Sólo un 6% del gasto estatal (sin contar el de las comunidades autónomas) va dirigido a los llamados servicios básicos del Estado (justicia, seguridad ciudadana y seguridad nacional). ¿Qué hacen con el resto de nuestro dinero? Veamos unos ejemplos de los últimos días:
- El Gobierno destinará 350 millones de euros a ONGs y proyectos de cooperación internacional, relacionados con el medio ambiente, con la inserción de gitanos, etc. Si quiere hacer el negocio de su vida, no monte una empresa, cree una organización sin ánimo de lucro y pida una ayuda. El Estado, en una brutal crisis, considera que nuestro dinero está mejor en organizaciones con grandes nombres humanitarios que en nuestro bolsillo para poder pagar la cuota de la hipoteca, por ejemplo. Después se extrañan de que algunas de estas organizaciones humanitarias sólo sean un fraude. Es el negocio de las ayudas.
- El Ministerio de Industria ha comenzado en Aragón el programa de reparto gratuito en toda España de un total de casi 22 millones de bombillas de bajo consumo. ¿Gratuito? ¿Qué empresas se embolsarán tal "regalo"?
- La Administración compra un cuadro por valor de 2,5 millones de euros. Algo así es fundamental para salir de la crisis.
- El Prado gastará 192 millones de euros en los próximos cuatro años (48 millones de euros cada año). Miles de españoles habrían muerto de no hacerse algo así.
- El Gobierno dilapida 50 millones de euros en más bombillas. Nos hemos preguntado quién se llevará todo ese dineral. Según El País, las grandes empresas, evidentemente. A propósito, hasta el 2011 el plan costará 245 millones de euros. Es la mejor opción en momentos de crisis y más sabiendo que el INEM sólo coloca al 2% de los desempleados. ¿Sabe priorizar este Gobierno?
- Destinan 1.550 millones de euros para fortalecer la Ley de Dependencia. Hasta el defensor del pueblo ha denunciado los retrasos sistemáticos. A finales de 2007 el BBVA afirmaba en un informe que el 90% de los grandes dependientes no recibían tales ayudas. Dos años después, las quejas siguen. Otro desastre similar al de las pensiones. ¿Dónde está todo ese dinero que era nuestro?
- El Congreso autoriza a gastarse 5,1 millones de euros mensuales en el envío de tropas a Somalia. Ya existen empresas privadas antipiratas españolas. ¿No sería mejor que los propios buques se costearan su seguridad en lugar de pasarles la factura a la familia media española? ¿No sería más barato? Si nosotros nos pagamos las alarmas y las puertas blindadas de nuestras casas, ¿por qué los barcos no pueden hacer lo propio?
- El Ministerio de Industria se gasta cinco millones de euros en promocionar la TDT. ¿No tendrían que hacerlo las propias televisiones privadas con su dinero?
- El Gobierno regala 75.000 euros para iluminar poblados indios. Si iluminaran algunas carreteras de aquí, tal vez habría menos accidentes.
- El Ministerio de Medio Ambiente se gasta 1.240 millones de euros en derechos de emisión de CO2. No parece muy ecológico para un Gobierno que pretende proclamarse líder ecológico.
- El Ministerio de Cultura destina 200.000 euros a restaurar la muralla de Zamora. Entre tanto, aumenta un 45% la demanda de alimentos en las entidades benéficas y Cáritas hace una llamada desesperada para reclutar más voluntarios.
- El Ministerio de Medio Ambiente envía 7,29 millones de euros para el desarrollo rural de Asturias. No basta con el dinero del consumidor que voluntariamente lo deposita en estas empresas. Hay que sacárselo a otra persona de otra comunidad mediante la fuerza de los impuestos. Es la mejor forma de eliminar la libre competencia y que sólo quede en el mercado el mediocre en lugar del excelente.
- El cine español gasta el triple de lo que ingresa. Las expensas las paga la familia media española aunque no vaya al cine.
Sólo son noticias recientes, de los últimos días. Si lee el BOE encontrará muchísimo más gasto inútil apoyado por sentimentalismos y presiones de los lobbies. Da que pensar que el Gobierno se gaste cientos de millones de euros en bombillas y sea incapaz de sufragar la munición a la Policía Nacional, o que pague varios millones de euros por un cuadro mientras la justicia es el mayor desastre de este país o mientras existen dudas más que fundadas de que no cobraremos las pensiones.
¿Y qué pasaría si redujeran el 90% de los impuestos dejando al Gobierno con sus servicios básicos? Que aumentaría la riqueza y la competencia, que tendríamos mayor poder adquisitivo, que los lobbies dejarían de vivir del cuento, etc. Pero, ¿y si el Gobierno también es tan inútil en la gestión de los llamados servicios básicos del Estado como en el resto de campos? Llegaríamos a la forzosa conclusión de que el Estado sólo es un mal innecesario.