"Consistency is the last refuge of the unimaginative" Oscar Wilde.
Siempre comento que la labor de los políticos no es reducir el gasto, sino buscar formulas originales y divertidas de esconderlo.
Una de las más entretenidas es la famosa "sacar las partidas para que no cuenten como déficit". Como si no se pagasen.
Otra es referir los gastos y deuda "sobre PIB" (producto interior bruto), en vez de compararlo con ingresos y costes financieros. Se supone que al referirlo al PIB se hace homogéneo con respecto a nuestros países comparables, pero dentro de esa cifra se incluyen muchos elementos diferenciadores.
El primero es que una economía cíclica y orientada a servicios y exportadora como es la española no se puede permitir unos gastos fijos de administración que superen el 45% de la economía. Además, importa la distribución de dicho PIB. Cuando el Estado consume hasta el 50% del mismo se está contabilizando su capacidad de absorber recursos del resto de la economía de manera extremadamente generosa.
Otro muy relevante es el peso de los elementos estimados. En el caso de Estados Unidos, por ejemplo, el aporte de la revisión de inventarios explica más del 20% del crecimiento. A medida que se ha ido expandiendo el cálculo del PIB se incrementa el porcentaje de actividades que se estiman, comparado con aquellas que están contabilizadas adecuadamente. En el caso de Estados Unidos, la parte estimada del PIB es casi un 15%. En España, cercana al 20%. Es aquella parte de la economía no registrada, no sólo la sumergida, sino la riqueza de pequeñas cantidades.
Muchos dudan de la veracidad del calculo de la riqueza nacional. Yo, por ejemplo, siempre lo comparo con la evolución de la riqueza financiera neta, que es un indicador de seguridad sobre la fiabilidad del PIB. Si, como se refleja en algunos análisis, el PIB de España fuera falso, se percibiría esa enorme diferencia en los activos financieros netos, cuya correlación es casi del 97% con el PIB. Por lo tanto, no es lógico asumir enormes discrepancias, aunque la falta de correlación con los indicadores industriales sea real y evidente.
En ese análisis se muestra algo muy importante. Esa discrepancia entre la riqueza industrial y la total actual es precisamente la que nos debería llevar a alertar sobre los cálculos de gasto, déficit y deuda "sobre PIB". Porque el cambio de modelo económico y pérdida de una burbuja inmobiliaria que generaba 50.000 millones de euros de ingresos extraordinarios no nos puede llevar a asumir la misma capacidad de gasto y endeudamiento por la menor capacidad recaudatoria de los otros sectores.
Imaginen que tienen ustedes una empresa de construcción y una de hosteleria-exportación-financiera y la primera quiebra mientras las otras florecen. Traspasar todos sus gastos de administración y personal a la segunda empresa y mantener los costes fijos inamovibles les lleva a quebrar la segunda también.
La actividad económica, al perder un efecto tan brutal como la construcción y la obra civil, que llegaron a suponer el 22% de la economía del país, distorsiona…al alza y a la baja. Es decir, cuando crecíamos más que nadie el PIB no reflejaba esas enormes distorsiones alcistas -aumentaba menos- y lo mismo ocurre, en sentido contrario, al pincharse una burbuja, sobre todo cuando ésta era de enormes proporciones. Decrece menos.
Una de las grandes diferencias es la falta de correlación que hemos visto a nivel global entre demanda energética y PIB. Países como Alemania, Estados Unidos o Reino Unido han visto su demanda caer o permanecer inalterada mientras su PIB crecía, porque se ha pasado de un PIB industrial a uno mas orientado al consumo, y porque la eficiencia y sobrecapacidad de la década de exceso también afectan.
Ahora bien, nadie puede dudar de la originalidad de nuestros lideres internacionales cuando deciden añadir "prostitución y drogas" al producto interior bruto.
Incluir esas partidas genera un PIB aun más estimado. En Reino Unido se "calcula" la riqueza generada por la prostitución, de unos 9.000 millones de dolares, asumiendo el numero de prostitutas dado por la policía, y trasladando una correlación entre los gastos de "entretenimiento sexual" legal, las salas de strippers y los servicios de acompañantes junto al crecimiento de la población masculina, al resto de esa "estimada" prostitución. Simple, ¿verdad?. En el caso de las drogas, es aún más complicado, pues se hace -se lo juro- calculando el supuesto ahorro y renta disponible de los drogadictos y usuarios estimados. Se estima que el PIB de Reino Unido va a aumentar en 7.400 millones de dolares por este concepto.
En el caso de España, el incremento del PIB de 47.000 millones de euros no es todo actividades ilegales, gran parte viene de la revisión del censo y unos 15.000 millones vendrán de gasto en I+D, armamento y otros conceptos tecnológicos.
Lo que no puede permitirse es que la inclusión de hasta 32.000 millones de actividades ilegales y no registradas sean una excusa para decir que baja la presión fiscal, un ratio recaudatorio, porque el esfuerzo fiscal -lo que paga cada ciudadano- es el mismo. Casi el 40%, uno de los mayores de la OCDE. No puede ser una excusa para subir los impuestos añadiendo al producto interior bruto unas actividades que ni tributan ni sabemos si están correctamente estimadas.
Este nuevo PIB tampoco puede ser excusa para decir que baja la deuda o el déficit ni mucho menos que se puede aumentar.
Aumentar el déficit por este cambio incluyendo actividades ilegales es peligroso… Porque los que lo pagan son los mismos, ya que no seafloran ingresos ni riqueza que no estuviera ya aquí, ni va a tributar.
Que nadie le eche la culpa al INE. Los datos son los que son.
España en 2013 gastó 67.755 millones de euros más de los que ingresó, a pesar de subir todos los impuestos, y en 2014 aún será más de 45.000 millones por encima de los ingresos fiscales de burbuja.
Los intereses de la deuda, a pesar de la caída de la prima de riesgo, suponen casi un 10% de los ingresos totales. La deuda barata no soluciona nada.
Para ajustar “por los ingresos”y llegar al 3% de déficit sin cortar el gasto, se tendrían que aumentar los impuestos mucho más, hasta recaudar 32.700 millones.
Intentar recuperar ingresos solo vía “la lucha contra el fraude” sin atacar el gasto es peligroso, al confiar en unas estimaciones tan cuestionables como las citadas de prostitución y drogas, mientras se mantienen unos gastos ciertos y reales. Además es un engaño, ya que no se recaudaría ni de lejos la cifra necesaria para atajar el desequilibrio de las cuentas, sólo se conseguiría un efecto mínimo de una sola vez, y no soluciona el déficit estructural, de unos 40.000 millones anuales.
Según las estimaciones del sindicato de inspectores Gestha, no ha habido crisis, sólo se han sumergido beneficios. Un aumento de 60.000 millones de euros entre 2008 y 2012, nada menos.
Para que se hagan una idea, en 2007 los beneficios del Ibex 35 eran de unos 50.000 millones de euros y han caído hasta 20.000 millones en 2013, pasando por unas perdidas netas de 8.500 millones en 2012. Si aceptamos las cifras de Gestha, la economía sumergida no sólo genera mayores beneficios que el Ibex entero sino que, mientras las grandes empresas veían como sus beneficios caían un 60%, la economía supuestamentesumergida crecía más que los beneficios de cualquier multinacional y duplicaba la evolución del Ibex. Sorprendente.
El problema de estas "estimaciones de cuento de la lechera" es que, igual que referenciar los gastos, déficit y presión fiscal a este nuevo PIB, no cambia nada. El agujero aumenta mientras le dicen que van a recaudar miles de millones más algún día.
Lo que se paga, lo que se gasta, y lo que le cuesta a usted es lo mismo.
Cambiar el PIB para incluir estimaciones de economía ilegal no me parece mal como ejercicio de análisis. Como excusa de una Europa de estados hipertrofiados para gastar más y hacernos trampas al solitario es un error. Porque no cambia nada. El sistema es igual de insostenible.