Deuda es igual a crédito. Son dos caras de la misma moneda. Quien proporciona financiación otorga crédito y quien la recibe asume una deuda. Acaso la diferencia entre ambas es que crédito suena bien y deuda, en cambio, suena bastante mal: pero son el lado activo y pasivo de una misma y exacta operación.
Conviene aclarar este abecé financiero antes de reflexionar brevemente sobre la complicada relación que guarda el documento económico de Podemos con la deuda y el crédito. No en vano, desde muy diversos ámbitos de este país –no sólo desde Podemos– se ha considerado el "exceso de deuda" y "la carestía de crédito" como las dos grandes lacras de nuestra economía, cuando una es antagónica de la otra: si hay exceso de deuda, entonces no hay carestía de crédito (podrá haberla de nuevo crédito, pero no de crédito histórico), y si hay carestía de crédito, entonces no puede haber exceso de deuda. Sucede que, con Podemos, la esquizofrenia entre el reproche contra el sobreendeudamiento y el éxtasis del libre acceso al crédito ha llegado a su máxima expresión hasta la fecha.
De entrada, Podemos deplora que la deuda pública haya aumentado en más de 600.000 millones desde el año 2007 y lamenta, al mismo tiempo, que el crédito privado (la deuda privada) se haya reducido en ese mismo período en más de 170.000 millones (página 25): es decir, Podemos considera negativo tanto el apalancamiento (público) como el desapalancamiento (privado). Por supuesto, uno podría atribuirles cierta preferencia por la financiación al sector privado por encima de la concedida al sector público, pero más adelante nos encontramos en ese mismo documento con que no es posible "salir de la situación actual en la que se encuentra la economía española sin reducir la deuda [privada]" (página 26): es decir, por un lado se reprocha que la deuda privada se haya reducido en 170.000 millones y, por otro, que la deuda privada sea demasiado alta y no se esté reduciendo. De hecho, por si quedaran dudas, el documento económico remarca que nuestras dificultades proceden del exceso (que no del defecto) de crédito/deuda: "El problema de la deuda pública y privada es el más importante que tiene la economía española, tanto por su propia magnitud como por sus efectos sobre el comportamiento de las familias, las empresas, los bancos y el sector público" (página 56).
Tan grave les parece el problema del endeudamiento que hablan abiertamente de la posibilidad de plantear una quita que minore la deuda privada: "Reestructuración o quita de la deuda familiar en condiciones que proporcionen la mayor estabilidad posible al sistema y restituya el daño recibido por las familias en años anteriores" (página 47). Razonen conmigo: uno de los síntomas de la desastrosa evolución de la economía española durante los últimos siete años es que la deuda privada se ha reducido en 170.000 millones de euros en lugar de haber seguido aumentando, pero nuestro mayor problema actual es el sobreendeudamiento privado, el cual deberá ser solventado con una quita que reduzca ampliamente la deuda privada.
Mas lo relevante de las propuestas de Podemos no es sólo qué hacer para paliar la actual situación de sobreendeudamiento (o infraendeudamiento, según se mire), sino qué hacer para evitar su repetición. En este sentido, Podemos tiene muy claro que una de las causas de la crisis es la sobreexpansión del crédito privado: "La gran expansión de la economía española anterior a la crisis fue el resultado de un gigantesco endeudamiento, del desarrollo extraordinario del negocio bancario que consiste en generar deuda" (página 28); y en esa misma página nos informan de que la causa profunda de ese sobreendeudamiento cabe buscarla en que el tratamiento fiscal al crédito "hacía que a las empresas y familias les resultase más barato endeudarse que autofinanciarse". Es decir, el excesivo crédito vino de los tipos de interés demasiado bajos. ¿Solución propuesta por Podemos? Conseguir que el crédito se vuelva todavía más accesible y más barato de lo que lo es en la actualidad: Podemos quiere "consagrar" en la Constitución el derecho al crédito "y a la financiación a la economía como un servicio público esencial, obligando a que su disposición necesariamente responda al interés general" (página 42); es decir, quiere evitar que el excesivo poder de la banca en la provisión del crédito condene a que "las empresas productivas y los consumidores tengan que soportar en España costes asociados al crédito mayores que en otros lugares de Europa" (página 41).
En suma: el documento económico de Podemos es un batiburrillo ideológico por lo que se refiere al crédito. Por un lado, diagnostican –con razón– que el germen de nuestros problemas actuales cabe localizarlo en la oferta excesiva de crédito artificialmente abaratado; por otro, deploran que actualmente el sector privado haya pasado a reducir su endeudamiento y reclaman consagrar un derecho constitucional al crédito barato. Dado que los economistas de Podemos se niegan a reconocer que nuestro problema actual es causado por un modelo productivo desestructurado y no por la falta de consumo, sólo saben huir hacia adelante: reclamar mucho más gasto financiado, claro está, con más deuda. El mismo modelo burbujístico de siempre, pero apadrinado explícitamente ahora por la extrema izquierda.