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¿Resistirá el dólar otros cuatro años de Bernanke?

Publicado en Libertad Digital

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Puede incluso que haya obligado a la compañía a adelantar el anuncio de esa bajada de precio para que se deje de hablar en medios y bitácoras de un asunto que ha dado pie tanto a bromas como a acusaciones muy graves. Algún responsable del fabricante de Windows en Polonia decidió que se sustituyera, programa de retoque fotográfico en ristre, a un hombre de color por otro de raza blanca en un anuncio. El problema fue que el empleado encargado de proceder a la modificación tan sólo cambió la cabeza y se olvidó de la mano. De esta manera nació un peculiar mulato, blanco de cuello para arriba y negro en las manos.

El descubrimiento de la chapuza dio pie a que alguien comparara las dos versiones del anuncio y anunciara su descubrimiento. Las ganas de reírse, especialmente fuertes en internet cuando algo tiene que ver con Microsoft, hicieron el resto. No tardaron en aparecer otros retoques en tono de humor, algunos realmente buenos. Los hay para todos los gustos, desde los protagonizados por Steve Ballmer o Bill Gates hasta aquellos que harán las delicias de los seguidores de la Guerra de la Galaxia o Star Trek, pasando por los míticos (para toda una generación) Epi y Blas. Por supuesto, no podían faltar los fans de Linux, alguno ha caído en la tentación de incluir al pingüino Tux en un anuncio de su "bestia negra".

Pero junto a la juerga llegó algo más: la grave acusación de racismo. En algunos casos se dirige tan sólo a la filial polaca. En otros, al conjunto de la multinacional. Esto último es especialmente absurdo, puesto que en el original los protagonistas son una mujer blanca y dos hombres, uno asiático y otro negro. Algo, de hecho, comprensible en una publicidad destinada a una sociedad tan multirracial como la estadounidense. Pero incluso referido al caso de Polonia, la acusación es al menos precipitada. No vamos a negar el posible racismo de quien tomó la decisión de retocar la foto, no podemos conocer los motivos que le impulsaron a hacerlo. Pero, por esta misma razón, tampoco podemos compartirla.

Puede tratarse tan sólo de que los responsables polacos de Microsoft decidieran adaptar el anuncio al público de su país. Polonia, a diferencia de Estados Unidos, no es una sociedad multiétnica. La inmensa mayoría de sus habitantes son blancos. Tal vez con esta modificación lo único que se pretendía era que el potencial comprador sintiera una mayor identificación con la imagen que si se le mostraba un entorno que no le resultaba habitual. La adaptación de las campañas publicitarias al gusto local no es una práctica para nada extraña.

Es posible también que la decisión se tomara de espaldas a Redmond. Un pecado de muchas multinacionales es pensar que lo que emana de la central sirve para todos los lugares. Y eso no es cierto, sobre todo en lo referido a publicidad. Por ese motivo en algunas de estas compañías las filiales deciden actuar por cuenta propia al ser las que conocen el mercado local. Otra cosa es que no se suela hacer con un nivel de chapuza como el alcanzado en este caso. Ese es el problema de Microsoft. Si ha habido racismo, no lo podemos saber.

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