El modelo de negocio de Afinsa y Forum se sustentaba parcialmente en un sistema piramidal que tarde o temprano tenía que hacer aguas. La revalorización de los sellos sólo suponía una parte de los suculentos intereses prometidos por la inversión, así que la diferencia se cubría gracias a la entrada de nuevos clientes que, con sus aportaciones en mano, se incorporaban a la base de la pirámide. De este modo, parte de las nuevas inversiones eran redistribuidas en lugar de ser capitalizadas. Un negocio como este depende de reproducir ad infinitum esa práctica, considerada fraudulenta por la imposibilidad material de cumplir con los compromisos que se adquieren con todos los clientes.
Así, la Ley de Ordenación del Comercio Minorista prohíbe tajantemente "la venta realizada por el procedimiento llamado «en cadena o piramidal» y cualquier otro análogo, [así como] proponer la obtención de adhesiones o inscripciones con la esperanza de obtener un beneficio económico relacionado con la progresión geométrica del número de personas reclutadas o inscritas".
Lo extraño del caso es que cuando es el estado el que lleva a cabo este timo, la misma gente que se enfurece con la pirámide de Afinsa y Forum, se congratula de los parabienes del sistema fraudulento. De hecho, el gobierno y los agentes sociales acaban de pactar la ampliación del colosal fraude piramidal del sistema de pensiones español y buena parte de la sociedad lo celebra con vítores y cava. Las aportaciones que los trabajadores de nuestro país realizan a la seguridad social no son capitalizadas sino gastadas en las prestaciones de otras personas.
El sistema es inviable a largo plazo y la esperanza de recibir una pensión en el futuro para quien cotiza hoy consiste en que la quiebra llegue después de haber cobrado. Como nadie quiere reconocer públicamente el problema, los políticos, conocedores del fraude que llevan décadas orquestando, tratan de poner parches y retrasar el derrumbe de la pirámide unos años más con ampliaciones del periodo de cotización, retrasos en la edad de jubilación, entradas masivas de inmigrantes y reducciones en la prestación. La diferencia con Afinsa y Forum es que mientras aquellas presuntamente complementaban la revalorización de los sellos con prácticas propias de un sistema piramidal, las pensiones públicas son un fraude piramidal 100% en el que participamos obligados.