Los filoetarras hielan la sangre con sus palabras, como antes con sus hechos, pero no mienten.
En política no hay principio propio ni derecho ajeno que no puedan ser violados, y además todo ello explicado, razonado, justificado y, por fin, votado y aprobado legalmente. La izquierda se parece a la derecha en este asunto esencial, y solo la supera ocasionalmente en su descaro, como sucede con Pedro Sánchez: a cualquiera de sus osadías le sigue otra mayor. La presidenta de Navarra, doña María Chivite, ha interpretado el último acto de esta ópera bufa de Sánchez. Fue entrevistada por El País, que tituló en primera con las palabras clave: “No quise acuerdo con EH Bildu; no condena la violencia”.
Que nos quede claro: ella es presidenta gracias a la abstención de los bildutarras, pero no les debe nada. Insistió en que no tiene ningún acuerdo con la siniestra formación porque “le falta reflexión ética”. A los amigos de los asesinos les falta esa reflexión, no a los socialistas, que van a cenar con ellos, y que gobiernan gracias a ellos.
Por cierto, los filoetarras hielan la sangre con sus palabras, como antes con sus hechos, pero no mienten: ha dicho Otegui que harán valer su peso ante los socialistas que los necesiten para gobernar. Y añadió, por si alguien tuviera aún alguna duda, que por cada asesino que salga de la cárcel, habrá un homenaje. Pero los socialistas no les deben nada, nada, porque les falta reflexión ética, a los otros.
Dirá usted: es extraordinario, no se puede hacer mejor. Pues sí que se puede. Cuando pasa usted de la portada a la entrevista, el titular que brinda la señora Chivite es el siguiente: “La derecha instrumentaliza Navarra para atizar a Pedro Sánchez”. Eso sí que es rizar el rizo: no solo los socialistas no tienen ninguna culpa de lo de Navarra, sino que la culpa es ¡de la derecha!
Hay otras perlas, como que la imposición lingüística, clave del anhelo separatista, “no va a ser ningún problema”. Vamos, que no hay nada que temer.
¿Y los amigos de los asesinos? Bueno, primero se dice que ningún acuerdo, ninguno, pero, pero, “dialogaremos en la Cámara”. Porque, claro, carecen de “reflexión ética” pero son de izquierdas, y entonces tienen muchas posibilidades de coincidir. Están unidos por el socialismo, y por eso están de acuerdo “en todo lo que tiene que ver con derechos”. Derechos, nada menos.