Lejos de las fórmulas anticuadas que sus señorías suelen utilizar en el foro parlamentario, la diputada del PSOE empleó un recurso muy personal para responder a la primera cuestión de orden planteada por el presidente de la comisión. "Sí cariño mío, lo que tú quieras" es un nuevo formalismo mucho más fresco y, por supuesto, progresista, que, por ejemplo, el carpetovetónico "con la venia, señor presidente".
El inicio de la pieza oratoria de la diputada Teruel permitía vaticinar el grado de solvencia de su posterior discurso, en el que los sólidos argumentos ("En fin, pero bueno, que también podría seguir enumerando otros compromisos concretos, ahora… no sé, estoy un poco como aturdida, para…, porque aún no tengo claro mi función como portavoz…"), fruto sin duda de largas noches de estudio y análisis, fueron desgranados en compañía de unas simpáticas carcajadas que dieron al conjunto de su intervención un indudable tono progresista.
La diputada Teruel es una fiel continuadora del estilo Maleni, deudor a su vez del que trajo en su día al parlamento español otra política malagueña también muy progresista, Celia Villalobos ("cuando salgo a la tribuna se me caen los huevos al suelo"). Y no es que su nivel cultural sea escaso, sino que ellas son muy llanas y les gusta hablar como la gente de la calle para que se les entienda bien. De hecho, la diputada aragonesa del PSOE intervino en el debate parlamentario como lo podría haber hecho un alumno de primero de la ESO con menos de cuatro asignaturas cateadas. ¿Hay mayor demostración de que el PSOE es un partido cercano a la gente?
Doña Isabel Teruel era la portavoz del PSOE para asuntos relativos a la educación, como cualquiera puede deducir a poco que vea y escuche su espléndido discurso. Es una garantía para todos los ciudadanos que los políticos dominen los asuntos de su competencia, así que ante semejante espectáculo no cabe otra cosa que felicitar al noble pueblo aragonés por el acierto en la elección de sus representantes y a los socialistas por el nivel de exigencia intelectual con que examinan a sus afiliados antes de situarlos en una lista electoral.
No se entiende por qué el PSOE aragonés ha decidido prescindir de Isabel Teruel como responsable parlamentaria. Tan sólo la envidia de sus compañeros, celosos de tener a su lado una mujer mucho más preparada que ellos, puede explicar que se haya visto truncada su luminosa carrera a las primeras de cambio. Es una prueba más de que el machismo no entiende de ideologías.
Por cierto, la diputada Teruel es firme partidaria de la Educación para la Ciudadanía. Si se encarga ella de escribir los textos de la asignatura, yo también.