desde hace ya varios años. Uno de los principios del liberalismo es que la producción esté en manos privadas y no en las de unos oligarcas políticos, y el dinero no es una excepción a esta regla.

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