Hace cinco años el gobierno de Canadá introdujo un nuevo mecanismo fiscal enfocado a incentivar el ahorro familiar. La iniciativa recibe el nombre de TFSA, acrónimo de Tax Free Savings Accounts, que podríamos traducir como Cuentas de Ahorro Libres de Impuestos.
En apenas cinco años, las TFSA han seducido ya al 48% de los contribuyentes canadienses. A finales de 2013, los ciudadanos del país norteamericano ya habían confiado 109.000 millones de dólares de sus ahorros a este tipo de cuentas de ahorro. Esta cifra ronda el 6% del PIB, teniendo en cuenta que el tamaño de la economía canadiense está cerca de 1,8 billones de dólares.
¿En qué consisten las TFSA?
Las Cuentas de Ahorro Libres de Impuestos que tan buena acogida han tenido permiten que cada contribuyente deposite anualmente hasta 5.500 dólares. El dinero que se confía a estas cuentas queda depositado y, en adelante, puede crecer ajeno a cualquier tipo de imposición fiscal. Adicionalmente, en el momento de la retirada, el fisco se abstiene de cobrar cualquier tipo de gravamen.
Las TFSA incluyen ventajas adicionales:
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Se puede retirar el dinero en cualquier momento sin necesidad de pagar penalización o comisión alguna.
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El máximo de aportación anual se acumula, por lo que si un año no se hace contribución alguna pero al ejercicio siguiente se quiere aportar 11.000 dólares, la cuenta lo admite sin problema.
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Las cuentas TFSA pueden estar invertidas en depósitos, acciones, bonos, fondos de inversión, seguros y otros tipos de productos.
¿Y en España?
De acuerdo con la reforma fiscal que ha planteado el Gobierno de Mariano Rajoy, los planes "Ahorro 5" son, en parte, una versión cañí de las TFSA canadienses. Sin embargo, este mecanismo incluye numerosas restricciones que reducen de forma considerable su utilidad y su atractivo:
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Los Planes "Ahorro 5" se comercializan desde el ámbito de la banca y los seguros, por lo que no son una cuenta personal que, a continuación, contrata uno u otro producto.
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La aportación anual máxima es de 5.000 euros, pero no existe la posibilidad de "arrastrar" ese derecho de un año al otro.
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La retirada de intereses en un plazo inferior a los cinco años está sujeta a un gravamen de entre el 19% y el 23%.
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La capacidad de elegir productos de inversión está fuertemente limitada, por lo que la rentabilidad potencial queda notablemente restringida y encorsetada.