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Los burócratas ansían Internet

Publicado en Libertad Digital

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No hay nada de malo que usted done dinero a una fundación. Tampoco importa en absoluto que usted haga la donación a una fundación con fines humanitarios (aunque probablemente se lo acabará quedando algún dictador), a una fundación que defienda una determinada postura ideológica, a la Iglesia… Al fin y al cabo, es su dinero, haga con él lo que quiera.

Pero sí que hay un problema cuando es el estado quien se dedica a hacer las donaciones. ¿Por qué? Porque evidentemente no es su dinero, sino que es dinero arrancado de forma ilegítima al pagador de impuestos. No importa a qué fines vaya a destinar el dinero del pagador de impuestos; ese dinero es dinero sucio; dinero que le han arrancado a usted y que dedicará a los fines que a él le convengan.

Tal vez usted sea “pro israelí”, o tal vez sea “pro palestino”, pero probablemente, sea del grupo que sea (si es que simpatiza con alguno) nunca le daría dinero a los que considera unos “enemigos”. ¿Acaso le ha preguntado el estado si le parece bien a usted que done su dinero a tal grupo o tal otro? No. El estado no respeta nada: ni su propiedad por arrebatarle el dinero, ni su libertad para hacer lo que usted quiera.

Pero más lejos de ahí, el estado, mediante las donaciones a fundaciones, se dedica a financiar sus propias organizaciones. Evidentemente todos los partidos llegan a rápidos acuerdos a la hora de cerrar este capítulo. Aquí van unos ejemplos con los nombres de las fundaciones, dinero que reciben y partidos afines a las que pertenecen:

– Fundación FAES: 2.128.755 euros de euros (PP).

– Fundación Pablo Iglesias: 2.085.437 de euros (PSOE).

– Fundación Rafael Campalanys: 350.558 euros (P. Socialista de Cataluña).

– Fundación por la Europa de los Ciudadanos: 177.145 euros (Izquierda Unida).

– Nous Horizons: 51.872 euros (Iniciativa per Catalunya-Verds).

– Fundación Ramón Trias Fargas: 138.434 euros (Convergencia Democràtica de Catalunya).

– Institut d’Estudis Humanistics Coll i Alentorn: 46.145 euros (Uniò Democratica).

– Josep Irla i Bosch: 144.089 euros (ERC).

– Sabino Arana: 93.007 euros (PNV).

– Galiza Sempre: 46.105 euros (BNG).

– Gaspar Torrente: 20.823 euros (Chunta Aragonesista).

En total se destinarán este año 2005: 5,28 millones únicamente a las fundaciones de los partidos. Algunos tal vez le digan que son migajas comparado con el total del presupuesto estatal, pero es que con esos cinco millones de euros se pueden hacer muchas cosas mejores. Ese dinero es suyo y el estado no tiene derecho alguno a sacárselo para beneficiarse. Si usted es del PP no le va hacer mucha gracia que su dinero se vaya al PSOE, y si usted es de ERC no querrá que su dinero se vaya a manos de los dirigentes del PP para que lo usen, todos ellos, en fines propagandísticos que usted muy probablemente no aceptaría.

Pero como he anotado antes, ese no es todo el dinero que el gobierno se dedica a regalar; y es que las ONG, cada vez más, se financian con dinero que el estado ha recaptado en impuestos. Lo de “NG”, “no gubernamental”, cada vez está teniendo menos sentido. Algunas ONG incluso han visto en la generosidad de los estados un medio perfecto para financiar sus grupos más radicales y armados. Cuando algo así sale en los medios de comunicación todo el mundo se escandaliza, pero ningún político hace nada.

La próxima vez que un político le diga que los “impuestos son buenos”, no se lo dice porque vaya a usar ese dinero en usted, sino porque se va a quedar con una generosa parte o porque se la dará a algún amigo suyo.

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